martes, 29 de octubre de 2019

ANGEL ZAPATA CEBALLOS. SEMBLANZA DEL PROFESOR. Por Fabio Zuluaga. Cali, Mayo 13 de 2010. NTC ... registro, octubre 28, 2019

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VIENE DE:
NTC … 19 de junio de 2009



ANGEL ZAPATA CEBALLOS
SEMBLANZA DEL PROFESOR
Por HÉCTOR FABIO ZULUAGA CORRALES *



Cali, Mayo 13 de 2010
Texto presentado y leído por su autor
en la inauguración del Auditorio Angel Zapata Ceballos
en la Universidad del Valle

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El profesor Angel Zapata Ceballos nació en junio de 1921 en Amalfi, un pueblito situado en el nordeste antioqueño y murió en Medellín en junio 19 de 2009. Fueron sus padres Manuel Antonio Zapata, un minero de río y socavón, y Agripina Ceballos, quien por las ocupaciones de su marido fue la mayor responsable de su crianza. Yolombó “fue el cielo de mi infancia”, el pueblo de la marquesa del cuento de Tomás Carrasquilla, en donde, como lo narraba el Dr. Zapata en su libro autobiográfico, La textura del Tiempo, “el tigre recorría las calles empedradas en las noches”. “En Bello transcurrió su adolescencia” y allí terminó sus estudios primarios, empezó a jugar fútbol, ajedrez, una de sus pasiones, y consiguió su primer trabajo en Fabricato, revisando las telas.
En 1935, quiso iniciar su bachillerato en el Liceo Antioqueño, pero cuando llegó con su mamá a inscribirse ya no había cupo, así que con los cuadernos que le prestó un amigo empezó a estudiar por su cuenta. Ese año, que el llamó el de mi falso bachillerato, fue el período más bello de su adolescencia, entre el fútbol, las amistades y sus primeros amores. Los cuadernos de su amigo lo conquistaron para las ciencias. Al siguiente año cumplió uno de sus anhelos, al ser admitido en el Liceo Antioqueño, institución de alta calidad que tuvo un gran impacto en su formación. La filosofía, la literatura, la historia, las matemáticas, las ciencias naturales, acabaron de conquistarlo, pues además de excelentes profesores, tuvo sus primeros amigos intelectuales, que dejaron honda huella en su ser.
Al terminar el bachillerato, su profesor de Química, el Doctor Alfredo Restrepo le contó que en la Universidad de Antioquia, acababan de aprobar la fundación de una Escuela de Química, para que “muchachos como tú puedan estudiar la verdadera Química” A pesar de las dudas de su madre, decidió matricularse en la Universidad y fue con otros 44 estudiantes y sus profesores, en 1943, uno de los fundadores de la Escuela de Química, que en 1944 se transformó en la Escuela de Ingeniería Química. Durante sus estudios, además de trajinar con la Química, la Bioquímica, los balances de materia y energía, la termodinámica, el diseño, dedicó buena parte de su tiempo a cultivar su amor por la Literatura y la Filosofía.
Terminó sus estudios de Ingeniería Química en 1947 e inmediatamente fue contratado por la Universidad de Antioquia como profesor para dictar las asignaturas de Física y Fisicoquímica hasta abril de 1948, cuando, con ocasión de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, la Universidad de Antioquia suspendió actividades hasta nueva orden. A los pocos días recibió una invitación para una entrevista de trabajo en el Ingenio Central de San Antonio en Viotá en donde trabajó hasta marzo de 1949. Luego se vinculó a la empresa Indurrayón en Barranquilla en la cual duró 5 meses después de los cuales renunció porque el trato que daban los ingleses a los técnicos colombianos era “el que recibe un perro sarnoso en un matrimonio de ricos”
A principios de 1950 se vinculó nuevamente a la Universidad de Antioquia a dictar los cursos de Física y Fisicoquímica hasta 1955. Durante este período incursionó en la creación de algunas empresas como la fabrica de gelatinas FANAGEL y tuvo tiempo para continuar su afición por las humanidades, participando en tertulias con Carlos Castro Saavedra, Jaime Betancur Cuartas, Javier Ramírez Soto, Carlos Jiménez Gómez, Alberto Bernal Restrepo, Estanislao Zuleta y otros.
A finales de 1955 llegó a su casa el Dr. Gabriel Poveda Ramos quien lo convenció de vincularse al Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad del Valle, que él dirigía, en donde tendría todo un campo de acción y podría aportar al desarrollo de esta naciente institución, regentada en esa época por Don Mario Carvajal. A principios de 1956 viajó a Cali para vincularse a la Universidad del Valle. Su vinculación duró muy poco pues a finales de ese año se vio obligado a renunciar por diferencias de opinión con el decano debido a su apoyo a las protestas estudiantiles contra el régimen del General Rojas Pinilla. Regresó a Medellín y luego de una breve incursión en la industria recibió nuevamente la invitación a vincularse a la Universidad del Valle, esta vez de parte de Don Mario Carvajal.
Reinició su labor fecunda en la docencia de las ciencias básicas en la Facultad de Ingeniería de la que fue decano encargado por un poco tiempo en 1964. Durante aproximadamente 27 años todas las cohortes de Ingenieros Químicos recibieron sus clases de Fisicoquímica, que se volvieron famosas por su rigurosidad, sus difíciles exámenes, pero sobretodo por el fino humor del profesor Zapata quien las adornaba con anécdotas de la historia de las ciencias.
 “Entre 1958 y 1970 la Universidad del Valle fue mi objeto, mi sueño y mi vida. …Se absolutamente que el mismo sueño lo compartían profesores y directivas. Entonces, más correcto sería escribir que la Universidad del Valle fue en este período, el sueño más audaz y más soñado de todo un pueblo”.
Al poco tiempo se creó el Departamento de Química al cual se vincularon el Dr Edgar Martina proveniente de la Universidad Bolivariana de Medellín, Nelly de Palacios primera mujer graduada como Ingeniera Química en la Universidad del Valle, el Dr Rodrigo Paredes, Master en Química de la Universidad de Florida, Elena de Piazuelo de origen Español y Walter Correa, Ingeniero Químico de la Universidad de Antioquia.
Si bien el Dr Zapata se graduó como ingeniero, era un enamorado de la ciencia, lo cual lo llevó a plantear la creación de la carrera de Química junto con los colegas de su Departamento. Con estudiantes reclutados en Ingeniería Química se inició este programa en 1965 y para ello se vincularon 3 profesores con Doctorado: Louis Hellemans (Belga), Ligia Pabón (Colombiana) y Brian Yates (Inglés). Ahora el profesor Zapata amplió su campo de acción a la Mecánica Cuántica compartida con sus colegas de Física Ramiro Tobón y Enrique Castellanos. Con el empuje que lo caracterizaba, inició la investigación sobre la calidad alimenticia del Chontaduro obteniendo su primera publicación International en la revista Economic Botany. A ésta le siguió la investigación sobre las zeolitas que le valió el primer premio en un concurso abierto por la compañía Expreso Palmira.
Para fortalecer el Departamento de Química, los primeros egresados fueron enviados a realizar estudios de doctorado a Estados Unidos con el patrocinio de la Fundación Rockefeller. Al regreso de éstos y sintiéndose menospreciado, solicitó el año sabático durante el cual escribió su obra magna: tres tomos de Fisicoquímica, hazaña no superada hasta ahora en nuestra Universidad en un año sabático, y que, bien haríamos en recuperar como parte de nuestra memoria histórica. Al regresar de su año sabático, viendo que la atmósfera en su departamento no había mejorado, decidió jubilarse en 1977.
Pero le haríamos una gran injusticia al Dr. Zapata, si no resaltáramos sus dotes de pensador, de líder académico y político en muchas de las etapas del desarrollo de la Universidad. 
Luego de su jubilación, no se podía quedar quieto, su espíritu emprendedor no le daba reposo y con los Ingenieros Químicos Francisco Gensini y Walter Correa montó una compañía para explotar y purificar caolines para la industria papelera. Por razones económicas y de salud, producto de un grave accidente en la fábrica, decidieron liquidar la compañía.
Atendiendo la invitación del entonces decano de la Facultad de Ingeniería, Ingeniero Guillermo Valencia, se vinculó nuevamente a la Universidad, esta vez en el Departamento de Procesos Químicos y Biológicos, dedicado a la docencia y a la investigación, dirigiendo más de quince Trabajos de Grado de Ingeniería Química. Durante este nuevo periplo, se unió a la iniciativa de Luis Carlos Arboleda, de organizar un seminario sobre Historia de la Ciencia y la Tecnología, en colaboración con varios profesores de diferentes Facultades, del cual derivaron varias versiones del curso Historia de la Ciencia, dictado para estudiantes de Ingenierías y Ciencias, que finalmente se plasmó en un excelente libro titulado “De la Intuición al Pensamiento Abstracto” cuya publicación, en 1996, fue patrocinada por el entonces decano de la Facultad de Ingenierías, Dr Iván Enrique Ramos Calderón.
En el año de 1990, decidió jubilarse definitivamente y dedicarse a una de sus pasiones, la literatura. En este período publicó cinco libros más, entre poesía y prosa, incluida su autobiografía “La textura del Tiempo”, un libro maravilloso cuya lectura recomiendo y del cual extraje varios pasajes para esta semblanza.


Sus contribuciones a la formación de centenares de Ingenieros y Científicos, al desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en el Valle del Cauca y al engrandecimiento de la Universidad del Valle, fueron reconocidos con varias condecoraciones como La Medalla de la Ciudades Confederadas (1991), La gran Cruz de la Universidad del Valle (1990), La Medalla Simón Bolívar del Ministerio de Educación Nacional (1983), Profesor Emérito de la Universidad del Valle (1978), Primer Premio en el concurso de investigación Expreso Palmira (1978), la Medalla de la Sociedad Colombiana de Ingeniería Química (1975), el Escudo de Fundador de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Antioquia (1948), y varias placas de reconocimiento del Departamento de Química y sus egresados.
Quiero finalizar con unas palabras de su amigo, el Dr Jairo Álvarez, escritas en el prólogo del libro Ficciones y Relatos: “Quizá el aspecto más interesante de la personalidad de Ángel Zapata es la forma como en su vida intelectual han convivido y crecido, en una interacción viva y creativa, poco común, un yo científico y un yo literario y filosófico, que le han permitido configurar, una aproximación integral a la interpretación y vivencia del mundo. En esta perspectiva resulta notable, por decir lo menos, el tránsito que ha hecho desde una actividad científica, a una actividad literaria fecunda al término de su vida universitaria cuando podríamos decir que es un hombre viejo.”

Al dedicar este auditorio al Ingeniero Químico Ángel Zapata, hacemos nuevamente un homenaje al gran maestro y pensador, extensivo a la memoria de su señora esposa Doña Margarita Lujan y a sus hijos Angela María, Luis Gonzalo y Luz Elena, 
Cali, mayo 13 de 2010.
* HÉCTOR FABIO ZULUAGA CORRALES
Profesor Jubilado (2008)
Departamento de Química
Universidad del Valle

Cali-Colombia
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NTC ... ENLACES

El Auditorio Ángel Zapata Ceballos en la UV
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En el Auditorio, el Ing. Químico Jairo Álvarez, Ph D, citado en el texto

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Vilma Montoya de Álvarez, Margarita Luján de Zapata, Ángel Zapata Ceballos y Jairo Álvarez G. 
50 años del matrimonio Zapata-Luján. Buga (Basílica), Enero 28, 2009
 Fotografía María Isabel Casas de NTC ... . 
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