domingo, 16 de enero de 2011

De senectute (1997). Norberto Bobbio. Cap. 4. // La textura del tiempo (2000). Angel Zapata Ceballos.

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De senectute y otros escritos biográficos.
Norberto Bobbio. 1997
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La textura del tiempo
Angel Zapata Ceballos, 2000.

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“De senectute y otros escritos biográficos". Norberto Bobbio. Traducción de Esther Benítez. Santillana, S. A. Taurus. 1997.


CONTRAPORTADA.
(Click sobre la imagen para ampliarla y hacerla legible. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí) Norberto Bobbio
De senectute

Mientras que el mundo del futuro está abierto a la imaginación, y ya no te pertenece, el mundo del pasado es aquel donde a través de la remembranza te refugias en ti mismo, retornas a ti mismo, reconstruyes tu identidad, que se ha ido formando y revelando en la ininterrumpida serie de todos los actos de la vida, concatenadas entre sí, te juzgas, te absuelves, te condenas, y también puedes intentar, cuando el curso de la vida está a punto de consumarse, trazar el balance final. Hay que apresurarse. El viejo vive de recuerdos y para los recuerdos, pero su memoria se debilita día tras día. El tiempo de la memoria avanza al contrario que el real: los recuerdos que afloran en la reminiscencia son tanto más vivos cuanto más alejados en el tiempo estén aquellos sucesos. Pero sabes también que lo que ha quedado, o lo que has logrado sacar de aquel pozo sin fondo, no es sino una parte infinitesimal de la historia de tu vida. No te detengas. No dejes de seguir sacando. Cada rostro, cada gesto, cada palabra, cada canto por lejano que sea, recobrados cuando parecían perdidos para siempre, te ayudan a sobrevivir.
NORBERTO BOBBIO.
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CAPÍTULO 4. Páginas 39 a 42 de "De senectute".
EL MUNDO DE LA MEMORIA
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Extrañamente, en estos testimonios no aparecen nunca las habituales actitudes ante la muerte: el miedo y la esperanza. Contra el miedo actúa el taedium vitae, que hace de la muerte una meta no temible sino deseable. A la esperanza, que puede socorrer al sufriente en situaciones que parecen desesperadas, y es la esperanza de sanar o de estar en camino hacia una nueva vida, se opone el cupio dissolvi, o sea el deseo de desmoronamiento, de no ser. Taedium vitae y cupio dissolvi no tienen nada que ver, a su vez, con el contemptus mundi de los místicos, para quienes la vida es igual de miserable pero la miseria no es fruto de un Dios indiferente o malvado, sino de una culpa, y el desprecio del mundo es «el trámite natural para ascender a Dios». Ahora bien, para quien siente hastío de la vida y ansía anularse, la muerte es el suspirado descanso tras la ingente e inútil fatiga de vivir. Alguien ha escrito: «Mi fuerza vital está tan exhausta que ya no logra ver más allá del sepulcro, no logra ya temer o desear nada sino la muerte. No puedo concebir un Dios tan despiadado que despierte a uno que está durmiendo a sus pies muerto de cansancio» (10).
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(10). Véase R. Schneider, Winterin Wien, citado por R. Egenter, Sulla vecchiaia, Queriniana, Brescia 1976, p. 314.
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El viejo satisfecho de sí de la tradición retórica y el viejo desesperado son dos actitudes extremas. He hecho especial hincapié en ellos para inducirnos a reflexionar una vez más sobre la variedad de nuestros humores hacia la vida en el pluriverso de valores contradictorios donde nos movemos, y por ende sobre la dificultad de comprender el mundo y, dentro de éste, a nosotros mismos. Entre estos dos extremos hay otros infinitos modos de vivir la vejez: la aceptación pasiva, la resignación, la indiferencia, el camuflaje de quien se empeña en no ver sus arrugas y su debilidad y se impone la máscara de la eterna juventud, la rebelión consciente a través del continuo esfuerzo, a menudo destinado al fracaso, de proseguir inflexiblemente el trabajo de siempre, o, por el contrario, el despego de los afanes cotidianos y el recogimiento en la reflexión o la plegaria, el vivir esta vida como si fuese ya la otra, rotos todos los vínculos mundanos. La vejez no está escindida del resto de la vida anterior: es la continuación de tu adolescencia, tu juventud, tu madurez. Escribe el poeta: «La juventud llama a la vejez a través de los años agotados: / «¿qué has encontrado?», le grita, «¿qué has buscado?». / «Lo que tú has encontrado», responde la vejez, llorando: / «lo que tú has buscado» (11). Refleja tu visión de la vida y cambia tu actitud hacia ella, según hayas concebido la vida como una montaña inaccesible que escalar, o como una corriente en la que estás inmerso y discurre lentamente hacia la desembocadura, o como una selva por la que vagas inseguro siempre sobre el camino a seguir para salir de ella. Hay el viejo sereno y el afligido, el satisfecho ...
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(11). Dylan Thomas, Poesie inedite, Einaaudi, Turin 1980, p.73.
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... llegado tranquilamente al final de sus días, el inquieto que recuerda sobre todo sus caídas y espera trepidante la última de la que ya no conseguirá levantarse; quien saborea su victoria y quien no logra borrar de la memoria sus derrotas. El viejo que ha perdido el juicio, penoso no para sí sino para los demás, víctima de una cruel penitencia cuya causa ignoramos él y nosotros. Cosima, la protagonista del libro de Sandra Petrignani, dice cariñosamente: «Los viejos chochos son estupendos, son como niños locos. Persiguen cualquier fantasía, hasta que ya no sabes qué es fantasía y qué su realidad, la vida que han tenido y olvidado o querido olvidar».
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El mundo de los viejos, de todos los viejos, es, de forma más o menos intensa, el mundo de la memoria. Se dice: al final eres lo que has pensado, amado, realizado. Yo añadiría: eres lo que recuerdas. Una riqueza tuya, amén de los afectos que has alimentado, son los pensamientos que pensaste, las acciones que realizaste, los recuerdos que conservaste y no has dejado borrarse, y cuyo único custodio eres tú. Que te sea permitido vivir hasta que los recuerdos te abandonen y tú puedas a su vez abandonarte a ellos. La dimensión en la que vive el viejo es el pasado. El tiempo del futuro es demasiado breve para que se preocupe por lo que sucederá. La vejez, decía el enfermo de antes, dura poco. Pero, precisamente porque dura poco, emplea tu tiempo no tanto en hacer proyectos para un futuro lejano, que no te pertenece, cuanto en intentar comprender, si puedes, el sentido o el sin sentido de tu vida. Concéntrate. No disipes el poco tiempo que te queda. Vuelve a recorrer tu camino. Te servirán de ayuda los recuerdos. Pero los recuerdos no afloran si no vas a desanidarlos en los rincones ...
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... más remotos de la memoria. Rememorar es una actividad mental que no ejercitas con frecuencia porque es trabajosa o perturbadora. Pero es una actividad saludable. En la remembranza te encuentras a ti mismo, tu identidad, pese a los muchos años transcurridos, las mil peripecias vividas. Encuentras los años perdidos tiempo atrás, los juegos de cuando eras niño, los rostros, la voz, los gestos de tus compañeros de colegio, los lugares, sobre todo los de la infancia, más lejanos en el tiempo pero más nítidos en la memoria. Podría describir paso a paso, piedra tras piedra, aquel camino entre los campos que recorríamos de niños para llegar a una alquería a trasmano.
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Al visitar los lugares de la memoria se agolpan a tu alrededor los muertos, cuya tropa resulta más numerosa cada año. La mayoría de los que te acompañaron te han abandonado. Mas no puedes borrarlos como si nunca hubieran existido. En el momento en que los llamas a tu mente los revives, al menos un instante, y no están muertos del todo, no han desaparecido completamente en la nada: el amigo muerto adolescente en un accidente de montaña, el compañero de colegio y de juegos desaparecido con su avión durante la guerra, cuyo cuerpo nunca se encontró y a quien su familia esperó años y años. Te preguntas por qué. La muerte de Leone Ginzburg en una cárcel de Roma durante la ocupación alemana. El suicidio de Pavese. Y vuelves a preguntarte por qué.

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He aludido a muchos modos de vivir la vejez. Alguien podría preguntarme: «Y tú, ¿cómo la vives?». Creo haberlo dado a entender en esta última parte de mi discurso. Diré con una sola palabra que tengo una vejez melancólica, entendiendo la melancolía como la consciencia ...

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....de lo no alcanzado y de lo ya no alcanzable. Se le ajusta bien la imagen de la vida como un camino, en el cual la meta se desplaza siempre hacia adelante, y cuando crees haberla alcanzado no era la que te habías figurado como definitiva. La vejez se convierte entonces en el momento en el cual tienes plena conciencia de que no sólo no has recorrido el camino, sino que ya no te queda tiempo para recorrerlo, y debes renunciar a alcanzar la última etapa.
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La melancolía está atemperada, no obstante, por la constancia de los afectos que el tiempo no consumió.
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Septiembre 2000. Universidad del Valle, Facultad de Ingeniería
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Ángel Zapata Ceballos ( Junio 1921, Amalfi, Antioquia – Junio 19, 2009, Medellín, Antioquia) terminó de escribir, a mano y en papel oficio, este libro autobiográfico el 21 Octubre de 1999. Lo había iniciado a finales de 1998. En ese lapso - como gran lector que siempre fue - leyó varios libros, entre ellos, "De senectute" de Norberto Bobbio en ejemplar que le prestamos. En varias de sus páginas escribió, a lápiz, varias notas. En el capítulo titulado "Elogio de Piamonte" anotó: "Fatigoso!". En el capítulo 4, se lee (ver imagen):
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Precioso este capítulo. Poético, realista,
y coincide con varios aspectos de mi
propia vejez. A. Z. C./99.
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LA TEXTURA DEL TIEMPO*
ANGEL ZAPATA CEBALLOS (A. Z. C.)
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En "A manera de Prólogo y dedicatoria", inicio del libro, se lee:
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"Este es un libro extraño. Se puede considerar como la biografía ... , puede ser la afirmación de una vida conscientemente vivida, ejemplarizante, o vergonzosa, el lector lo juzgará ... Tuvo su origen en muchas y amenas conversaciones entre el autor y dos amigos a quienes el autor aprecia de modo especial: ... . A ellos dedico este libro.

Algunas anécdotas, muchos recuerdos, añoranzas de juventud y adolescencia, responsabilidades estudiantiles, enfrentamientos con la vida. Todo lo rememoramos en muchos días, sentados con una taza de café y unas gotas de Brandy. La memoria de un viejo trabajando. Los viejos recordamos y necesitamos recordar. Entonces, un día me puse a escribir a mano, como siempre lo hice, sin detenerme, a vuelapluma, con la avaricia del segundo, porque lo único que no tenemos los viejos es tiempo. Ellos, mis amigos fueron llevando al procesador mis notas, y resultó este libro que, en buena parte, llena mi vida ... . ...."

Y al final de la última página:

" ...
A menudo, ahora en mi vejez, recuerdo y me repito la última estrofa del inmortal poema de don Antonio Machado, Retrato:

“Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al zarpar la nave que nunca ha de tornar,
me encontrareis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar”.


Cali, Octubre 1999

A. Zapata C."

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* VERSIÓNES DIGITAL DEL LIBRO COMPLETO, Ver:
"La textura del tiempo". Angel Zapata Ceballos. Libro autobiográfico

http://www.scribd.com/doc/16664435/La-textura-del-tiempo-Angel-Zapata-Ceballos-Libro-autobiografico

Fuente: ANGEL ZAPATA CEBALLOS, Junio 1921 - Junio 2009 , http://ntc-documentos.blogspot.com/2009_06_19_archive.html

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ENLACES SOBRE BOBBIO:

http://es.wikipedia.org/wiki/Norberto_Bobbio
http://www.erasmo.it/gobetti/spa/default2.asp
http://www.erasmo.it/gobetti/spa/iniziative.html ojo
http://www.editorialtaurus.com/es/libro/de-senectute/

ELPAIS.com Edición impresa Cultura
Bobbio se autorretrata en "la vejez ofendida"
El último libro del filósofó, 'De senectute', recoge sus ideas sobre el declive vital
MIGUEL MORA - Madrid - 11/06/1997 . http://www.elpais.com/articulo/cultura/SAVATER/_FERNANDO/BOBBIO/_NORBERTO_/FILOSOFO/FERIA_DEL_LIBRO_DE_MADRID/Bobbio/autorretrata/vejez/ofendida/elpepicul/19970611elpepicul_1/Tes

Columna de opinión , DE SENECTUTE , Jorge H. Botero
http://www.mincomercio.gov.co/eContent/newsdetail.asp?id=1964&idcompany=1

Norberto Bobbio y sus escritos personales _Javier Ansuátegui ...
http://tiempodelosderechos.es/es/biblioteca/doc_download/6-norberto-bobbio-y-sus-escritos-personales.html

http://www.elcultural.es/version_papel/SEMBLANZAS/10625/Norberto_Bobbio

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Actualizó : NTC … / gra. Enero 16, 2011. 8:40 PM










viernes, 14 de enero de 2011

Loor al noble y justiciero equino

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Por Pantxo el Orejón, Burro y Filósofo.
Jefe de Redacción de La Rana Dorada, http://hem.bredband.net/rivvid/redacc.htm
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Loor al noble y justiciero equino
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Loor al noble y justiciero equino,
oficial de los Altos Tribunales
que, por falta de súbditos normales,
dieron su potestad a un buen rocino.

No va a quedar impune el asesino;
pagando está sus actos criminales
y de las justas furias naturales
no lo salva ni el yelmo de Mambrino.

Loor a los caballos y a las yeguas,
gloria eterna al cuadrúpedo iracundo
que al canalla no da cuartel ni treguas!

La vida tiene un proceder fecundo:
Bucéfalos, Palomos, Siete Leguas,
nunca faltan los cascos en el mundo!
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Por Carlos Vidales, Estocolmo, Enero 5, 2011
Autor: Pantxo el Orejón, Burro y Filósofo.
Motivo: una gloriosa coz equina en la rodilla de un ex presidente.
http://hem.bredband.net/rivvid/
http://luisvidales.blogspot.com/
http://losimportunos.wordpress.com/
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CON LA COZ Y EL MARTILLO

Juan Manuel Roca

Los fieles sirvientes, ministros, consejeros y, sobre todo, los antiguos servicios de inteligencia, al ver a su héroe vapuleado, se afanaron por saber si el solípedo, el atrevido equino que pateó al monarca depuesto, tenía tendencias izquierdistas, si además de la Coz empleaba en sus ataques un Martillo.
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Para ello instalaron en las caballerizas unos micrófonos camuflados por los más connotados chuzógrafos, especialistas en intervenir auriculares y ahora en detectar lo que se oculta en los cifrados relinchos que agencia la oposición. Porque hay bien encaminadas sospechas de que el caballo es polista, que juega al Polo y que por ello está bien entrenado en saltar obstáculos y talanqueras..
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Los médicos a su servicio, que son todos los que ya no atienden a ningún siervo de su reino tras un decreto suyo, le examinaron su carnita, sus huesitos. Y dieron su parte de victoria: no es un "casus belli", dijo en un latín del más puro acento montañero el monarca depuesto, el gran señor de los establos, "pero no despachen fácilmente el asunto, que el adiestramiento de caballos traicioneros puede ser un arma secreta contra mi seguridad democrática".
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Ahora demanda un estricto control radial para truncar posibles mensajes en clave: el "caballo negro, que tiene la cola blanca", la inocente metáfora del rey del mambo, ha sido puesta bajo severa vigilancia. Lo mismo, entra bajo toda sospecha la venta sin fórmula de herraduras al por mayor y al detal.
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Si bien su estado físico es satisfactorio, dicen los medios, humildemente creo que su desencabalgado ego, su mayestática presencia ha rodado por el piso: se sabe que no logró amansar el potro de su trono pero que además rodó cuestabajo la montaña de su soberbia, su fama de buen chalán. ¿Alguien sabe el nombre del equino? ¿Equinoccio? ¿Desplazado? ¿Referendo? ¿Vengador? ¿Coronell?
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Ya sabiendo que es mortal, como todos, imagino en el futuro un epigramático recuento de su entrada a la gloria y de las pesquisas científicas que lo habrán de acompañar:


LA AGONÍA DEL REY

(La duda bipolar)

Ni consejeros de Estado,
Ni tanatólogos y médicos del reino,
Ni veterinarios y zoófilos
Venidos de otros feudos,
Ni mucho menos los fabuladores
De cruzas medievales,
Sabían qué hacer. Ignoraban
Si agonizaba la bestia
O expiraba el soberano.
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PEQUEÑA HISTORIA
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Por Omar Ortiz Forero

Cuando tenía diez años me tumbó un caballo.
Moro, se llamaba, y yo no tenía fusta, ni zurriago, ni rejo.
Solo un tremendo susto.
Pero le hable a aquel caballo. No recuerdo lo que dije,
Más seguro lo convencí de mi indefensión, de mi inocencia,
Porque pude montarlo de nuevo,
Y llegar invicto y sonriente donde el abuelo.
Cuento hoy esta baladí historia, pues me enseñó
Que los caballos patean a quien lo merece,
Ellos sienten a los rufianes, a los malandrines
Que siempre andan armados,
Y son los dueños y señores de las fustas, el rejo y los zurriagos.
No importa que se disfracen y posen de chalanes,
Siempre habrá un caballo que los descubra.
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La hazaña del caballo
.
Por Julián Malatesta

En cuanto el noble animal
Vio acercarse al palafrenero
Y oyó su voz de arriero
Agitando los cueros de la fusta,
Se acongojó su corazón.
Reconoció en aquel, al matarife
De sus hermanos de sangre,
El que ordenó el sacrificio de humildes chalanes
Y desoló el campo de labriegos.

Su mortal naturaleza
No pudo contener el rencor,
Entonces le puso malicia a la visita,
Dejó que el diestro se acercara
Con su habitual pericia
Y le asestó su herradura nueva en la rodilla.

Para este hombre no es suficiente la muerte,
Hay que doblarlo primero –pensó el caballo--,
Que su orgullo olfatee como un perro
La tierra que deshonra.
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La pata del alazán
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Por Julián Malatesta
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Dicen que el presidente cayó a tierra,
Que el bello alazán
Levantó manos y abrió ijares
Y su risa blanca celebró con el esplendor del alba
La estrepitosa caída.

El mandatario quiso levantarse de inmediato
En honor de su atribulada investidura,
Pero su rodilla lo devolvió a tierra con escarnio.
En medio del dolor profirió una hiriente frase
Con el tono normal que dialogaba en palacio
Y dio la orden de encerrar al caballo.

Dicen que en su escritorio
Una espléndida pata de alazán
Pisa con soberbia las minutas.
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Julián Malatesta
Cali 2 de enero de 2011
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Sombrero de mago
Historias de caballos
Por: Reinaldo Spitaletta
El Espectador, Opinión 4 Ene 2011 - 4:31 pm http://www.elespectador.com/impreso/columna-243361-historias-de-caballos

HISTORIAS DE CABALLOS HAY MUchas. Una muy cercana a los colombianos, es la novela El moro, de José Manuel Marroquín, aquel presidente que recibió un país y entregó dos.

“Mi reino por un caballo”, es la frase desesperada de Ricardo III, el rey inglés que Shakespeare inmortalizó en un drama histórico. Y ni recordar el secuestro del caballo de un mafioso, en los tiempos nefastos de Pablo Escobar, que casi hace morir a su dueño.

Ha habido celebérrimos caballos, incluso en El Ubérrimo. Qué tal Lazlos, el caballo en el que Mahoma realizó su expedición a La Meca. “El diablo jamás osará entrar en una tienda habitada por un caballo árabe”, dijo el profeta. Ah, y por supuesto, son históricos Bucéfalo, del conquistador macedonio que jamás perdió una batalla; Incitatus, del maligno Calígula; Babieca, de aquel legendario guerrero cristiano que siguió ganando batallas después de muerto. Y para no agrandar la lista, el Palomo, cuyo lomo olía a puro Libertador.

Habrá quienes se preocupen por Genitor, o Pegaso, o Strategos o Janto, o el de Troya, que, como digo, la historia y el mito están plagados de esos animales, de los que alguien dijo que eran los más bellos de la creación. De El moro, que es una novela interesante, Miguel Antonio Caro, que era tipo de inteligente ironía, dijo que, en efecto, parecía escrita por un caballo.

Y por estos días las historias de caballos se han esparcido, gracias al patadón que uno de esos ejemplares le propinó al ex presidente Uribe en una finca del oriente de Antioquia. El episodio hizo, por analogía, recordar a algunos periodistas la definición de lo que es noticia: Si un hombre muerde a un perro, he ahí una noticia. Claro que al revés también es interesante. Si un perro muerde al pontífice, al presidente, al ministro, al dictador, también es noticia.

El ex presidente, experto en ganado caballar, chalán y avezado jinete, de esos a los que no se les riega ni una gotita de un pocillo de tinto mientras están a horcajadas, sufrió una coz en una de sus rodillas. La noticia despertó toda suerte de comentarios. La mayoría a favor del animalito, del cual no se ha sabido su nombre. Por ejemplo, alguien dijo que al pobre caballo, si sobrevivía, lo debían poner en cuarentena para desinfectarlo.

También hubo los que dijeron que era como un “falso positivo” y se trataba de desviar la atención sobre los insultos que el ex presidente le mandó al periodista Coronell. Otros advirtieron que el caballo pudo haber sido un aliado del “terrorismo” y que nada raro era que de aquél se hubieran posesionado las almas en pena de Tirofijo, Raúl Reyes y el Mono Jojoy.

No faltó el guasón que señaló que el caballo estaba haciendo justicia por toda la corrupción, cohechos, repartija de notarías, las “chuzadas” del DAS, los “falsos positivos” y demás tropelías presentados en los ocho años de gobierno del llamado “señor de las sombras”. Hubo algunos más punzantes, al decir que al animal se le podía gangrenar la pata.

El hecho despertó distintas reacciones. Se dijo que era un caballo de las huestes de Atila, que era un cuadrúpedo chavista, que a lo mejor le chocó al animalito escuchar aquello de “te doy en la cara, marica”. Y también hubo los que al despedir el año dijeron que el mundo estaba cambiando, pues hasta los caballos habían exorcizado el embrujo autoritario.
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El reino de Crespón

Ramiro Bejarano Guzmán,

Notas de Buhardilla, 2005 (Proporcionada por Carlos Vidales)

Ahora sí Uribe se metió en las páginas de la historia, al revelar su pasión sin límites por un caballo que hizo traer a la capital desde su tierra, o a lo mejor desde El Ubérrimo, el cual visita con la intensidad de un noviazgo en serio. Dos o tres veces a la semana el mandatario se escapa a una guarnición militar a visitar la bestia —perdón por la expresión—, cabalga hasta la medianoche para combatir el estrés, y regresa a su camita, para levantarse cuatro horas después y entregarse al yoga, su otro delirio.

Como el cuadrúpedo que desvela al Presidente se llama Crespón, es de suponer que tal nombre obedece a un penacho frondoso, como la cabellera de la festiva Ministra de la Cultura. Menos mal que el animalito sobresale por eso y no por sus partes íntimas, pues quién sabe cómo lo habrían bautizado.

No es la primera vez, ni será la última, en la que el Presidente da pruebas de su formidable cultura equina, admirada por muchas gentes de su tierra. De él se sabe que monta todo pinchadito y envarado, llevando un pocillo de tinto, del que no cae una sola gota cuando galopa, asombrando a sus enmudecidos interlocutores.

Así lo constató Vladdo, en la inefable y publicitada fiesta en la finca del patricio antioqueño Manuel Santiago Mejía, durante la cual se convirtió en epicentro de las audacias ecuestres del caballista mayor, quien en medio del frenético ágape, montando a otro Crespón o al mismo, acorraló en un círculo al caricaturista, genialidad que arrancó aplausos de sus coterráneos, quienes ante las piruetas de tan encumbrado espontáneo evocaron las épocas cuando resplandecía en ferias y eventos privadísimos el memorable hierro candente 8A.

Pero decía que lo bueno de todo este cuento es que ahora nuestro jefe de Estado ya pertenece a las grandes ligas de la historia. Muy pronto, Crespón y el presidente Uribe figurarán en esa galería de hombres y caballos célebres, y eso tiene que emocionarnos, porque traerá turistas al país, sobre todo ahora que ese renglón de la economía puede afectarse con la decisión del Ministro de Comercio Exterior de pedirle la renuncia a Gustavo Adolfo Toro, eficaz director de Turismo, gestor de la campaña turística de carreteras “Viva Colombia, Viaje por ella”.

Uribe & Crespón ya se han ganado un puesto en el paraninfo donde ya están “Pegaso”, el bridón volador de Zeus, el dios de la mitología griega; “Janto”, el corcel de Aquiles, de origen divino, que junto con “Balio” formó la pareja de alazanes de la Ilíada; “Bucéfalo”, el compañero del gran Alejandro Magno, el guerrero que jamás fue derrotado; “Strategos”, que con Aníbal cruzó los Alpes; “Incitatus” (o Impetuoso), el jamelgo español que hizo famoso Calígula, del que se asegura que además de haberlo hecho senador, el desquiciado emperador comía y dormía en los establos y desde la víspera de las carreras decretaba absoluto silencio en la ciudad, bajo pena de muerte a quien perturbase al mamífero perisodáctilo; “Genitor”, el trotón de pies de hombre, que con Julio César atravesó el río Rubicón; “Babieca”, que condujo el cadáver del Cid delante de sus tropas, que vivió hasta la increíble edad de 40 años; “Marengo”, el brioso jaco árabe de Napoleón, capturado después de Waterloo y llevado a Inglaterra, cuyo esqueleto se conserva en el National Army Museum en Sandhurst; “Palomo”, el del libertador Bolívar; “Rocinante”, el palafrén del Quijote.

En fin, muchos ya estarán orgullosos de que este haya sido el régimen de los caballos, a menos que la Corte Constitucional los deje con los Crespones hechos.
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Addenda.— ¿Por qué diablos en el certamen de Proflora realizado en Cartagena con floricultores en su mayoría colombianos, al presidente Uribe le dio por pronunciar su discurso en inglés? ¿What happened, oís?
notasdebuhardilla@hotmail.com

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FUENTE: Matador Cartoons . http://matadorcartoons.blogspot.com/
Publicadas en EL TIEMPO, Bogotá, Colombia
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ENLACES:

http://www.youtube.com/watch?v=jM8UQTAR_fA VIDEO
http://eje21.com.co/index.php?option=com_content&task=view&id=30060&Itemid=2
http://www.kienyke.com/2010/12/28/remate-de-ano-en-muletas/

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MENSAJES Y APORTES

De SANTIAGO ESPINOSA
Para NTC …
Fecha 21 de enero de 2011 16:19
Asunto Blog: el caballo de Uribe, nuestro personaje del año.

Amigos, ¿cómo anda todo? Espero que todo ande bien con ustedes. Les mando la primera entrega del 2011. Trata sobre el caballo de Uribe y sus hazañas: nuestro personaje del año. Los poemas son de Gonzalo Rojas, Herny Michaux y Jorgue Guillén. Espero les guste. En este link pueden encontrar esta última entrega y todas las anteriores.
http://www.hojablanca.net/categoria/correos-del-diablo/
Un gran abrazo.
Santiago.

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Continuará ....

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Actualizó : NTC … / gra. Enero 14, 2011. 4:27 PM

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jueves, 13 de enero de 2011

LA AMISTAD. Por Omar Ortiz. Para Israel Moreno Cruz. El Tabloide, Tuluá, Enero 8, 2011.

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ACTUALIZACIÓN A MARZO 10, 2011
Conmueve hondamente la noticia de que ha dejado de latir el fuerte corazón del doctor Israel Moreno Cruz,
amigo de esta casa periodística, el pasado martes 22 de febrero 2011
en la Clínica San Francisco de Tuluá siendo las seis de la mañana. Fue Rector de la UCEVA entre 1999 y 2006.
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Israel Moreno. Por Jorge Restrepo Potes,
"Hace pocos días falleció en Tuluá uno de los mejores seres humanos que yo haya conocido ..." .
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LA AMISTAD
Por Omar Ortiz
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Para Israel Moreno Cruz *
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El Tabloide, Tuluá, Enero 8, 2011.
http://www.eltabloide.com.co/index.php?option=com_content&view=article&id=8146:la-amistad&catid=101:opinion&Itemid=276
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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LA AMISTAD
Omar Ortiz

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Para Israel Moreno Cruz *

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Lo bueno de los años nuevos es que además de hacer buenos propósitos que la mayoría de las veces no cumplimos, nos brindan la oportunidad para reflexionar sobre diversos tópicos que los compromisos de la cotidianidad, casi siempre baladíes, nos niegan con sus múltiples urgencias. Mas estas jornadas de ocio que bien pueden convertirse en tiempo creativo nos permiten rumiar con detenimiento ciertas circunstancias, ciertos hechos que por lo general damos por sabidos pero que es preciso poner de cuando en vez sobre el tapete de lo imprescindible, de lo verdaderamente importante en nuestro periplo vital. Y, una de ellas es precisamente el valor, las singulares características de la amistad.
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Me dirán, se ha escrito mucho sobre la amistad. Y es verdad, desde Platón que escribió, “Lisis o de la amistad”, mucha tinta ha corrido sobre el tema. Recordemos algunos autores y títulos, Henry Miller nos dio una cálida y emocionada visión de sus amigos de barrio, sus compinches de Brooklyn en el “Libro de mis amigos”; Antoine de Saint Exupery, dedica el capitulo octavo de su obra más famosa, “El Principito” a explicar cómo puede el protagonista hacerse amigo de los lobos; Sandor Marai, en el “Último encuentro” hace una entusiasta versión de dicha relación en dos amigos que se encuentran después de cuarenta años y se perdonan todas sus deslealtades, ya que al fin y al cabo los únicos que nos siguen queriendo después de conocernos son los amigos. Porque son los amigos los que aceptan nuestras muchas debilidades y enaltecen nuestras pocas virtudes, ya que son ellos los secuaces de las filias comunes y los implacables colaboradores de las fobias que nos distinguen sobre otros seres. Así, por ejemplo, con un amigo sabemos a qué atenernos cuando nos recomienda una película, un libro o un restaurante, pero de la misma manera nos prestamos mutuamente para detestar a quien es objeto de comunes antipatías.
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Por ello resulta intolerable cuando los vemos sufrir por un desamor, una crisis patrimonial, una ausencia, una enfermedad o por cualquier circunstancia en que la vida se muestra en algunas ocasiones injusta e implacable. Quisiéramos de alguna manera tener la virtud de un bondadoso duende para corregir la pena que abruma a nuestro amigo, para darle la sorpresa de un remedio milagroso que sea la panacea para sus atribulaciones. Pero somos los más pequeños de los pequeños. Una hormiga tiene más poder que nosotros. Nos queda sí una pócima eficaz, y no es otra que la del inmenso cariño que siempre, como una perpetua lamparita eléctrica, alumbrará en nuestro corazón de amigo.
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NTC ... ENLACES
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* Israel Moreno Cruz

Tulueños que descuellan. Edicion 401

Por: Daniel Potes Vargas
http://elperiodicowebdpotesv.blogspot.com/2010_01_17_archive.html . Publicado por El Periódico / 18.1.10 /

Este ex -rector de la Uceva nació en Andalucía en 1942. Tulueño de adopción, Israel estudió en el Santa Librada de Cali, en el Gimnasio del Pacífico de Tuluá, cuando era rector Gerardo González Daza y en el Colegio anexo de la Universidad Libre en Bogotá, el Rafael Uribe Uribe.
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Fue juez en Zarzal, Roldanillo y Tuluá y le tocó ser compañero de clases de Arcadio González, el célebre revolucionario tulueño del barrio Popular.
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Líder de la Asociación de Profesores de la Uceva, Israel introdujo la modernización del Alma Mater, de la cual fue su tercer rector. Admira la labor de Jairo Gutiérrez Obando orientando los destinos ucevinos. Considera que la Unidad necesita una reflexión interna vasta y crítica.
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Amante de la oratoria, creó con el poeta Ómar Ortiz Forero el Certamen de oratoria Enrique Uribe White. Israel tuvo maestros como Gerardo Molina y amigos de diálogo como los hermanos Álvaro y Enrique Gómez Hurtado. Tuluá le debe mucho a este ilustre andaluz – tulueñizado.
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Actualizó : NTC … / gra. Enero 13, 2011. 7:00 PM.

domingo, 9 de enero de 2011

Lluvia, Economía y Poesía ... . ( II ) Enero 9, 2011.

.Portal-blog complementario a NTC ... Nos Topamos Con ... .
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.


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VIENE DE:
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EL ESPECTADOR, Opinión 9 Ene 2011 - 1:00 am , http://www.elespectador.com/impreso/columna-243926-naturaleza-crimen-y-castigo (Más adelante Columna de William Ospina (Enero 16, 2011) sobre esta de Abad)
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EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS, MIRÁNdose de reojo y con cara de pocos amigos, ha habido en El Espectador una polémica interesante entre dos valiosos intelectuales colombianos: Alejandro Gaviria y William Ospina.

Otros articulistas han metido baza en el asunto, pero me limitaré a Ospina y Gaviria (la llama y el hielo) porque sus posiciones representan los dos extremos opuestos, y se prestan fácilmente para hacer una caricatura de sus actitudes antagónicas. Si los caricaturizo no es para simplificar sus ideas ni para burlarme de sus posiciones, sino para que se entienda más claramente el debate.

La discrepancia empieza desde el mismo estilo, es decir, desde la estrategia retórica de cada uno. Ospina, poeta, usa las armas emotivas del sermón lírico y apela más a la emoción que a la razón; lo típico, en su alegato, es la anáfora (repetir las mismas palabras al principio de cada frase). Gaviria, técnico, experto economista, usa el helado bisturí del conocimiento científico; su figura retórica predilecta es el sarcasmo: muerde a los místicos y a los supersticiosos que ven motivos mágicos y metafísicos donde lo que hay es la acción brutal de la naturaleza. El motivo de la disputa es muy simple: se trata de decidir si los desastres del invierno son culpa del hombre (de la sociedad, de los gobiernos, de la técnica arrogante y trasplantada sin tino desde otras latitudes, como piensa Ospina) o consecuencia inevitable de una naturaleza ciega, como cree Gaviria.

Vale la pena oír los argumentos en sus propias palabras. No voy a ofender la inteligencia del lector diciéndole quién es quién. Será fácil reconocerlos cuando hablan de nuestra tierra y de lo que deberíamos hacer con ella. Para uno de ellos deberíamos hacer un homenaje a la naturaleza, que sea “un canto a las montañas nevadas de la pared occidental del Tolima, un canto a las aguas que bajan trayendo fertilidad a los valles, un canto a las llanuras donde fosforecen los cultivos de arroz y a donde bajan a tomar sombra los gavilanes y las águilas, un canto al río que a pesar de las ofrendas con que lo envilecen nuestras ciudades sigue llevando peces y garzas, canoas y músicas”. Para el otro, simplemente: “Hemos sufrido los peores aguaceros de los últimos cuarenta años. Vivimos en un país con una geografía difícil, casi imposible. Los asentamientos en las laderas de las montañas y las riberas de los ríos no son nuevos. Ni van a desaparecer. Son parte de este país”. Ahí pueden escoger: la lírica ensoñadora o el cinismo de los hechos irremediables.

Para William, deberíamos recuperar la sabiduría de nuestros antepasados indígenas, que convivían en armónico idilio con la naturaleza, con la Pacha Mama, y por el mismo motivo ésta no los golpeaba. Para Gaviria, aunque no niegue que la corrupción o las malas decisiones en política ambiental agravan las emergencias, la tragedia que vive Colombia es una calamidad natural sin culpables: no es Gaia que se venga ni los dioses que nos mandan castigos bajo forma aguada. Esta polémica, y estas posiciones locales, reproducen una controversia planetaria: el cambio climático es un ciclo natural de la tierra, o una alteración brusca motivada por los daños ambientales provocados por el hombre.

Aquí valdría la pena, para terminar, que yo me pusiera mi máscara de ecuánime, propusiera una tercera vía intermedia entre las dos posiciones (ni tanta lírica ni tantos hechos, diría), y que usara la estrategia retórica del equilibrio irónico. No lo haré. Y no porque quiera disimular lo que cada uno es o pretende ser, sino porque otra persona ya lo hizo: Rodrigo Uprimny, en un artículo muy ponderado, sentó una posición más sensata: “Justicia ambiental e inundaciones” *. Léanlo. Terminado este artículo, y sin tiempo para hacer otro, me doy cuenta de que sobre el mismo tema, y con mejores palabras, ya había escrito, durante mis vacaciones, Mauricio García:
“Economía y poesía” ( http://ntc-documentos.blogspot.com/2010_12_28_archive.html ) . Lo recomiendo.
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* Justicia ambiental e inundaciones
Por: Rodrigo Uprimny

EL ESPECTADOR . Opinión 20 Dic 2010 - 9:58 pm http://www.elespectador.com/columna-241520-justicia-ambiental-e-inundaciones

ESTE INVIERNO DESBOCADO NO NOS afecta a todos por igual. Para algunos de nosotros representa una leve incomodidad.

Pero para millones de colombianos, que ya vivían en situaciones muy precarias de pobreza, las inundaciones han sido una tragedia, pues les arrebataron lo poco que tenían.

Las lluvias inclementes han tenido entonces un impacto social diferenciado, pues no han afectado por igual a ricos y pobres, por lo cual resulta fructífero analizar siempre estos desastres a la luz de la llamada “justicia ambiental”.

Esta visión se desarrolló en Estados Unidos, durante las luchas sociales de los años sesenta contra la pobreza y la discriminación racial, cuando los activistas y algunos estudiosos constataron que la degradación ambiental afectaba especialmente a los pobres y afros, quienes tenían poca incidencia en las decisiones políticas. A su vez, otros estudios mostraron que la contaminación derivaba especialmente de los patrones de consumo de las clases medias y altas.

Estas constataciones son la base de la justicia ambiental, cuya tesis básica es que el deterioro ambiental y los riesgos naturales no son neutros desde el punto de vista de la justicia social. Las dinámicas ambientales son injustas, pues los grupos pobres y discriminados son quienes más sufren por la contaminación o por las catástrofes, mientras que las clases medias y altas no sólo suelen ser las más contaminantes, sino que tienen mayor incidencia en las decisiones políticas y están más protegidas frente a los desastres. Por decirlo un poco panfletariamente, mientras que los pobres y discriminados son quienes más sufren por el deterioro ambiental y por las catástrofes, los ricos son quienes más contaminan y quienes terminan decidiendo sobre las políticas ambientales.
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La idea fundamental de la justicia ambiental es entonces que no basta lograr el desarrollo sostenible y prevenir los desastres naturales. Estos propósitos son obviamente trascendentales. Pero es igualmente indispensable, al momento de definir las políticas ambientales, incorporar criterios de equidad, a fin de que sean justamente distribuidos entre todos los beneficios de la sostenibilidad y de la mitigación de los riesgos naturales, así como las cargas para alcanzarlas. E igualmente es necesario establecer mecanismos de participación para que los potencialmente más afectados, esto es, los pobres y discriminados, tengan una voz poderosa en las decisiones ambientales.
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Esta tragedia invernal es tal vez la peor catástrofe natural que Colombia ha vivido. Aunque el número de víctimas fatales ha sido —afortunadamente— más bajo que en otros desastres, como el de Armero, el impacto global es terrible. Más de dos millones de personas, especialmente pobres, han sido gravemente afectadas.
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Algunos podrían argumentar que resulta excesivo echarle la culpa al consumismo de los ricos por las inundaciones. Y es cierto que el vínculo causal no es directo. Pero todo indica que el inusitado aumento de las lluvias deriva del cambio climático. En todo caso, incluso frente a catástrofes naturales imprevisibles, como un terremoto, la vulnerabilidad de los pobres suele ser mayor, pues las dinámicas sociales los llevan a habitar las zonas más riesgosas, incluso a veces con estímulo de los gobiernos locales. Por ejemplo, en Córdoba, es conocido que las zonas más inundables son las de la margen izquierda del río Sinú y ahí es donde los gobiernos locales han promovido las viviendas de los más pobres.
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Las crisis y las catástrofes son siempre dolorosas, pero pueden ser también oportunidades. Esta tragedia invernal debería entonces ser la oportunidad para revertir nuestra terrible injusticia ambiental e incluso para repensar ciertas estrategias económicas. ¿Podemos meternos en la locomotora minera sin pensar en su posible injusticia ambiental?
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*Director del Centro de Estudio “DeJuSticia” (http://www.dejusticia.org/) y profesor de la Universidad Nacional.
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LOS 5.000 TURPIALES SARGENTO DE alas rojas que llovieron sobre Arkansas, los 500 mirlos y estorninos de Louisiana, las 100 grajillas de Falköping en Suecia, las decenas de aves no identificadas de Kentucky, las decenas de pájaros pechiamarillos de Chihuahua, las 10.000 aves selváticas de Manitoba, las 8.000 palomas de Italia… ¿son un hecho corriente de muerte de bandadas en tiempos de invierno, excepcionalmente advertido y divulgado por los medios este año, o es el surgimiento de un fenómeno inesperado, inquietante y desconocido?

Y si a eso le añadimos los 100.000 peces tambor muertos en Arkansas, los millones de pececillos muertos de Maryland, los miles de peces muertos de la Florida, las cien toneladas de peces del Brasil, los cientos de pargos de Nueva Zelandia, y los 40.000 cangrejos de Gran Bretaña, todo en el lapso de menos de dos semanas… ¿estamos ante una serie de accidentes naturales provocados por el frío, como quieren unos, por los tornados, como quieren otros, por los fuegos de artificio del fin de año, como pretenden los demás?

Lo cierto es que algo está pasando, y en unos días más sabremos si se trata de una serie de acontecimientos casuales o un hecho trascendente de proporciones planetarias. Por lo pronto ha comenzado la avalancha de los rumores y las conjeturas. “Antes de que comenzaran a caer muertos se escuchó un fuerte sonido”, dijeron testigos en Beebe, Arkansas, después de la lluvia de turpiales, en la medianoche de fin de año. “Hubo decenas de pájaros muertos en mi patio hace varios días”, dijo una mujer de Kentucky, pero sólo se animó a contarlo cuando descubrió que estaba pasando en otros sitios. La lluvia de pájaros de Chihuahua había ocurrido el 22 de diciembre, pero sólo empezó a ser alarmante después de los episodios de comienzos de año.

Los organismos estatales se han apresurado a tranquilizar a la opinión pública con los argumentos menos tranquilizadores. Decir que las aves son nerviosas y que el stress puede llevarlas a la muerte exigiría que desde el Génesis estén cayendo bandadas de pájaros muertos por todas partes, y no parece que haya sido así. Acusar del hecho a los fuegos de artificio de Arkansas deja sin explicar casi todos los otros fenómenos. Hablar de tormentas y de tornados, de la contaminación, de las granizadas a gran altura, como la que en 1973 mató centenares de patos en Stuttgart, es ignorar culpablemente que muchos hechos se han reportado en el hemisferio sur, y que en este momento incluyen también peces y cangrejos.

Las 17 autopsias de pájaros realizadas en Arkansas delatan traumas severos y hemorragias internas, pero no hay manera de saber si esas anomalías fueron la causa de la caída o se debieron a ella. Los episodios previos también sirven sólo para el que quiere tranquilizar, y en México se han traído a cuento dos: la muerte de 25.000 aves migratorias en la presa De Silva, municipio de San Francisco del Rincón, en 1994, y la muerte de 12.800 aves en la presa del Coyote, no muy lejos de allí, en 2004.

Sobra decir que la película Los pájaros de Hitchcock ha vuelto a ser objeto de la curiosidad de los adictos a internet, y que presenciar sus escenas finales, con el antecedente de los hechos recientes, es de verdad impresionante. Pero la humanidad ama la intriga, y ayer no más hubo quien vinculara los episodios de muerte de pájaros a una supuesta trama conspirativa que incluye el desarrollo de un arma química norteamericana, la guerra de Afganistán, el asesinato hace cuatro días del consejero militar John Wheeler, y la liberación en la atmósfera de una sustancia llamada fosgeno.

Para mí es fundamental tener en cuenta que se habla hasta ahora de la muerte en vuelo de bandadas enteras. No hay evidencias de que los pajarillos aislados estén muriendo. Alguien habló de la posibilidad de que las bandadas estén extraviando su rumbo o perdiendo su capacidad de orientación, y colisionen a veces unas con otras, o se alejen por regiones no deseadas. Las palomas muertas en Italia tenían los picos azules y eso parece evidenciar que se extraviaron y remontaron la atmósfera hasta regiones donde les faltó el oxígeno.

Y una de las explicaciones más inquietantes tiene que ver con el cambio del polo magnético de la Tierra, que según unos se está desplazando y según otros se está invirtiendo. Cabe la posibilidad de que esa modificación esté influyendo en el extravío de las bandadas de pájaros y podría también explicar la muerte de los cardúmenes y los accidentes de los bancos de peces.

Hay quienes piensan que estamos en el preludio de las catástrofes anunciadas del 2012. Pero todo eso pertenece al terreno de la especulación. Lo único cierto es que en este asunto de la muerte de los pájaros no lo hemos oído todo. Y acaso lo más importante todavía no nos fue revelado.
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¿Una polémica?
Por:
William Ospina
El Espectador, 16 Ene 2011 - 1:00 am http://www.elespectador.com/impreso/columna-245064-una-polemica

EN NUESTRO PAÍS ESTAMOS TAN POco acostumbrados a dialogar, que a cualquier cosa la llamamos una polémica.

En los últimos días oigo decir que Alejandro Gaviria y yo estamos trenzados en una polémica, sólo porque un día hablé de los estragos del invierno y añadí, como vaga premonición, que a lo mejor Alejandro no estaría de acuerdo con mis opiniones. Dio la casualidad de que ese mismo día Alejandro escribió sobre el tema en el sentido que yo había previsto.

No hemos alcanzado a polemizar, sólo expresamos, por una sola vez, y sin insistencia, nuestro desacuerdo. Pero algunos amigos han terciado en el tema, y son ellos quienes verdaderamente intentan darle cierto sabor de polémica a lo que inicialmente no pretendía serlo. Lástima que, para que la polémica parezca real, hayan creído conveniente, y no todos, por supuesto, resumir nuestras posiciones, para lograr así que no sólo los argumentos sino sus emisores resultemos bien distintos y pintorescos. Héctor Abad, que es un gran escritor y un gran amigo, por ejemplo, ha decidido recurrir a la caricatura.

La verdad es que no hay todavía tal polémica. En una columna distinta hablé de la catástrofe de Armero y de la conveniencia en términos culturales de rendir un homenaje a las víctimas y también a la naturaleza en la que se cumplió esa tragedia. No sé por qué Héctor mezcla y confunde las dos columnas y decide que mi recomendación para enfrentar los desastres de la naturaleza consiste en ese homenaje que recomendé para conmemorar la tragedia de Armero.

Yo pienso que nada como el conocimiento del mundo en que vivimos nos ayudará a prever los desastres naturales y a responder adecuadamente a sus desafíos. Pretender que ese homenaje al que aludo es mi recomendación para enfrentar los problemas del invierno es reducir el argumento al absurdo.

Cuando hablé del complejo sistema de canales de los zenúes sólo afirmaba que ese pueblo tuvo un conocimiento técnico y desarrolló grandes soluciones hidráulicas, y que nuestra cultura nacional ni siquiera eso ha conseguido. Sé que es de mal gusto citarse, pero me veo obligado a hacerlo. Los zenúes, dije, “ya hace mil años sabían controlar el régimen de las inundaciones y aprovecharlo para convertir las tierras inundables en zonas de cultivo. Quinientas mil hectáreas de canales son testimonio de una extraordinaria civilización hidráulica que, sin ninguno de los recursos técnicos del mundo moderno, crearon ese prodigio de ingeniería que aún sobrevive, siquiera como vestigio de una cultura ejemplar…”.

Héctor convierte ese argumento en esto: “para William deberíamos recuperar la sabiduría de nuestros antepasados indígenas, que convivían en armónico idilio con la naturaleza, con la Pacha Mama, y por el mismo motivo ésta no los golpeaba”.

¿De dónde sacas, Héctor, ese armónico idilio con la naturaleza, esa Pacha Mama de la que yo no he hablado, y por qué decides que yo pienso que la naturaleza, como si fuera una dama llena de buena voluntad, por esa razón no los golpeaba? No les estás haciendo un favor a tus lectores simplificando mis argumentos. Y pensar que al comienzo dijiste que no nos caricaturizabas para simplificar nuestras ideas sino para que se entendiera más claramente el debate.

Pienso que rendir homenaje a la naturaleza no es sentarse a rezarle: es estudiarla, es conocerla, es respetarla, no depredarla, no contaminar, no arrasar los bosques, y también, por supuesto, reconocerla en nuestra literatura, en nuestra música, en nuestras artes. Pretender que mi receta para enfrentar el invierno se reduce a hacer un canto a las paredes de la cordillera y que la de Alejandro es resignarse a la furia de la naturaleza, acaba por reducir los argumentos y por convertir la supuesta polémica en una tontería.

En otro momento de mi texto dije que era conveniente: “pensar en la enorme necesidad de conocimiento aplicado que tienen estas tierras nuestras para convertir en prosperidad este tesoro de aguas inagotables…”. No sé por qué eso significa que mi lenguaje recurre a “las armas emotivas del sermón lírico y apela más a la emoción que a la razón”.

En este caso, y eso no disminuye para nada el afecto que siento por él, Héctor no es justo con mis argumentos, me traduce a su propio código y forma en los lectores una idea falsa de lo que dije. No creo haber dicho gran cosa, pero si alguien está interesado en saber lo que pienso, le aconsejaría que no crea en la versión de Héctor, y más bien lea mi columna.

Yo no voy a desconfiar de la inteligencia de los lectores. Ni he jugado, ni jugaré, a contarles cómo piensa él, pretendiendo que lo hago para que lo entiendan más claramente.
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Cuenta por cobrar
Por: Heriberto Fiorillo

El Tiempo .com 16 de Enero del 2011. http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/heribertofiorillo/cuenta-por-cobrar_8786672-4 Impreso 17 ene.

Agradecemos la “topación” y el envío a Germán Patiño quien nos la envió con la siguiente nota: “¿Por qué las universidades no pueden hacer depender su desarrollo académico del vínculo con la empresa privada? Esta pregunta genera un interesante debate. La columna de Fiorillo es un buen ejemplo de por qué aquello es perverso.”

¿Cuánto deben pagar las empresas explotadoras de carbón por el daño ambiental que dejan?

¿Qúe precio pagaremos por entregar nuestros recursos carboníferos y disfrutar de sus ganancias? La legislación del medio ambiente ha sido casi inexistente en Colombia frente a la urgencia de vender todo el carbón, antes de que el mundo postmoderno pierda su interés en él. La coexistencia ideal de explotación carbonífera y desarrollo turístico no nos ha resultado viable, a juzgar por el costo ecológico de las operaciones de la empresa Drummond tanto en el Cesar como en el Magdalena.

La Drummond está vendiendo sus negocios en Colombia. La multinacional estadounidense estaría pidiendo entre 8 y 10.000 millones de dólares por el total de sus activos, con claras intenciones de salir rápidamente de aquí.

¿Por qué irse ahora de un país que le ha entregado en concesión, sólo en el Cesar, un campo de 47.000 hectáreas de explotación, en tamaño una tercera parte de Bogotá, donde hay 1.700 millones de toneladas en reservas de carbón, algo que le aseguraría 60 años de incalculable enriquecimiento?

Cuatro firmas han manifestado interés en comprar, pero están evaluando el estado de todas sus operaciones, sobre todo el daño ambiental. Unos aseguran que supera la suma pretendida por la Drummond en la venta.

¿La vamos a dejar vender e irse así no más?

Me pregunto si el gobierno colombiano tiene una medida del daño causado por el polvillo mineral que las barcazas de la Drummond sueltan todos los días sobre el mar y las playas entre Ciénaga y Santa Marta y por las miles y miles de toneladas del mineral que, empujadas por las tormentas del invierno, arrojan al lecho marino, aniquilando en él todo vestigio de vida.

La Drummond saca anualmente miles y miles de millones de dólares en carbón colombiano de alta calidad. Las utilidades de la empresa son mejoradas por ventajas tributarias como la devolución del IVA y del impuesto a la renta. Está además exenta del pago del impuesto de industria y comercio y del impuesto predial sobre casi 20.000 hectáreas, a cambio de un 10 por ciento de regalías a boca de mina para nuestro país. Regalías que mal liquida, como lo comprueba una multa por 48 millones de dólares, pagada hace un par de años.

La Drummond suele incumplir sus protocolos de seguridad y de responsabilidad social en Colombia. Tres dirigentes de su sindicato fueron asesinados, hace seis años, en condiciones aún no esclarecidas. La empresa ha enfrentado tres huelgas por inseguridad industrial a causa de frecuentes accidentes, lesiones y enfermedades, estabilidad laboral y falta de inversión social en compensación por los daños infligidos a pobladores del área donde se asienta la mina o que viven a todo lo largo del corredor carbonífero. Se han registrado varios paros cívicos en protesta por la presencia de enfermedades pulmonares de obstrucción crónica, especialmente entre niños y ancianos. Ya el país sabe de Asotred (Asociación de Trabajadores Enfermos en la Drummond), que agremia desde el 2008 a 599 trabajadores afectados en su salud por las minas de esta entidad.

Es necesario, repetimos aquí, que el Gobierno Nacional abandone su actitud arrodillada frente a la oferta y el comportamiento de las multinacionales. Es necesario que les exija y les ayude a minimizar los perjuicios sociales y ambientales de sus operaciones. Es su deber defender los derechos de los ciudadanos, cuidar el patrimonio nacional y prever las consecuencias de las actividades que puedan impactar la vida diaria de sus comunidades.

La Constitución respalda también numerosas formas de participación ciudadana, para demandar información, explicación, justificación y legitimidad de los procesos y métodos utilizados en la explotación de nuestros recursos naturales.
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CONTINUARÁ ...