jueves, 3 de abril de 2014

LECCIONES POLÌTICAS Y CONSTITUCIONALES DEL LIBERTADOR EN EL LANZAMIENTO DEL LIBRO. Por ARMANDO BARONA MESA

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LECCIONES POLÍTICAS Y CONSTITUCIONALES DEL LIBERTADOR. Leonardo César Tafur González. Lanzamiento del libro. Cali, Abril 3, 2014. NTC ... Registros


Clementina Bravo (secretaria de la Academía),  Ubeimar Delgado Blandón (Gobernador  del Valle), Luis Antonio Cuellar M. (Presidente de la Academia), 
Armando Barona Mesa (Vicepresidente de la Academia) y Leonardo César Tafur González (Autor del libro).
 EN LA SESIÓN SOLEMNE DE LA ACADEMIA DE HISTORIA DEL VALLE DEL CAUCA
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EN EL LANZAMIENTO DEL LIBRO

LECCIONES POLÍTICAS Y CONSTITUCIONALES DEL LIBERTADOR

del Doctor 
Leonardo César Tafur González

Por ARMANDO BARONA MESA

El doctor Leonardo César Tafur González es un ciudadano honorable de esta tierra. Soy su amigo desde hace más tiempo que el de una vida humana promedio. Iniciamos juntos una labor política en el mismo bando, y a ella aportamos sueños e ilusiones. Los tiempos eran otros, los ideales eran otros, los hombres eran otros. La actividad, por cierto, era otra. Por eso, al pasar las vanidades que cupieran en almas juveniles, hoy sentimos orgullo de haber hecho esa faena y de haber aportado significativos elementos de progreso a la vida nacional, desde el Congreso de la República, aunque todos ellos hayan pasado por el tamiz irreversible del olvido.

Pero el paso de luengos años no nos ha alterado el semblante,  ni hemos caído en el desvanecimiento, ni en desmedro de nuestras facultades. Aun veo en mi amigo los signos pausados de una seriedad que prematuramente ostentó, unidos al vigor de su paso ágil y recto. De la misma manera me siento yo en el trajín diario que no me ha abandonado,  en las horas largas de una lectura que no se saciará sino con el término último de la existencia. Y en la escritura, que busca como una nave  exótica, radas de azul y  vientos de popa  abiertos hacia quiméricos  cielos de esperanza .

Ambos hemos tenido una pasión por la poesía y la historia, como la quinta esencia del hombre. El hombre, sí,  ese ser exótico, ambiguo, bipolar, capaz de llegar a la sublimidad y a la perfección y de elevarse a alturas imposibles, de crear el arte y la ciencia, la música y los números y penetrar en los más recónditos secretos de un microcosmos cada vez menos secreto, o navegar por el infinito universo; pero  al mismo tiempo  el monstruo solazado en las acciones más repugnantes y brutales, sin piedad ni altruismo. Pero ese es el ser que llevamos dentro y al que pertenecemos.

“Nada de lo humano me es ajeno” dijo aquel antiguo esclavo, Terencio,  romano conocedor  tan a fondo de  la tragedia del hombre. Por supuesto la historia es el compendio de todas esas actividades, buenas y malas de cada uno de los de nuestra especie.

Uno encuentra en nuestro héroe máximo, Simón Bolívar, ese conjunto contradictorio del hombre: el Bolívar de la Carta de Jamaica, al lado del que entregó a Miranda, su maestro, al español Monteverde. O el Libertador delirante de Pativilca concibiendo los sueños de un iluminado, con el hombre que en 1812 ordenó pasar a cuchillo a los ochocientos  y pico de soldados y civiles españoles prisioneros en las cárceles. Cuánta contradicción existe no solo en nuestro libertador, grande y pequeño, sino en Napoleón y en Julio César,  en Carlomagno y en Alejandro, en la inglesa Isabel I y en Carlos I de España, V de Austria. Pedro el Grande, al igual que Iván el Terrible y Constantino el Grande, mataron a sus respectivos hijos. También mató a su heredero un hombre tan parsimonioso y clerical como Felipe II.  El hombre, ciertamente, es una gran contradicción.

Leonardo César Tafur entrega hoy, bajo los auspicios de esta Academia de Historia, un libro que no es ensayo ni una biografía. Es una compilación de los documentos y discursos  más  importantes salidos  de la mente preclara de Bolívar, que comienza con aquel escrito, siete días antes de su suspiro final, conocido como su Última Proclama. Grande en esas postrimeras palabras, conociendo ya con la certeza de su desfallecimiento,  que dejaba su carnadura humana y desaparecía de un escenario en el que habían florecido las más tormentosas pasiones en contra de él,  que todo lo entregó, su fortuna, su vida, su valor e intrepidez personal, al par que su inteligencia estratégica a ese ideal huidizo pero el más elevado, que era el de la libertad.

Y al lado de ese  conmovedor documento, se inserta una carta poética dirigida a un viejo amor de veinticinco años atrás, a aquella  prima  lejana Fanny de Villars, a quien en otras oportunidades había escrito otras cartas menos inflamadas, pero llenas de su afiebrada pasión. Esta carta aparece con fecha 6 de diciembre de 1830, aunque en publicaciones anteriores figura con fecha 16. Es hermosa, con la presencia del temperamento de Bolívar. Mas no es auténtica, según estudios muy serios. Se atribuye a la pluma del venezolano Luciano Mendible Camejo, quien vivió en Barranquilla y la publicó en el Diario del Comercio de esta ciudad en 1925. Mas no hay duda que legítima o no, es el estilo de Bolívar y de su época, inyectado de una poesía magnética y electrizante. “Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío.” De modo que la carta, aunque no sea auténtica, resplandece con esa luz prestada en la que uno adivina al Libertador.

No me extiendo más. Aquí tienen los estudiantes y los amigos de la historia, en Lecciones Políticas y Constitucionales del Libertador,  un manantial de documentos que dejan, más allá de los defectos e imperfecciones humanas de Simón Bolívar, las bases equilibradas de su grandeza, casi sin igual entre sus pares, y por supuesto sideralmente distante de aquellos hombres que lo combatieron y odiaron y sobre los cuales se impone, al decir de Olmedo, su nombre y su hazaña: “Oh capitán valiente, / blasón ilustre de tu ilustre patria,/ no morirás, tu nombre eternamente/ en nuestros fastos sonará glorioso… “     
 
ARMANDO BARONA MESA

Cali, abril 3 de 2014

Club de Ejecutivos de Cali, 7:00 PM 

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"La última carta de amor de Bolívar" 

Por Armando Barona Mesa

De: Armando Barona Mesa
Para: rene alejandro gutierrez de pineres y grimaldi 
Enviado: Miércoles, 11 de marzo, 2015 10:16:21
Asunto: "La última carta de amor de Bolívar" 
Mi amigo Alejandro Gutiérrez de Piñeres y Grimaldi hoy trae en su correo * una reproducción de la que él llama "la última carta de amor de Bolívar", que no es otra que la conocida y hermosa carta a su prima y amor lejano, Fanny de Villars, que según una falsa tradición, fue escrita desde San Pedro Alejandrino, ya a las puertas abiertas del sepulcro. Pues bien, caro amigo, debo decir que esa carta es apócrifa y nada tuvo que ver el Libertador con ella.
En la presentación del libro de Leonardo Tafur González Lecciones políticas y constitucionales del Libertador, lanzado ya hace unos dos años, y como quiera que Tafur incorpora esa carta en el inicio de su texto, escribí estas palabras que ahora repito a propósito del error del doctor Gutiérrez de Piñeres: 
 "... se inserta una carta poética dirigida a un viejo amor de veinticinco años atrás, a aquella  prima  lejana Fanny de Villars, a quien en otras oportunidades había escrito otras cartas menos inflamadas, pero llenas de su afiebrada pasión. Esta carta aparece con fecha 6 de diciembre de 1830, aunque en publicaciones anteriores figura con fecha 16. Es hermosa, con la presencia del temperamento de Bolívar. Mas no es auténtica, según estudios muy serios. Se atribuye a la pluma del venezolano Luciano Mendible Camejo, quien vivió en Barranquilla y la publicó en el Diario del Comercio de esta ciudad en 1925. Mas no hay duda que legítima o no, es el estilo de Bolívar y de su época, inyectado de una poesía magnética y electrizante. “Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío.” De modo que la carta, aunque no sea auténtica, resplandece con esa luz prestada en la que uno adivina al Libertador."  (Cali, abril 3 de 2014,  http://ntc-documentos.blogspot.com/2014_04_03_archive.html )
Es bueno, pues, dejar esa salvedad y aclarar que, como aquel poema atribuído malamente a Borges y titulado Instantes, o El olvido que seremos que trató de abrogarse el igualmente querido poeta Harold Alvarado Tenorio y sí era de Borges, o uno que le atribuyeron a Gabo y que tenía un bello final -tal vez tomado de Keats- que decía algo así como escribiré mi odio sobre el hielo, que Gabo abominó, o el poema Con el tiempo, que Adolfo Vera, con muchos otros, atribuyeron igualmente a Borges y es de una poeta americana llamada Veronica Shofftall y no alcanza a ser más que un poema motivador y sincero, en líneas generales son buenos aunque apócrifos y dicen tanto al tiempo como las palabras cansadas del olvido.
 Te envío un abrazo, ARMANDO BARONA MESA,
Cali, marzo 11 de 2015.
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---------- * Mensaje recibido ----------
De: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi 
Fecha: 10 de marzo de 2015, 20:52
Asunto: Fwd: CARTA DE AMOR ESCRITA POR SIMON BOLIVAR
Para: … …
Carta de amor escrita por Simón Bolívar
 La última carta de amor escrita por Bolívar, pocos días ante de morir a su prima Fanny. 
( La carta está fechada el 6 de diciembre de 1830. Afortunadamente  Fanny la conservó para la historia). 
 Querida prima:
 ¿Te extraña que piense en ti al borde del sepulcro?
Ha llegado la última hora; tengo al frente el mar Caribe, azul y plata, agitado como mi alma por grandes tempestades; a mi espalda se alza el macizo gigantesco de la sierra con sus viejos picos coronados de nieve impoluta como nuestros ensueños de 1805.
Por sobre mí, el cielo más bello de América, la más hermosa sinfonía de colores, el más grandioso derroche de luz.
Y tú estás conmigo, porque todos me abandonan; tú estás conmigo en los postreros latidos de la vida, en las últimas fulguraciones de la conciencia.
¡Adiós Fanny! Esta carta, llena de signos vacilantes, la escribe la mano que estrechó las tuyas en las horas del amor, de la esperanza, de la fe.
Esta es la letra que iluminó el relámpago de los cañones de Boyacá y Carabobo; esta es la letra escrita del decreto de Trujillo y del mensaje del Congreso de Angostura.
¿No la reconoces, verdad? Yo tampoco la reconocería si la muerte no me señalara con su dedo despiadado la realidad de este supremo instante.
Si yo hubiera muerto en un campo de batalla frente al enemigo, te dejaría mi gloria, la gloria que entreví a tu lado en los campos de un sol de primavera.
Muero miserable, proscrito, detestado por los mismos que gozaron mis favores, víctima de un inmenso dolor; presa de infinitas amarguras. Te dejo el recuerdo de mis tristezas y lágrimas que no llegarán a verter mis ojos.
¿No es digna de tu grandeza tal ofrenda?
Estuviste en mi alma en el peligro, conmigo presidiste los consejos del gobierno, tuyos son mis triunfos y tuyos mis reveses, tuyos son también mi último pensamiento y mi pena final.
En las noches galantes del Magdalena vi desfilar mil veces la góndola de Byron por las calles de Venecia, en ella iban grandes bellezas y grandes hermosuras, pero no ibas tú; porque tú flotabas en mi alma mostrada por las níveas castidades.
A la hora de los grandes desengaños, a la hora de las últimas congojas apareces ante mis ojos de moribundo con los hechizos de la juventud y de la fortuna; me miras y en tus pupilas arde el fuego de los volcanes; me hablas y en tu voz escucho las dianas de Junín.
Adiós, Fanny, todo ha terminado. Juventud, ilusiones, risas y alegrías se hunden en la nada, sólo quedas tú como ilusión serafina señoreando el infinito, dominando la eternidad.
Me tocó la misión del relámpago: rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo y tornar a perderse en el vacío. 
 Santa Marta, 6 de diciembre de 1830

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NTC … ENLACES (sobre "la carta") :
Carta a Fanny Dervieux du Villars
Discusión Trialéctica en el aprendizaje de nuestra historia endógena
Por: Cristopherd J. Alaña | Martes, 17/02/2009 04:42 PM
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