martes, 29 de julio de 2008

Diálogos B-P-E- ... . Documento 3.

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Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas »
Diálogos B-P-E-...
Documento 3.
Julio 31, 2008, 18:49
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DE: Yves Moñino , < ymonino@orange.fr > París, 31-jul-2008 14:08

"RAZÓN TRIUNFAL"
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Acepto y asumo el reproche que me hace William Ospina de comportarme a ratos como si tuviera «la razón triunfal». Lo acepto: es cierto que la pasión de convencer me lleva a veces a lindar con el peligroso género de la polémica. Lo asumo, como francés incorregible que soy, corriendo alegre el riesgo de pasar por antipático, como ese mesero de restaurante parisino que se negó a servir una Coca-Cola al propio Mike Jagger, quien se la había pedido para acompañar un filet-mignon. Me deleito de los deliciosos filets-mignons que por lo general nos ofrece William Ospina, pero me atraganté con la coca-cola primitiva (uso aquí el nuevo sentido que se nos propone ahora) que venía con la sabrosa comida, cuando estaba en derecho de esperar una buena botella de vino. Por lo demás, me asocio plenamente al último comentario que hizo Carlos Vidales.
Yves Moñino
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De diálogos y polémicas
Por: Carlos Vidales . carlos@bredband.net
Estocolmo, julio 31 de 2008.

Escribo estas líneas motivado por el reciente intercambio de pareceres entre Yves Moñino y yo [ 1 ] [ 2 ] , que a su vez tuvo origen en el artículo de William Ospina "Nuestra extraña época" (El Espectador, julio 19 de 2008) [ 1 ]. Me motiva también otra nueva columna de Ospina ("Una grata polémica", El Espectador, julio 27 de 2008) [ 1 ].

Debo decir de partida que no escribo aquí para rebatir a nadie: me interesa aportar mis comentarios y puntos de vista sobre asuntos que han sido tocados en el curso de nuestro intercambio de opiniones.

El primero de estos asuntos es el empleo del término "polémica". He sostenido en diversas oportunidades que las polémicas no me interesan y creo que esta es una buena ocasión para explicar mis razones.

Me apoyaré en el buen Diccionario de la Real Academia para desarrollar mi comentario.

polémico, ca.
(Del gr. πολεμικός).
1. adj. Perteneciente o relativo a la polémica.
2. adj. Dicho de alguien o de algo, que provoca polémicas (‖ controversias).
3. f. Arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza.
4. f. teología dogmática.
5. f. controversia.

Como se ve, la palabra "polémica" puede ser adjetivo con dos acepciones (relativo a las controversias o "polémicas", o algo que provoca controversias o "polémicas") y puede usarse como sustantivo con tres acepciones diferentes: a- Una acepción militar (arte de ardides a emplear para defender o atacar una plaza); b- Una acepción religiosa (teología dogmática, esto es, "La que trata de Dios y de sus atributos y perfecciones a la luz de los principios revelados); y c- Una acepción discursiva o retórica (controversia = Discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas).

Obsérvese bien que el diccionario de la RAE reserva el quinto y último lugar para la única acepción del término que podría dejar algún resquicio para un diálogo constructivo. Pero el más elemental repaso a la historia de las controversias, al menos en nuestra lengua, muestra que los participantes llegan a ellas con sus opiniones contrapuestas muy bien solidificadas y salen de ellas como vencedores o como vencidos, nunca como convencedores o convencidos. Las polémicas no han sido inventadas para aprender o enseñar, para persuadir o ser persuadido. Las polémicas se hicieron para aplastar o ser aplastado.

Más grave aún es el hecho, científicamente comprobable, de que mis amados compatriotas entienden la "polémica" en sus acepciones tercera y cuarta: arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender a cualquier plaza, y teología dogmática.

Con algunas modificaciones, claro está: mis compatriotas usan en el arte de la polémica todos los ardides (el más honesto de los cuales es la injuria rabiosa), nunca para defender o atacar una plaza, sino para destrozar la integridad de una o varias personas, con sistemático olvido de los preceptos de la moral, las buenas costumbres y el Manual de Carreño. Y lo hacen con el talante de la teología dogmatica: no exponen argumentos sino verdades absolutas a la luz de principios revelados que son, por su propia naturaleza, indiscutibles. Véanse, sin ir más lejos, los mensajes "polémicos" de los lectores de cualquier periódico colombiano sobre cualquier asunto.

No creo que esa práctica discursiva pueda conducir "a ningún Pereira", como dicen los teóricos de la civilización greco-caldense. Yo creo más en el diálogo, esto es, en el intercambio razonable de argumentos y puntos de vista, en un proceso en el cual las partes mantienen su predisposición a persuadir o ser persuadidas.

Para ilustrar un poco mi punto de vista, y haciendo uso de la necesaria exageración pedagógica, diré que Sócrates era dialogante, en tanto que los jueces que le obligaron a beber cicuta eran polémicos.

Terminaré la exposición de mi punto de vista sobre este asunto, agregando que el método socrático me parece admirable, a condición de que se le agregue un poco de humor y alegría de vivir, no para burlarse del interlocutor, sino para invitarlo a compartir una buena sonrisa o una estrepitosa carcajada. Pues como dijo Rabelais, el reír es propio del ser humano y la risa es, por eso, un acto supremo de comunión entre seres humanos.

Queda, pues, explicado, por qué me resisto a entrar en polémicas.

Mi segundo comentario se refiere al empleo del adjetivo "primitivo" en las dos columnas citadas de William Ospina. Es verdaderamente una lástima que este asunto haya eclipsado el tema central del primer artículo de Ospina, hasta el extremo de que toda la discusión derivó hacia temas un poco alejados de la tragedia colombiana, la violencia cruel, las masacres, las orgías de odio, las exacciones, persecuciones, arbitrariedades y crímenes que marcan a sangre y fuego el drama de nuestra patria y que estaban en el centro de la atención de Ospina cuando escribió su columna.

No estaba de más, sin embargo, hacer el comentario que Yves Moñino y yo hicimos sobre este asunto secundario. Porque las palabras han de ser usadas de manera que todos, o al menos la mayoría, podamos estar de acuerdo sobre su significado. El adjetivo "primitivo" está definido así por nuestro amado y manoseado Diccionario de la RAE:

primitivo, va.
(Del lat. primitīvus).
1. adj. Primero en su línea, o que no tiene ni toma origen de otra cosa.
2. adj. Perteneciente o relativo a los orígenes o primeros tiempos de algo.
3. adj. Se dice de los pueblos aborígenes o de civilización poco desarrollada, así como de los individuos que los componen, de su misma civilización o de las manifestaciones de ella. Apl. a pers., u. t. c. s. m.
4. adj. Rudimentario, elemental, tosco.
5. adj. Esc. y Pint. Se dice del artista y de la obra artística pertenecientes a épocas anteriores a las que se consideran clásicas dentro de una civilización o ciclo, y en especial de los artistas y obras del Occidente europeo anteriores al Renacimiento o a su influjo. Apl. a pers., u. t. c. s. m.
6. adj. Gram. Dicho de una palabra: Que no se deriva de otra de la misma lengua.


A la luz de estas definiciones, me pareció que debía expresar mi desacuerdo con la siguiente frase de William Ospina, en su columna "Nuestra extraña época":

"En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil."

Ni siquiera aplicando la cuarta acepción del término (primitivo = rudimentario, elemental, tosco) llegamos "a ningún Pereira" con la frase de Ospina, porque es bien sabido que "rudimentario, elemental y tosco" no son sinónimos necesarios de "criminal, arrogante, descarado, ilegal o violador de la ley".

La segunda columna de William Ospina no mejora las cosas, porque dice que nuestra grata "polémica"... "es un verdadero privilegio frente a la avalancha de insultos que suelen padecer columnistas y periodistas por parte de unas pocas gentes cargadas de odio primitivo".

Vaya, pues, sea. Ospina utiliza el adjetivo "primitivo" como sinónimo de cosas malas y no me queda más remedio que aceptar esto y defender su derecho a ponerle a la palabra la carga de valor que mejor le parezca. Todos sabemos que las palabras de cualquier idioma tienen su valor semántico y, además, una cierta cantidad de otros valores (éticos, pasionales, políticos) que la cultura y la historia les han ido agregando. "Chévere" fue sinónimo de "bandido, criminal, rebelde, diablo" en la época colonial, y hoy vale por "bacano, hábil, bueno, bien plantado, etc". Igualmente, "Tupamaros" designaba a rebeldes, criminales, bandidos, enemigos de la sociedad, en la época colonial, pero significó "luchadores de la libertad" en la época de la independencia.

Pero, eso sí, para poder entendernos en nuestros diálogos, deberíamos todos aclarar cuál es exactamente la definición de los términos que usamos, cuando los usamos con nuestras propias cargas de valores. De otro modo, nuestros diálogos no nos llevarán "a ningún Pereira" y, peor aún, nos masacraremos los unos a los otros en interminables "polémicas" sin entender por qué nos estamos masacrando.

Carlos Vidales
Estocolmo, julio 31 de 2008.
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Actualizó: NTC … / gra , Julio 31, 2008 , 4:18 AM. ntcgra@gmail.com

jueves, 24 de julio de 2008

Diálogo Paris - Estocolmo - Capurganá. Julio 24, 2008

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Allí: las columnas de William Ospina y los primros textos de Y. Moñiño y Carlos Vidales sobre ella.
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Sociedades "organizadas" y sociedades "primitivas"
Diálogo
París (Yves Moñino )
Capurganá , Chocó, Colombia (Normán Echavarría Leiter)
Etc, ...
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William Ospina, un campesino ilustrado
http://www.elpais.com.co/blogs/principal/blog1.php?b=11&n=677
Por Julio César Londoño en Palimpsesto
, su blog literario, en EL PAIS de Cali. 2008-05-20
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de Carlos Vidales < carlos@bredband.net >
para NTC
fecha 04-ago-2008, 15:29
asunto SV: en contravia de la polemica de Moñino y Vidales vs Ospina
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Híjole! Leí el artículo de Don Jorge Enrique Senior. He intentado filtrar todos sus adjetivos descalificadores y me he quedado con NADA entre las manos. Habrá que leer el artículo de William Ospina para ver todas esas cosas horribles que dicen que dijo y ver si de verdad es un vil simplista maniqueo coqueto del postmodernismo, apologista del canibalismo, tergiversador con sevicia a mansalva y sobreseguro, maximalista exagerador y absolutizador, eco vergonzante de la bazofia postmodernista y del intelectual nazi Martin Heidegger (¿¿!!!!?? aquí de nada vale que los nazis lo hayan declarado réprobo y lo hayan mandado castigado a cavar trincheras, y tampoco vale de nada que en su doctrina no haya ni una sola línea racista o anti-semita), romántico bohemio que dispara como ametralladora e indiscriminadamente con estética verborrea, ignorante y presunto compañero de los falangistas españoles y, en suma, rabioso y rencoroso.

Por lo demás, me llama la atención también la rotunda descalificación que algunos amigos hacen de WO. Vuelvo a leer "Las auroras de sangre" y no me parece una obra tan espantosa, aunque podría ser mejor. Creo que es un esfuerzo muy meritorio para invitar a la lectura de Joan de Castellanos. ¿Qué tiene WO que hay gente que lo odia con tanto furor? ¿No será posible dialogar sobre la obra de este autor con una pizca de compostura?
A ver si nos comportamos como si fuéramos gente.
Saludos. Carlos Vidales
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Al mejor cazador se le va la liebre.
de Jorge Enrique Senior, JES < jsenior@enred.com >
para ntcgra@gmail.com fecha 02-ago-2008 14:36
asunto en contravia de la polemica de Moñino y Vidales vs Ospina
Señores NTC … .Mural Cultural
En contravia de la polemica de Moñino y Vidales contra William Ospina donde lo ponen como si fuese un eurocentrico modernista del siglo de las luces, he criticado a Ospina por lo contrario, por ser un coqueto del posmodernismo y llevar la critica de la modernidad a la exageracion, la tergiversacion y el simplismo maniqueo
Hace algunos meses publique en El Heraldo de Barranquilla un articulo critico referente a algunos escritos de Ospina
Aqui adjunto esa contribucion al debate (sin tildes para que no se desconfigure):
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Al mejor cazador se le va la liebre.
Por Jorge Enrique Senior
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El autor de La Franja Amarilla (texto que debiera ser lectura obligada en el bachillerato) es, sin duda una de las mentes lucidas del pais y uno de sus mejores escritores.
Pero en su articulo Lo que nos deja el siglo XX aparecido en revista Numero (5), http://www.revistanumero.com/indice5.htm y en su libro Los nuevos centros de la esfera , 2001, (1) definitivamente se le fueron las luces, se le apagaron las luminarias como le sucede a nuestros estadios en pleno partido.
En estas paginas Ospina se dedica con su brillante retorica a satanizar la civilizacion occidental al mismo tiempo que mitifica el pasado y las culturas no occidentales. Con sevicia y alevosia, sobreseguro y a mansalva, Ospina selecciona aspectos negativos de la sociedad moderna y los generaliza y absolutiza como si esa fuese la realidad total de la cultura occidental. En un analisis completamente maximalista de maniqueismo rampante y desbocado el escritor tolimense termina dibujando una vil caricatura de la realidad. Todo es malo para el, la industria, la ciencia, la tecnologia, la tecnica, la razon, religiones, filosofias, ideologias, el estado, el mercado, el ocio, el trabajo, la pornografia, el progreso, en fin. Lo unico bueno, según el, es el arte.
Dice Ospina que solo el arte es bueno, con el peregrino argumento de que si el arte es malo entonces no es arte (¿por que no aplico ese brillantisimo argumento logico a los otros aspectos del potencial humano? ). Solo el arte no ha traicionado ni al hombre ni al mundo dice el autor, aunque unas paginas mas atrás habia dicho que la poderosa sociedad industrial convirtio a la disidencia en simple moda, abrio las puertas de sus empresas a los musicos de vanguardia, asimilo los lenguajes del teatro del absurdo y del arte pop, etc. ¿Al fin que?
Lo curioso es que en su afan maniqueo el escritor llega a sublimar el canibalismo (comer al otro para asimilar sus propiedades!!!) y alaba ohh aquellas guerras de antes donde el honor resplandecia. No desconozco la etica del guerrero pero la realidad cruda era que habia que destripar al enemigo con una lanza, amputarle el brazo de un sablazo o mocharle la cabeza con hacha y luego robar sus mujeres y niños. En el caso de la conquista de America el autor olvida que dos puñados de españoles lograron triunfar respectivamente sobre los dos imperios, el Azteca y el Inca, no por las armas, sino gracias a la division entre los americanos y tambien gracias a las creencias que estos tenian. Y en el escrito hay hasta errores puntuales como atribuirle a los bombardeos aereos las peores masacres de la primera guerra mundial cuando eso sucedio en la segunda (aunque esto no es esencial para el argumento).
Aunque no lo reconoce explicitamente, en el escrito se escucha el eco de la bazofia posmodernista (“es necesario reencantar el mundo”) y del intelectual nazi Martin Heidegger y su tesis del “olvido del ser” que Ospina expresa como “el hombre, criatura extraviada que ha perdido su lugar en la armonia cosmica” (“¿armonia cosmica?” ¿existe tal cosa?).
William Ospina suelta perlas como las siguientes: “en el neolitico las necesidades basicas del hombre estaban satisfechas” (según el eso lo sabe cualquier antropologo). “La civilizacion es la barbarie”. Cita y aprueba a Scheler: “el hombre es la via muerta de toda la vida en general”. “El imperio omnimodo de la Fisica como unica explicacion del universo precipito a vastos sectores de la juventud y del llamado mercado laboral en la drogadiccion trivializada y masiva” ¿¡Que tal!?
El autor evoca a Holderlin que “anuncio el eclipse de la razon y el retorno a la embriaguez creadora”. He ahi la tipica manifestacion del romanticismo bohemio que atraviesa todo el canto poetico en prosa apasionada que es este olvidable ensayo.
Lo grave es que muchas de las criticas de Ospina –que comparto en alto grado- tienen mucho de verdad, pero el tono maximalista y maniqueo de todo el discurso lo lleva a no matizar ni precisar el blanco del ataque sino a disparar como ametralladora contra todo lo que se mueva, cayendo indiscriminadamente como victima de su estetica verborrea no solo lo malo sino tambien lo regular y lo bueno de nuestra sociedad moderna. Y la penicilina o la pisada del hombre en otro cuerpo celeste son apenas insignificantes anecdotas (aunque de seguro seran recordadas por milenios).
Dice Ospina que solo los artistas fueron conscientes de que “el saber era un peligro para el mundo”. Eso es falso de toda falsedad. Filosofos, cientificos, politicos y hasta los mitos han advertido esto desde tiempos inmemoriales. Pero esto no implica que la solucion sea la ignorancia o saber menos o gritar como los falangistas españoles “¡Muera la inteligencia!” . Lo que implica es que el saber puesto que es potente, implica poder y por ende implica responsabilidad y etica o se vuelve en contra del ser humano y la naturaleza. Ahí esta el mito prometeico para recordarnos que la reflexion sobre el saber y sus peligros es antiquisima. Pero Ospina se pone del lado de los dioses y no de Prometeo que le dio el fuego a los hombres.
En resumen, parece que a William Ospina se le fueron las luces, al parecer contagiado por otro genio paisa, Fernando Vallejo, otro lucido que le dio por escribir un libro contra la ciencia haciendo un ridiculo descomunal. Quizas la explicacion esta en que se dejo llevar por la rabia y el rencor. El autor admite en el prologo que “en este libro heterogeneo conviven momentos de reflexion serena con apasionadas tomas de partido”. Sin duda este capitulo corresponde a lo ultimo.
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(1) NoTiCas y complementaciones de NTC …
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de Carlos Vidales
para carlos_jaime05@yahoo.com * , ymonino@orange.fr
fecha 28-jul-2008 15:08
asunto SV: Sobre la polemica de sociedades primitivas y sociedades organizadas.
Estimado Carlos Jaime Ramírez:
Veo que tenemos problemas con el uso de las palabras. Tanto usted como William Ospina llaman "polémica" lo que apenas ha sido un diálogo sobre un asunto secundario de una columna de William Ospina.
Ni yo ni Yves Moñino hemos dicho que empleamos el término "primitivo" dentro de los marcos del "concepto judeocristiano de PROGRESO" (veo que usted usa la palabra "progreso" en lugar de "civilización", pero creo pertinente recordarle que la palabra "progreso" apareció por primera vez en lenguas europeas en el siglo XVIII, en relación con los marcos conceptuales de la expansión colonial, el industrialismo y el desarrollo de las ciencias físicas y naturales). Por mi parte, reaccioné contra el uso del término por parte William Ospina, precisamente porque no creo que "primitivo" pueda usarse como sinónimo de "no organizado". En esencia, yo critico en Willian Ospina lo que usted quiere adjudicarme a mí y a Yves Moñino.
Le agradezco mucho sus referencias bibliográficas. Conozco la obra de Kostas Papaioannou y la estimo mucho, pero es bueno saber que no fue el primero en "poner fin a este despropósito".
No veo por qué no debería hacer caso sobre los datos que acompañan su nombre. Lamento que usted tenga prejuicios sobre mis supuestos prejuicios, es decir, que haya decidido de antemano, sin conocerme, lo que yo pienso.
Finalmente, le reitero que aquí no hay polémica. Yo no soy amigo de las polémicas. Yo hago comentarios y estoy siempre abierto al diálogo, excepto cuando el interlocutor decide de antemano cosas y casos que deberán esclarecerse precisamente en el curso del diálogo.
Reciba mi saludo cordial.
Carlos Vidales
-----Ursprungligt meddelande-----

* Från: Carlos Jaime Ramirez Perez [mailto: carlos_jaime05@yahoo.com ]
Skickat: den 28 juli 2008 20:19
Till: ymonino@orange.fr ; carlos@bredband.net
Ämne: Sobre la polemica de sociedades primitivas y sociedades organizadas.
Queridos amigos:
Ya William Ospina se encargo de demostrar, en su columna del 27 de julio en el mismo diario del texto en cuention, el desenfoque interpretativo en el que ustedes han caído por hallarse presos en el concepto judeocristiano de PROGRESO. Hasta donde llega mi conocimiento «primitivo» no es una categoría antropologica y si bien hace alusión al origen (lat. Primitivus) la acepción que ustedes asumen como la única e indiscutible quedó atrapada en la linealidad de la historia. Creía que ya el filosofo griego Papaioannou había puesto fin a este despropósito, pero como no es obligación leerlo todo ni todo puede llegar a nuestras manos les sugiero una juiciosa lectura de la recopilación de ensayos de Kostas Papaioannou editada bajo el nombre de “La consécration de l´histoire” Editions Ghamp Libre, París 1983 (hay traducción al español “La consagración de la historia” FCE 1989. Si después de la misma persiste su percepción entonces reanudaremos la polémica.
Nota: no hagan caso de los datos que aparecen abajo del nombre, prodria derivar en una nueva polemica, pero si no hay prejuicio podrían echarle una mirada al texto sobre arquetipos, mitos y algo mas... que aparece en la pagina web con mi firma
Carlos Jaime Ramirez P.
Astrólogo. Academia Astrológica de Bogotá
http://www.academiastrologica.org/
Carrera 45 A No 103 B 33 . Tel: 236 87 04 . Movil: 310 311 39 32 . Fax: 621 84 87
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de Carlos Vidales < carlos@bredband.net >
para Yves MONINO < ymonino@orange.fr >, NTC < ntcgra@gmail.com >
fecha 24-jul-2008 19:19
asunto SV: Fwd: Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas » Dialogo P-E-C ...
Muy querido hermano don Yves:
Ya que veo a Su Merced en sintonía con los mejores rebuznos del Hermano Universo, quiero obsequiarle con todo cariño el Cántico al Hermano Sol en lengua original, que guardo en mis cuadernos de apuntes, de puño y letra del hermano Francisco, a quien tuve el gusto de acompañar en sus visitas al hermano Lobo y a las hermanas florestas de la bella Umbría:

Cantico di Frate Sole
Frate Francesco d'Assisi
Canticum fratris solis vel Laudes creaturarum

Altissimu onnipotente bon signore,
tue so le laude, la gloria e l'honore et onne benedictione.
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Ad te solo, altissimo, se konfano,
et nullu homo ene dignu te mentovare.
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Laudato sie, mi signore, cun tucte le tue creature,
spetialmente messor lo frate sole,
lo qual'è iorno, et allumini noi per loi.
Et ellu è bellu e radiante cun grande splendore,
de te, altissimo, porta significatione.
.
Laudato si, mi signore, per sora luna e le stelle,
in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle.
Laudato si, mi signore, per frate vento,
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo,
per lo quale a le tue creature dai sustentamento.
.
Laudato si, mi signore, per sor aqua,
la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.
.
Laudato si, mi signore, per frate focu,
per lo quale enn'allumini la nocte,
ed ello è bello et iocundo et robustoso et forte.
.
Laudato si, mi signore, per sora nostra matre terra,
la quale ne sustenta et governa,
et produce diversi fructi con coloriti flori et herba.
.
Laudato si, mi signore, per quelli ke perdonano
per lo tuo amore,
et sostengo infirmitate et tribulatione.
.
Beati quelli ke 'l sosterrano in pace,
ka da te, altissimo, sirano incoronati.
.
Laudato si, mi signore, per sora nostra morte corporale,
da la quale nullu homo vivente pò skappare.
Guai a quelli, ke morrano ne le peccata mortali:
beati quelli ke trovarà ne le tue sanctissime voluntati,
ka la morte secunda nol farrà male.
Laudate et benedicete mi signore,
t rengratiate et serviateli cun grande humilitate. *
--
Mucho me gusta el terceto cuasi dantesco:
.
"Loado seas, mi señor, por el hermano viento,
y por aire y por nube y sereno y todo tiempo,
por el que a tus creaturas das sustento."

En cuanto a la cucaracha Victoriana Huerta, es interesante que Su Merced la relacione con el gran hermano Kafka. A riesgo de ser indiscreto, he de contarle que hurgando entre los papeles y archivos que la Cuca guarda en su rincón, he encontrado unos escritos suyos, entre los cuales hay un cuento que comienza así:

"La metamorfosis.
Una mañana, al despertar después de un sueño intranquilo, la cucaracha Gregoria Samsa se encontró en su rincón convertida en un monstruoso viajante de comercio..."

No diré cómo sigue la historia porque no quiero tener problemas con la hermana Cuca, quien está preparando sus manuscritos para presentarlos al concurso del Premio Planeta. Le he preguntado, eso sí, si ha plagiado el cuento de Kafka, y me ha respondido muy suelta de bigotes que no, que solamente ha hecho un poco de "intertextualidad". Lo cual me parece una explicación muy plausible.

Dice Su Merced que está mintiendo como un sacamuelas y que usa una expresión francesa ya que no encuentra una expresión equivalente en español. Naturalmente: como en español se miente consuetudinariamente, no hay expresión para esa acción. Tal vez podríamos decir: estoy mintiendo como cualquier ciudadano normal. Sea como fuere, creo que es verdad que el hermano Universo no tiene un sentido pr sí mismo. Si fue creado por algo o por alguien, no fue creado para nada ni para nadie; pedir explicaciones sobre este pequeño asunto no parece muy racional. En cambio, no creo que sea "un caos", a menos que definamos "caos" como "un orden que no comprendemos ni podemos explicar". Yo creo mucho en el poema del hermano Heráclito de Efeso (escrito, dicho sea de paso, con ayuda de mi primo el burro Asnóclito, también de Efeso):

"Este ordenado Universo,
uno y el mismo para todos,
ni por dios ni por hombre fue creado
sino que ha sido, es y será fuego viviente,
eterno y palpitante fuego
que se enciende en medidas y se apaga en medidas".
Perdone Su Merced mi traducción, pero confieso que mi griego jónico está un poquito oxidado. Eso sí, convengamos en que don Heráclito fue filósofo porque fue poeta, y fue poeta para poder filosofar.

Una figura retórica que me gusta es esta: "El Universo se creó a sí mismo para que los poetas lo canten". Esta no será toda la verdad, pero es UNA VERDAD: el burro que rebuzna al atardecer, el coyote que aúlla a la luz del crepúsculo, el lobo que lanza su hondo grito a la luna llena, la rana que croa sin descanso, toda la noche, bajo un mágico manto de estrellas, no solamente llaman a su pareja para el delicioso acto de la reproducción, sino también intercalan en su reclamo bellas estrofas de amor al hermano Sol, a la hermana Luna y a toda nuestra infinita y prodigiosa familia de galaxias.

El hermano Universo, pues, es literario, poético, porque cada átomo suyo es tema de odas y epopeyas. Es matemático, porque todo lo hace en medidas, "eterno y palpitante fuego que se enciende en medidas y se apaga en medidas". Es filosófico, porque desde el más ilustre ateniense hasta el más humilde virus se estremecen de asombro ante sus inconmensurables prodigios y su inconcebible fuerza, y el asombro es la primera premisa de la filosofía. Es racional, porque se deja pensar y porque nadie puede llegar a comprenderlo íntegramente. Y es infinito, ilimitado, eterno, omnisciente, insondable y todopoderoso hasta el extremo de que los seres vivientes han tenido que inventar pequeños dioses para poder aproximarse a sus misterios.
Reciba Su Merced mi rebuzno más considerado.
Pantxo el Orejón
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de Yves MONINO < ymonino@orange.fr >
para NTC < ntcgra@gmail.com > cc Carlos Vidales < carlos@bredband.net >
fecha 24-jul-2008 16:40
asunto re: Fwd: Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas » Dialogo P-E-C ...
Querido hermano Pantxo,
Gracias a tu ironía en regalarnos, a los gorilas complicados, el Su merced, eres más que nunca mi hermano del alma, y don Carlos un compañero de trago, además del serlo ya del alma.

Primero porque me hiciste descubrir, hace un rato, al Cántico del Hermano Sol, el poema más estremecedor, con unos de Juana Inés y otros de mis amigos gbaya del África, que me haya entrado en el corazón. Lo leí en castellano (la traducción francesa es mala) pero estoy buscándolo en italiano, ya sabes como somos los lingüistas complicados, tenemos que ir a la fuente, si entendemos la lengua de la fuente.

Segundo porque me permites aclarar unos malentendidos. Había leido con cuidado que tú no rechazas las cosas buenas producidas por la razón, como este computador que nos está uniendo desde Capurganá hasta Estocolmo (pasando por Cali) . Precisamente a esas palabras aludí, cuando evoqué los perfumes como una forma de comunicación.

Otro malentendido es que no pongo la razón por encima de nada. En mí, como en muchos gorilas complicados, la chispa que conduce a las preguntas sobre el hombre y los gorilas, la guerra y la paz, lo justo y lo injusto, es que esas cosas me gustan o no me gustan, las amo o las odio, las gozo o las añoro, me indignan o me estremecen : la lengua española, por un feliz azar me dice que la razón es una parte del corazón. La plenitud del amor te es suficiente para hacerte entender y gozar el mundo, en un acuerdo perfecto y armonioso con tu naturaleza de burro. Y por eso es que les eres más simpático que yo a nuestros lectores y lectoras, y me parece justo y normal. Porque resulta que a los gorilas complicados, a don Carlos como a mí, a las hembras como a los machos (no es una cuestión de género, Pantxo : dime a ver si no son complicadas las fórmulas químicas de Marie Curie, o la prosa estructuralista de Julia Kristeva), la Madre Naturaleza nos hizo el regalito, vete a saber por qué, de unos cuantos neuronas más que al chimpancé, que para nuestra desgracia crecieron como un cáncer. Y don Carlos y yo, respetuosos de lo que nos dió nuestra Madre, tratamos de usarlas de vez en cuando, como cualquier proletario.

Pantxo, aquí estoy mintiendo como un arrancador de muelas (expresión francesa cuyo equivalente no encuentro en español). La triste verdad es que sé desde mi niñez que el universo no tiene absolutamente ningún sentido de por sí. No evolucionó de lo más sencillo a lo más complejo. Si hay un creador a todo ese caos, lo hizo en el estado habitual en que se encuentra nuestra querida Viviana Huerta, la cucaracha marijuanera de don Carlos, que supongo empezó a sollarse cuando se dió cuenta que era la reencarnación de Gregorio Samsa. O más bien, como lo supuso Borges, nuestro universo es el mediocre trabajo que un estudiante dios presentó para graduarse en la escuela de dioses. Luego Darwin remplazó a Dios por Santa Selección Natural, como dice otro gorila complicado, Fernando Vallejo, y nos salvamos otra vez de la idea de la nada, rien de rien, cantaba Edith Piaf, la nada de donde salimos y a donde vamos, todos, los gorilas de cinco millones de años, las culebras de 200 millones y las cucarachas de 800 y la tierra de mucho más, todos esos ceros ya me producen vértigo, y el Hermano Sol y el universo entero : a la nada y al olvido. No somos los gorilas complicados el ser más complejo de este caos, somos un pequeño accidente del azar nacidos de una ruptura tectónica y de un cambio de clima, allá en el África. Seríamos uno de los muchos abortos de Madre Naturaleza, si existiera. Parió un animal tan mal concebido que sabiendo que va a morir, tiene que buscarle un sentido a su existencia. Tú, Pantxo, no tienes que buscarle sentido a la vida, la vives y basta. Los gorilas lo encontramos matando, otros amando, otros amando y matando, otros tratando de entender por qué y remediarlo. Yo soy, como don Carlos, de los que se indignan del despilfarro que hace el gorila complicado de su capacidad de amar y de pensar, en vez de vivir en armonía con su naturaleza propia.
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DESDE CAPURGANÁ
de Norman Echavarría Leiter < jardindarien@coldecon.net.co >
para Yves MONINO < ymonino@orange.fr > cc NTC … < ntcgar@gmail.com >
fecha 28-jul-2008 11:30
asunto Re: Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas »

Viví dos meses en la bella Praha. Conoce Usted las islas de San Blas? En ese distrito hay unas aldeas que le recomiendo a los antropólogos conocer, una de ellas, la bella Armila, en la costa de Carreto, una playa de mas de 13 kilómetros de larga, habitada por tres comunidades, casi que primitivas, adonde no se llega si no, o caminando desde Puerto Obaldía, o en lancha ciertas épocas del año. Cuando quiera conocerlas, yo le indico como llegar a ellas desde Capurganá, dónde vivo parte del año.
Visite, por favor nuestra web: www.jardinbotanicodarien.com/condominio.htm
Norman
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Ps. Muchas veces pasé por la bella Buda Pesta, me hospedaba en el viejo Castillo de Buda, ahí quedaban unas residencias estudiantiles, un cubanito super mamertico que defendía la revolución de Fidelio con capa y espada, y era amigo de una colombianita que también vivía en esas mismas residencias me hacía espacio en su habitación. Estoy hablando de la década de los sesenta, cuando aun tenía el alma sonrosada. Algunos amigos de NTC … y de mi amada Universidad del Valle – en dónde laboré como profesor- dicen que yo estoy construyendo un pequeño paraíso socialista en Chomacondo, Dios los oiga, je!
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----- Original Message -----
From: Yves MONINO
To: Norman Echavarría Leiter
Sent: Tuesday, July 22, 2008 11:14 AM
Subject: Re: Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas »

Estimado Norman,
NTC … me transmitió sus comentarios bien interesantes sobre mi respuesta a William Ospina (A) . Me parecía importante reaccionar a los prejuicios que aún corren dentro de muchos sesos, y no de los peores, de acá y de allá.

Comparto plenamente su idea pesimista de que el individuo es egoísta por naturaleza. Tomar el individuo como eje del mundo (a semejanza de Dios para los cristianos o como ser en si para los burgueses de la revolución francesa) fue un fracaso total, pero como usted lo dice, controlarlo dentro de los limites de valores comunitarios también fue un fracaso, al menos detrás de la difunta Cortina. Y no crea que añore las sociedades "primitivas" por la razón de que tienen más armonía social, lo que es cierto, pero que el individuo paga a un precio muy alto. No, yo añoro a los pueblos de Centroafrica, de Camerun y de Colombia (mi trabajo en Colombia es en el Palenque de San Basilio, donde viví dos años y sigo yendo y tengo muchos amigos, no hablé de ello en el texto porque eso si que integraron valores individualistas al tiempo que son muy comunitarios), porque a pesar de la presión social omnipresente, el individuo se manifiesta con astucia y jocosidad, sin dañar a nadie porque no puede acaparar poder ni riquezas materiales, pero solo para preservar su ente y espacio personales. Me gusto esa lucha, no por el oro, sino para ganarse clandestinamente su propio espacio de libertad. Por haber vivido, como usted, detrás de la cortina (en Checoeslovaquia y en Hungría) con gente sencilla, me di cuenta de la astucia de las gentes del pueblo para escapar a las normas, y también me gusto eso. Y es cierto que esas sociedades (incluso las de tipo soviético) eran más justas para la masa que las nuestras.

Con un saludo cordial, Yves Moñino
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de Norman Echavarría Leiter < jardindarien@coldecon.net.co >
para NTC cc ymonino@orange.fr
fecha 27-jul-2008 19:20
asunto Re: Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas » . Por Yves Moñino, lingüista y antropólogo (Paris).

Muy interesantes los textos, para no ir muy lejos, en San Blas a un paso de Capurganá encuentras tu un sistema social muy parecido al comunismo primitivo, donde el eje o centro del mundo no es el individuo hecho a imagen y semejanza de Dios, como si alguien lo hubiera visto, si no el bienestar comunitario. Mi experiencia en los países tras la Cortina me mostró que el hombre todavía no ha terminado de evolucionar, tiene ese “mío, mío” tan arraigado que hizo imposible ese loable proyecto social. A mi criterio falló por dos cositas muy pequeñas, somos egoístas por naturaleza, de ahí la corrupción y la megalomanía de sus líderes, y la otra, tal vez la más importante, el hombre hasta hace muy poco tiempo deambulaba por el mundo con plena libertad. El cosmos tiene 15 mil millones de años y el hombre no creo que llegué al millón de tener esta inteligencia autodestructiva. Marx y Lenín diseñaron su utópica sociedad para un hombre ideal, algo que pensaban construir con eso que llamaban ellos conciencia socialista, para aplicar para los otros y no para sí mismo.
Norman
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de Carlos Vidales < carlos@bredband.net >
para : Yves MONINO < ymonino@orange.fr >, NTC < ntcgra@gmail.com >
fecha 24-jul-2008 1:23
asunto SV: Defensa del intelectual, gorila complicado

Muy estimado don Yves:

Después de una feroz discusión aquí en casa, se ha decidido que yo le responda a Su Merced, porque don Carlos Vidales anda por ahí borracho en compañía de la cucaracha Victoriana Huerta, que es su amiga de parrandas. Lo primero que quiero decirle es que don Carlos es un viejito regañón a quien le gusta encontrarle peros y reparos a todo. Además es un exagerado, porque yo nunca jamás de los jamases, en todos mis escritos, he cometido la barbaridad de negar la civilización humana y muchísimo menos sus creaciones intelectuales, que siempre me han parecido muy simpáticas. En el mismo texto que don Carlos ha enviado a NTC, he dicho:

"En fin, dirán vuestras mercedes que mi historia es burrocéntrica y que yo escribo desde una perspectiva que niega toda civilización humana. Por lo menos, eso es lo que me ha dicho don Carlos Vidales, quien me presta su ordenador por pura tolerancia, ya que él es fiel defensor de la libertad de rebuzno. Yo digo a don Carlos y a vuestras mercedes que sería tonto negar las civilizaciones humanas. Ellas existen, aunque no nos gusten. Y ellas han creado, junto con tantas miserias y sufrimientos, muchas cosas buenas, como por ejemplo la posibilidad de comunicarse con otros. Yo tengo la esperanza de que, en el futuro, esta comunicación haga innecesarias las guerras."

Lo que a mí me molesta (aunque no me quita el sueño ni me arruga las orejas) es que vuestras mercedes los humanos sostienen la ingenua y encantadora fábula de que la civilización es obra exclusiva suya. Olvidan que su invento más importante, las guerras, se han hecho con la abnegada ayuda y el heroico sacrificio de burros, mulas, caballos, bueyes, perros de presa, halcones, microbios, virus, piojos, pulgas y otros animalitos que han contribuido con sus vidas a la obra civilizadora de las invasiones, las conquistas, las masacres y otras maravillas dignas del más rico ingenio quijotesco. Olvidan que ni Babilonia, ni Jerusalén, ni Tebas, ni Samarcanda, ni Tel-el-Amarna, ni Atenas, ni Roma, ni Cajicá (megalópolis vecina a Bogotá) se construyeron sin ayuda de burros, mulas otras bestias de carga llamadas peones, albañiles y campesinos. Y como vuestras mercedes han mantenido durante los últimos doscientos siglos la civilizada idea de que solamente vuestras mercedes piensan, y que los burros tenemos el cerebro solamente de adorno, pues héte aquí que terminaron por sostener, durante toda la Edad Media y buena parte de los Tiempos Modernos, que solamente los intelectuales piensan y que los proletarios tienen, como los burros, el cerebro de adorno solamente.

Por eso me dice don Carlos Vidales, cuando está sobrio, que yo tengo antipatía contra los intelectuales; y cuando está borracho, que es lo más frecuente, afirma que yo soy un burro imbécil que no debería meterme en cosas que no me competen. Y mientras dice eso chupa tequila como si fuera agua y canta rancheras zapatistas con la cucaracha Victoriana Huerta, hasta que llega la policía a restaurar los valores de la civilización. Un desmadre.

Así que ahora, aprovechando que don Carlos está al borde de la inconsciencia etílica, me da mucho gusto decirle a Su Merced que su comentario sobre el artículo de don William Ospina me pareció excelente y muy oportuno. Aunque Su Merced no lo crea, yo también he leído muchos de los autores que Su Merced cita, porque don Carlos los tiene en su biblioteca particular, que es muy grande y variada. Tampoco hay que hacerle mucho caso a don Carlos cuando dispara frases venenosas contra el estructuralismo, porque me consta que lee muy asiduamente a sus grandes pensadores, contrasta sus ideas con las de otras escuelas y discute con mucha seriedad y respeto todas esas opiniones. Aquí tenemos una tertulia en la casa, formada por el ratón Heráclito, el loro Eurípides, don Carlos y yo, de manera que bien puede Su Merced imaginar la variedad de aportes, puntos de vista y perspectivas que enriquecen nuestra conversación intelectual, cuando tenemos la suerte de que la cucaracha Victoriana esté durmiendo su resaca y don Carlos se encuentre de visita en el Reino de la Razón.

En este punto dice don Carlos, en medio de su borrachera, que él no mencionó para nada el asunto de las "abstracciones" porque en ese asunto estamos todos de acuerdo. Es más, agrego yo, toda forma de lenguaje es, por su propia naturaleza, un sistema de abstracciones. Así es el llamado sexual del alce en los bosques escandinavos, el glorioso rebuzno del asno en todas las latitudes del planeta, el "enigmático" lenguaje de los delfines y etcétera, etcétera. Los señores caballos de Lascaux y los distinguidos y elegantes toros de Altamira son bellas abstracciones, como lo son las figuras de peces, pájaros y tapires dibujadas con dos o tres líneas magistrales por los nativos del Amazonas. La capacidad de abstracción es una función sicológica universal de la materia viva, solamente que los señores humanos machos y adultos la han desarrollado hasta niveles de complejidad casi Lacaniana, aunque sostienen al mismo tiempo que sus mujeres y sus niños carecen de esta facultad o la tienen atrofiada (postulación que, me parece, implica una manera errónea de abstraer).

Es verdad también que no comparto la absurda tesis de don Carlos Vidales de que "el rebuzno de un burro contiene más sabiduría sociológica que toda la civilización humana surgida de sociedades clasistas, injustas y conquistadoras". Digo, en cambio, que el rebuzno de un burro contiene conocimiento y sabiduría que pertenece a otras dimensiones diferentes de la humana, del mismo modo que el diálogo químico entre dos hormigas trabajadoras contiene conocimientos e información que pertenecen a una dimensión diferente de la humana. El problema es que vuestras mercedes creen que solamente los humanos "se comunican", que el grito de un gorila (en realidad es un sistema complejo de más de doscientos gritos diferentes, que producen infinitas combinaciones) es solamente un grito sin sentido, y que es más "razonable" un discurso del señor Bush que el concierto de un ruiseñor en las entrañas del bosque. Como si solamente existiera una dimensión de la "razón": la humana.

Finalmente, y para no hacer interminable este rebuzno, diré a Su Merced que las menciones al señor hermano Francisco de Asís y a la tierna hermana sor Juana Inés de la Cruz fueron hechas a instancias mías. Los aportes teóricos son, para mi sensibilidad de burro, de poco valor si no están enriquecidos por la sabiduría del amor. El hermano de Asís enseñó un camino seguro para la comunicación entre los seres humanos y el resto de la Naturaleza: el amor, la ternura, la complicidad, el cariño. Hablo de la complicidad, porque millones de caballos jamás habrían aceptado participar en las gloriosas masacres de la historia humana, si no se hubieran sentido cómplices de sus gloriosos caballeros (lo cual, a esos caballeros, jamás les ha importado un rábano). En cuanto a sor Juana, diré a Su Merced dos cosas: primera, que ella logró demostrar que sí podía pensar y sí podía hacer abstracciones, cuando era dogma que una mujer estaba negada a estas facultades (lo cual es un gran paso hacia el descubrimiento de que también los otros bichitos podemos abstraer, cada cual en su dimensión); y la segunda, que ella sostuvo lo que más tarde Walt Withman habría de llamar "la ecuanimidad absoluta de las cosas", lo que en el lenguaje de sor Juana se tradujo en una empatía total e integral con todos los seres de la naturaleza, animales (incluidos los humanos), vegetales y minerales. Esto me parece una gran conquista intelectual y una puerta segura para la verdadera sabiduría.

Todo esto, en fin, para pedir disculpas a Su Merced por las impertinencias de don Carlos, quien a pesar de todo es una buena persona, especialmente cuando el tequila viene de buena calidad.

Reciba Su Merced mi rebuzno más distinguido.

Pantxo el Orejón

-----Ursprungligt meddelande-----
Från: Yves MONINO [mailto: ymonino@orange.fr ]
Skickat: den 24 juli 2008 05:58
Till: NTC … . Kopia: carlos@bredband.net
Ämne: Defensa del intelectual, gorila complicado

Amigos de NTC … :

Leí con mucho interés y cariño lo de Carlos Vidales, que me parece muy pertinente y me encanto. Les mando mi respuesta, muy amistosa, a Pantxo-Carlos, pueden subirla al debate en el blog si quieren y si les parece útil, pero no conozco las reglas del juego en el blog NTC … : ¿aceptan respuestas del autor de un artículo ya publicado a un escrito sobre ese artículo? Si no la publican, lo que considero legitimo porque puede ser pesado para los lectores un diálogo exclusivo entre dos personas (y luego el sin fin de la respuesta a la respuesta de la respuesta), no se preocupen y no lo suban (¿o no lo bajen?). De todas formas la mando a Carlos, y si él tiene a bien, podremos él y yo dialogar en privado.
Un abrazo para todos, y un saludo fraterno a Carlos Vidales, Yves
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Defensa del intelectual complicado

Mi querido hermano burro Pantxo de Vizcaya,
Leí tus bellas y sencillas opiniones de hace diez años y me descubrí un hermano del alma : tú. Me gustó entre otras cosas que no defendieras a los indígenas por ser indígenas, también ellos se organizaron sociedades espantosas, las únicas que valoran nuestras espantosas sociedades, como lo haces resaltar. Leí con igual interés y cariño la reacción de tu amigo Carlos Vidales frente a mi erudición arrogante, y descubrí a otro amigo del alma, mi primer amigo del alma en Suecia. Pero me parece que él confunde los papeles, lo que tu no haces, mi querido burro.

Tiene casi toda la razón tu amigo Carlos : no soy pedagogo, soy investigador y no sé enseñar. Tampoco soy escritor, ni poeta, soy un trabajador científico que por lo general se dirige a intelectuales científicos como él, con conceptos complicados porque la realidad es compleja y se necesita cierto nivel de abstracción para entender cómo funciona. Tu amigo no recuerda que para poder escribir tan clara y sencillamente, con ese admirable talento con que lo haces, de las civilizaciones indígenas, tuviste antes que leer cantidad de libros mamones de historiadores científicos, quienes habían pasado su vida, en vez de gozársela, hundidos en los polvorientos manuscritos que habían descubierto entre Estocolmo y Cúcuta. Es curioso : nadie piensa en reprocharle a Enstein de no haber escrito libros de vulgarización, pero en cuanto se trata de ciencias humanas, uno no puede escribir si no lo hace para su vecino de barrio (vivo en un barrio obrero). Por que se trata del hombre, y como se trata del hombre, todo es sencillo (1) . Pero yo no sé hacer eso y no me toca. No es mi trabajo y no tengo talento para eso. Les toca a los buenos poetas y escritores como Carlos Vidales (A) o Willam Ospina (A), te toca a tí, mi querido burro, que lo hacen mucho mejor que yo y cuyo indispensable papel es el más noble de todos : hacer participar y sorprender al pueblo, con poemas, novelas, cuentos y columnas de periódico, hacer compartir nuevas ideas, imágenes y sentimientos sobre el hombre y los gorilas.

Precisamente esta es la razón por la cual salí de mi papel de intelectual, a interpelar a Ospina : porque un talentoso escritor con su poder de influencia (buena la influencia, me gustan mucho sus crónicas), formador de la mente de miles de lectores de El Espectador, escribió (A) algo lamentable, como lo reconoce tu amigo Carlos. Por supuesto que William no es un colonialista, y que fue inconsciente de su parte. Por eso mismo me pareció necesario poner mi grano de sal, porque me duele que ideas de cajón lleguen a infectar como a escondidas a un espíritu libre e influente, sobre todo si le tengo estima.

Lo hice con un poco de arrogancia, ¿pero quién citó a Valéry, como para darle a su argumento lamentable la autoridad suficiente para establecer la verdad? Bueno, caí en la trampa : contesté con otro argumento de autoridad, citando unos cuantos antropólogos (y una antropóloga, Carlos : la hembra Margaret Mead, que no escribió retruécanos estructuralistas, sino un libro magnífico de observaciones de terreno que se llama Coming of age in Samoa, no sé qué título tiene en español). Si cité a Levi Strauss, no era para hacer gala de un estructuralismo que detesto, es porque contesta directamente a Valéry sobre la supuesta falta de abstracción de los « primitivos », y de eso, mi querido burro, ni mú en tus textos. Al contrario defines los primitivos (al menos los cazadores-recolectores, que cogen a la naturaleza sin modificarla ni destruirla) como « naturales », lo que me parece ser otro mito, aunque simpático éste. El hombre de Altamira y de Lascaux (perdón, burrito, quería decir el hombre prehistórico, soy un gorila franchute incorregible) ya era un ser totalmente abstracto y simbólico, tan abstracto que seguimos sin entender nada de los signos que trazaba en las grutas alrededor de los bisontes y mamutes, esos sí que muy realistas. Si ves algo natural en esto, burro mío, llámame, porque sería la noticia del año.

Y perdón por no haber citado a Francisco de Asís, yo ni siquiera conozco a Agustín ni a Tomás y sería incapaz de explicarte la diferencia entre ellos. Desgraciadamente, no tuve ninguna educación religiosa, ni en mi familia, ni en la escuela, ni en las clases de filosofía de la Sorbona. ¿Puedes imaginarlo? Sólo en Colombia me enteré de que la Navidad celebraba el nacimiento (o la muerte, ya no sé) de Cristo. Y mi pobre país con 30% de sin dios (prefiero la palabra a la de ateo que denota una actitud militante, mientras "sin dios" sólo refiere a una tradición sin asiento filosófico), enterrados « sin flauta ni confesión » como los indios de Atahualpa Yupanquí. No me vanaglorio de ello, porque es toda una vertiente de la cultura occidental que lamento ignorar por completo. A Juana Inés de la Cruz si la conozco y me transportan sus poemas, pero nunca hubiera pensado en su posible aporte al debate con nuestro amigo Carlos. Voy a releerla y voy a leer a Francisco de Asís, que hasta hoy ha sido para mi un nombre de hospital parisino.

Mi querido burro, estoy seguro que no compartes, en tus adentros, la idea « que el rebuzno de un burro contiene más sabiduría sociológica que toda la civilización humana surgida de sociedades clasistas, injustas y conquistadoras ». Intuyo que nuestro amigo Carlos, su autor, se dejó llevar por una demagogia fácil, pero que él tampoco en sus adentros se cree su propio cuento. Tu rebuzno es necesario y fresco como el aire que respiramos, tan necesario como la sabiduría sociológica que nace antes que todo de la curiosidad, de la capacidad de asombro y del rechazo a las ideas de cajón sobre nuestra triste condición humana. Condenar la sabiduría porque nació de sociedades clasistas y conquistadoras es como condenar a los perfumes corporales, porque fueron inventados para ocultar los olores a sudor y a mugre. Hoy nos perfumamos los gorilas humanos, tanto primitivos como seguntivos, para nuestro placer y comunicación olfactiva, y eso le gusta a Carlos como a mi. ¿O no?

Sigue rebuznando, mi querido burro, para nuestro gozo, placer y entendimiento.
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(1) Lo dices tú mismo, mi querido burro : « Hay que inventar la filosofía, para justificar lo que sea, y para esconder las respuestas sencillas y evidentes detrás de preguntas complicadas. En suma, hay que volverse humano. » Pues sí, el hombre es un animal un poco más complicado que el gorila, con esos millones de neuronas de sobra que le salieron. El gorila no pregunta nada. Mira y aprende. Según nuevas teorías antropológicas complicadas y observaciones participantes concretas de grupos de micos en libertad, lo único que distinguiría a los micos naturales de nosotros, los micos complicados, sería la curiosidad ante lo desconocido. Te lo sirvo tal cual, yo no tengo opinión al respecto, no he vivido con gorilas naturales.
....
(A) http://ntc-documentos.blogspot.com/2008_07_21_archive.html Allí la columna de William Ospina y los primeros comentarios de Y. Moñino y de Carlos Vidales.

lunes, 21 de julio de 2008

Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas »

Portal-blog complementario a NTC ... Nos Topamos Con ... .
http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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CONTINUIDAD DE ESTE DIÁLOGO, en:
Diálogo Paris - Estocolmo - Capurganá. Julio 24, 2008
http://ntc-documentos.blogspot.com/2008/07/dilogo-paris-estocolmo-capurgan-julio.html
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Una grata polémica
Por: William Ospina
El Espectador, Opinión 27 Julio 2008 –
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/william-ospina/columna-una-grata-polemica (Allí, además, valiosos comentarios de los lectores)
.
EL ANTROPÓLOGO YVES MOÑINO* reacciona alarmado desde París porque en mi columna de la semana anterior hablé de sociedades primitivas y de sociedades organizadas.
Utilicé la palabra “primitivas” para aludir a algunas conductas de la sociedad colombiana actual, donde parece lícito transgredir la ley si es por una buena causa (hacer masacres en defensa del orden, bombardear el territorio de países vecinos, usar engañosamente las insignias de la Cruz Roja, recomendar el asesinato y el corte de manos si las víctimas son criminales, pagar con el dinero de nuestros impuestos a seres capaces de asesinar a alguien mientras duerme), donde se roban masivamente tierras y se obtienen triunfos electorales mediante alianzas delictivas, y utilicé la palabra “organizadas” pensando en algunas sociedades democráticas latinoamericanas y europeas donde no ocurren esas cosas.
Acepto con resignación que tal vez esos términos no eran los más exactos. Habría podido añadir que considero mucho más organizados a los pueblos indígenas que a las sociedades agobiadas por la arbitrariedad y por los privilegios, y que considero más primitivos a los nazis que a los zulúes. Pero estaba lejos de presentir que Moñino partiría de esa imprecisión para atribuirme una suerte de sistema de pensamiento en el cual yo idealizo a las sociedades europeas y desprecio o menosprecio a las sociedades indígenas.
Nadie tiene el deber de estar familiarizado con mis escritos, pero quien los consulte podrá comprobar que no hay acusación menos justificada. Digo “sociedades primitivas” y Moñino asume automáticamente que me refiero a los pueblos indígenas de distintas regiones del mundo, con alguno de los cuales él ha convivido, y no, como se desprende del contexto, a sociedades en las que impera menos la ley que la manipulación, la trampa, la violencia, las injusticias y los privilegios.
Cuando hablé de sociedades “organizadas”, para aludir a aquellas en las que por lo menos hay un pacto social y unos acuerdos mínimos sobre las reglas del juego, sí pensaba entre otras en algunas sociedades democráticas europeas, sin pretender por ello idealizarlas, ni postular que son perfectas y que no están sujetas a crítica. Pero él ha asumido que me refería a las naciones colonialistas o al tipo de organización militar del nazismo. En suma, me temo que Moñino estaba menos interesado en entender lo que dije que en derivar de unas cuantas palabras usadas al vuelo todo un sistema de pensamiento negativo y cómplice de las fechorías del colonialismo.
Un lector menos empeñado en “tener la razón de un modo triunfal”, habría asumido que el texto era confuso o que podía inducir a lecturas equívocas, y habría procurado señalarlo. Moñigo ha preferido asumir esa lectura equívoca y deleitarse en atribuirme una ideología retrógrada, y si ello le agrada no seré yo quien lo prive de ese deleite. Pero es bueno aclarar que es él quien llama primitivos a los pueblos indígenas, pues al verme utilizar esa palabra decidió en seguida que me refería a ellos, aunque nada en mi texto aconseja esa atribución. Y es él quien llama organizados a los nazis, en quienes estaba yo lejos de pensar al escribir mi texto.
Aunque apenas tiene que ver con el tema de la columna, el debate que le interesa es hondo y complejo: si existe una ley de progreso incesante de la historia, como pensaba Hegel, que permita llamar “primitivos” a unos pueblos por estar más cerca de la naturaleza y “organizados” a otros por estar más lejos de ella, o si esas palabras pueden no tener un sentido histórico sino apenas descriptivo.
El propio antropólogo nos aclara que las sociedades nativas suelen ser por el contrario mucho más rigurosas en el cumplimiento de la ley y mucho menos proclives a su trasgresión. Razón de más para que sea infundado deducir que yo hablo de ellas cuando me refiero a la trampa, al robo de tierras y a la ilegalidad. Puede estar seguro el señor antropólogo de que si me hubiera propuesto hablar de los pueblos nativos o de las sociedades naturales como las llaman otros, de los u’was o los desanas o los koguis o los embera catíos, jamás habría utilizado la palabra primitivos. Lo remito por ejemplo a mi ensayo “Hölderlin y los u’wa” (1), que publiqué en la revista Número hace unos meses para que pueda apreciar mejor algunas de mis ideas sobre el tema. Y puede estar seguro de que no es precisamente la palabra “organizados” la que habría usado para referirme a los nazis o a los imperios coloniales.
Yo desconfío de las teorías del progreso: no creo que una metralleta sea un progreso frente a un arco y una flecha; pero tampoco creo que la humanidad no aprenda nada a lo largo del tiempo, y entiendo que ha habido en la historia hitos de civilización. Paul Valéry hablaba de la gradual conquista de valores abstractos y mi crítico se ensaña con él, como si al decirlo estuviera profanando todos los valores abstractos que hay en las sociedades humanas desde siempre. En realidad, para no abundar en debates inútiles, lo que dijo Valéry no es distinto de lo que dijo Cristo: “No sólo de pan vive el hombre”. Y no es necesario ser cristiano para aceptar esa sentencia. Lamento que de la lectura rígida de un párrafo estos amables lectores concluyan cosas que están contrariadas en todos los otros párrafos de un texto que es más bien una defensa de la tradición y de los ritmos naturales contra los vértigos del lucro.
Carlos Vidales, desde Estocolmo, se ha unido a la polémica y ha aceptado la lectura que Moñino hace de mis términos. También su extenso artículo me resulta saludable, sobre todo porque en los tiempos que corren, ser objeto de una tergiversación, o al menos de una incomprensión, es un verdadero privilegio frente a la avalancha de insultos que suelen padecer columnistas y periodistas por parte de unas pocas gentes cargadas de odio primitivo.
Y ojalá esa última palabra, usada para calificar al odio, no desencadene nuevos reproches por parte de estos vigilantes lectores.
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* http://ntc-documentos.blogspot.com/2008/07/sociedades-organizadas-y-sociedades.html o
http://ntc-documentos.blogspot.com/2008_07_21_archive.html (más adelante los textos de Moñino y Vidales)
....
(1) NoTiCas de NTC : Indice Revista Número 45 , http://www.revistanumero.com/45/indice.htm (No está el texto en internet. Sí lo está en: [PDF] Hölderlin y los U’wa:
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de Carlos Vidales < carlos@bredband.net > http://hem.bredband.net/rivvid/
para NTC < ntcgra@gmail.com >
fecha 22-jul-2008 17:52 . Estocolmo.
asunto Sociedades "organizadas" y sociedades "primitivas" según el burro Pantxo

Mi amigo el burro Pantxo escribió, hace ya más de diez años, algunas ideas originales suyas sobre el tema de las sociedades "organizadas" y las sociedades "primitivas". Dijo, entre otras cosas, lo que sigue:

"Los gorilas humanos han tenido en la historia dos clases de sociedades:

1. Lo que vuestras mercedes ahora llaman "sociedades primitivas", y que nosotros los animales llamamos sociedades naturales. La característica fundamental de estas colectividades consiste en que tanto los individuos como el grupo producen estrictamente lo que van a consumir durante su ciclo natural. No hay acumulación ni excedentes. No hay "economía de mercado" ni tampoco "mercado de trabajo". La naturaleza tiene tiempo de reparar las heridas que le produce el grupo social, y nuevas generaciones pueden venir a continuar el ciclo de la vida.

2. La otra clase es lo que vuestras mercedes llaman "sociedades civilizadas", y que nosotros los animales llamamos sociedades corruptas. Su característica fundamental es que tanto los individuos como el grupo social persiguen objetivos inventados por ellos mismos, a los cuales les dan la primera prioridad: riqueza, poder, fama, gloria, grandeza, honores, premios, status, jerarquía, superioridad, y otras idioteces por el estilo. Para conseguir todo eso hay que producir mucho más de lo que se puede consumir, a un ritmo mucho mayor de lo que la naturaleza puede soportar. Hay que destruir el valle, el río, el aire, el bosque. Hay que hacer la guerra y quitarle a todos los demás lo que la naturaleza les ha dado. Hay que esclavizar a los animales y a los otros semejantes. Hay que dividir la propia especie en razas superiores y razas inferiores. Hay que inventar la filosofía, para justificar lo que sea, y para esconder las respuestas sencillas y evidentes detrás de preguntas complicadas. En suma, hay que volverse humano."
Quien quiera leer íntegro el ensayo del burro Pantxo, puede hacerlo en esta dirección:
http://hem.bredband.net/rivvid/pantxo/PANTXO3.HTM

Todo esto -y mucho más- viene a cuento, porque nuestro ilustre ensayista, poeta y novelista William Ospina ha publicado un artículo en El Espectador, bajo el título "Nuestra extraña época" ( http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/william-ospina/columna-nuestra-extrana-epoca ), en el cual expone la tesis de que existe una contradicción dialéctica entre las sociedades "organizadas" y las sociedades "primitivas" y adjudica a estas últimas la culpa de la violencia, el robo y la exacción. Todo lo contrario de lo que dice mi amigo el burro Pantxo. Según Ospina,

"En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil."

El argumento no es nuevo. Es el mismísimo argumento que sirvió de justificación para la conquista de América y muchas otras conquistas del mismo jaez, perpetradas en nombre de la "civilización". El muy ilustre -y contradictorio- héroe liberal argentino Domingo Faustino Sarmiento acuñó a mediados del siglo 19 la disyuntiva "civilización o barbarie" para justificar el exterminio de los gauchos y los pueblos indígenas de la Pampa, gloriosa empresa civilizadora que destruyó físicamente a tres millones de seres humanos y permitió la privatización de las inmensas llanuras del Cono Sur. Con el mismo argumento fueron exterminados, algunas décadas más tarde, los pobladores originarios de la Patagonia, cuyas cabezas se pagaban a diez pesos por unidad (cinco pesos, por un par de testículos, dos pesos por un par de orejas y así sucesivamente).

Yo no creo que William Ospina haya querido defender esas monstruosidades. Pero sí creo que sufre inconscientemente los efectos de la semántica colonialista: "primitivo" es malo, "primitivo" es sinónimo de "anarquía", "salvajismo", "barbarie", "ausencia de ley", "caos social".

Yo converso con mucha frecuencia con mi amigo el burro Pantxo, quien además de ser una excelente persona es muy sensato y me ha enseñado a ver las cosas de una manera más razonable que la infame lógica colonialista. Las "hordas" de monos (mandriles, chimpacés, gorilas), son absolutamente "primitivas" porque no usan fax, teléfonos ni ametralladoras, pero son perfectamente organizadas, tienen sus propias leyes y sus propios códigos y, cuando no sufren de alguna enfermedad producida por la violencia de los humanos, carecen de clases sociales, no tienen parias miserables ni ricachones opulentos y sus órdenes jerárquicos, en ocasiones muy rígidos, siguen una lógica natural, no una lógica clasista. Lo mismo ocurre con la mayoría de las sociedades humanas llamadas "primitivas", que mi buen amigo el burro Pantxo llama "sociedades naturales".

El lingüista y antropólogo francés Yves Moñino ha publicado, el día 21 de julio, una respuesta al artículo de William Ospina, que puede leerse (junto con otros textos pertinentes) en el excelente blog NTC … ( http://ntcblog.blogspot.com/ ) N° 287, julio 22 de 2008. La argumentación del francés me gusta, está más o menos en la misma línea de pensamiento de mi amigo el burro Pantxo. Pero donde mi amigo el orejón es sencillo, didáctico, natural, el antropologo francés es complicado, poco pedagógico, intelectual. Esto es una gran virtud para quienes no acostumbran dialogar con burros y exigen siempre citas de filósofos inmortales, estudios antropológicos y retruécanos estructuralistas, pero es malo para las gentes simples que se quedan en Babia leyendo estas retóricas. Pero no está de más citarlas, para los eruditos. Dice Yves Moñino:

"Respecto a las sociedades « primitivas », supuestamente menos abstractas que las nuestras, Valéry tiene, a pesar de ser un lamentable filósofo, la excusa de escribir antes de Bronislaw Malinowski, de Margaret Mead, de Evans-Pritchard, de Radcliffe Brown, de Claude Levi Strauss y de una pleiada de antrópologos y filósofos, quienes relegaron al museo de los horrores, desde los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, los prejuicios sobre la falta de leyes, de pacto social, el imperio de la fuerza y el caracter concreto de los valores, prejuicos asociados a las sociedades « primitivas »."

Exactamente. Pero un burro no ha necesitado leer a todos esos señores para entender estas cosas (¿ninguna hembra? ¿dónde está sor Juana Inés de la Cruz? ¿y ningún experto en empatía natural? ¿dónde está el hermano Francisco de Asís?) Yo sostengo que el rebuzno de un burro contiene más sabiduría sociológica que toda la civilización humana surgida de sociedades clasistas, injustas y conquistadoras. Por supuesto, hay que tener orejas y oído para entender el rebuzno. Y esto se logra con el sentido común, la empatía y la lealtad a la Madre Naturaleza.

Por lo demás, siempre es muy agradable leer a William Ospina, incluso cuando se le escapan rebuznos humanos, esos sí, muy lamentables.

Pos eso.

Carlos Vidales, Estocolmo, 22 de julio de 2008.
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Sociedades « organizadas » y sociedades « primitivas »
Por Yves Moñino , lingüista y antropólogo (Paris). ymonino@orange.fr Julio 21, 2008

Es curioso descubrir en El Espectador, y para más en una buena e interesante columna de William Ospina*, –sobre nuestra extraña época del ‘quiero todo ahora mismo’–, unas consideraciones colaterales, como los daños de mismo nombre, a las cuales no nos tenía acostumbrado. Estoy hablando de las ecuaciones que plantea por una parte entre nuestras sociedades « organizadas » y los valores abstractos de libertad, justicia, igualdad, y por otra entre las sociedades « primitivas » y la lucha « por la tierra, el oro y la acumulación personal », donde « se viola la ley con arrogancia y con descaro. » Parece uno de esos argumentos del siglo xix que sirvieron de pantalla intelectual a la colonización del planeta por Europa, o para ser indulgente, del principio del siglo xx, cuando Occidente aun creía que encarnaba el progreso de las Luces y de la Razón. Pero, William, ¿qué le pasa? ¿Cómo un hombre culto que escribe en el 2008 puede enunciar semejantes –perdone la palabra pero no hay otra– brutalidades?

Bien puede colocarse bajo el patrocinio de Paul Valéry, que llamaba civilización al proceso « por el cual la humanidad tiende a ponerse de acuerdo sobre valores cada vez más abstractos. » Paul Valéry fue un gran poeta, pero un lamentable filósofo. Y tuvo, al menos, la excusa de escribir antes de que Hitler demostrara que una sociedad organizada puede lograr exterminar a seis millones de personas en menos de tres años por el mero hecho de ser judios, y luchara por este valor altruista del « espacio vital alemán », nombre más abstracto, se lo concedo, que la codicia de tierras. Valéry tuvo la excusa de escribir antes de que Mussolini fuera a conquistar la digna y pacífica Etiopía del Negus, en nombre del « Mare Nostrum », otro valor abstracto que nada tenía que ver con la codicia de tierras, pues se trata de un mar, y de un mar que ni siquera bañaba las costas de Etiopía.

Respecto a las sociedades « primitivas », supuestamente menos abstractas que las nuestras, Valéry tiene, a pesar de ser un lamentable filósofo, la excusa de escribir antes de Bronislaw Malinowski, de Margaret Mead, de Evans-Pritchard, de Radcliffe Brown, de Claude Levi Strauss y de una pleiada de antrópologos y filósofos, quienes relegaron al museo de los horrores, desde los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, los prejuicios sobre la falta de leyes, de pacto social, el imperio de la fuerza y el caracter concreto de los valores, prejuicos asociados a las sociedades « primitivas ». Demostraron que no hay nada más abstracto, salvo el pensamiento matemático, que el pensamiento « primitivo », y pusieron en relieve que no hay sociedades donde la presión social es tan apremiadora y pesada para el individuo y sus deseos personales, y tan eficaz para mantener la armonía social, como las sociedades « primitivas ». Piense en el castigo que indígenas colombianos administraron a sus senadores que no votaron como les habían ordenardo : un baño de 24 horas en agua helada.

Las sociedades « primitivas » son, o mejor dicho eran antes de la globalización, todo lo contrario de lo que usted se imagina. Pero tampoco las idealizo: yo las definiría como comunidades donde el individuo, lejos de ser el centro alrededor del cual nosotros « organizamos » el mundo, debe someterse a una cosmovisión y a unas normas sociales totalizantes. Viví más de seis años con los gbayas, un pueblo de Àfrica central, unos meses entre los pigmeos y otros meses, acompañando a mi esposa lingüista, Carolina Ortiz (quien es la única no kogui en el mundo que habla esta lengua) entre los kogui de la Sierra Nevada. Puedo asegurarle que los niveles de delincuencia interna en estos tres pueblos son bajísimos (en el caso de los pigmeos, inexistentes), debido a la represión inmediata de cualquier tendencia acaparadora de cualquier individuo, bien sea el jefe del pueblo. Los gbayas de una aldea vecina a la que yo había eligido como morada, dejaron un dia a su jefe solito, fueron a construir sus casas a veinte km de él, porque había repartido el producto de una cacería según su placer y no según según las leyes: no tuvo otro remedio que venir a excusarse para no morir de hambre. En las sociedades « primitivas », el individuo debe ser exactamente igual a su vecino. No se toleran particularidades: el que quiere más que los demás, o distinguirse de ellos, es reprimido, las prácticas de brujería en África no tenían otro sentido que el de regulador social de las diferencias individuales. El temor a ser acusado de brujería basta en general para mantenerle a uno en la mediocridad igualitaria.

El individuo como centro del mundo, el individuo con libre albedrio, dueño absoluto de su destino personal para bien o para mal, fue inventado por el Cristo de los evangelios. De esa revolución mental deriva toda la historia del pensamiento occidental. Para bien y para mal. De ahí derivan la arrogancia socialmente aceptada y a menudo valorada (se lo escribe un francés), la culpa –entre los « primitivos » sólo existe la vergüenza, compartida por todos los familiares del delincuente– y la Inquisición, y los Derechos del Hombre (« hombre » que no es el de los « primitivos », sino el individuo libre y responsable de su destino) con todos los valores abstractos que tanto valoran Valéry y usted.

El hecho de que nuestras sociedades desarrollaron valores como Liberté, Égalité, Fraternité fue un complemento obligado y tramposo de la liberación del individuo. Por que al sustituir el individuo a la comunidad como centro del mundo, se abrían las puertas a las ambiciones personales, a la lucha « por la tierra, por el oro, por la acumulación personal », a la reificación de las cosas que hasta Cristo eran sólo signos de relación abstractos entre personas de una comunidad dada. Claro que no está bien codiciar, acaparar y reificar : es más, es condenable, y viene la culpa, Pablo Escobar daba millones a los curas para que intercedieran por él, allá en las nubes donde Dios nos juzga, a ver si me perdona mis crímenes. Pero entre los « primitivos », sencillamente es que algo así no era posible, ni siquiera pensable. No digo que es mejor, ni peor, es así, pero deje, se lo suplico, de pintar esas sociedades como el imperio de la fuerza, de la acumulación personal, de la violación arrogante de la ley y de las cosas como posesiones concretas, que caracterizan mucho mejor a nuestro « extraño » mundo.

Si quiere a toda costa desvalorar las sociedades « primitivas », mejor compárelas a la URSS de Stalin: el comunismo « primitivo » y el comunismo « desarrollado » comparten una visión total del mundo y el rechazo de la salvación individual. El único progreso que le vería a la sociedad soviética « organizada » es que poca gente allá se comía el cuento de los valores tan abstractos como generosos del régimen, mientras los « primitivos » por lo general (pero eso también tocaría matizarlo) creen en su cosmovisión.

Ojalá vea un día a sus propios mitos como veian a los suyos los soviéticos, o algunos « primitivos » de mis amigos, los suyos.
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· * Nuestra extraña época
Por: William Ospina
El Espectador, Bogotá, Colombia. Julio 20, 2008
http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/william-ospina/columna-nuestra-extrana-epoca
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« … "Paul Valery decía que llamamos civilización a un proceso cultural por el cual la humanidad tiende a ponerse de acuerdo sobre valores cada vez más abstractos. Y es verdad que allí donde las sociedades primitivas luchan por la tierra, por el oro, por la acumulación personal, las sociedades organizadas luchan por la libertad, por la justicia, por la igualdad de oportunidades, por la dignidad, por la legalidad.

En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil. … "
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Nuestra extraña época

Por: William Ospina

http://www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/william-ospina/columna-nuestra-extrana-epoca (Allí, además, valiosos comentarios de los lectores )

BORGES DECÍA QUE LA DEMOCRACIA, tal como hoy la entendemos, es "ese curioso abuso de la estadística".

La estadística, que sin duda es un instrumento valioso para entender ciertos fenómenos, se ha vuelto en nuestra época la piedra filosofal. Antes todo querían convertirlo en oro, ahora todo lo convierten en cifras. Todos los días nos llevan y nos traen con cifras que nos producen la ilusión de que todo es medible, de que todo es contable, y a veces perdemos la visión de la complejidad de los hechos gracias a la ilusión de que entendemos el mundo sólo porque conocemos sus porcentajes.

Cifras llenas de importancia que, por lo demás, cambian de día en día. Los gobernantes suben y bajan en popularidad como en una montaña rusa al empuje de los acontecimientos, y están aprendiendo que a punta de escándalos, de riesgos y alarmas, es posible mantener el interés y hasta la aprobación de la comunidad.

Nadie parece preguntarse si detrás de esas cifras hay hechos profundos y datos verdaderos, si detrás de esas alarmas cotidianas hay cambios reales, si detrás de esos éxitos atronadores hay verdaderas transformaciones históricas.

Roma creyó que era posible gobernar con pan y circo. El mundo contemporáneo le está demostrando que en esa fórmula sobraba el pan. Vivimos en la edad del espectáculo, en la edad de la satisfacción inmediata, ya quieren que nadie se pregunte de dónde viene ni para dónde va sino sólo cuál es el próximo movimiento, cuál es el último acontecimiento. Las modas han reemplazado a las costumbres, las noticias a las tradiciones, los fanatismos a las religiones, la farándula a la política.

Paul Valery decía que llamamos civilización a un proceso cultural por el cual la humanidad tiende a ponerse de acuerdo sobre valores cada vez más abstractos. Y es verdad que allí donde las sociedades primitivas luchan por la tierra, por el oro, por la acumulación personal, las sociedades organizadas luchan por la libertad, por la justicia, por la igualdad de oportunidades, por la dignidad, por la legalidad.

En una sociedad primitiva, si la ley es un estorbo para alcanzar un fruto concreto, se viola la ley con arrogancia y con descaro. Ello permite logros inmediatos pero vulnera ampliamente el pacto social, deja a algunos protagonistas más fuertes pero a la comunidad inevitablemente más débil.

Hay una conspiración en el mundo contra la lucidez, contra la lentitud, contra las serenas maduraciones, contra los ritmos naturales, contra el esfuerzo, contra la responsabilidad. La inteligencia, por ejemplo, es estorbosa a la hora de lograr la unanimidad: es mucho mejor la disciplina y la sumisión.

Las cosas profundas maduran lentamente, pero ahora se quiere que todo sea útil enseguida, no viajar sino llegar, no aprender sino saber, no estudiar sino graduarse, y terminamos creyendo que vale más el resultado que el proceso. Si las semillas tardan en retoñar, piensan que hay que intervenir los procesos para que las semillas revienten antes, para que la planta brote más pronto, para que la tierra extreme su trabajo y las cosechas se multipliquen.

La tradición nos enseñó que todo logro requería un esfuerzo, esta sociedad nos soborna con la ilusión de metas sin caminos, de felicidades sin méritos, de placeres sin contradicciones, de paraísos sin serpiente. Quieren hacernos creer que es posible vivir en un mundo donde nuestros actos no tengan implicaciones morales ni consecuencias prácticas, una felicidad sin esfuerzo y sin responsabilidad, un orden de la realidad puramente lúdico donde nada tiene graves consecuencias.

La gran seducción de las pantallas de nuestro tiempo nace tal vez de que en ellas todo pasa y nada permanece, de que allí todo lo vemos y nada parece comprometer nuestra responsabilidad. La función seguiría aunque no estemos allí para verla, no estamos personalmente implicados en ella. Los noticieros traen datos alarmantes, crímenes, guerras, accidentes, pero enseguida nos dan el postre frívolo que facilite la digestión: aunque acaben de morir cien mil personas por un sismo en la China el juego en el estadio sigue invariable, por la pasarela fluye el desfile sin interferencia… nada ha pasado. Y es que en la pantalla todo equivale a todo, no hay escala de valores, orden de prioridades, un bombardeo es igual a un chisme de farándula, un acto de gobierno es casi lo mismo que la voltereta de un funámbulo.

Como en los dibujos animados, como en los juegos electrónicos, como en los cuentos de hadas, nadie muere realmente, nadie se equivoca, nadie fracasa. La realidad virtual es la única, mientras todo ocurra en la pantalla nada es verdaderamente conmovedor, ni aterrador, ni fatal.

Basta pulsar el control remoto y un juego de tenis reemplaza los campos de muerte, un conejo animado sustituye los crímenes, una Venus de Yves Saint Laurent borra los rehenes que languidecían en sus selvas. Por eso no es extraño que la pantalla guste más que la vida: en la vida hay problemas reales, dificultades que exigen decisiones, dramas sociales que reclaman criterio, espíritu crítico, esfuerzo y responsabilidad.

¿Podrá llegar a alguna parte una sociedad que cada vez más busca sólo el pacto lúdico del placer inmediato, el terror virtual de las inmolaciones sin consecuencias, la adrenalina de las catástrofes interrumpidas por la pausa publicitaria? No es de extrañar que el único criterio que sobreviva sea la tenue capacidad de decidir entre marcas, entre fanatismos, entre colores, entre ornamentos.

No es de extrañar que escojamos a los gobernantes por la fotografía, las profesiones por su virtual éxito económico, las amistades por la ropa que usan, las ideas por cuán fácil sea obedecerlas y aplaudirlas. Y que no le queden a una juventud desorientada, enfrentada de repente a los dramas verdaderos de la vida verdadera, más opciones que la desesperación, la impaciencia, la neurosis, las evasiones narcóticas, el consumo compulsivo, el aullido y la nada.
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Ambos textos los envió NTC < ntcgra@gmail.com > por mail a sus susccriptores.