sábado, 16 de febrero de 2013

Niegan tutela del Gobernador del Valle contra columnista Julio César Londoño y El País

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Niegan tutela del Gobernador del Valle contra columnista Julio César Londoño y El País

La Juez doce Penal del Circuito de Cali dijo que a Ubéimar Delgado no se le violó ningún derecho. “Un personaje público puede ser susceptible de críticas”, sostuvo.

 
La  juez doce Penal del Circuito de Cali, Yolanda Arboleda Granada, negó la acción de tutela que el gobernador del Valle del Cauca, Ubéimar Delgado Blandón, impetró contra el columnista Julio César Londoño, en la que pedía se le ampararan el buen nombre y la dignidad.
La funcionaria, tras analizar los argumentos de las partes, concluyó que al Gobernador no se le había violado ningún derecho fundamental con las dos columnas de opinión ( 1 ) de Londoño y que publicó el diario El País.
El Mandatario, a través de su abogado Adolfo Murillo Granados, pretendía que Londoño rectificará lo dicho en sus columnas y que El País les diera la misma importancia y despliegue de la información inicial que publicó el columnista.
La juez Arboleda precisó que el periódico le otorgó el derecho de réplica a Delgado, quien respondió las críticas que le hizo el columnista sobre los ajustes al gabinete.“El diario El País, a pesar de no tener obligación legal ni constitucional de calificar o juzgar el contenido de las columnas de opinión, le dio la oportunidad al señor Gobernador de brindar respuesta al periodista de opinión, la misma que fue utilizada por el Mandatario en la edición del 20 de enero del 2013 (...)”.
Añade más adelante que la Corte Constitucional, en casos como este, ha sostenido que “existe una presunción en favor del periodista respecto a la protección de su derecho a la libertad de opinión, toda vez que el contenido del escrito del pasado 3 de enero del 2013 en el periódico El País es un asunto de interés público y, por lo tanto, no corresponde al fuero íntimo del accionante, como que el mismo está directamente relacionado con la gestión de él como Gobernador del Valle”.
En la sentencia se explica que el escrito de opinión está dirigido a “fiscalizar y criticar, si se quiere, acérrimamente, las decisiones adoptadas frente a la conformación de su gabinete y las actividades realizadas por el gobernante desde que tomó posesión como mandatario departamental, el mismo que aceptó públicamente haber formado ‘una coalición partidista, como producto de los acuerdos representados por los distintos actores políticos durante las coyunturas electorales’, acuerdos políticos que, dicho sea de paso, están permitidos en las sociedades que se precian de ser democráticas como el Estado colombiano”.
Al analizar el lenguaje usado por el columnista, la juez consideró que es obvio que usa calificativos para describir el carácter, la capacidad y modo de llevar los destinos del departamento el Mandatario y aclara, por ejemplo, que el término “un botín”, dentro del contexto en que se escribió se refiere a un botín burocrático y no a un comportamiento punible como al parecer lo entiende el gobernante.
Sobre ese tema y al analizar otras frases, como “atentado criminal”, sostiene la juez que se hizo uso de una figura literaria (hipérbole) por lo que “no cabe un reproche constitucional”, dado que es claro que se trata de una posición personal del columnista respecto a la gestión del Gobernador, que se circunscribe al ejercicio de la libertad de expresión del ciudadano y que está haciendo uso de la libertad de opinión y pensamiento acerca de una gestión pública, las mismas que pueden hacer los ciudadanos en ejercicio del control social y político, muy propio de sociedades democráticas, lo cual no puede ser objeto de restricción”.
La titular del Juzgado recuerda que el autor de las columnas de opinión se caracteriza por asumir posiciones subjetivas y personales, y como lo ha explicado la Corte Constitucional, lo que hacen es reflejar un sentir personal del periodista que no puede ser modificado ni siquiera por el medio de comunicación que publicó la nota correspondiente y “en ese sentido asiste razón a la apoderada de El País, pues está visto que los medios de comunicación en ejercicio de su actividad contribuyen en gran medida al control y fiscalización de la gestión pública”.
También se señala que Ubéimar Delgado no es cualquier ciudadano sino la persona que tiene a su cargo la Gobernación y se trata de una figura pública, “lo que en otras palabras significa que existe la carga de soportar mayores restricciones a sus derechos fundamentales en relación con los medios de comunicación, que aquellos que son exigibles a cualquier otro ciudadano”.
“Un personaje público como el accionante puede ser susceptible de críticas y opiniones, incluso aquellas que lleguen a desfigurar su gestión, las cuales pueden resultar incómodas, injustas o inapropiadas. Dice el adagio popular: ‘los honores cuestan’, empero lo único que hacen es reflejar el sentir del opositor”, dice el fallo.
La juez concluye que las críticas a una gestión pública no son susceptibles de rectificación, porque no se trata de un hecho en sí, sino de una percepción subjetiva del periodista, que forma parte de su fuero de opinión y se trata de la calificación de la conducta de un funcionario público, que se tilda de irregular, pero que no se le están atribuyendo hechos ilícitos. “Acceder a la rectificación solicitada, implicaría caer en la censura, prohibida de manera expresa por la Constitución”.
Sobre el fallo, el escritor Julio César Londoño expresó: “Es un triunfo de la libertad de prensa, de la democracia y del periodismo de opinión frente a la arrogancia del poder. Se sienta un precedente para defender espacios como las columnas de opinión”.
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El acoso de Ubeimar

Por Diego Martinez Lloreda


Con la misma mano con la que condecorará hoy, día del periodista, a los reporteros que se han destacado en el cumplimiento de su deber (bajo la óptica sesgada que del oficio tienen los políticos), el gobernador Ubeimar Delgado acaba de firmar un documento que es un claro intento de castigar la opinión de uno de los más destacados comunicadores de la región.
Se trata de una tutela que impetró en contra del escritor Julio César Londoño y con la cual pretende no sólo que éste rectifique una opinión sino además que un juez le ordene al columnista abstenerse “de proferir por medio escrito, internet u otro medio de comunicación, afirmaciones tendientes a dañar el buen nombre, la honra y la imagen pública del doctor Ubeimar Delgado Blandón”. Lo que en cristiano está pidiendo nuestro flamante gobernador es que se le prohiba a Londoño la posibilidad de criticarlo.
¿Y qué motivó el acoso judicial al que el gobernador Delgado está sometiendo a Londoño? Que Julio César cometió el ‘horrible delito’ de opinar lo mismo que creen muchos vallecaucanos: que la gobernación de Ubeimar ha sido floja. Y para mayor ‘sevicia’ lo expresó en su columna de opinión.
En su escrito, Julio osó decir que “Ubeimar revolcó su gabinete por enésima vez” y que “El Gobernador puede nombrar sus secretarios como le plazca. Pero removerlos con tanta frecuencia es un irrespeto hacia ellos y un atentado criminal al departamento”.
Este tipo de señalamientos ofendieron a Ubeimar, quien desde que está en la Gobernación ha asumido una actitud cuasi imperial y se ha vuelto intolerante a las críticas. Con lo cual no es raro que le haya exigido una rectificación “inmediata” a Julio César.
El columnista, obviamente, no rectificó. Por la sencilla razón de que las opiniones no son rectificables. Se puede rectificar una información que se base en hechos objetivos, pero echar para atrás algo tan subjetivo como lo que piensa, no lo hace una persona seria, de buenas a primeras. Si a Julio César le parece que Ubeimar es un pésimo gobernador, no hay poder en el mundo que le haga rectificar esa percepción. Podría cambiarla si el Gobernador con sus actuaciones demuestra que está haciendo las cosas bien. Pero ese cambio no se logra con demandas sino con obras.
Como no hubo rectificación, Ubeimar impetró la tutela buscando reivindicar el buen nombre que, en su concepto, le vulneraron. Cosa que, a mi modo de ver, jamás ocurrió. Es posible que, en su afán de enfatizar sus puntos de vista, el columnista haya usado expresiones demasiado crudas. Pero de allí a que le haya vulnerado el buen nombre al Gobernador hay mucho trecho.
Ubeimar se equivocó flagrantemente al judicializar este asunto. Un gobernante demócrata en lugar de llevar a esas instancias un cuestionamiento, procura demostrarle al crítico, no con amenazas sino con argumentos, que está equivocado en sus apreciaciones. Y pide al medio que publicó esas críticas un espacio para dar su versión, con el fin de que sea el lector el que juzgue quién tiene la razón. Y punto.
Esa intimidación judicial habla muy mal del talante democrático de un gobernante. Con lo cual, así el juez le dé la razón a Ubeimar, en este enojoso episodio él ya es el gran perdedor.
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Julio César Londoño será entutelado y demandado penal y civilmente por Ubeimar.

“La política no se hace con ángeles y querubines”: Gobernador del Valle del Cauca

Ubéimar Delgado asegura que no está improvisando ni tampoco está haciendo politiquería. “A pesar de ser político de carrera, que es lo que asusta a la gente, en el gobierno estoy demostrando que soy más técnico que político”.

EL PAÍS, Cali, Por: Judith Gómez Colley, editora de Poder. Domingo, Febrero 3, 2013. http://www.elpais.com.co/elpais/valle/noticias/politica-hace-con-angeles-y-querubines-gobernador-valle-cauca

Fragmento de la Entrevista

“ ….
Hizo un ajuste a su gabinete hace un mes. Se le ha criticado porque sacó a la directora de la Biblioteca, Juliana Garcés  *, y a la secretaria de Cultura, Fabiola Perdomo, que hacían una buena labor. ¿Qué dice frente a eso?
Cada gobierno tiene la facultad para conformar su equipo de trabajo. Cuando llegué nombré unas personas. En el caso de la Directora de la Biblioteca *, ella venía de anteriores gobiernos. No tenía a la persona para el cargo, por eso se quedó seis meses más, eso fue todo. El Gobierno ha ido renovando su equipo, como debe ser, pero, debemos darle un compás de espera a los nuevos, como Beatriz Otero, que es muy preparada.
¿Por qué salió Fabiola Perdomo, que para algunos sectores era de las personas de mostrar en su gobierno?
Salieron varios. No es justo dar explicaciones en público porque tendría que dar las de todos los que se fueron.
¿No es absurdo que saliera la persona que lideraba una estrategia de unidad como el Pacto Vallecaucano?
Es que hay una equivocación en eso. Fue la Gobernación la que impuso el programa. Fue el Gobernador el que le dio todo el respaldo y se lo seguimos dando. Los seres humanos somos apenas una brizna de hierba en las manos de Dios. Todos vamos pasando, pero los programas quedan. El Pacto Vallecaucano está en el Plan de Desarrollo, lo que pasa es que coloqué a la Secretaría de Cultura para que lo liderara.
¿Acaso fueron celos profesionales los que llevaron a la salida de la Secretaria de Cultura?
Para nada. Todos los secretarios tienen un espacio en Telepacífico, que era del Gobernador, para mostrarse. Les pedí que mostraran lo que hacían. A ella se le dio la oportunidad de mostrarse. Pero hay personas que les gusta distorsionar.
Por ejemplo, hay un columnistaJulio César Londoño , que dice cosas que no son ciertas, una de ellas que se hizo una crisis de gabinete por enésima vez, cuando solo va una vez. Le pedí rectificación y no ha querido. Lo voy a entutelar y no solo eso, las calumnias que ha dicho, las estudian abogados para una denuncia penal y también lo demandaré por la vía civil.
¿Hacer un ajuste de gabinete en seis meses no era demasiado pronto?
Se necesitaba porque al renunciar Javier Roldán en Hacienda, que se fue porque la Gobernación estaba en quiebra y no se le midió, había que hacer ajustes y Juan Manuel Obregón estaba subutilizado y lo trasladamos allí. Al crear la Unidad de Rentas necesitábamos un experto en legislación tributaria como Alfonso Cruz para que la pusiera a funcionar. Son ajustes normales.
….”
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