http://www.youtube.com/watch?v=tlX1Ek_cYGI
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Entierro de Mario Benedetti
http://www.youtube.com/watch?v=gBp8Rr3h9lw
Uruguay y el mundo despiden a Benedetti: http://www.eluniverso.com/2009/05/18/1/1380/E1E1DB9279D4496490F9D6149D4389D5.html
Los restos del poeta uruguayo Mario Benedetti son velados desde esta mañana en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
http://www.eluniverso.com/data/recursos/fotos/BenedettiGracias18509efe_456_336.jpg
Detalle de las portadas de la prensa uruguaya donde se resalta la muerte del escritor Mario Benedetti.
http://www.eluniverso.com/data/recursos/fotos/BenedettiEFE2210804_456_336.jpg
"Benedetti es uno de los indispensables. Nosotros sigamos su ejemplo, luchemos toda la vida." http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?1846 (Texto y video)
Fuente de la foto: http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?1846
.Fuente: http://bonilperiodismo.blogspot.com/2009/05/murio-mario-benedetti.html
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Benedittianas
Publicado por Revolver Cali
http://revolvercali.blogspot.com/2009/05/benedittianas.html
Por Eduardo Galeano
"El dolor se dice callando. Pero me pregunto: ¿qué será de nuestra ciudad, sola de él? ¿qué será de Montevideo, mutilada de él? Y me pregunto: ¿qué será de nosotros, sin su bondad inexplicable?"
Por Juan Gelman
"Es indecible el dolor de su pérdida. Fue poeta, fue novelista, fue ensayista y, sobre todas las cosas, fue un hombre bueno. Nunca se doblegó ante el Poder. Su muerte deja el vacío grande que dejan los grandes. De su obra nacerán otros poetas, como él siempre quiso, y seguirá vivo en el tiempo. El ya no sufre, descansa ya."
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José Saramago habla de Mario Benedetti
Publicado por Revolver Cali
http://revolvercali.blogspot.com/2009/05/jose-saramago-habla-de-mario-benedetti.html
"La obra de Mario Benedetti, amigo, hermano, es sorprendente en todos los aspectos, ya sea por la extensión en la variedad de géneros que toca, ya sea por la densidad de su expresión poética como por la extrema libertad conceptual que usa. El léxico de Benedetti ha ignorado deliberadamente la supuesta existencia de palabras "poéticas" y de otras que no lo son. Para Benedetti, la lengua, toda ella, es poética. Leída desde esta perspectiva, la obra del gran poeta uruguayo se nos presenta, no sólo como suma de una experiencia vital, sino, sobre todo, como la búsqueda persistente y lograda de un sentido, el del ser humano en el planeta, en el país, en la ciudad o en la aldea, en su casa simplemente o en la acción colectiva. Son muchas las razones que nos llevan a la lectura de Benedetti. Tal vez la principal sea ésa, precisamente: que el poeta se ha convertido en voz de su propio pueblo. O sea, en poeta universal."
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Sobre Mario Benedetti
De: Oscar Collazos
Para: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com
Cc : Gustavo Tatis Guerra, El Universal, Barranquilla
Fecha: 18 de mayo de 2009 12:27
Asunto: Sobre Mario Benedetti
Fragmento de carta dirigida a Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas de La Habana.
NTC ... agradece al Maestro Collazos el envío del texto.
Querido Jorge: anoche, mientras veía en la tele la noticia sobre la muerte de Mario Benedetti, se me mojaron los ojos de tristeza.
Dejamos de vernos durante muchísimos años. El estaba dando el salto vital hacia la poesia, partiendo del Neruda de "Los versos del capitán" y "Veinte poemas...", de "Toi et moi" de Géraldy (que reivindico por la elementalidad con que se expresa el sentimiento amoroso), de las canciones y de los juglares. Esta prolífica producción poética lo volvió inmensamente popular. Pienso que el "lugar común"(el lugar donde se encuentran todos, decía Octavio Paz), tan vilipendiado por críticos y escritores, fue el puente que lo unió con decenas de miles de lectores del idioma.
Como lector, me quedé con el admirado Benedetti de "Montevideanos", "La tregua"(que prologué en una de sus ediciones españolas de Planeta, 1974, y en la traducción alemana de la DDR), "Gracias por el fuego" y "El cumpleaños de Juan Ángel". Me quedo con sus lúcidos ensayos literarios y con esa clase de elevada bondad que, sin las dificutades del asma, respiraba su vida diaria.
Guardo otra escena inolvidable: Mario me invitó a tomar un ron en la habitación 809 del Hotel Nacional, donde a partir del mes siguiente viviría yo durante dos años. Estaba escuchando "Let it be", de los Beatles. Yo, que tenía 26 años, sentí que aquel hombre de 49 empezaba a ser mi contemporáneo (...)"
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Caricatura (acaso autorretrato) de Mario Benedetti, en la portada del libro Poesía con los jovenes. Ed. Visor. http://www.larepublicacultural.es/article1692.html
Enviado el Lunes, 18 de Mayo del 2009 (11:05:41)
http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=4870
El reconocido poeta, novelista, cuentista, dramaturgo y ensayista uruguayo Mario Benedetti murió ayer en Montevideo a los 88 años de edad. La noticia nos deja consternados, para usar un término que el propio Mario cincelara en su poema al Che
Acaba de morir el escritor Mario Benedetti. La noticia es triste para las letras latinoamericanas. Desde mediados de la década del cuarenta Benedetti ha ido tejiendo una obra vasta y diversa en la que han encontrado lugar no sólo esa poesía y narrativa que han cautivado a millones de lectores, sino también el ensayo, el teatro, la crítica y el periodismo.
Cautivante, incisivo, polemista, Benedetti tenía la capacidad de atraer a multitudes que se agolpaban para escucharlo a donde quiera que llevaba sus versos, y al mismo tiempo de generar encendidas discusiones intelectuales y políticas. Sus decenas de libros integran una de las obras más leídas de la literatura latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX.
Acaba de morir el amigo Mario Benedetti. La noticia es dolorosa para quienes contaron siempre con su voz y su solidaridad. Desde su primera visita a Cuba, en 1966, su entrega al proyecto de construcción de una nueva sociedad fue ejemplar.
Sus convicciones lo arrojaron al exilio —buena parte del cual transcurrió en La Habana— y a defender sus ideas, que eran también nuestras, en cuanto foro estuvo presente. Por su apoyo a Cuba fue acosado, sin que cejara un momento su apoyo a una Revolución que consideraba propia.
Acaba de morir el entrañable Mario Benedetti. La noticia nos deja consternados, para usar un término que el propio Mario cincelara en su poema al Che.
Mario no fue sólo un gran escritor y un amigo solidario; fue un infatigable trabajador de la Casa —tarea en la que pronto vincularía a la querida Luz— desde aquella primera visita en que participó como jurado del Premio Literario. Luego repetiría la experiencia, integraría el Comité de Colaboración de la revista Casa de las Américas y fundaría, en 1967, el Centro de Investigaciones Literarias.
En la Casa —que ha publicado varios títulos suyos y más de un disco con su voz, y que acogió sus multitudinarios recitales poéticos— laboró durante años intensos en los que contribuyó a dar el perfil que ella, en esencia, conserva. Por una triste coincidencia, Mario nos deja cuando la Casa acaba de cumplir sus primeros 50 años. Sin embargo aquí quedan, con nosotros, su voz, su recuerdo, sus libros y esa otra obra suya que es la propia Casa.
Lunes 18 de mayo, 2009
Mario Benedetti en La Ventana :
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Palabras verdaderas - Homenaje a Mario Benedetti Video
http://www.youtube.com/watch?v=YI3x99tbWSs
Del documental de Ricardo Casas, "Palabras verdaderas", en este fragmento Daniel Viglietti y Mario Benedetti interpretan Desaparecidos, Benedetti recita El olvido está lleno de memoria y el actor Miguel Angel Solá recita No te salves.
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Mario Benedetti entrevistado por Telesur
El escritor uruguayo es entrevistado por Telesur, la Nueva Televisión del Sur
http://www.youtube.com/watch?v=pGN6M0FxzEw
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ENLACES:
** http://bonilperiodismo.blogspot.com/2009/05/murio-mario-benedetti.html
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** http://sotovideocartones.blogspot.com/2009/05/caricatura-en-memoria-de-mario.html video http://www.youtube.com/watch?v=git8ZI6kWUA
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** http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?1846 Video y texto. El escritor de 87 años fue condecorado en diciembre de 2007 con la orden Francisco de Miranda por el Presidente Hugo Chávez.
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UNO DE LOS AFICHES de CASA DE LAS AMÉRICAS: DE: Galería de carteles
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Otros enlaces:
Un poeta elemental (Otra mirada ...)
Por: Juan Gustavo Cobo Borda.- Escritor y poeta
EL País, Cali, Colombia, Mayo 18 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/may182009/VIVIR/opinion.html
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Tregua final
http://www.elpais.com.co/historico/may182009/VIVIR/bene.html
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Benedetti: Inventario
http://www.elpais.com.co/historico/may182009/VIVIR/dety.html
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Benedetti
Óscar Collazos , salypicante@gmail.com
El Tiempo, mayo 23, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscarcollazos/benedetti_5235488-1
Desde la muerte de Pablo Neruda (1904-1973) no se conocía en América Latina tanta pena y fervor. No creo que Uruguay haya conocido en la historia cultural del último siglo la rara identificación del país con la obra de un escritor. Esa identificación la produjo el fallecimiento de Mario Benedetti (1920-2009).
No era, seguramente, el más grande de los escritores uruguayos. El inagotable y escéptico Juan Carlos Onetti (1908-1994) y su predecesor, Felisberto Hernández (1902-1963), volaron más alto y con mayor densidad en la literatura de su país y de América Latina. El mismo Benedetti habría aceptado que, detrás de él, en generaciones sucesivas, se elevaban las obras de Hernández y Onetti y la gran poesía de su contemporánea Idea Vilariño.
La popularidad de Benedetti recordaba a veces la gloria que disfrutó en vida Juana de Ibarbourou, esa 'Juana de América' que despertó la unanimidad de grandes como Alfonso Reyes. Tal vez Herrera y Reissig haya gozado de igual fervor, algo que era común entre los modernistas, con Rubén Darío a la cabeza, en el tránsito del siglo XIX al XX.
Es curioso que a Benedetti no lo hayan sentado nunca en uno de los sillones vacíos del boom de la novela latinoamericana de los años 60 y 70. Cuando lo conocí, en enero de 1969, me concedió el inmerecido privilegio de remplazarlo durante dos años en la dirección del Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas, de La Habana.
En ese entonces, Mario se situaba en los extramuros del boom, aunque sus cuentos de Montevideanos y sus novelas La tregua y Gracias por el fuego podrían haber estado muy cerca de las que distinguieron a otros grandes escritores. Para ser fiel a las experimentaciones formales de la década, escribió y publicó una preciosa novelita en verso, El cumpleaños de Juan Ángel.
Como ensayista, fue uno de los primeros en advertir, con sus contemporáneos Ángel Rama y Emir Rodríguez Monegal, que algo muy grande se estaba cocinando en la literatura latinoamericana de aquellos años. Sus ensayos de Letras del continente mestizo dieron cuenta de la mejor narrativa latinoamericana contemporánea, pero Benedetti fue más un anfitrión que un huésped de los novelistas consagrados en aquella época.
La poesía fue el género que le empezó a dar popularidad. Versos sencillos, cotidianos, como conversados, reveladores de sentimientos inmortales como el amor, la amistad y la solidaridad, empezaron a salir a borbotones desde los años 70, tocados por la fraternidad del exilio y un sentido elemental pero inquebrantable de la justicia.
Tengo amigos -excelentes escritores- que no gustaron nunca de esta poesía, cada vez más multitudinaria, escrita para ser cantada o dicha en la intimidad. Comprensible. No sé si esos innumerables libros y esos centenares de poemas alcanzarán la inmortalidad, pero estoy seguro de que muchos de esos versos seguirán siendo dichos y cantados, como hoy se dicen y se cantan Los versos del capitán y Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Neruda.
Benedetti sabía que escribía para un hoy que, como relámpago, iluminaría por breve tiempo el corazón y los sentidos de quienes lo leyeran. Alcanzó así una inmensa popularidad entre los lectores del idioma. Tal vez por eso no dejó de escribir a ritmo de vértigo, abandonando poco a poco los rigores y el largo aliento de las novelas. Sabía que tenía un público que coreaba con él sus poemas, en los que abundaban las instrucciones para seducir, amar, olvidar, ser fraterno y solidario y volver tolerable el sufrimiento. Benedetti podría haber hecho suya la confesión de don Antonio Machado: "Soy, en el buen sentido de la palabra, bueno".
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Benedetti: poesía sin misterios
Por Jotamario Arbeláez
eltiempo.com / domingo a domingo El Tiempo, mayo 23-24, 2009
Principales noticias de Colombia y el mundo - ELTIEMPO.COM ...
http://www.eltiempo.com/domingoadomingo_eltiempo/benedetti-poesia-sin-misterios-texto-de-jotamario-arbelaez_5258189-1
Foto: Efe http://www.eltiempo.com/domingoadomingo_eltiempo/IMAGEN/IMAGEN-5262788-1.gif Cientos de personas llegan al Cementerio Central de Montevideo durante el entierro del escritor uruguayo Mario Benedetti.
Quienes nos referimos con reparos a su legado, nos situamos en el mismo plano de envidia de los prosistas ante el éxito de Coello.
Cuando el triunfo de la revolución cubana, ningún escritor o poeta latinoamericano pudo darse por desentendido. Durante las décadas del los 60 y los 70, los intelectuales de derecha estuvieron prácticamente desaparecidos. Ahora resoplan, oh sorpresa, en algunos de los progresistas de entonces. El muy airoso Gabo, en sus reportajes, llegó a declarar que todos los buenos escritores eran de izquierda. Y aclaró, que el único deber revolucionario de un escritor era escribir bien. Y que, para todo revolucionario, la tarea de defender la revolución cubana era primordial. El sismo del boom tuvo su epicentro en Cuba, cuando todos eran felices e indocumentados.
Y en Cuba, en Casa de las Américas, tuvo lugar, por entonces, la digna acogida al exiliado uruguayo Mario Benedetti, poeta, cuentista, novelista, ensayista, y sobre todo corajudo combatiente contra las dictaduras. Se encargó del Centro de Investigaciones Literarias, que heredaría Óscar Collazos. ¡Qué tiempos aquellos!
Desde el momento en que se anunció la muerte de Benedetti, el 17 de mayo, en Montevideo, a los 88 años y en mitad de su libro póstumo, ha comenzado el bombardeo de réquiems por Internet, y las llamadas solemnes de los medios de comunicación, a interrumpir el desasosiego de los colegas sobrevivientes, para manifestarles el pésame y transmitir su congoja. Algunos sinceros dolientes exaltaban como al más grande al bardo desaparecido del país de Lautreámont y de Jules Laforge, padres del verso libre y del párrafo envenenado. Otros, más rigurosos o más cautos, guardaron su compostura.
Pertenezco a una generación, menos literaria que de anarquismo bohemio, nacida en Colombia poco antes del triunfo de la revolución cubana, que se denominó el nadaísmo, y que la saludó declarando: "Nosotros amamos la revolución aunque la revolución nos mate, o peor todavía, nos ponga a trabajar". Según nuestros presupuestos de implumes vanguardistas de entonces, a la poesía que recibíamos como herencia fatídica había que despojarla de la recarga gramatical, de la retórica hueca, del tintineo, del trascendentalismo, del patrioterismo, de los sofismas metafóricos, de lo meloso, de lo baboso, de lo mesiánico, del cartel, del mensaje, de todo, menos del misterio. Y del misterio fue de lo que la despojó Benedetti. La peló, la dejó en los puros cueros. En los cueros pelados, gracias a una expresión coloquial que no exigía del lector el mínimo esfuerzo, atrapando de inmediato a una juventud artesanal y universitaria y comprometida que lo vitoreaba rabiosa.
Por esos tiempos tuve un encuentro epistolar con el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, quien se ordenaba sacerdote en el seminario de vocaciones tardías de La Ceja, Antioquia, de donde saldría a la isla de Solentiname, a fundar un monasterio para derrocar al tirano. Él me instó a abandonar hermetismos, abstraccionismos y demás paludismos de la escritura, y a expresarme con un aliento conversacional, cotidiano, urbano, pero sin oponer la sombrilla al viento paráclito. Narrar la realidad tal cual era pero mostrando lo que no se veía, para hacerla caer en contradicción. Manteniendo la luz de lo misterioso.
Fuimos legión quienes seguimos al cura. Pero igual arreció por entonces la poética de Benedetti, con igual impulso contestatario pero directo. Si nos vamos a bañar vámonos empelotando, como decía una discípula.
Expresa Óscar Collazos que "es curioso que a Benedetti no lo hayan sentado nunca en uno de los sillones vacíos del boom de la novela latinoamericana de los años 60 y 70". Donde tampoco, a pesar de sus méritos, sentaron a su reemplazo. Pero no era para tanto, querido Óscar, en uno de esos asientos casi que no sentaron ni a Onetti.
Confieso que cada vez que vi un libro de Benedetti, en una librería o en la mesa de noche de alguna amiga, abrí al azar, y al encontrar estrofas como ésta, volví a cerrarlo: "¿No sería hora / de que iniciáramos / una amplia campaña internacional / por los izquierdos / humanos?".
El poeta que lucha por los que ni siquiera saben que están jodidos, que se arriesga por sus derechos, que está dispuesto a ser crucificado por redentor, merece todo el amor y el reconocimiento tribal, de parte incluso de los poderes estatales que desataron su furia. Como acaba de suceder con Benedetti, huésped de honor en el Panteón nacional.
Le tocó, como a los mejores de siempre, comer mucha mierda y tascar mucho freno, antes de que la gloria literaria le pelara los dientes. Supo trasladar lo que se conoce como la herramienta poética a los ámbitos populares. Volviéndose a veces, como se afirma, un símbolo universal de los enamorados. Por engatusadores poemas como Táctica y estrategia, con el que tímidos sexuales se apuntan a hacer levantes, pobre oficio de la poesía. Si uno se detiene en ese poema y se informa de que por él han caído cientos de chicas, tendrá que deducir que las pobres estaban muy apuradas.
Me avergüenza coincidir en mi apreciación, un tris insolente, con las de académicos de la lengua como Piedad Bonnett, quien no pasa al teléfono para contestar a este tema, ni Cobo Borda, quien piensa que el éxito del uruguayo fue debido a que "respondía con sus letras al agite de la izquierda propia de esa época de inconformidades...". O sea que no le rebaja la mamertada.
Para redondear este informe, he saqueado de los bolsos de mis entrevistadoras los libros de poemas de Benedetti para hojearlos y hacer algunas citas dignificantes, no aludiendo a su posición humanística y luchadora -ante la cual casi todos nos inclinamos y compartimos-- sino ante la sencillamente poética, y por mi madre que no encuentro qué citar.
Lo que me pone en conflicto con esa juventud que lo asumió como adelantado. Pero repito, me cae en los huevos aparecer como cómplice de esos rapsodas académicos que de mí se expresan en la misma forma. Y de los derechistas de nuevo cuño. Benedetti no es tan maledetti, como dicen algunos maledicentes.
Quienes nos referimos con reparos a su legado, frente a sus millones de admiradores, sus millonarias ediciones, sus reconocimientos en vida y sus impresionantes homenajes póstumos, nos estamos situando en el mismo plano de envidia de los prosistas ante el éxito de los libros de Pablo Coelho.
JOTAMARIO ARBELÁEZ, Para EL TIEMPO, jmarioster@gmail.com
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Mario Benedetti, un poeta de siempre
http://vericuetos-paris.over-blog.com/article-31753010.html
IDEOLOGÍA Y CREACIÓN LITERARIA EN MARIO BENEDETTI
Por Efer Arocha
Revista Vericuetos, París, Mayo 24 de 2009
Todo producto-arte, cualquiera que sea su manifestación, está constituido por sutiles elementos que sólo son posibles identificar mediante el análisis para establecer la calidad de la elaboración estética. Estos determinantes son, desde la perspectiva del creador, los peldaños a ascender para cuajar lo categorial que el análisis requiere para el dictamen de los significantes estéticos sobre una obra. La valoración se sustenta en códigos estables que son los que permiten traspasar el espacio y el tiempo. El tiempo es el juez absoluto en este tipo de juicio, por fuera de él, todo queda en el promontorio de los deseos. Por ello, no obstante de ser la obra de arte una condensación abstracta, es a su vez una síntesis de su época, consecuencia del entorno que le generó su existencia. A causa de esto, ella es memoria que conforma la historia. Dentro de los parámetros de la memoria, cuando el producto-arte logra los más altos niveles estéticos, es decir, es una obra de arte, entre sus contenidos se encuentra el pensamiento del tiempo que ella registra como contenido social. El pensamiento en su primer nivel de existencia es filosófico, condición inaprehensible, el cual para manifestarse lo hace a través de lo ideológico y finalmente en lo político desde el ángulo que nos ocupa. Lo ideológico y lo político se muestra de muchas maneras; a veces tan directamente, que está envuelto en la anécdota, como es el caso de Goya en Los fusilamientos del 3 de mayo , o en la novela Así se templó el acero de Nicolái Ostrovski .
El producto-arte en lo cognitivo es una elaboración del trabajo humano, y como tal tiene un espacio artesanal. De esta realidad no se escapa ninguna manifestación artística; el canto, la música, el mimo, presentan un recorrido artesanal; en lo ineludible, en el manejo de los materiales imprescindibles, los cuales hacen parte de la forma. Ella comienza a impregnarse de los primeros constituyentes que cuajarán como el lenguaje del pensamiento en la creación, los cuales dependen de la voluntad del artista. Él es quien decide si su obra es el reflejo de su conciencia o no. En el caso de la literatura no es muy frecuente que no exista una correspondencia entre el pensamiento del creador y los contenidos de su obra. Pero sí se presentan fenomenologías en las cuales el creador no plasma en su producto su manera de pensar en el plano político, como es el caso de Céline en Europa, Mario Vargas Llosa en América Latina y Yukio Mishima en Asia; los tres de derecha en tanto que sujetos políticos, mientras que sus obras están en la izquierda o se colocan en el campo del interés de los pueblos y del progreso. Una segunda gama de creadores en la fenomenología de ideología y política, se encuentra en el hecho de que tanto artista y obra se coinciden, coincidencia que viene del exterior como contenido temático, y desde el interior como concepción ideológica y política. Un ejemplo de ello es Pablo Picasso en pintura; Bertol Brecht para el teatro. El cine está saturado de estos ejemplos, empezando por Charles Chaplin. Finalmente encontramos un tercer grupo que se caracteriza porque su obra es un producto militante. La creación está marcada en lo fundamental por los contenidos filosóficos, y derivado de ello la ideología y por último la política, muestra de ello es David Alfaro Siqueiros portador de ideas revolucionarias tan fuertes, que muy pronto su cromática tuvo que huir del caballete para convertirse en pintura pública mediante el mural, donde todo intento de apropiación por parte del mercado del arte, quedó anulado. Contundente ejemplo de una concepción filosófica, ideológica y política de la cual también hizo parte Diego Rivera. En este territorio hizo erupción Benedetti. El conjunto de toda su obra presenta contenidos estables y claros, los cuales son decisivos para comprenderla y determinarla. En ella el eje dominante es lo social. Su presencia es inomitible, trátese de su narrativa en los géneros de novela, cuento o ensayo. Lo mismo sucede con toda su poesía. La piel de su obra exuda su pensamiento profundo en la cual está claramente demarcada su concepción del mundo, la que se objetiviza en la acción del pensar en los parámetros de lo que es asible, en todo aquello que hay corporidad donde la idea, a consecuencia de la acción, pierde su abstracción para convertirse en la fenomenología de la acción práctica, como fue durante toda su vida su militancia política. En el espacio de esta militancia se presenta un constructo como si se tratara de un monumento en el centro de una plaza pública. Se yergue una estatua que esparce como una fuente luminosa destellos en todas las direcciones; es Benedetti que desde lo profundo de su concepción filosófica nos aflora la coherencia de sus convicciones, las cuales se materializan igualmente en una coherencia del actuar. Por ello, su obra literaria, extensa por cierto, no es cosa distinta a ser una expresión del conjunto de su coherencia entre el pensar y el actuar. De ahí que entre el creador y su creación se presenta una unidad indisoluble que no admite en su gnoseología separación. Su esencia humana se sumerge en la página escrita. Sus metáforas, frases y párrafos no son otra cosa distinta que su utopía convertida en grafía. Por ello sus versos son elementales, abiertos al lector popular; donde la metáfora es una puerta accesible para todo aquél que tiene anhelos y deseos de soñar. Ajena a los alambicamientos que pretenden treparse por la roñosa pared de una erudítica de artificio, que sólo apenas logra amoñar las entelequias de falsos intelectualismos. El texto de Benedetti es todo lo contrario, diáfano y eficaz. Esto último a causa de que es palabra militante. No se sustrae a la lucha de clases, porque es precisamente su producto más elaborado. Hoy como ayer, una manera de existir de la sociedad lo hace mediante las clases sociales. Este es un fenómeno que está al margen de nuestro deseo y voluntad. Resultado del antagonismo de las clases, se da un espacio político donde se enraíza la obra de arte política de Benedetti. Admítase o no, el riguroso análisis literario se hace mediante los géneros artísticos, entre los cuales está la creación política. Es por ello que existe novela política, poesía política y ensayo político.
Desde la perspectiva filosófica, el arte no escapa a las finalidades de los individuos y de los grupos, los cuales tienen intereses bien determinados. En lo que se refiere a los intereses, éstos se expresan en partidos, los que poseen una ideología bien definida, la cual señala en el plano de la estrategia política la instrumentalización del arte con fines partidistas, fenomenología muy distinta a la antes analizada. En política todo lo decide la estrategia ideológica en el plano cognitivo. En razón de esto se señalan los derroteros estratégicos políticos de los partidos, los cuales tácticamente ponen a su servicio todo lo que le sea útil, de ahí que no tienen escrúpulos en incluir a artistas o sus obras, o también excluirlos. Esto último en ocasiones va muy lejos, como son la destrucción de libros, el veto de obras o autores de un país o de sus bibliotecas, encarcelar a sus lectores o autores, prohibir obras en el territorio nacional, o exiliar a los escritores como le sucedió a Benedetti. El libro encierra peligros para todo aquello que está estacionario y quieto. Por inútil que sea un libro es un ser humano que conversa, y siempre su voz tiene algo nuevo para aquél que en paciencia escucha. Consecuencialmente en las páginas de Benedetti habrá algo fresco para sus lectores, cualesquiera que sean ellos, sin excluir a sus detractores y a sus más furiosos enemigos. Su pluma es una palada constructora en la utopía de los anhelos humanos para lograr un modo de vida cada vez más justo y también cada vez más feliz.
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Mario Benedetti se fue ! Vericuetos, Paris. Marzo 19, 2009
http://vericuetos-paris.over-blog.com/article-31635078.html
Las letras hispanas en duelo por la muerte de Mario Benedetti
El autor de La Tregua se ha ido al walhalla de los poetas. Nos ha dejado su inmensa obra llena de amor a la literatura y a nuestros pueblos. Ella, sin duda, le sobrevivirá. Allí dos poemas: "Chau número tres" y "Te quiero" http://vericuetos-paris.over-blog.com/article-31635078.html
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Ha muerto Mario Benedetti
Quedarme en tu recuerdo
Por: Ricardo Bada / Especial para El Espectador
El Espectador , 21 Mayo 2009 - 7:17 pm http://www.elespectador.com/impreso/cultura/articuloimpreso141974-quedarme-tu-recuerdo
En homenaje al poeta uruguayo, su amigo Ricardo Bada hace una semblanza.
Foto: http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/images/mar2009/bf60c679bd7c545539c1ec48724dd00d.jpg APEl escritor uruguayo Mario Benedetti falleció el domingo pasado a la edad de 88 años.
El 20 de agosto del año pasado, en estas mismas páginas, publiqué un artículo sobre aquél Benedetti a quien era bastante la gente, entre la intelligentsia española, que lo había encasillado en un Index tan feroz como el de la Iglesia Católica en su día. Para esa gente, Benedetti era Maladetti. ¿Por qué?
No puedo sino repetirme. Que entendería que hablasen mal de él como escritor, porque no les gustase lo que escribía: no tenía por qué gustarles. Pero es que hablaban mal de él, como escritor, con auténtico encarnizamiento. Incluso lo hacía gente por lo demás muy comedida y respetuosa con el resto del género humano, pero no con este polígrafo oriental (uruguayos sólo son los futbolistas, según Borges).
Analizando el tema, hallé dos explicaciones de esa inquina. La primera: porque pese a todos los pesares, jamás dejó de defender a la Revolución Cubana. La segunda: porque su poesía goza de un éxito de público sin precedente desde los tiempos de Neruda y los Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Y para colmo, la juventud lo leía, y lo lee, como lo leyeron sus padres e incluso sus abuelos. Entonces, ambas cosas se la cobraban en forma de ninguneo. Y con saña, porque ¿cómo, si no, ningunear una carrera literaria de más de sesenta años bien cumplidos?
Me encontré con Mario muchas veces en mi vida. En Fráncfort, en Berlín, en Madrid (donde tantas veces comimos juntos en unos restaurantitos chiquitos y recoletos que siempre elegía él, dejándome a cambio la elección de los vinos). La última vez que nos reunimos fue en su Montevideo querido, allá por enero de 2002, cuando nos dedicó –en el apartamento 702 de Zelmar Michelini 1337– un ejemplar de su libro de los haikus.
La noche del domingo me llegó la noticia de su muerte por un colega argentino que vive en California. No por lo ya esperada nos conmovió menos. Mario era un amigo muy querido en la casa de los Bada, donde fue nuestro huésped alguna que otra vez. Así es que si me piden que escriba de él, en estas circunstancias, para no echarme a llorar no podría sino repetir los lugares comunes.
Como ese de que en 1960, con La tregua, se dio a conocer definitivamente –¡y de qué modo!– más allá de las fronteras de su país y de su lengua: esa novela suya, breve, tal vez su obra maestra, superó las cien ediciones en español, fue traducida a diecinueve idiomas y adaptada al cine, al teatro, la radio y la TV. Recuerdo que un día, platicando con Mutis, le pregunté por Mario, y Álvaro silabeó con admirada envidia: “Ese comunista que me robó La tregua…”. Porque, ¿qué escritor que la haya leído no hubiera deseado ser el artífice de tal joya?
A título anecdótico, y para evidenciar la popularidad de Benedetti entre el público lector, recordaré una vez más aquí la anécdota entrañable de que en Madrid había una call girl, Sandra, que se anunciaba con un endecasílabo suyo: “Mi táctica es quedarme en tu recuerdo”. Y sí, Mario, esa era tu táctica. Sumamente exitosa, por cierto, puesto que te has quedado para siempre en nuestra memoria.
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Actualizó: NTC … / gra . Mayo 18, 2009, 8:00 AM Hora del entierro en Montevideo (10:00 AM). Mayo 24, 2009, 5:30 PM