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LA ÚLTIMA CHARLA CON OTTO
ARMANDO
BARONA MESA
Don Otto Morales Benítez dejó
de ser un habitante de este mundo; y con la naturalidad propia de su
existencia, simplemente se durmió para siempre y dejó de respirar. No es que
quisiera morirse, no, pues amaba la vida como ninguno otro. Pero siempre supo
que ese era el destino seguro e inexorable de los hombres y estaba preparado,
como Antonio Machado, para ese largo camino de la muerte, ligero de equipaje y
después de haber cumplido a plenitud su misión en la vida. Juan José Saavedra
escribe bellamente que no hay un minuto más ni uno menos que los que fijó una
mano poderosa en el destino y por eso, cuando todo anunciaba su final, Juan
José siguió viviendo –y espero que por mucho tiempo más-. En el caso de Otto,
como lo dijo su mayorazgo Olimpo, se murió de vejez.
No será un lugar común que agregue que
este hombre tenía todas las medidas de un ser ejemplar. En todo, incluídas sus
virtudes republicanas. Su talento excepcional de aborigen riosuceño, con la
malicia que destacaba Gaitán, su agudo sentido del humor, su capacidad para
encontrar la sal de la vida y celebrarla estruendosamente con una carcajada que
remontaba su origen telúrico para trascender montañas y pueblos. Con su
biblioteca monumental al hombro y sin que se le escapara ningún detalle de la
vida de los diferentes momentos de la historia. He tenido oportunidad de leer
muchos libros salidos de su intelecto y en todos recoge, como ocurría con
Germán Arciniegas, todo lo que es el alma de una nación. En el tomo IV de sus Obras
publicadas por el Instituto Caro y Cuervo aparecen sus Coloquios sobre la Cultura Colombiana. Hace despacio,
hilvanado, sustantivo, un relato de todos los hombres y sus obras de la
república, con sus etapas pasionales y políticas, su legislación, la ejecución
de las obras, las cifras económicas, los valores cambiarios y los aspectos
doctrinarios. El centralismo y el federalismo, los conflictos, las guerras y
las posiciones antagónicas conservadoras y liberales. Difícilmente es
concebible que alguien pueda asimilar y recordar con tanto detalle lo que fue
la obra fecunda de Manuel Morillo Toro, tal vez el más aventajado de los
estadistas del radicalismo. Y Otto discurre no solo como un espectador de todos
esos sucesos hoy fascinantes, sino como el estudioso que penetra, discierne y
diseca el meollo de las ideologías y de los hombres enzarzados en ellas.
Fui su amigo. Todos recuerdan cómo vino
a Cali especialmente para hacer el lanzamiento de mi obra Nariño y Miranda, dos vidas paralelas. Aquí lo tuvimos, dialogamos
con él, lo oímos en la sápida cátedra coloquial en Café Gardel y en el Hotel
Dann y donde se sentara alrededor de un buen tinto a dialogar como un filósofo
alrededor de nada, o como el erudito, según el tema que le tocaran. Nos contó
anécdotas que aun al paso de los años disfrutaba. Estaba en un pueblo del viejo
Caldas acompañado del gobernador, hombre de valores pero al que le había
cortado una pierna y, por la prótesis que usaba, lo llamaban Patepalo . La noche los cogió y se
fueron a buscar un hotel alrededor de la plaza. Hotel de pueblo. Cuando
llegaron el propietario con humildad disculpó la pobreza. Se sentía abrumado
por el honor. Entonces Otto le dijo: No se preocupe por la pobreza, que todos
lo somos. Lo único es que no haya comején y todo estará bien. Otro día, en una
ciclorruta de Bogotá por donde pasaban todos en plan de deporte, Otto iba con
su indumentaria infaltable: vestido de paño inglés León y Campana, chaleco,
corbata, sombrero y paraguas inglés. Va pasando cuando hace el calor de medio
día. Entonces un muchacho le dice: Oiga
hombre, y ¿dónde compró la sudadera ?
Otra
vez, cuando era ministro de Trabajo, un
lagarto lo seguía incansable, hasta que un día el ascensorista le dijo: Doctor,
quítese ese lagarto de encima y vaya por el ascensor privado que queda acá
atrás. Al otro día el ministro se fue por atrás, respirando contento. Al abrir
la puerta el ascensor, allí estaba el lagarto. La paciencia de un hombre
paciente como Otto voló en pedazos, y entonces
lo miró y exclamó: Vea hombre, no me joda más. Lárguese para la P. M. y
el hombre, muy orondo, contestó: Y ¿con cuánto de sueldo dotor?
Ah, el amigo que nunca más volverá, el
que lo llenaba todo, el que suplía nuestro desaliento, el que invitaba a ser
bueno, el que le hacía sentir a uno que un libro de ochocientas páginas era una
delicia intelectual, el que encantaba con la historia y con las historias, el
que reía con ganas, el que miraba la vida con naturalidad y gusto, el
intelectual, el estadista, el de la memoria privilegiada, el liberal de
siempre, el hombre realista y al mismo tiempo idealista, el hombre de ayer y
lamentablemente no de mañana, porque era el último ejemplar de aquellos hombres
que encarnaban lo justo y lo bueno, la inteligencia, la bondad y la alegría. Ya
no estará más con nosotros, pero nos deja sus anécdotas, sus libros y sus recuerdos que son patrimonio
público.
Hace
no más quince días me encontraba en mi oficina, donde me visitaba un amigo
querido, dueño de El Gato y colaborador de la Universidad Libre, Frisco
González. Había ido él a llevarme un epistolario de Rafael Uribe Uribe.
Entonces le dije: Hombre, dígale al rector que hagamos un gran homenaje a este
gigante del pensamiento cuyos cien años de su asesinato estamos conmemorando. Y
traemos a Otto Morales Benítez para que dicte la conferencia que será
grandiosa, porque ese era uno de sus personajes favoritos. Y le haremos el
homenaje a los dos. Entonces lo llamé. Me pasó al teléfono. Estaba un poco
pesado del oído, pero no tanto. Su lucidez y su alegría inundaban. Yo sabía que
había pasado de los noventa y cuatro años. Y le conté la idea sobre Uribe. Se
llenó de alegría y entusiasmo y de modo sonoro, con su acento paisa de siempre
me dijo: Vamos para Cali.
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NTC ... ENLACES:
De: NTC ntcgra@gmail.com
Fecha: 24 de mayo de 2015, 8:47
Asunto: Otto Morales Benítez . Riosucio, Caldas, 7 de agosto de 1920 - Bogotá D.C, 23 de mayo de 2015. NTC ... HOMENAJE y MEMORIA
Para: Suscriptores y amigos
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Fecha: 24 de mayo de 2015, 8:47
Asunto: Otto Morales Benítez . Riosucio, Caldas, 7 de agosto de 1920 - Bogotá D.C, 23 de mayo de 2015. NTC ... HOMENAJE y MEMORIA
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Otto Morales Benítez
95 años
Riosucio, Caldas, 7 de agosto de 1920 - Bogotá D.C, 23 de mayo de 2015.
NTC ... HOMENAJE y MEMORIA
Otto Morales Benítez
sus dos últimas visitas a Cali
6 de diciembre de 2010
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Más información y detalles en cada enlace
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Fotografías y grabaciones: MIC, de NTC ...
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RAFAEL URIBE URIBE
en NTC ...
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De Otto Morales Benítez:
"Otto Morales Benítez y los 150 años del nacimiento de Rafael Uribe Uribe. Al liberalismo le faltan Uribes Uribes ... . ... para mi Rafael Uribe Uribe es uno de los grandes pensadores. He estado manifestando que no hay que decirle más general, sino estudiar y aplicar su trabajo y legado como un pensador, un humanista y un estadista, que fue lo que él representó en el pensamiento colombiano”.
Otto Morales Benítez (5 de Mayo de 2009, El Mundo, Medellín.
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