miércoles, 29 de enero de 2014

ARCADIA 100. Enero 27, 2014. Cien años de realidad. El país leído desde las artes.

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ARCADIA 100 

Enero 27,  2014 

Cien años de realidad 
El país leído desde las artes


 
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Próximamente, en: 
http://www.revistaarcadia.com/ultimas-ediciones/
http://www.revistaarcadia.com/inicio
Se publicó el 5 de Febrero, 2014
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EDITORIAL

UNA EXPLICACIÓN 
Por Marianne Ponsford  
Arcadia llega a su edición número 100, y es costumbre en los medios, como en la vida, celebrar las cifras redondas. Por eso, hemos concebido para los lectores un especial ambicioso, que quiere preguntarse cómo las artes han leído a Colombia.
Un jurado compuesto por 76 intelectuales, críticos y académicos escogió para esta edición las obras de su campo que, según su criterio, iluminaban con mayor acierto y talento la historia del país. El resultado fue un compendio de más de 600 obras de todas las áreas de las artes y la literatura.
 ¿Cómo hicimos la elección final? Todas las obras que fueron propuestas por más de tres miembros del jurado están incluidas aquí. Ellas componen casi el total de las obras en esta edición. El resto corresponden a la elección, a partir de las propuestas de los miembros del jurado, de quienes escribieron en esta revista. El límite no ha sido otro que el del espacio, las páginas de las que disponíamos. Por eso, las obras que los lectores encontrarán aquí no pretenden constituirse en un canon. No sería justo. No es así. Y quienes seleccionaron y quienes escribieron los textos —en algunos casos la misma persona-, están listados en la última página y en la edición web los lectores curiosos podrán ver las obras que cada uno de los jurados propuso.
 El resultado es una selección de 119 obras colombianas realizadas durante los últimos cien años, acompañadas cada una de un breve texto que busca hacer énfasis en la manera como esa obra refleja, interpreta o recrea al país, su historia, su circunstancia. El conjunto de firmas que respalda esta edición es extraordinario. Hemos incluido, con ambición, obras de arte, música culta y canciones populares, cine, fotografía, series de televisión y, por supuesto, literatura. Y en ella, novela, teatro, poesía, cuento, memoria y ensayo literario.
… Sigue en texto en :
http://ciencia-y-humanidades-ntc.blogspot.com/2014_01_29_archive.html

O en la imagen siguiente
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ALGUNAS DE LAS OBRAS

Dentro de las 119 obras están, entre otras: 
Suenas Timbres, Poemas - 1926-  (Luis Vidales), 
Cóndores no entierran todos los días, novela - 1971 - y película -1984- (Gustavo Álvarez Gardeazábal) y
La estatua de bronce, Poema - 2007 -  (Juan Manuel Roca)   

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Solo dos de  los autores de las 119 obras seleccionadas figuran  dos veces: Gabriel García Márquez, con sus dos novelas CIEN AÑOS DE SOLEDAD ( pg. 33) y EL OTOÑO DEL PATRIARCA ( pg. 39),  y Gustavo Alvarez Gardeazábal  con su novela CÓNDORES NO ENTIERRAN TODOS LOS DÍAS ( pg. 36)  y la película que lleva este nombre ( pg. 44) realizada por Pacho Norden.


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Imágenes integradas 1
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jueves, 23 de enero de 2014

EL SOLAZ DE LA PRENSA LITERARIA. Del libro: “A PLOMO HERIDO. Una crónica del periodismo en Colombia (1.880-1.980)” de Maryluz Vallejo Mejía. Febrero de 2.006.

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Re-Publica (enero 23, 2014) y difunde NTC … Nos Topamos Con 
EL SOLAZ DE LA PRENSA LITERARIA 

Tomado del libro: 

“A PLOMO HERIDO. Una crónica del periodismo en Colombia (1.880-1.980)” 

de Maryluz Vallejo Mejía


 Ed. Planeta. Bogotá. Primera edición, Febrero de 2.006. Págs 122 a 129.

Escaneo, Reprodujo y difunde: NTC … Nos Topamos Con …

NTC ... 249. Diciembre 7, 2.006

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3.- LA PALABRA, 15 AÑOS. Celebraciones, conferencias, publicaciones y Seminario Internacionl "El periodismo, la literatura y la ciencia" . Nov. 22, 23 y 24 de 2.006. http://lapalabra.univalle.edu.co/
Durante las celebraciones - entre otros muchos eventos - se lanzó el libro: ANTOLOGIA. LA PALABRA 15 AÑOS. 1.991 - 2.006. (Ed. Univalle. Primera Ed. Nov. 2.006. 492 páginas. Carátula más adelante) . El prólogo a este libro, escrito por el Director de La Palabra, Darío Henao, se publicó en la versión impresa del periódico No. 167 de Diciembre 2.006. Hasta la fecha esta edición no aparece en el portalhttp://lapalabra.univalle.edu.co/. Es muy probable que muy pronto lo esté.
De la misma manera se presentó por su autora , Maryluz Vallejo Mejía, en Cali el libro: "A PLOMO HERIDO. Una crónica del periodismo en Colombia" (Planeta, Primera Ed. febrero 2.006. 430 páginas. Carátula más adelante). La doctora Vallejo - profesora de la Pntificia U. javeriana de Bogotá - dictó el Seminario Taller "Los géneros del periodismo cultural." 
Sobre "A PLOMO HERIDO" y su autora sugerimos los siuguietes textos y reseñas:
* TRES PÁJAROS DE UN SOLO TIROA plomo herido. Una crónica del periodismo en Colombia (1880-1980)
Maryluz Vallejo Bogotá, Planeta, 2006 (430 pp.)
http://www.revistanumero.com/50/rese.htm
* Una profesión que mueve pasiones . Maryluz Vallejo, profesora de la Universidad Javeriana
http://www.universia.net.co/docentes/destacado/unaprofesionquemuevepasiones.html
http://www.megastoregroup.com/blog/asr/archives/25
ALBERTO SALCEDO RAMOS
« Cuando calla el cantor Taller del Oficio »“A plomo herido”, libro de Maryluz Vallejo
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Por considerarlo de especial importancia y memoria trancribimos un trascendental aparte del libro:
EL SOLAZ DE LA PRENSA LITERARIA (42)Tomado del libro: “A PLOMO HERIDO. Una crónica del periodismo en Colombia (1.880-1.980)” de Maryluz Vallejo Mejía. Ed. Planeta. Bogotá. Primera edición, Febrero de 2.006. Págs 122 a 129.Escaneo, Reprodujo y difunde: NTC … Nos Topamos Con …
Desde finales del siglo XIX los periódicos se asumieron como portadores de ideología y de literatura. Los escritores sólo contaban con la prensa como medio de expresión, única escuela literaria donde se movilizaban las ideas y se pulía la prosa en talleres dirigidos por los maestros. Y los directores de esos periódicos sabían que debían proporcionar a sus lectores material ameno y variado para fomentar los hábitos de lectura, debido a la falta de editoriales y de cultura letrada en un país con menos de cuatro millones de habitantes, en su mayoría analfabetas. El Papel Periódico Ilustrado publicó a los escritores más granados del país y El Telegrama fue el primer diario que tuvo edición dominical literaria, a partir del 30 de julio de 1.887.
El siglo XX fue pródigo en publicaciones literarias que nació al calor de las tertulias y de las sucesivas generaciones literarias: los centenaristas, los de la Gruta Simbólica, los panidas, los Nuevos, los piedracielistas, los cuadernícolas, los de Mito, los de La Cueva, los nadaístas, cuyos exponentes solían escribir tanto para revistas especializadas como para la prensa diaria, donde alcanzaban un público mayor. El Nuevo Tiempo fue el primer periódico que publicó un suplemento, El Nuevo Tiempo Literario (mayo 24 de 1.903), para presentar la producción más granada de escritores como Rafael Pombo, Miguel Antonio Caro y José Manuel Marroquín. Incluso este periódico abrió en 1.903 un concurso de cuentos de 1.000 palabras y el premio en metálico eran 1.000 pesos, una jugosa suma para la época. El suplemento dominó el panorama de las letras nacionales hasta que lo sacaron de circulación los suplementos de El Tiempo y El Espectador. Pero en 1.927 lo revivió Ismael Enrique Arciniegas, después de 12 años, con la asesoría de Eduardo Castillo.
Ahora bien, el primer periódico del siglo XX que anunció su carácter literario fue Esfinge, fundado por César Saavedra y Arturo Manrique en 1.901. Su finalidad era ofrecer el registro de la producción literaria en Colombia y dio la primicia de obras como Diana Cazadora, escrita por Clímaco Soto Borda, que se publicó 15 años después. En su pequeño formato carta - que pronto se convirtió en tabloide - Esfinge incluyó cuentos, poemas, crónicas amenas, folletines y noticias del extranjero. Cerró al año siguiente.
Barranquilla fue puerta de entrada de las corrientes literarias y periodísticas desde comienzos del siglo XX con periódicos como Rigoletto, fundado en 1.902 por Julio H. Palacio y Eduardo Ortega, acompañados de intelectuales y literatos de fuste. En 1.913, Enrique Rash Isla y su hermano poeta, Miguel, fundaron el Mercurio para dar cabida a los nuevos talentos literarios. Un año después, en 1.914, apareció La Nación, diario conservador de Miguel Moreno Alba y Pedro Pastor Consuegra, al que se vincularon destacados hombres de letras como Clemente Manuel Zabala, Jaime Barrera Parra y Luis Enrique Osorio. Zabala dirigía el suplemento literario de La Nación, que introdujo las vanguardias culturales en el puerto. Otro diario barranquillero de aliento literario fue La Prensa, fundado en 1.928 por Juan B. Fernández y Gabriel Martínez Aparicio, que tuvo entre sus colaboradores a Osorio Lizarazo, José Félix Fuenmayor, Lino Gil Jaramillo y Porfirio BarbaJacob.
En su larga existencia de tres décadas, El Gráfico abrió sus páginas a escritores de las generaciones del Centenario y de los Nuevos, quienes escribían en todos los géneros periodísticos y literarios. En la Gaceta Republicana, de Olaya Herrera, se reunía una tertulia con Julio Flórez, Max Grillo, Baldomero Sanín Cano, Clímaco Soto Borda y Víctor M. Londoño, entre otros. Y recién fundada Cromos, se formó en la redacción una tertulia literaria con Eduardo Castillo, Miguel Rash Isla, Abel Marín y José Eustasio Rivera, quienes hacían versos, producían "chispazos" y nutrían de exquisita prosa la famosa revista.
De noviembre de 1922 es el periódico El Sol, dirigido por Luis Tejada y José Mar, que alternaba la crítica política con las crónicas ligeras de Tejada y los cuentos cortos. Tuvo colaboradores de la talla de Luis Vidales, Carlos Lozano y Lozano y Rafael Vásquez. En 1.935 comenzó a publicarse el suplemento Márgenes, en El Diario Nacional, dirigido por Darío Achury Valenzuela, y con colaboradores como Eduardo Zalamea Borda, León de Greiff, Rafael Maya y Adel López Gómez.
Tras el 9 de abril de 1.948, apareció el quincenario de Jorge Zalamea, Crítica, que en su parte literaria se destacó por las traducciones de grandes autores contemporáneos (desde T. S. Eliot pasando por La peste, de Camus, y los poemas de Saint-John Perse, de quien Zalamea fue fiel traductor, y lo último en literatura italiana.
En los años cuarenta sobresalió el suplemento Generación, de El Colombiano, con figuras como Belisario Betancur, Eddy Torres, Jorge Robledo Ortiz y Otto Morales Benítez, que lo dirigió durante cinco años. El Liberal, de Alberto Lleras Camargo, también editó el suplemento literarioNuestro Tiempo a partir de 1946 y tuvo como directores a Lucio Duzán, Guillermo Payán Archer y Fernando Charry Lara (quien divulgó la obra de los cuadernícolas). El Liberal ofrecía traducciones de André Gide y John Steinbeck, entre otros escritores del momento. Publicó un capítulo inédito de la novela Miseria, de Manuel Mejía Vallejo, con ilustraciones de Hernán Merino, y ofrecía traducciones del mejor periodismo literario estadounidense. Pero por liberal que fuera el suplemento, no faltaban artículos de tono moralista como el titulado "La pornografía de Sartre" (junio 20 de 1948), donde Osorio Lizarazo tacha las obras del autor francés de pornográficas, al estilo del marqués de Sade.
En 1945 dirigía el suplemento literario de El Siglo Guillermo Camacho Montoya, hijo del gran político conservador; pero hasta finales de los años cincuenta era igual a tantos suplementos que se publicaban, lleno de poetisas y ensayistas, con los comentarios literarios de Lucio Pabón Núñez (más conocido en su tenebrosa faceta de represor) y de Laureano Gómez (que firmaba Jacinto Ventura). La llegada de los directores Bernardo Ramírez y Belisario Betancur aireó sus páginas, y el suplemento comenzó a ofrecer material atractivo y a introducir valores destacados de las letras internacionales, como Jorge Luis Borges. Hasta El Diario de Colombia, de Gilberto Alzate Avendaño, fue un diario conservador abierto al pensamiento joven, cuyo suplemento La Gaceta Literaria animó debates culturales del momento y contó con colaboradores habituales, como Héctor Rojas Herazo.

A finales de los años cincuenta Gonzalo Arango fundó Esquirla, suplemento literario de El Crisol, que hacía las veces de órgano del recién fundado movimiento Nadaísta. 

Y en la década del sesenta hubo publicaciones memorables, como Estravagario, de El Pueblo (1.975), que en su mejor momento dirigieron Fernando Garavito y María Mercedes Carranza. En ese suplemento cultural - que Garavito insistía en no confundir con uno literario -, se recogieron las tendencias de la contracultura latinoamericana, como la primicia del libro de Ariel Dorfman y Armand Mattelart: Para leer al Pato Donald. Colaboraban con frecuencia Eduardo Umaña Luna, Arturo Alape, Álvaro Medina, Pedro Claver Tellez, Isaías Peña Gutiérrez, Jaime Posada y Umberto Valverde. Una excelente vitrina del nuevo periodismo literario y de las ideas de izquierda.

En 1.979 apareció el suplemento cultural del diario El Mundo de Medellín, que rompió con los tradicionales esquemas de periodismo cultural de El Colombiano. El Mundo Semanal manejó lo cultural desde los géneros periodísticos y dio especial relevancia a la producción literaria local y nacional, con editoras como Ana María Cano y Adriana Mejía.
Y el suplemento del Diario del Caribe, Intermedio, dirigido por Alfonso Fuenmayor, con Ramón Illán Bacca y Germán Vargas, desde 1980 y durante casi una década engolosinó a los lectores con sus ediciones monográficas dedicadas a las últimas tendencias de la literatura universal (más allá del boom) y de todas las artes, cultas y populares. En este suplemento Fuenmayor demostró su gusto por la novela negra, con la traducción de crónicas policiales.
Cerramos esta relación con los suplementos de El Espectador y de El Tiempo que registraron lo mejor de la producción literaria y artística nacional durante el siglo xx. En 1.891 Fidel Cano -amante y cultor de la poesía- comenzó a publicar una página de literatura con escritos de Silva, Rubén Darío y Víctor Hugo, que aireaban el adocenado panorama literario de la época. Y el 12 de septiembre de 1.915 nació en El Espectador el primer suplemento del país, La Semana, dedicado a la poesía y a la vida social y cultural, que se anunciaba como el mejor de Medellín. Ilustrado por el maestro Ricardo Rendón, con fotografías de Daniel A. Mesa y dibujos de Vieco, divulgó la obra de prosistas y ensayistas, como Francisco de Paula Rendón, Carlos E. Restrepo, Tomás Márquez, Baldomero Sanín Cano, Antonio J. Cano, Tomás Carrasquilla, Efe Gómez y Alfonso Castro (estos últimos, fundadores de la novela antioqueña).
Dado su éxito, la revista ilustrada La Semana comenzó a circular en Bogotá en enero de 1.916. Para 1.919 el Suplemento Ilustrado de El Espectador había alcanzado un éxito resonante en Antioquia y en el resto del país con su propuesta de periodismo literario: "Una solución al esplíny el cansancio dominical", Colaboraban asiduamente Clímaco Soto Borda; Luis Tablanca, Luis Bernal, Gaspar Chaverra, José Mar y los columnistas más exitosos: Armando Solano y Luis Tejada. En 1924 comenzó la edición en Bogotá de El Espectador Dominical, que dirigió fugazmente Porfirio Barba Jacob, con Lino Gil J aramillo y Francisco Umaña Bernal.
A partir de 1948 se identificaría con el cabezote de Fin de semana, que en 1.950 pasó a llamarse Magazín Dominical y seguía el estilo de revista estadounidense, con reportajes suculentos, buena literatura, algo de política y los monos (43). El Magazín comprendía la sección literaria y otra sección igualmente nutrida (16 páginas) de deportes y sociedad. Como su nombre lo indica, magacín es el que recoge materiales variados, no es la revista especializada, y así lo entendió Guillermo Cano, quien leyó muchos magacines de Estados Unidos antes de adaptar este tipo de publicación en Colombia.
El gran acierto del Magazín fue dedicarle un espacio generoso a la literatura: en cada entrega se publicaban como mínimo seis relatos, lo que se valoraba en tiempos de limitada difusión editorial. Abundaban los cuentos de autores extranjeros traducidos por primera vez para el Magazín. Por ello la sección estelar del suplemento era "Maestros del cuento", con un comentario orientador de Eduardo Zalamea Borda, Ulises, y allí llegó desafiante en 1.947 un cuento del desconocido Gabriel García Márquez, "La tercera resignación", el primero que le publicaron en El Espectador, a ocho columnas, ilustrado por Grau, y con el reconocimiento entusiasta de Ulises. En 1.953 Manuel Mejía Vallejo enviaba sus colaboraciones desde Guatemala, entre ellas el reportaje en varias entregas sobre Porfirio Barba Jacob: "El hombre que parecía un fantasma". Escribían sobre libros Fernando Soto Aparicio, Nicolás Suescún, Antonio Panesso Robledo y Héctor Ocampo.
En estos años dorados los directores del Magazín eran Guillermo Cano y Álvaro Pachón de la Torre, con su fino olfato literario y periodístico, y llegó a vender 68.000 ejemplares, un récord nacional. Los lectores ya se habían vueltos adictos al suplemento cuando su director, Álvaro Pachón de la Torre, se mató en un accidente de tránsito en marzo de 1.953. También murieron los colaboradores Gustavo Wills Ricaurte, Hamlet, y Álvaro Umaña Forero, responsable de la sección cultural. La portada de ese número del 29 de marzo trae un dibujo de Pachón de la Torre hecho por Merino y una semblanza de su amigo Guillermo Cano, quien lo presenta como el periodista que mantenía la oreja pegada a las radiodifusoras extranjeras hasta el amanecer, como El narrador indiscreto de crónicas y artículos de fondo y el traductor de piezas de interés de Readers' Digest, Paris Match y Woman.
A partir de 1.955 El Magazín se transformó en revista de crónicas y reportajes centrados en la realidad del país. Era como si de repente se sintiera curiosidad sobre lo que ocurría en Colombia con un acentuado espíritu nacionalista, pero no faltaban las corresponsalías de los escritores colombianos en el exilio europeo, como Gabriel García Márquez, Eduardo Caballero Calderón, Uriel Ospina, Eduardo Mendoza Varela, Elisa Mujica y Ramiro de la Espriella.
En los años ochenta el magazín pasó de formato tabloide a cuadernillo, con el diseño de Carlos Duque y un atractivo concepto gráfico. Bajo la dirección de Marisol Cano y de Guillermo González (hijo de Sady González) exploró el periodismo cultural como opción ideológica y se abrió a la multiculturalidad del país, rompiendo con el centralismo acostumbrado. Desapareció antes de finalizar el siglo, bajo la dirección del poeta Juan Manuel Roca (hijo de Juan Roca Lemus), dejando 'literalmente' un vacío en el medio cultural.
El otro suplemento canónico es el de El Tiempo, que creó Eduardo Santos en noviembre de 1.913 bajo el nombre de Lecturas Populares. Con más de 20 páginas, empezó a circular todos los sábados. En mayo de 1.915 cambió su cabezote por el de Lecturas Dominicales, y el grueso de su información era sobre política nacional e internacional, con una sección literaria. Algunos de los primeros directores fueron Alberto Lleras Camargo, Jaime Barrera Parra, Germán Arciniegas, Hernando Téllez, Eduardo Caballero Calderón, Eduardo Carranza y Eduardo Guzmán Esponda. Hasta el inicio de la dictadura de Rojas el suplemento se distinguió por su línea humanista, de gran altura intelectual y con colaboradores que defendían ante todo las ideas liberales, sin alejarse de Dios ni de la Iglesia.
Los dibujantes más cotizados de Lecturas eran Santiago Martínez Delgado, el español Rivero Gil, Franklin, Lucy Tejada y Trujillo. A partir de 1956, y bajo la lupa de la censura, sobresalen las caricaturas de Chapete, Carrizosa, Pinzón y Merino.
Entre 1.950 y 1.951 aparecieron las columnas de Pedro Gómez Valderrama; Próspero Morales Padilla y Eduardo Caballero Calderón, Swann, los más eficaces guías literarios del periódico. Otros importantes comentaristas de libros fueron José Ignacio Libreros, Rafael Maya, Andrés Holguín, Luis de Zulueta, Tomás Vargas Osorio, Jaime Posada, Jorge Zalamea y Elisa Mujica. A cargo de la crítica teatral estaba José Santos Quijano; de la musical, el maestro Otto de GreifI, y de arte, Luis Vidales y Walter Engel. En 1.956 empezaron a aparecer las críticas de arte de Marta Traba, cuyas tesis sobre el arte moderno cambiaron la percepción de los colombianos, enmarcada en lo figurativo.
En 1.951 se planteó desde Lecturas Dominicales un debate sobre la tradición humanística en Colombia. La pregunta era: "¿Somos en realidad la llamada Atenas Suramericana o por el contrario, el país soporta desde hace rato el colapso de su predominio intelectual en el continente?". Se confrontaron opiniones de los más destacados colaboradores del suplemento. Armando Solano se preguntó si el país merecía la fama de ser el más letrado de América, cuando un 50 por ciento de su población era analfabeta. A partir de 1.958, bajo la dirección de Eduardo Mendoza Varela, el suplemento vivió su mejor época, y lo sucedieron Roberto García-Peña y Leopoldo Villar-Borda.

EL FOLLETÍN: SEÑUELO PARA LOS LECTORES
En un país con una incipiente industria editorial, los periódicos nacían con la responsabilidad social de divulgar la literatura. Por ello la sección que tuvo un reinado más largo en la prensa colombiana fue la del folletín, formato en el que se vertían todo tipo de materiales literarios - populares y refinados, obras clásicas y contemporáneas de autores colombianos y extranjeros - a condición, de publicarlos por entregas, manteniendo cautivos a los lectores y, de paso, garantizando las ventas. Los folletines se pusieron de moda en Colombia desde finales del siglo XIX, y hasta mediados del XX gozaron de un espacio reservado tanto en la prensa seria como en la popular.
Jerónimo Argáez, en El Telegrama, publicó por entregas las Reminiscencias de Santafé de Bogotá, de José María Cordovez Moure, que se volverían un clásico en el género de la crónica. EI Correo Nacional tradujo autores desconocidos en Colombia, como Edgar Allan Poe y publicó las obras de León Tolstói, como Katia, en 1.890. Tanto éxito tuvieron estos folletines, que Martínez Silva los empastó en volúmenes editados en la imprenta La Luz. En La Crónica, en 1899, se publicó El grandioso Orinoco, última novela de JulioVerne, traducida por Darío Pinzón.
En La Tribuna, de Antonio José Restrepo, se publicó un folletín para niños: Las aventuras de Pinocho, traducido del italiano por la señora Gónima Restrepo. En El Sol, de Medellín, no faltaban los folletines carnudos: en 1913 se publicó la historia completa de El Pernales, famoso bandido de la época, y se publicó otro folletín en incontables entregas sobre María Antonieta, titulado La reina y la guillotina. En la Gaceta Republicana apareció El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle, en 1.914, escritor que ejerció gran influencia entre los cronistas de sucesos.El Tiempo, en 1915, publicó Los dientes del tigre, de Maurice Leblanc, el creador de Arsenio Lupin, que reflejaba los gustos afrancesados del director, Eduardo Santos.
En el diario La Prensa se publicó en 1.928 una novela histórica de Gordon Young, La fiebre del oro en California y del famoso aviador Charles Lindbergh, Mi aeroplano y yo. Y en 1.935 en El Diario Nacional se publicó La isla del Tesoro, de Stevenson, y La cosecha, de Osorio Lizarazo, el jefe de redacción.
En los años cuarenta los folletines literarios se vieron desplazados por las crónicas de la vida real, que tomaron un inusitado auge, sobre todo las de policía. Caso singular fue el de novela-folletín "hecha en casa": El misterio del Calle 215 o la pasajera del Hotel Granada, escrita a seis manos por periodistas y escritores amantes del género negro. El curioso relato - primer experimento de esta índole del que se tenga noticia -, apareció publicado por entregas en el semanario Comandos, de Alejandro Vallejo, en 1.944. Los coautores eran Ximénez, Klim, Guillermo Patiño, León de Greiff, Rafael Jaramillo Arango y Luis Vidales, cada uno a cargo de un capítulo. Ximénez, el más experimentado en este género, había publicado entre septiembre y noviembre de 1.941, en la revista Cromos, un folletín titulado El misterioso caso de Herman Winter.Además de divulgar la literatura extranjera a manera de folletín, la prensa hizo un aporte valioso a la difusión de la literatura nacional, y ya no bajo la marquesina del folletín porque las obras iban dirigidas a un lector más exigente y formado. En 1.900 el periódico antioqueño El Cascabel, de Enrique Gaviria, propuso el tema de "el recluta" - muy a tono con la guerra civil que se libraba- a ocho escritores antioqueños para que enviaran un cuento breve al periódico. Finalmente respondieron 11 autores - entre ellos Tomás Carrasquilla, Gonzalo Vidal, Alfonso Castro, Luis del Corral, José Velásquez García-, y el libro salió publicado en 1.901.
En 1.906, Adolfo León Gómez dio la primicia de su libro Secretos del Panóptico en Sur América. En 1908, la revista La Ilustración publicóLa peregrinación de Omega. En mayo de 1.923 El Nuevo Tiempo empezó a publicar Los sueños de Luciano Pulgar, del ex presidente Marco Fidel Suárez, que también divulgó La Defensa. y El Fígaro ofreció por entregas la novela inédita de Cordoves Moure, Claro de luna, en 1.929.
En mayo de 1930, La Tarde publicó la novela Cuatro años a bordo de mí mismo, de Eduardo Zalamea Borda. La Guillotina entregó en cinco ediciones El libro rojo del Putumayo, del diplomático inglés Roger Casement, en 1.932. Las Memorias de la guerra de los Mil Días, del general Lucas Caballero, es una compilación de los artículos publicados en El Tiempo entre enero y febrero de 1.938. En El Liberal, en 1942, se publicó el libro Laureano Gómez: psicoanálisis de un resentido, del psiquiatra y columnista José Francisco Socarrás, cuya edición fue censurada y recogida (44).
El 2 de noviembre de 1.948, el quincenario Crítica, inició la publicación de una novela inédita de su director, Jorge Zalamea, La liberación de Luca Pisano, y ofreció la traducción de Informe para una academia y La metamorfosis, de Franz Kafka, auténtica primicia editorial. En octubre de 1.949, Jorge Zalamea publicó el cuento La metamorfosis de su excelencia. El quincenario también dio origen a una colección bibliográfica titulada "Los textos amigos" que ofrecía mensualmente la obra de escritores nacionales y extranjeros reconocidos.
En 1.955 se publicó en El Espectador, en 14 entregas, La verdad sobre mi aventura, el testimonio del marinero Luis Alejandro Velasco, que luego se conocería como Relato de un náufrago, y que le costó a Gabriel García Márquez la censura de régimen militar por las acusaciones tocantes a la Armada. La Nueva Prensa, en 1.961, publicó el ya clásico título de Indalecio Liévano Aguirre, Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia. Y en el mismo año, Álvaro Mutis dio la primicia de su Diario de la cárcel de Lecumberri en el semanarioSucesos, donde también se publicó a partir de julio de 1.957, Entre la libertad y el miedo, el libro de Germán Arciniegas prohibido por la dictadura. Jorge Gaitán Durán, director de Mito, publicó en La Calle los artículos que componen el libro La Revolución Invisible, producto de su militancia en el MRL.
También se da el caso de los periodistas y columnistas que recogieron su obra en libro. Tic Tac, considerado el primer cronista del Centenario, publicó varios libros de antología (Pathé journal, De sol a sol, Memorias de un desmemoriado), y Joaquín Quijano Mantilla publicó en la editorial de Cromos sus Cuentos y enredos, un suceso editorial a comienzos de los años veinte. Germán Arciniegas, intuitivo editor, publicó El libro de crónicas de Luis Tejada, en 1.924, en su editorial Ediciones Colombia.
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(42) Este apartado se limita a las páginas y suplementos literarios de los diarios o hebdoma- 1 darios, no a las revistas culturales y literarias especializadas. '
(43) Así se llamaba en Colombia a las tiras cómicas.
(44) En 1.942 lo publicó la editorial ABC, en Bogotá, y en 1994 lo reeditó Planeta en su serie de Lista Negra.
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sábado, 18 de enero de 2014

Gonzalo Arango cabalga de nuevo. Por Jotamario Arbeláez. Enero 18, 2014. En el cumpleaños 83 del profeta del Nadaísmo

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SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIÓN a Enero 22, 2014

Cumpleaños del profeta
Por: JOTAMARIO ARBELáEZ 

Con su verba panfletaria reclutó a una pandilla de jóvenes inadaptados que alborotaron a Colombia a partir de la década de los 60, y que siguen bombardeando el espacio artístico y poético.
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Semblanza de Gonzalo Arango, profeta del Nadaísmo
Por: HAROLD ALVARADO TENORIO |
Gonzalo Arango Arias

El poeta Harold Alvarado, en el aniversario número 83 del nacimiento de Arango, traza su perfil.
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* La página en la edición impresa: 
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SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIÓN a Enero 20, 2014

AUDIO DE LA PRESENTACIÓN COMPLETA en OTRAPARTE (Enero 18, 2014, 7:30 PM)
  La conferencia de Gonzalo Arango, "Grandeza y miseria de la literatura" escrita, pronunciada y grabada en 1963, está dirigida a una audiencia de escritores y comunicadores y se encuentra dividida en las siguientes secciones:
  1. Mi vida en Islanada
  2. La soledad imposible
  3. Átomos para la paz de los muertos
  4. Desamparo del arte
  5. La libertad es mortal y peligrosa
  6. La traición de los intelectuales
  7. El capital contra el espíritu
  8. La violencia
  9. Grandeza y miseria de la libertad
  10. El camino
http://www.otraparte.org/voces/20140118-grandeza-y-miseria-de-la-literatura-por-gonzalo-arango.mp3
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En el cumpleaños 83 del profeta del Nadaísmo

Gonzalo Arango cabalga de nuevo



… a dictar conferencia simultánea en 20 ciudades

Por Jotamario Arbeláez. 

Bogotá, Enero 18, 2014


NTC ... agradece al autor el aporte de su texto y la autorización para publicarlo


Como en las profetas no cuenta la muerte, hoy cumple 83 años el andino fundador del nadaísmo, retirado de la literatura terrestre hace 38. Comenzó por presentarse como un anarquista político y un feroz anticristo y terminó apostatando de su movimiento y casi que en olor de santidad. Con su verba panfletaria reclutó a una pandilla de jóvenes inadaptados que alborotaron a Colombia a partir de la década de los 60, y que siguen haciendo de las suyas, ya en la fecunda vejez. Gracias a la fidelidad y a un acervo de documentos escritos y grabados descubiertos por Michael Smith, hijo de Rosa Girasol, gran amor del poeta, tesoros escondidos ven nuevamente la luz y entre ellos reaparece la viva voz del profeta, cuyos amorosos y poderosos textos mantienen su vigencia. Desde Nueva York emite la página www.elprofetagonzaloarango.com, donde los divulga. Para celebrar el cumpleaños 83, seguidores de esta página en 20 ciudades de Colombia y el mundo se reunirán a escuchar la conferencia de hora y media, Grandeza y miseria de la literatura, escrita, pronunciada y grabada en 1963. Después de más de 40 años cobra plena vigencia, como se verá por el capítulo que se transcribe, entendiendo que los avatares de la época tal vez explicaran la apología del terrorismo en un hombre de paz. La conferencia dura hora y media y será acompañada con montaje audiovisual y programación especial en cada localidad, en horarios que van de 6 a 7:30 p.m, horario que se precisa en las redes sociales, con información completa en: 
 http://telepolvero.blogspot.com/2013/12/conferencia-de-gonzalo-arango-grandeza.html , 
http://www.otraparte.org/corporacion/boletin/20140115-bol-116.html , 
http://www.elprofetagonzaloarango.com/Conferencia.html y 
http://ntc-agenda.blogspot.com/2014_01_12_archive.html


Las ciudades que se aprestan esta noche a escuchar el mensaje de Gonzalo Arango son:

Medellín:

• Casa Museo Otraparte. Invitación oficial. Cra. 43A No. 27A Sur-11. Avenida Fernando González. Envigado.
• Teatro El Trueque. Cr. 40 No. 50 B-32. 
• Corporación Ziruma. Calle 64 No. 39-18

Cali (detalles al final de esta publicación):
Media luna del Parque artesanal Loma de la Cruz, en el espacio de Cine al Parque. Barrio Los Libertadores.
En febrero habrá una nueva programación en Caliwood Museo de la Cinematografía. Avenida Belalcázar N. 5A-55 Oeste 

Palmira:
Escuela de Formación Artística EFA. Calle 19 No 24A-49.

Bogotá:
Puerta del Fuego. Calle 11 No. 8-72 (Calle de los Sombreros, abajo de la Plaza de Bolívar)

Pereira:
Sala Múltiple. Área Cultural del Banco de la República. Calle 18 bis # 9-37.

Manizales:
Calle 50 #27-53. Casa Trema.

Bucaramanga:
Casa Cultural El Solar. Calle 34 No. 8-10. Barrio Alfonso López.

Santa Rosa de Cabal:
Los Próceres Café. Calle 3 No. 13 – 31.

Caldas, Antioquia:
Rituales Café. Calle 128 sur No. 49-23

Salento, Quindío:
Café Xué Galería, en el Valle de Cocora. Al final de la Calle Real, justo antes de iniciar el ascenso al mirador principal y más antiguo.

Carmen del Vivoral:
Sala de lectura José Manuel Arango.

La Plata Argentina:
Calle 123 entre 43 y 44 No. 557 ½ (Puerta verde)

México DF:
La Magdalena Libros Café Galería. Antonio Delfin Madrigal 70, Coyoacán, 04360 México D.F.

Madrid, España: 
La Causa. Calle Salitre 22. Lavapiés.

Otras ciudades donde se realizará el evento simultáneo serán:

Valencia-Venezuela, Neiva, Popayán, Cerrito-Valle y San Juan de Pasto. En Ibagué se realizara el 25 de enero.

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Gonzalo Arango
se levanta y nada

Jotamario Arbeláez

Serénate, viajero, que aunque quieras,
 no engendrarás un sueño más,
ni morirás dos veces. G.A.


Vamos Gonzalo, es hora de regresar a casa. Sacude esos huesos. Se te ha llegado el día, ponte el alma. Se te llegó la hora, ponte tu sobretodo, sobre nada.

         Yo recojo mi cadáver, titulaste uno de tus primeros cuentos, uno de aquellos textos kafkianos con que nos reclutaste para tu causa finita. Pero fuimos nosotros, esta pandilla de poetas menores de edad de hace 55 años, quienes recogimos lo poco que de ti quedaba, un puñado de polvo sobre la tierra estéril, para conducirlo al sitio donde naciste en 1931, donde te comiste las primeras guayabas y te bañaste desnudo en el río San Juan, hasta Andes.

"Nací en Andes, un pueblo sin gloria que se hará famoso por mi nacimiento hace treinta años y muchos meses", escribiste cuando tu mano era diestra sobre la tecla dura. Tan pronto como pusiste punto final a la última frase de tu última página: "Bien o mal, he cumplido. Muchas gracias", te diste contra el mundo y con la culata de un bus te partiste la cabeza de piedra despilfarrando tus últimos pensamientos. Allí fue cuando comenzó tu verdadera errancia por el vacío, después de tus errancias por el ser del que desertaste.

De la carretera asesina al sórdido anfiteatro donde cambiaron tu cerebro por una toalla enrollada, de la Funeraria Gaviria empijamado de cedro por avión a los Jardines de Paz en Medellín donde más tardecito te cayó Dariolemos, del ataúd a la fosa, de la fosa a la cripta, de la cripta a la urna, hasta que hace 20 años el pueblo de Andes pidió en un plebiscito firmado hasta por un monseñor tu retorno, ya ni siquiera en cueros como viviste, ni siquiera en los puros huesos, sino en físico polvo para estrenar el cenizario del cementerio. Dijo la revista Semana que regresabas como un hijo pródigo. Pero habría que corregir que retornabas como un hijo prodigio. Se te ha llegado el día, Gonzalo, ponte cómodo.

Íbamos en el cortejo, acompañando a tus hermanos Jaime y Amparo, el Niño Dios del grupo Eduardito Escobar con su viga en el ojo y el ponqué de sus 50 años, Elmo Valencia el monje zen-zen leyéndote el último capítulo de su novela Islanada donde mueres devorado por el cerdo del sistema; Pablus Gallinazus mascando las flores de la carroza y cantándote con el apoyo de su guitarra el himno del viento; Alberto Escobar Ángel con quien fundaste el nadaísmo pensando en poner a andar nuevamente "el inventico" con sus piernas artificiales; Barquillo echándose bendiciones al revés para no entrar en la iglesia porque no podía ver alcancías; el Cachifo Navarro celebrando con aguardientes dobles Los Días más Felices del Año que serían los que te esperaban per secula; Alfredo Sánchez con los fotógrafos de Esquirla para reseñar en sus páginas esta nota social de ultratumba; Dora Franco, la franco tiradora con su cámara cada vez más ardiente en sus manos. De mí no digo nada pero recuerdo que iba tropezando con la vista nubosa, con mis zapatos viejos amarrados a mis dos pies, por el camino que no conduce a ninguna parte que nunca pavimentamos.

Toda esta serenata se había gestado en el cerebro del andino Juan Carlos Vélez, según noticias previas y comprobadas no sólo tu vivo retrato sino tu esqueleto con carne, y quien se comprometió para siempre a cuidar tu estación final de los profanadores de tumbas, recordando que un fetichista -y no tú como te endilgaron- se robó el cráneo del maestro Fernando González.

De Medellín partió la lenta caravana hacia Andes. Escuchamos una misa por tu eterno retorno. Con un libro, un manojo de siemprevivas y un frasco de bronceador, te dejamos instalado en tu panteón, todavía en obra negra.

Han pasado todos los años. Se te llegó la hora, ponte el cuerpo. Si se te hace imposible, ponte el Verbo. Vuelve a hablarle a los condenados de la patria, que no te olvidan. Y por favor, profeta, no te levantes.
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Grandeza y miseria de la literatura
VIII. La violencia
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La violencia no cesará jamás si en lugar de seguirse matando a los colombianos no se les hace dignos de vivir. ¿Por qué no cesará la violencia? Por muchas causas evitables, y una de ellas porque los desocupados, los mendigos, los obreros hambrientos, los campesinos explotados y sin tierra y los niños sin escuela serán mañana los criminales sucesores de esta gran corrupción, los futuros asesinos que desde ya se forman en la escuela de la injusticia, la explotación y la miseria. Porque las víctimas que hoy padecen una violencia moral y física serán mañana los verdugos de turno que se van a cobrar una deuda terrible contra la sociedad que los hizo posibles. Un niño que nos detiene en la calle para mendigar una moneda, la miseria y la intolerancia que arroja a una joven a la prostitución, un joven que abandona el estudio para meterse a una fábrica, un obrero que empeña la argolla nupcial para curarse la tuberculosis, el campesino que se tumba por las tardes sobre la tierra agobiado por la fatiga y oprimido por la desesperanza, y siente en su corazón que esa tierra que labra le pertenece, todos ellos saben o llegarán a saberlo, que no tienen patria, que les han robado la patria, su derecho a una modesta felicidad, a una condición humana, a una alegría de vivir bajo el sol y de morir con dignidad. Y esto lo comprenderán, ojalá no muy tarde, ojalá antes de que estén muertos. Y entonces sucederá lo inevitable, que tomarán con sus manos lo que les pertenece: esta vida, esta tierra, la luz del sol, los alimentos terrestres, el amor a una mujercita, su derecho a la cultura y a las artes que les darán conciencia de que existen y que tienen un alma capaz de emocionarse con la poesía, con las estrellas y con las flores. Entonces comprenderán que ellos mismos son dioses y que la tierra es su reino. Y cuando lo comprendan cesará el dominio ignominioso de la cruz y el patíbulo como instrumentos de explotación, de terror y de muerte. Yo saludo desde ya esa revolución por la dignidad de los humillados y ofendidos, y a la justica de la fuerza que en este caso es igual a la fuerza la justicia. No se trata de comunismos, pero se trata eso sí de la más honda vocación de solidaridad humana y de justicia, y también de un esencial espíritu cristiano. Pues Cristo no murió para abrirnos las puertas del cielo. Eso es paja de los escribas que convirtieron la hermosa revolución humana del carpintero en un idealismo moral, en un racionalismo teológico que sofocó la vitalidad y el humanismo de la revolución cristiana y la codificó en nociones morales bien y mal, de cielo e infierno, para degenerar finalmente en una doctrina de resignación, de miedo al diablo y de promesas de redención para después de la muerte, donde ya no existirán el       sol, ni el mar, ni el sexo, ni la alegría de los alimentos, ni el júbilo de todas esas cosas juntas que hacen admirable la aventura de la existencia en la tierra. Porque la verdad o parte de ella fue que Jesús pagó con la cruz  su rebelión contra el Imperio Romano que tenía esclavizado a su pueblo. Cristo murió fue por eso, para abrirnos las puertas de la tierra que estaban      cerradas con las llaves del cesarismo y sus cadenas. Este hombre decía que era un Dios –y lo era–, porque era un espíritu libre. Y su revolución consistía en elevar a todos los hombres a su reino, que era el cielo de la libertad, de la justicia y del amor, que solo se encuentran en el reino de la tierra. Porque se trata de justicia y no de caridad. La caridad supone desigualdad y la desigualdad trae consigo la violencia. No habrá creación, ni amor a la patria, ni progreso mientras subsistan estos factores negativos que degradan la condición humana, que la arrastran a la desesperación sin fin. 

         El miedo no produce sino odio y destrucción y es la peor cadena de nuestra esclavitud, la que ata las almas y sacrifica nuestros mejores impulsos de creación, los dones de generosidad, la grandeza. En tanto que la cadena del miedo no se rompa, seguiremos esclavos del odio y de los peores instintos que gobiernan nuestra vida comunitaria y nuestra vida personal. Como se trata de que estas ideas sean realistas y no puros idealismos descarnados, diré que el miedo se vence con una cosa, no teniendo miedo a decir la verdad, no teniendo miedo a ser libres, no teniendo miedo al poderoso ni al mentiroso, no teniendo miedo al enemigo más fuerte, no teniendo miedo a la rebeldía, y en definitiva no teniendo miedo de vivir, ni de morir.  Mientras eso no suceda, mientras esta gran injusticia social no cese de oprimirnos, de frustrar nuestras vidas, y mientras la dignidad no sea restituida en el alma de los oprimidos, tendremos que declarar que la patria no es esto que nos mata y nos horroriza. La inmensa mayoría de los colombianos que no pueden hablar declaran aquí por mi boca, y por mi pensamiento los que no pueden pensar, que la patria está hoy en poder de los más ricos y de los menos inteligentes, y que la Constitución de Colombia es una celestina que alquila sus leyes para defender los privilegios de una minoría, defender por las armas la inteligencia sospechosa de esta plebe capitalista que se ha doctorado en el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Porque si en Colombia no existen el patíbulo ni la pena de muerte legalizada, esto no quiere decir que no existan los verdugos ni que no mueran las víctimas. Pero es que nuestros verdugos modernos no usan capuchas como los inquisidores medioevales, pues se disfrazan de caballeros a la última moda de Londres y Washington, adonde viajan en festivas misiones, no sin antes hacerse otorgar la Cruz de Boyacá, que en el exterior es sinónimo de mérito, y en Colombia consagra la imbecilidad y el espíritu de resignación. Estos panzudos condecorados lucen su chatarra de cobre en los cenáculos del capitalismo, que los acredita como delegados del servilismo y la colonia subdesarrollada, y es símbolo público de la sumisión de nuestro gobierno oligárquico al imperialismo extranjero. Pilatos que van a vender por 30 millones de dólares la dignidad nacional, y de regreso justifican su traición exhibiendo a los hambrientos y a los piojosos un puñado de papeles verdes con la estatua de la Libertad, con lo que todo se compra hoy en el mundo libre, incluso la libertad y la soberanía de los pueblos.  

¿Hay esperanza? Admito que no es fácil ser optimistas en este siglo caracterizado por el terror, el miedo, y que no es fácil vivir en medio de catástrofes y amenazas de muerte. En verdad, creo en pocas cosas para evitar que se me clasifique como un espíritu idealista, pero esas pocas cosas en que creo me separan del nihilismo. Sobre todo creo en esta cosita estupenda y maravillosa que es la vida. Los racionalistas y materialistas me dirán que no basta creer en la vida para que ella sea maravillosa. A eso contestaré que es maravillosa pues existe y que sería una gran desgracia estar muerto o no haber nacido. Esto quiere decir que el solo acto de vivir obliga al más regocijado optimismo. Pero agregaré otros ingredientes que fundamentan mi admiración por este optimismo vital. Creo también en el amor, que pongo por encima de toda gloria. Se me dirá que el amor en un mundo acribillado por el odio es un lujo reservado a las almas sensibles. Yo diré que el amor no es poco, que es la patria verdadera del hombre aun en el dolor, la soledad y el exilio. Existe el odio, se me repite. Si, existe, pero podría no existir, pues el odio no es una predestinación de la naturaleza humana que es más inclinada al amor así como la vida. Si el odio existe es causado por ciertas condiciones externas en la historia, como las desigualdades, la intolerancia, la explotación, la injusticia, que lo hacen posible en el corazón humano. Pero precisamente a nombre del amor se puede luchar contra esos elementos negativos que condicionan el odio, Creo también en la libertad, que resulta ser el valor esencial de nuestra condición humana y la vocación más ineludible de esa condición. Se me dice que es un imposible, que vivimos en un mundo alienado por la necesidad, la explotación de clases, y que ideologías sangrientas y totalitarias luchan contra la libertad en diferentes frentes, sacrificando en esa lucha no sola la libertad sino al hombre con ella. Si, existe la opresión. Pero si existe la esclavitud en la forma moderna de la explotación del hombre, es porque la libertad también existe, aunque esté cautiva o reducida temporalmente a la impotencia. Pero nuestra fe en ella nos obliga a una lucha por restituirla en el alma del hombre y en las avenidas de la historia. Y creo finalmente en la justicia, en la necesidad de una sociedad sin víctimas ni verdugos, sin opresores ni oprimidos, sin explotadores ni explotados. Pero la sociedad contemporánea está organizada para la injusticia, se me dice. Y yo diré que está organizada injustamente y que eso no es irrevocable puesto que el hombre puede elegir la justicia así como elige a una mujer amada. El hecho de que las cosas que enumero no existan actualmente no significa que no puedan existir. Y que de hecho empiezan a existir en el presente desde el instante en que las deseamos para nosotros mismos y para todos. Pero no basta desear esas cosas desde el fondo de la subjetividad. Hay que respaldar esos deseos de un mundo mejor con la acción militante, con el compromiso. No hay que rebelarse en silencio ni en la intimidad nupcial de las alcobas ni en las tabernas prostibularias. No hay que ser rebelde el día domingo y conformista el resto de la semana. No se hará nunca la revolución si ella se prepara desde el vapor de los baños turcos. La Historia no se hace con buenos deseos ni con buenas intenciones. No basta pensar no para rechazar la desgracia. Hay que gritar. No para que la desgracia sea imposible y si no hay más remedio escribirlo con sangre. Me parece legítimo el terror que se convierte en una ética de la salvación. Cuando los dioses se duermen y nos olvidan creo que el relámpago es el llamado de la justicia de la naturaleza para sacudir las puertas del cielo. Trasladando a la Historia esta metáfora creo que cuando los hombres son humillados y ofendidos no tienen otra alternativa que apelar al terror para que le sea concedida la dignidad y la justicia que se les niega. Si. Creo en las revoluciones sangrientas para salvar el espíritu. Creo en la muerte para consagrar la dignidad de vivir y creo que hay que defender incluso con la sangre los valores soberanos del alma. En este mundo que nos concierne de polo a polo puesto que es humano, y en esta Colombia particular cuya dimensión es la de nuestro amor y la de nuestro dolor, nosotros en calidad de hombres y de intelectuales reclamamos un lugar en el amor y otro lugar en el dolor. Se tratará de unas bodas entre la virilidad de la sangre y la virilidad de la belleza. De esas bodas tendrá que nacer la patria que sea bella y la patria que sea justa. Si somos fieles a ese compromiso, tenemos tres armas para luchar por lo que somos y creemos, contra los dogmas, el crimen histórico y las mil formas de servidumbre. Primero: creo que la inteligencia es capaz de destruir y recrear el mundo. Hitler lo hizo a nombre de la ideología abominable del Superhombre y Jesús lo hizo a nombre de lo que hay de eterno en el hombre. Segundo: Si a la palabra le queda un sentido en el ya largo viacrucis de sus envilecimientos y sus desprestigios, ese sentido no será otro que el de ponerse al servicio de un optimismo realista que reconcilie en la historia una justicia social de la que se excluyan la miseria y la muerte con una justicia individual que haga posible el reino de la libertad, del amor y de la belleza. Y tercero: creo en el poder del espíritu y en el impulso de la vida para que el corazón humano rechace en sí mismo y en la historia todos los fanatismos, las servidumbres, los dogmas de la razón y los imperialismos políticos. Con estas armas se pueden conquistar enormes sectores de liberación humana y de felicidad. Y no hablo de felicidad abstracta sino de la felicidad real, que consiste en saber vivir en medio de los límites que impone la felicidad de los otros. Es decir, gozar del sol aceptando la noche y vivir con plenitud para no morir con arrepentimiento.
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Entrevista imaginaria al fundador del nadaísmo en sus 83 años

Y Gonzaloarango creó
y descreó el nadaísmo

 Por Óscar Domínguez

Querido NTC … : Esta mañana me llegó por el correo de las brujas electrónicas esta bella entrevista al profeta que no dudo en remitirte un poco engallada con fotos del mismo con personajes que encontré en la red. Si hoy en su cumpleaños está dictando conferencia simultaneas en 20 ciudades, nada de raro tiene que su espíritu burlón conceda reportajes. Va también el poema que escribió cuando vaticinaba que un día el Estado iba a dedicarle una estampilla. Después de que se hubo estampillado, por supuesto. 

Abrazos,  Jotamario
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La Entrevista imaginaria



-        Don Gonzalo: Cómo fue lo de su nacimiento hoy 18 de enero hace 83 años?

-        En una época de mi vida habría dicho con César Vallejo que “yo nací un día que Dios estuvo enfermo”. Tuve tiempo de retractarme de esa herejía y le agradecí al Espíritu Santo la vida recibida. No vine a durar, como decía Mejía Vallejo, cuando se nos iba la mano en ron en algún bar del viejo Guayaquil, en Medellín. Vine a vivir. Lo demás es acabar ropa. Ya que no me lo pregunta, le recuerdo que “nací a temprana edad” en Andes, municipio del suroeste antioqueño (1931-1976). Aunque Ripley sí lo crea, mi mejor recuerdo fue haber nacido.



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 El carro del triunfo. Gonzaloarango es conducido a la gloria en 1958 por su aliado el poeta Alberto Escobar
Ángel, quien ahora también lo acompaña en su eternidad. “Nosotros dos fuimos el más oscuro yacimiento de
palabras, agua podrida de cualquier florero”.
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 Amílkar U y Gonzaloarango, en 1960, planean la toma del sistema solar por el nadaísmo.
“Tendremos la galaxia, tendremos el uranio, tendremos el atomium más azul, el más extenso, el más redondo, el bastante construido.” 
Hoy comparten su desmaterialización en esos sitios.
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 Con el poeta ruso Eugenio Evtuvschenko, con quien recorrió el país en 1968 y sobre quien escribió el libro “El oso y el colibrí”. 
El oso es, desde luego, el gigante soviético y el colibrí el encendedor del profeta.
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 Con el pintor pirata Samuel Ceballos en el paraíso de San Andrés, en 1968. Hoy ambos comparten paraíso en la inexistencia. 
“No hemos llegado, seguimos, nunca llegaremos. Es un viaje eterno. 
Somos caminantes en tránsito hacia más luz.”
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 Con su amada Angelita haciendo el camino: “Reemplazó sus zapatos de cuero por alpargatas, las camisas convencionales por camisas de colores alegres que yo le cosía en la máquina, el saco por la ruana, los pantalones por bluyines que yo bordaba con flores, y se dejó crecer el pelo. Renució al alcohol, a sus tres paquetes diarios de cigarrillos nacional sin filtro, apartó de sí la vanidad, la soberbia, las mujeres, la libido, las aspiraciones al poder, la mentira, y sobre todo: cambio la razón por el sentir”.

Con Jotamario por las calles de Bogotá buscando avisos para la revista Nadaísmo 70. 
“Ya está en la imprenta, fue una lucha feroz reunir la plata, Cada lingote vale oro lo que pesa, pero el material es puro plomo”.
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ÑAPA


En vista de que todo se puso oscuro de repente

hoy no tengo ganas de ser
ni de no ser
ni siquiera una estampilla para enviarte
este poema a las estrellas
pero 
te regalo este día de sol como un olivo
como un puñetazo a la desgracia
como un beso de leproso.
No olvides el tiempo, compañero:
hoy es domingo en la Frontera
la ramera trenza el ramo en el quicio
para santificar su pan
su oficio.
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NTC ... ENLACES: 

*** 18 de Enero, 2014, Cali,  6:00 PM

GonzaloConferencia

--- GRANDEZA Y MISERIA DE LA LITERATURA conferencia en la viva voz de Gonzalo Arango . Una joya directamente desde el baúl de los tesoros de Michael Smith guardados por más de 50 años. 17 Ciudadesconfirmadas para un evento sin precedente en la historia de Colombia. Lugar: Medialuna del Parque Artesanal Loma de la Cruz en Cine Al Parque . Entrada libre.  Más información : http://www.elprofetagonzaloarango.com/Conferencia.html. /  Intervención de poesía: *PoiesisJean Michael Barona (Inadaptados)., John Campo, Jonh Alex Lopez, Jaime A. MarínDaniela Prado. *María FernandaLa Realidad y Poesía Grainart . *Josefo De Otro Cuento , *Colectivo Literario Los InadaptadosDiego Lozano InadaptadoFrancia GiraldoJuly GutierrezCadavre Exquis.
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Boletín N° 116 - Enero 15 de 2014

Grandeza y miseria de la literatura

Conferencia inédita de Gonzalo Arango

Sábado 18 de Enero - 6:30 p.m.— 7:30 PM 

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