viernes, 29 de mayo de 2009

ESCRITOS CREATIVOS 2009. XV Encuentro. Colegios bilingües de Cali.

-
Portal-blog complementario a NTC ...
Nos Topamos Con ... .http://ntcblog.blogspot.com/ ,
tcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Y a los relacionados en: Ver todo mi perfil
.
ESCRITOS CREATIVOS 2009
XV Encuentro
Colegios bilingües de Cali
LANZAMIENTO DEL LIBRO
Mayo 28 de 2009
Club de Ejecutivos de Cali
-
Asobilca, Asociación de Colegios Bilingües de Cali, promueve diversos intercambios entre las instituciones adscritas, entre ellos se halla este proyecto editorial fruto del arduo trabajo de los profesores de los distintos departamentos de español y literatura, que motivan los espacios para la creación y la crítica literaria.
Este proyecto editorial reúne la producción de jóvenes escritores, estudiantes de bachillerato, en diversos géneros: narrativa, comentario analítico, ensayo, poesía.
-
Carátula del libro. 14.0 x 20.3 x 1.3 cms. 233 páginas
Ilustración:
.
Contracarátula del libro
-----
ASOCIACIÓN DE COLEGIOS BILINGÜES DE CALI
XV ENCUENTRO DE ESCRITOS CREATIVOS
COLEGIO GIMNASIO LA COLINA
2008-2009
COMITÉ EDITORAL
Andrés Fernando Torres, Colegio Alemán
María del Pilar Aguirre, Colegio Bolívar
Alba Rocio Núñez, Colegio Hebreo Jorge Isaacs
Carmen Elena Moncada, Colegio Jefferson
Alba Yulieth García S., Colegio Gimnasio La Colina
Departamento de Lenguaje, Literatura e Investigación
Colegio Gimnasio La Colina
Coordinación Editorial

----
PRÓLOGO (Pag. 13)

"Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror, pánico inherente a la condición humana" . Graham Greene

Imagino que cada uno de los maestros que han pasado por esta experiencia que implica el proyecto de Escritos Creativos, han sentido un vaivén de sensaciones entre la angustia de la página en blanco, el temor de las fechas que se acercan, la dicha del tener el texto en las manos y sentir que en cada página hay un algo más que letras. En cada página se encuentra un maestro o una maestra que tomó por primera vez la mano del niño incrédulo que veía florecer en su papel nuevos mundos, el maestro o la maestra que con los años le indica que esos nuevos mundos tienen maneras diferentes de decirse.
.
Detrás de cada letra, se encuentra una familia que presenció o acompañó el milagro de un joven que logra pensar-se diferente y por supuesto, cada página contiene la esencia de un escritor que se reta, que crea, que se desencuentra y decide cambiar el mundo.

Cada uno de ellos, como dice Graham Greene, tiene la posibilidad de automedicarse con letras para escapar del mundo que agobiante nos rodea y de esa manera ayudamos, a nosotros, sus lectores a forjar la esperanza.
.
En esta versión de Escritos Creativos, de la Asociación de Colegios Bilingües de Cali (que ha de confesarse accidentada), cuenta con las producciones de jóvenes talentos en narrativa, poesía, y textos argumentativos, logrado a través de casi un año de intenso trabajo, que incluyó jornadas de reunión, reescrituras, encuentros en diferentes espacios y por supuesto El I Coloquio de Jóvenes Escritores, que consideramos fue uno de los más grandes logros. Así entonces, queda en manos de ustedes algo más que un libro, es un sueño hecho realidad, en medio de esta realidad ...

ALBA YULIETH GARCÍA S. Coordinadora Editorial Colegio Gimnasio La Colina.
------

Una de las ilustraciones interiores
-----

TABLA DE CONTENIDO
.

NARRATIVA

Colegio Alemán
LA MALDICIÓN DE MAKALLA 13
Daniela Escobar
FALTA UN JUGADOR 19
Pablo Trujillo
CAPÍTULO I: LA CARTA 20
Julián Fernando Muñoz
El CORTE 28
Laura Mendoza

Colegio Bolívar
AL FINAL, VIVIR ES LO QUE IMPORTA 29
Ana María Gutiérrez
PESADILLA 32
Daniela Nauffal
LAS PISTAS DE MAMÁ 34
Julia Margarita Yacamán
ANGELITOS EMPANTANADOS 37
Andrés Vélez

Colombo Británico
Así INICIA MI RELATO 38
Alejandro Rincón
¿CONTINUARÁ? 38
Daniel Ospina
EPIDEMIA DE METAMORFOSIS 39
María Andrea González
ISABEL, LA HIJA DEL CID 43
Daniela Rojas
EPITAFIO 52
Sebastián Rojas

MI TERRIBLE PECADO 53
Camila Ariza
EL FIN DE LOS SAMSA 54
Juan Felipe Rivera

Colegio Hebreo Jorge Isaacs
ESTRELLITA VEN A MI 57
Laura Sofía Polanco
EL PI NTO R 61
Gabriel Peláez Rafet

Colegio Internacional Los Cañaverales
EL CASO DEL ASESINATO DE RAUL MONTES 63
René Felipe Rodríguez
LA TRAGEDIA DE LA CASA DE FLACK GORDON 69
José Alejandro Marín
PORQUE SE FUE MI SOMBRA 72
Héctor Valdés
LA SOMBRA EN SU MUNDO 73
María José Pinzón Puente
EL BOSQUE DE LOS ASESINATOS 74
Melissa Rojas Escobar

Colegio Jefferson
LOS DRAGONES 76
Isabella Caro Villa
LA ESPADA DE LA MUERTE 80
David Biojó
EL RECLUTAMIENTO DEL SUR 84
Eduardo Alejandro Manotas
TRECE MINUTOS 86
Mateo Llano

Colegio Gimnasio La Colina
MI LARGO CAMINO HACIA LONDRES 88
Daniela Carvajal
MIKE y EMILY 93
María Isabel Ocampo
EL CAMINO HACIA EL LOBO 98
Laura Cadavid
ACARICIANDO EL DESTINO 102
Laura Assis Iragorri
EL CUENTO DE UN ABUELO 103
Camilo Franco Rojas

POESÍA
Colegio Alemán

OLVIDARTE 113
Luis Fernando Céspedes

Colegio Bolívar
COLOMBIA 115
María Paula Salazar
POR PRIMERA VEZ 116
Santiago Castro
TU AUSENCIA 117
María del Mar Robles
COPLAS A UN PADRE MALHADADO 118
Nathalia Martínez
MIMO 120
Andrés Vélez
RUGE EL ALBA 121
Daniela Fernández

Colegio Colombo Británico

UNA NOCHE COMO ESTA 123
Melibea Sierra
UNA ALMOHADA 124
Laura Osomo

Colegio Hebreo Jorge Isaacs
SILENCIO 125
Carolina Troncoso
¿COMO PODRÉ DECIRTE QUE TE AMO? 127
Daniel Eduardo García Sánchez
DE LEJOS MIRO 128
Daniel Eduardo García Sánchez

Colegio Jefferson

SÍ 130
Isabella Arboleda
AMARGA BELLEZA 132
Lina Rozo
COLOSO VERDE 133
Luis Miguel Castro
EN UNOS AÑOS 134
Daniel Victoria
SEGUNDOS DE MI CORAZÓN 135
Mariana Villamizar
CASCABELERA 136
Melany Obregón
AUSENCIA 137
Valentina Mariño

Colegio Gimnasio la Colina
INEXORABLE PENA 138
Manuela Molina Cruz

TEDIOSA DEVOCIÓN 139
Manuela Molina Cruz
DEVANEO POETICO 140
Manuela Molina Cruz
A LA FIEL IGLESIA 141
María Paula Concha Valecilla
MIEDO 142
Daniela Chahín Arbeláez
A DON ÁLVARO URIBE VÉLEZ 143
Mateo Echeverri Delgado

ENSAYO

Colegio Alemán
LAS MUJERES EN CIEN AÑOS DE SOLEDAD 146
Johana Bieler
CUATRO MANERAS DIFERENTES Y UN SOLO SENTIMIENTO: EL AMOR 153
Tatiana Maya
COMENTARIO DE UN PASAJE CLAVE DE LA NOVELA "EL PERFUME" DE
PATRICK SÜSKIND 159
Tatiana Yanguas
EL VACÍO EXISTENCIAL EN MARTíN SANTOMÉ 164
Jessica Serena Hebenstreit Alvarado
ARTíCULO EDITORIAL POR LA CRíTICA PRESENTE EN LA OBRA, LA
FAMILIA DE PASCUAL DUARTE DE CAMILO JOSÉ CELA 168
Juan Camilo Sanclemente

Colegio Bolívar
INDIVIDUALISMO VS. MASIFICACIÓN 173
Caria Manzi
TENER PARA VALER 175
Nathalia Martínez
SOBRE EL REALISMO MÁGiCO 181
Ana Isabel Ortiz

Colegio Colombo Británico

DESTERRADOS, LA HISTORIA DE MILLONES DE COLOMBIANOS EXILIADOS EN SU PROPIO PAÍS 185
Daniela Swann
DEL PARAÍSO DE LA TINTA Y EL PAPEL AL PARAÍSO DEL CELULOIDE 188
Daniela Mercado
HOMERO SIMPSON, EL PERFECTO ANTIHÉROE 191
José Camilo Rada Espinal
ALGUNOS ELEMENTOS MEDIEVALES EN LA PELÍCULA "BATMAN, EL CABALLERO DE LA NOCHE" 193
Camila Hernández

Colegio Hebreo Jorge Isaacs
CAMINO A LA REALIDAD 197
Isabella Bello Hurtado
LAZARILLO DE TORMES, LO QUE FUE Y LO QUE ES 202
Fabio Valencia
¿EDIPO MERECE SU DESGRACIA? 205
Valerie Bekerman Méndez
¿EL HOMBRE ES UN SER LIBRE? 207
Oriana Bekerman Méndez

Colegio Jefferson

"UNA NOCHE" DE JOSÉ ASUNCiÓN SILVA 210
Mariana Villamizar
SONETO CON UNA SALVEDAD 214
Isabella Arboleda

Colegio Gimnasio La Colina
PERFECCiÓN: UN ESPEJISMO 216
Camila Córdoba Cárdenas
HISTORIA COLOMBIANA, UN CICLO POLÍTICO 220
Alejandra Tobón

VIOLENCIA Y POBREZA EN LA NOVELA 222
¿Cómo Se Refleja La Violencia, La Pobreza y La Injusticia Social En La Novela?
FACTORES QUE AFECTARON LA SOCIEDAD COLOMBIANA EN LA GUERRA DE PARTIDOS
María Alejandra Morales Fadul
OJOS INMERSOS A LA REALIDAD PARALELA DE LOS MUNDOS Y SUS
CAUTIVERIOS 228
María Camila Sierra Z. -


EL EVENTO
(Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
Fotografía: María Isabel Casas de NTC …
.

Al fondo la proyección y la mesa principal
.---.
*EL PROGRAMA

Señores Rectores de los colegios de la Asociación de Colegios Bilingües de Cali, ASOBILCA coordinadores, docentes, padres de familia, estudiantes, señoras y señores.
Es para nosotros muy grato contar con su asistencia, hoy que nos reunimos, para presenciar el nacimiento de una nueva generación de futuros escritores, que ven cristalizado el sueño de reunir en un solo texto: “Escritos Creativos 2008-2009”
El orden del día es el siguiente:
1. Himno Nacional de la República de Colombia.
2. Palabras del Señor Luis Alejandro Cárdenas, rector del Colegio Gimnasio La Colina,
3. Presentación musical del texto “El Corte” de la estudiante Laura Mendoza del Colegio Alemán.
4. Palabras de la Lic. Alba Yulieth García, coordinadora del proyecto Escritos Creativos
5. Lectura de poesías a cargo del Colegio Jefferson.
6. Conferencia Central del escritor vallecaucano Sr. Harold Kremer.
7. Entrega de los libros Escritos Creativos a los estudiantes participantes de los colegios Alemán, Bolívar y Colombo Británico.
8. Presentación audiovisual del Colegio Gimnasio La Colina a cargo de las estudiantes –escritoras María Alejandra Morales y Alejandra Tobón.
9. Lectura del poema La Belleza Natural de Daniela Fernández estudiante del Colegio Bolívar.
10. Entrega de los libros Escritos Creativos a los estudiantes de los colegios Hebreo Jorge Isaac, internacional Los Cañaverales, Jefferson y Gimnasio la Colina.
11. Reconocimiento a los estudiantes que participaron como ilustradores del proyecto.
12. Puesta en escena del estudiante Santiago Vergez representando el monólogo escrito por Ma. Andrea González del Colegio Colombo Británico.
13. Lectura del texto El Pintor de Gabriel Peláez Rafet estudiante del Colegio Hebreo Jorge Isaacs.
14. Himno de Santiago de Cali
15. Refrigerio
++++

6. Conferencia Central del escritor vallecaucano Harold Kremer .
Próximamente el texto aquí
------------
CELEBRACIONES Y TERTULIA Alba Yulieth García S. (Colegio Gimnasio La Colina) Coordinadora Editorial, la Lic. Meisy Correa (Colegio Colombo Británico) y Gabriel Ruiz A. (de NTC ...)
.

María Paula Concha V. (Decimo, Gimnasio La Colina. Poema: "A la fiel iglesia" pág. 141), con sus padres y con Gabriel Ruiz (de NTC ...)

++++

Actualizó: NTC … / gra . Mayo 29, 2009, 2:31 PM

martes, 19 de mayo de 2009

MARIO BENEDETTI. 1921 (Septiembre 14) - 2009 (Mayo 17).

.
Portal-blog complementario a NTC ...
Nos Topamos Con ... .http://ntcblog.blogspot.com/ ,
ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
Y a los relacionados en: Ver todo mi perfil
++++
Homenaje a Mario Benedetti (Uruguay)
en Punto Latino Suiza http://www.puntolatino.ch/index2.php (Jun. 4, 2009)
Allí enlaces a homenajes en
«La Razón» , «El Deber» y «Clarín» y otros.
++++

Uruguay y el mundo despiden a Benedetti: http://www.eluniverso.com/2009/05/18/1/1380/E1E1DB9279D4496490F9D6149D4389D5.html
Los restos del poeta uruguayo Mario Benedetti son velados desde esta mañana en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
http://www.eluniverso.com/data/recursos/fotos/BenedettiGracias18509efe_456_336.jpg
Detalle de las portadas de la prensa uruguaya donde se resalta la muerte del escritor Mario Benedetti.
http://www.eluniverso.com/data/recursos/fotos/BenedettiEFE2210804_456_336.jpg

"Benedetti es uno de los indispensables. Nosotros sigamos su ejemplo, luchemos toda la vida." http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?1846 (Texto y video)

.
Mario Benedetti

1921 (Septiembre 14) - 2009 (Mayo 17).

Fuente de la foto: http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?1846

.Fuente: http://bonilperiodismo.blogspot.com/2009/05/murio-mario-benedetti.html

-----

Benedittianas
Publicado por Revolver Cali
http://revolvercali.blogspot.com/2009/05/benedittianas.html
Por Eduardo Galeano
"El dolor se dice callando. Pero me pregunto: ¿qué será de nuestra ciudad, sola de él? ¿qué será de Montevideo, mutilada de él? Y me pregunto: ¿qué será de nosotros, sin su bondad inexplicable?"
Por Juan Gelman
"Es indecible el dolor de su pérdida. Fue poeta, fue novelista, fue ensayista y, sobre todas las cosas, fue un hombre bueno. Nunca se doblegó ante el Poder. Su muerte deja el vacío grande que dejan los grandes. De su obra nacerán otros poetas, como él siempre quiso, y seguirá vivo en el tiempo. El ya no sufre, descansa ya."
----
José Saramago habla de Mario Benedetti
Publicado por Revolver Cali
http://revolvercali.blogspot.com/2009/05/jose-saramago-habla-de-mario-benedetti.html
"La obra de Mario Benedetti, amigo, hermano, es sorprendente en todos los aspectos, ya sea por la extensión en la variedad de géneros que toca, ya sea por la densidad de su expresión poética como por la extrema libertad conceptual que usa. El léxico de Benedetti ha ignorado deliberadamente la supuesta existencia de palabras "poéticas" y de otras que no lo son. Para Benedetti, la lengua, toda ella, es poética. Leída desde esta perspectiva, la obra del gran poeta uruguayo se nos presenta, no sólo como suma de una experiencia vital, sino, sobre todo, como la búsqueda persistente y lograda de un sentido, el del ser humano en el planeta, en el país, en la ciudad o en la aldea, en su casa simplemente o en la acción colectiva. Son muchas las razones que nos llevan a la lectura de Benedetti. Tal vez la principal sea ésa, precisamente: que el poeta se ha convertido en voz de su propio pueblo. O sea, en poeta universal."

---

Sobre Mario Benedetti
De: Oscar Collazos
Para: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com
Cc : Gustavo Tatis Guerra, El Universal, Barranquilla
Fecha: 18 de mayo de 2009 12:27
Asunto: Sobre Mario Benedetti
Fragmento de carta dirigida a Jorge Fornet, director del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas de La Habana.
NTC ... agradece al Maestro Collazos el envío del texto.


Querido Jorge: anoche, mientras veía en la tele la noticia sobre la muerte de Mario Benedetti, se me mojaron los ojos de tristeza.
Reviví de inmediato una escena que me cambió la vida, al menos la vida de mis primeros años de escritor: en una oficina de "la Casa"(enero, 1969), no sé si en la oficina de Fernández Retamar, éste, Mario, el pintor Mariano y la "representante" de Haydée Santamaría (creo que Beba), me ofrecieron dirigir el Centro de Investigaciones Literarias, pues Mario regresaba al Uruguay, si no recuerdo mal a vincularse con el Frente Amplio, la coalición de izquierda de democrática recién fundada. El Centro de Investigaciones Literarias había sido creado por él. Yo tenía entonces 26 años y era muy temerario. En verdad, nada más temerario que aceptar, desde mi ignorancia, tamaña responsabilidad y legado. Acepté. Y Aprendí mucho, tal vez más con las equivocaciones que con los aciertos, pero esa escena estuvo siempre presidida por la voz asmática y amable de Mario Benedetti.

Dejamos de vernos durante muchísimos años. El estaba dando el salto vital hacia la poesia, partiendo del Neruda de "Los versos del capitán" y "Veinte poemas...", de "Toi et moi" de Géraldy (que reivindico por la elementalidad con que se expresa el sentimiento amoroso), de las canciones y de los juglares. Esta prolífica producción poética lo volvió inmensamente popular. Pienso que el "lugar común"(el lugar donde se encuentran todos, decía Octavio Paz), tan vilipendiado por críticos y escritores, fue el puente que lo unió con decenas de miles de lectores del idioma.

Como lector, me quedé con el admirado Benedetti de "Montevideanos", "La tregua"(que prologué en una de sus ediciones españolas de Planeta, 1974, y en la traducción alemana de la DDR), "Gracias por el fuego" y "El cumpleaños de Juan Ángel". Me quedo con sus lúcidos ensayos literarios y con esa clase de elevada bondad que, sin las dificutades del asma, respiraba su vida diaria.

Guardo otra escena inolvidable: Mario me invitó a tomar un ron en la habitación 809 del Hotel Nacional, donde a partir del mes siguiente viviría yo durante dos años. Estaba escuchando "Let it be", de los Beatles. Yo, que tenía 26 años, sentí que aquel hombre de 49 empezaba a ser mi contemporáneo (...)"
++++
Mario Benedetti
Caricatura (acaso autorretrato) de Mario Benedetti, en la portada del libro Poesía con los jovenes. Ed. Visor. http://www.larepublicacultural.es/article1692.html
-
Nota de la Casa de las Américas a la muerte de Mario Benedetti
Enviado el Lunes, 18 de Mayo del 2009 (11:05:41)
http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=4870

El reconocido poeta, novelista, cuentista, dramaturgo y ensayista uruguayo Mario Benedetti murió ayer en Montevideo a los 88 años de edad. La noticia nos deja consternados, para usar un término que el propio Mario cincelara en su poema al Che

Acaba de morir el escritor Mario Benedetti. La noticia es triste para las letras latinoamericanas. Desde mediados de la década del cuarenta Benedetti ha ido tejiendo una obra vasta y diversa en la que han encontrado lugar no sólo esa poesía y narrativa que han cautivado a millones de lectores, sino también el ensayo, el teatro, la crítica y el periodismo.

Cautivante, incisivo, polemista, Benedetti tenía la capacidad de atraer a multitudes que se agolpaban para escucharlo a donde quiera que llevaba sus versos, y al mismo tiempo de generar encendidas discusiones intelectuales y políticas. Sus decenas de libros integran una de las obras más leídas de la literatura latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX.

Acaba de morir el amigo Mario Benedetti. La noticia es dolorosa para quienes contaron siempre con su voz y su solidaridad. Desde su primera visita a Cuba, en 1966, su entrega al proyecto de construcción de una nueva sociedad fue ejemplar.

Sus convicciones lo arrojaron al exilio —buena parte del cual transcurrió en La Habana— y a defender sus ideas, que eran también nuestras, en cuanto foro estuvo presente. Por su apoyo a Cuba fue acosado, sin que cejara un momento su apoyo a una Revolución que consideraba propia.

Acaba de morir el entrañable Mario Benedetti. La noticia nos deja consternados, para usar un término que el propio Mario cincelara en su poema al Che.

Mario no fue sólo un gran escritor y un amigo solidario; fue un infatigable trabajador de la Casa —tarea en la que pronto vincularía a la querida Luz— desde aquella primera visita en que participó como jurado del Premio Literario. Luego repetiría la experiencia, integraría el Comité de Colaboración de la revista Casa de las Américas y fundaría, en 1967, el Centro de Investigaciones Literarias.

En la Casa —que ha publicado varios títulos suyos y más de un disco con su voz, y que acogió sus multitudinarios recitales poéticos— laboró durante años intensos en los que contribuyó a dar el perfil que ella, en esencia, conserva. Por una triste coincidencia, Mario nos deja cuando la Casa acaba de cumplir sus primeros 50 años. Sin embargo aquí quedan, con nosotros, su voz, su recuerdo, sus libros y esa otra obra suya que es la propia Casa.

Lunes 18 de mayo, 2009
.
Mario Benedetti en La Ventana :
Mario Benedetti vive adrede a sus 88 añosBenedetti: el ejercicio de la concienciaCon Mario Benedetti"Cuba ha sido siempre una palabra muy importante para mí"«Del exilio se vuelve cambiado, otra persona»: BenedettiPremian el compromiso humanista de BenedettiMensaje de Benedetti a los jóvenesBenedetti: La prioridad del nuevo gobierno debe ser la pobrezaTabaré y BenedettiBenedetti, el escribidorMario Benedetti es profeta en su natal UruguayBenedetti: 83 años, 83 poemasMario Benedetti, afligido por ''la muerte de la humanidad''El recurso del supremo patriarcaMario Benedetti: La realidad a través del fútbolMario Benedetti: ''La conciencia es la única religión''Convalecencia del compromisoLa globalización conduce al suicidio: BenedettiMario Benedetti regresa a la novelaBenedetti y Vázquez Montalbán, en diálogo para alentar el compromisoBenedetti: ''La infancia es un privilegio de la vejez''Insomnios de Benedetti
-----

Palabras verdaderas - Homenaje a Mario Benedetti Video
http://www.youtube.com/watch?v=YI3x99tbWSs
Del documental de Ricardo Casas, "Palabras verdaderas", en este fragmento Daniel Viglietti y Mario Benedetti interpretan Desaparecidos, Benedetti recita El olvido está lleno de memoria y el actor Miguel Angel Solá recita No te salves.
.
Mario Benedetti entrevistado por Telesur
El escritor uruguayo es entrevistado por Telesur, la Nueva Televisión del Sur
http://www.youtube.com/watch?v=pGN6M0FxzEw
-

-
ENLACES:
** http://bonilperiodismo.blogspot.com/2009/05/murio-mario-benedetti.html
.
** http://sotovideocartones.blogspot.com/2009/05/caricatura-en-memoria-de-mario.html video http://www.youtube.com/watch?v=git8ZI6kWUA
-

-
** http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?1846 Video y texto. El escritor de 87 años fue condecorado en diciembre de 2007 con la orden Francisco de Miranda por el Presidente Hugo Chávez.
-
-
UNO DE LOS AFICHES de CASA DE LAS AMÉRICAS: DE: Galería de carteles
++++

Otros enlaces:

Un poeta elemental (Otra mirada ...)
Por: Juan Gustavo Cobo Borda.- Escritor y poeta
EL País, Cali, Colombia, Mayo 18 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/may182009/VIVIR/opinion.html

.
Tregua final
http://www.elpais.com.co/historico/may182009/VIVIR/bene.html

.
Benedetti: Inventario
http://www.elpais.com.co/historico/may182009/VIVIR/dety.html
+++++
Benedetti
Óscar Collazos , salypicante@gmail.com
El Tiempo, mayo 23, 2009
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/oscarcollazos/benedetti_5235488-1

Desde la muerte de Pablo Neruda (1904-1973) no se conocía en América Latina tanta pena y fervor. No creo que Uruguay haya conocido en la historia cultural del último siglo la rara identificación del país con la obra de un escritor. Esa identificación la produjo el fallecimiento de Mario Benedetti (1920-2009).

No era, seguramente, el más grande de los escritores uruguayos. El inagotable y escéptico Juan Carlos Onetti (1908-1994) y su predecesor, Felisberto Hernández (1902-1963), volaron más alto y con mayor densidad en la literatura de su país y de América Latina. El mismo Benedetti habría aceptado que, detrás de él, en generaciones sucesivas, se elevaban las obras de Hernández y Onetti y la gran poesía de su contemporánea Idea Vilariño.

La popularidad de Benedetti recordaba a veces la gloria que disfrutó en vida Juana de Ibarbourou, esa 'Juana de América' que despertó la unanimidad de grandes como Alfonso Reyes. Tal vez Herrera y Reissig haya gozado de igual fervor, algo que era común entre los modernistas, con Rubén Darío a la cabeza, en el tránsito del siglo XIX al XX.

Es curioso que a Benedetti no lo hayan sentado nunca en uno de los sillones vacíos del boom de la novela latinoamericana de los años 60 y 70. Cuando lo conocí, en enero de 1969, me concedió el inmerecido privilegio de remplazarlo durante dos años en la dirección del Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas, de La Habana.

En ese entonces, Mario se situaba en los extramuros del boom, aunque sus cuentos de Montevideanos y sus novelas La tregua y Gracias por el fuego podrían haber estado muy cerca de las que distinguieron a otros grandes escritores. Para ser fiel a las experimentaciones formales de la década, escribió y publicó una preciosa novelita en verso, El cumpleaños de Juan Ángel.

Como ensayista, fue uno de los primeros en advertir, con sus contemporáneos Ángel Rama y Emir Rodríguez Monegal, que algo muy grande se estaba cocinando en la literatura latinoamericana de aquellos años. Sus ensayos de Letras del continente mestizo dieron cuenta de la mejor narrativa latinoamericana contemporánea, pero Benedetti fue más un anfitrión que un huésped de los novelistas consagrados en aquella época.
La poesía fue el género que le empezó a dar popularidad. Versos sencillos, cotidianos, como conversados, reveladores de sentimientos inmortales como el amor, la amistad y la solidaridad, empezaron a salir a borbotones desde los años 70, tocados por la fraternidad del exilio y un sentido elemental pero inquebrantable de la justicia.

Tengo amigos -excelentes escritores- que no gustaron nunca de esta poesía, cada vez más multitudinaria, escrita para ser cantada o dicha en la intimidad. Comprensible. No sé si esos innumerables libros y esos centenares de poemas alcanzarán la inmortalidad, pero estoy seguro de que muchos de esos versos seguirán siendo dichos y cantados, como hoy se dicen y se cantan Los versos del capitán y Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Neruda.

Benedetti sabía que escribía para un hoy que, como relámpago, iluminaría por breve tiempo el corazón y los sentidos de quienes lo leyeran. Alcanzó así una inmensa popularidad entre los lectores del idioma. Tal vez por eso no dejó de escribir a ritmo de vértigo, abandonando poco a poco los rigores y el largo aliento de las novelas. Sabía que tenía un público que coreaba con él sus poemas, en los que abundaban las instrucciones para seducir, amar, olvidar, ser fraterno y solidario y volver tolerable el sufrimiento. Benedetti podría haber hecho suya la confesión de don Antonio Machado: "Soy, en el buen sentido de la palabra, bueno".
+++++
.
Benedetti: poesía sin misterios
Por Jotamario Arbeláez
eltiempo.com / domingo a domingo El Tiempo, mayo 23-24, 2009
Principales noticias de Colombia y el mundo - ELTIEMPO.COM ...

http://www.eltiempo.com/domingoadomingo_eltiempo/benedetti-poesia-sin-misterios-texto-de-jotamario-arbelaez_5258189-1
Foto: Efe http://www.eltiempo.com/domingoadomingo_eltiempo/IMAGEN/IMAGEN-5262788-1.gif Cientos de personas llegan al Cementerio Central de Montevideo durante el entierro del escritor uruguayo Mario Benedetti.

Quienes nos referimos con reparos a su legado, nos situamos en el mismo plano de envidia de los prosistas ante el éxito de Coello.

Cuando el triunfo de la revolución cubana, ningún escritor o poeta latinoamericano pudo darse por desentendido. Durante las décadas del los 60 y los 70, los intelectuales de derecha estuvieron prácticamente desaparecidos. Ahora resoplan, oh sorpresa, en algunos de los progresistas de entonces. El muy airoso Gabo, en sus reportajes, llegó a declarar que todos los buenos escritores eran de izquierda. Y aclaró, que el único deber revolucionario de un escritor era escribir bien. Y que, para todo revolucionario, la tarea de defender la revolución cubana era primordial. El sismo del boom tuvo su epicentro en Cuba, cuando todos eran felices e indocumentados.

Y en Cuba, en Casa de las Américas, tuvo lugar, por entonces, la digna acogida al exiliado uruguayo Mario Benedetti, poeta, cuentista, novelista, ensayista, y sobre todo corajudo combatiente contra las dictaduras. Se encargó del Centro de Investigaciones Literarias, que heredaría Óscar Collazos. ¡Qué tiempos aquellos!

Desde el momento en que se anunció la muerte de Benedetti, el 17 de mayo, en Montevideo, a los 88 años y en mitad de su libro póstumo, ha comenzado el bombardeo de réquiems por Internet, y las llamadas solemnes de los medios de comunicación, a interrumpir el desasosiego de los colegas sobrevivientes, para manifestarles el pésame y transmitir su congoja. Algunos sinceros dolientes exaltaban como al más grande al bardo desaparecido del país de Lautreámont y de Jules Laforge, padres del verso libre y del párrafo envenenado. Otros, más rigurosos o más cautos, guardaron su compostura.

Pertenezco a una generación, menos literaria que de anarquismo bohemio, nacida en Colombia poco antes del triunfo de la revolución cubana, que se denominó el nadaísmo, y que la saludó declarando: "Nosotros amamos la revolución aunque la revolución nos mate, o peor todavía, nos ponga a trabajar". Según nuestros presupuestos de implumes vanguardistas de entonces, a la poesía que recibíamos como herencia fatídica había que despojarla de la recarga gramatical, de la retórica hueca, del tintineo, del trascendentalismo, del patrioterismo, de los sofismas metafóricos, de lo meloso, de lo baboso, de lo mesiánico, del cartel, del mensaje, de todo, menos del misterio. Y del misterio fue de lo que la despojó Benedetti. La peló, la dejó en los puros cueros. En los cueros pelados, gracias a una expresión coloquial que no exigía del lector el mínimo esfuerzo, atrapando de inmediato a una juventud artesanal y universitaria y comprometida que lo vitoreaba rabiosa.

Por esos tiempos tuve un encuentro epistolar con el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, quien se ordenaba sacerdote en el seminario de vocaciones tardías de La Ceja, Antioquia, de donde saldría a la isla de Solentiname, a fundar un monasterio para derrocar al tirano. Él me instó a abandonar hermetismos, abstraccionismos y demás paludismos de la escritura, y a expresarme con un aliento conversacional, cotidiano, urbano, pero sin oponer la sombrilla al viento paráclito. Narrar la realidad tal cual era pero mostrando lo que no se veía, para hacerla caer en contradicción. Manteniendo la luz de lo misterioso.

Fuimos legión quienes seguimos al cura. Pero igual arreció por entonces la poética de Benedetti, con igual impulso contestatario pero directo. Si nos vamos a bañar vámonos empelotando, como decía una discípula.

Expresa Óscar Collazos que "es curioso que a Benedetti no lo hayan sentado nunca en uno de los sillones vacíos del boom de la novela latinoamericana de los años 60 y 70". Donde tampoco, a pesar de sus méritos, sentaron a su reemplazo. Pero no era para tanto, querido Óscar, en uno de esos asientos casi que no sentaron ni a Onetti.

Confieso que cada vez que vi un libro de Benedetti, en una librería o en la mesa de noche de alguna amiga, abrí al azar, y al encontrar estrofas como ésta, volví a cerrarlo: "¿No sería hora / de que iniciáramos / una amplia campaña internacional / por los izquierdos / humanos?".

El poeta que lucha por los que ni siquiera saben que están jodidos, que se arriesga por sus derechos, que está dispuesto a ser crucificado por redentor, merece todo el amor y el reconocimiento tribal, de parte incluso de los poderes estatales que desataron su furia. Como acaba de suceder con Benedetti, huésped de honor en el Panteón nacional.

Le tocó, como a los mejores de siempre, comer mucha mierda y tascar mucho freno, antes de que la gloria literaria le pelara los dientes. Supo trasladar lo que se conoce como la herramienta poética a los ámbitos populares. Volviéndose a veces, como se afirma, un símbolo universal de los enamorados. Por engatusadores poemas como Táctica y estrategia, con el que tímidos sexuales se apuntan a hacer levantes, pobre oficio de la poesía. Si uno se detiene en ese poema y se informa de que por él han caído cientos de chicas, tendrá que deducir que las pobres estaban muy apuradas.

Me avergüenza coincidir en mi apreciación, un tris insolente, con las de académicos de la lengua como Piedad Bonnett, quien no pasa al teléfono para contestar a este tema, ni Cobo Borda, quien piensa que el éxito del uruguayo fue debido a que "respondía con sus letras al agite de la izquierda propia de esa época de inconformidades...". O sea que no le rebaja la mamertada.

Para redondear este informe, he saqueado de los bolsos de mis entrevistadoras los libros de poemas de Benedetti para hojearlos y hacer algunas citas dignificantes, no aludiendo a su posición humanística y luchadora -ante la cual casi todos nos inclinamos y compartimos-- sino ante la sencillamente poética, y por mi madre que no encuentro qué citar.

Lo que me pone en conflicto con esa juventud que lo asumió como adelantado. Pero repito, me cae en los huevos aparecer como cómplice de esos rapsodas académicos que de mí se expresan en la misma forma. Y de los derechistas de nuevo cuño. Benedetti no es tan maledetti, como dicen algunos maledicentes.

Quienes nos referimos con reparos a su legado, frente a sus millones de admiradores, sus millonarias ediciones, sus reconocimientos en vida y sus impresionantes homenajes póstumos, nos estamos situando en el mismo plano de envidia de los prosistas ante el éxito de los libros de Pablo Coelho.
JOTAMARIO ARBELÁEZ, Para EL TIEMPO, jmarioster@gmail.com
++++
Mario Benedetti, un poeta de siempre
http://vericuetos-paris.over-blog.com/article-31753010.html
IDEOLOGÍA Y CREACIÓN LITERARIA EN MARIO BENEDETTI
Por Efer Arocha
Revista Vericuetos, París, Mayo 24 de 2009

Todo producto-arte, cualquiera que sea su manifestación, está constituido por sutiles elementos que sólo son posibles identificar mediante el análisis para establecer la calidad de la elaboración estética. Estos determinantes son, desde la perspectiva del creador, los peldaños a ascender para cuajar lo categorial que el análisis requiere para el dictamen de los significantes estéticos sobre una obra. La valoración se sustenta en códigos estables que son los que permiten traspasar el espacio y el tiempo. El tiempo es el juez absoluto en este tipo de juicio, por fuera de él, todo queda en el promontorio de los deseos. Por ello, no obstante de ser la obra de arte una condensación abstracta, es a su vez una síntesis de su época, consecuencia del entorno que le generó su existencia. A causa de esto, ella es memoria que conforma la historia. Dentro de los parámetros de la memoria, cuando el producto-arte logra los más altos niveles estéticos, es decir, es una obra de arte, entre sus contenidos se encuentra el pensamiento del tiempo que ella registra como contenido social. El pensamiento en su primer nivel de existencia es filosófico, condición inaprehensible, el cual para manifestarse lo hace a través de lo ideológico y finalmente en lo político desde el ángulo que nos ocupa. Lo ideológico y lo político se muestra de muchas maneras; a veces tan directamente, que está envuelto en la anécdota, como es el caso de Goya en Los fusilamientos del 3 de mayo , o en la novela Así se templó el acero de Nicolái Ostrovski .

El producto-arte en lo cognitivo es una elaboración del trabajo humano, y como tal tiene un espacio artesanal. De esta realidad no se escapa ninguna manifestación artística; el canto, la música, el mimo, presentan un recorrido artesanal; en lo ineludible, en el manejo de los materiales imprescindibles, los cuales hacen parte de la forma. Ella comienza a impregnarse de los primeros constituyentes que cuajarán como el lenguaje del pensamiento en la creación, los cuales dependen de la voluntad del artista. Él es quien decide si su obra es el reflejo de su conciencia o no. En el caso de la literatura no es muy frecuente que no exista una correspondencia entre el pensamiento del creador y los contenidos de su obra. Pero sí se presentan fenomenologías en las cuales el creador no plasma en su producto su manera de pensar en el plano político, como es el caso de Céline en Europa, Mario Vargas Llosa en América Latina y Yukio Mishima en Asia; los tres de derecha en tanto que sujetos políticos, mientras que sus obras están en la izquierda o se colocan en el campo del interés de los pueblos y del progreso. Una segunda gama de creadores en la fenomenología de ideología y política, se encuentra en el hecho de que tanto artista y obra se coinciden, coincidencia que viene del exterior como contenido temático, y desde el interior como concepción ideológica y política. Un ejemplo de ello es Pablo Picasso en pintura; Bertol Brecht para el teatro. El cine está saturado de estos ejemplos, empezando por Charles Chaplin. Finalmente encontramos un tercer grupo que se caracteriza porque su obra es un producto militante. La creación está marcada en lo fundamental por los contenidos filosóficos, y derivado de ello la ideología y por último la política, muestra de ello es David Alfaro Siqueiros portador de ideas revolucionarias tan fuertes, que muy pronto su cromática tuvo que huir del caballete para convertirse en pintura pública mediante el mural, donde todo intento de apropiación por parte del mercado del arte, quedó anulado. Contundente ejemplo de una concepción filosófica, ideológica y política de la cual también hizo parte Diego Rivera. En este territorio hizo erupción Benedetti. El conjunto de toda su obra presenta contenidos estables y claros, los cuales son decisivos para comprenderla y determinarla. En ella el eje dominante es lo social. Su presencia es inomitible, trátese de su narrativa en los géneros de novela, cuento o ensayo. Lo mismo sucede con toda su poesía. La piel de su obra exuda su pensamiento profundo en la cual está claramente demarcada su concepción del mundo, la que se objetiviza en la acción del pensar en los parámetros de lo que es asible, en todo aquello que hay corporidad donde la idea, a consecuencia de la acción, pierde su abstracción para convertirse en la fenomenología de la acción práctica, como fue durante toda su vida su militancia política. En el espacio de esta militancia se presenta un constructo como si se tratara de un monumento en el centro de una plaza pública. Se yergue una estatua que esparce como una fuente luminosa destellos en todas las direcciones; es Benedetti que desde lo profundo de su concepción filosófica nos aflora la coherencia de sus convicciones, las cuales se materializan igualmente en una coherencia del actuar. Por ello, su obra literaria, extensa por cierto, no es cosa distinta a ser una expresión del conjunto de su coherencia entre el pensar y el actuar. De ahí que entre el creador y su creación se presenta una unidad indisoluble que no admite en su gnoseología separación. Su esencia humana se sumerge en la página escrita. Sus metáforas, frases y párrafos no son otra cosa distinta que su utopía convertida en grafía. Por ello sus versos son elementales, abiertos al lector popular; donde la metáfora es una puerta accesible para todo aquél que tiene anhelos y deseos de soñar. Ajena a los alambicamientos que pretenden treparse por la roñosa pared de una erudítica de artificio, que sólo apenas logra amoñar las entelequias de falsos intelectualismos. El texto de Benedetti es todo lo contrario, diáfano y eficaz. Esto último a causa de que es palabra militante. No se sustrae a la lucha de clases, porque es precisamente su producto más elaborado. Hoy como ayer, una manera de existir de la sociedad lo hace mediante las clases sociales. Este es un fenómeno que está al margen de nuestro deseo y voluntad. Resultado del antagonismo de las clases, se da un espacio político donde se enraíza la obra de arte política de Benedetti. Admítase o no, el riguroso análisis literario se hace mediante los géneros artísticos, entre los cuales está la creación política. Es por ello que existe novela política, poesía política y ensayo político.

Desde la perspectiva filosófica, el arte no escapa a las finalidades de los individuos y de los grupos, los cuales tienen intereses bien determinados. En lo que se refiere a los intereses, éstos se expresan en partidos, los que poseen una ideología bien definida, la cual señala en el plano de la estrategia política la instrumentalización del arte con fines partidistas, fenomenología muy distinta a la antes analizada. En política todo lo decide la estrategia ideológica en el plano cognitivo. En razón de esto se señalan los derroteros estratégicos políticos de los partidos, los cuales tácticamente ponen a su servicio todo lo que le sea útil, de ahí que no tienen escrúpulos en incluir a artistas o sus obras, o también excluirlos. Esto último en ocasiones va muy lejos, como son la destrucción de libros, el veto de obras o autores de un país o de sus bibliotecas, encarcelar a sus lectores o autores, prohibir obras en el territorio nacional, o exiliar a los escritores como le sucedió a Benedetti. El libro encierra peligros para todo aquello que está estacionario y quieto. Por inútil que sea un libro es un ser humano que conversa, y siempre su voz tiene algo nuevo para aquél que en paciencia escucha. Consecuencialmente en las páginas de Benedetti habrá algo fresco para sus lectores, cualesquiera que sean ellos, sin excluir a sus detractores y a sus más furiosos enemigos. Su pluma es una palada constructora en la utopía de los anhelos humanos para lograr un modo de vida cada vez más justo y también cada vez más feliz.

++++

Mario Benedetti se fue ! Vericuetos, Paris. Marzo 19, 2009

http://vericuetos-paris.over-blog.com/article-31635078.html

Las letras hispanas en duelo por la muerte de Mario Benedetti
El autor de La Tregua se ha ido al walhalla de los poetas. Nos ha dejado su inmensa obra llena de amor a la literatura y a nuestros pueblos. Ella, sin duda, le sobrevivirá. Allí dos poemas: "Chau número tres" y "Te quiero" http://vericuetos-paris.over-blog.com/article-31635078.html

++++

Ha muerto Mario Benedetti
Quedarme en tu recuerdo

Por: Ricardo Bada / Especial para El Espectador
El Espectador , 21 Mayo 2009 - 7:17 pm http://www.elespectador.com/impreso/cultura/articuloimpreso141974-quedarme-tu-recuerdo
En homenaje al poeta uruguayo, su amigo Ricardo Bada hace una semblanza.
Foto: http://s3.amazonaws.com/elespectador/files/images/mar2009/bf60c679bd7c545539c1ec48724dd00d.jpg APEl escritor uruguayo Mario Benedetti falleció el domingo pasado a la edad de 88 años.

El 20 de agosto del año pasado, en estas mismas páginas, publiqué un artículo sobre aquél Benedetti a quien era bastante la gente, entre la intelligentsia española, que lo había encasillado en un Index tan feroz como el de la Iglesia Católica en su día. Para esa gente, Benedetti era Maladetti. ¿Por qué?

No puedo sino repetirme. Que entendería que hablasen mal de él como escritor, porque no les gustase lo que escribía: no tenía por qué gustarles. Pero es que hablaban mal de él, como escritor, con auténtico encarnizamiento. Incluso lo hacía gente por lo demás muy comedida y respetuosa con el resto del género humano, pero no con este polígrafo oriental (uruguayos sólo son los futbolistas, según Borges).

Analizando el tema, hallé dos explicaciones de esa inquina. La primera: porque pese a todos los pesares, jamás dejó de defender a la Revolución Cubana. La segunda: porque su poesía goza de un éxito de público sin precedente desde los tiempos de Neruda y los Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Y para colmo, la juventud lo leía, y lo lee, como lo leyeron sus padres e incluso sus abuelos. Entonces, ambas cosas se la cobraban en forma de ninguneo. Y con saña, porque ¿cómo, si no, ningunear una carrera literaria de más de sesenta años bien cumplidos?

Me encontré con Mario muchas veces en mi vida. En Fráncfort, en Berlín, en Madrid (donde tantas veces comimos juntos en unos restaurantitos chiquitos y recoletos que siempre elegía él, dejándome a cambio la elección de los vinos). La última vez que nos reunimos fue en su Montevideo querido, allá por enero de 2002, cuando nos dedicó –en el apartamento 702 de Zelmar Michelini 1337– un ejemplar de su libro de los haikus.

La noche del domingo me llegó la noticia de su muerte por un colega argentino que vive en California. No por lo ya esperada nos conmovió menos. Mario era un amigo muy querido en la casa de los Bada, donde fue nuestro huésped alguna que otra vez. Así es que si me piden que escriba de él, en estas circunstancias, para no echarme a llorar no podría sino repetir los lugares comunes.

Como ese de que en 1960, con La tregua, se dio a conocer definitivamente –¡y de qué modo!– más allá de las fronteras de su país y de su lengua: esa novela suya, breve, tal vez su obra maestra, superó las cien ediciones en español, fue traducida a diecinueve idiomas y adaptada al cine, al teatro, la radio y la TV. Recuerdo que un día, platicando con Mutis, le pregunté por Mario, y Álvaro silabeó con admirada envidia: “Ese comunista que me robó La tregua…”. Porque, ¿qué escritor que la haya leído no hubiera deseado ser el artífice de tal joya?

A título anecdótico, y para evidenciar la popularidad de Benedetti entre el público lector, recordaré una vez más aquí la anécdota entrañable de que en Madrid había una call girl, Sandra, que se anunciaba con un endecasílabo suyo: “Mi táctica es quedarme en tu recuerdo”. Y sí, Mario, esa era tu táctica. Sumamente exitosa, por cierto, puesto que te has quedado para siempre en nuestra memoria.

++++
Actualizó: NTC … / gra . Mayo 18, 2009, 8:00 AM Hora del entierro en Montevideo (10:00 AM). Mayo 24, 2009, 5:30 PM




jueves, 14 de mayo de 2009

UNA PROCLAMA EN PRO DE LA INGENUIDAD. Por Javier Escobar Isaza.

.
Portal-blog complementario a NTC ...
Nos Topamos Con ... .http://ntcblog.blogspot.com/ ,
ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
.
UNA PROCLAMA EN PRO DE LA INGENUIDAD
Por Javier Escobar Isaza*
.
Tomado del libro
"A Propósito de Gabriel García Márquez y su Obra" y "El coronel no tiene quién le escriba" , Bogotá, Norma, Cara y Cruz, 1991. (9a. reimpresión, febrero 1995). Páginas: 9 a 22.
.
Escaneó (OCR), publica y difunde (con carácter didáctico y cultural):
NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.­blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia, Mayo 11, 2009.
.
Contracarátula (Cruz)
.
Gabriel García Márquez (1957 aprox.)
-
UNA PROCLAMA EN PRO DE LA INGENUIDAD
Por
Javier Escobar Isaza*:


“ESTE SÍ QUE ES BIEN FAMOSO”
.
LA ESCENA se debe haber repetido centenares de veces en el Jeu de Paume de París: la típica pareja de turistas entra con la cámara fotográfica terciada al hombro y una guía de la exposición. Van señalando con lápiz rojo cada uno de los cuadros que allí aparecen retratados pero que aquí, en el museo, están viendo en el original. Al llegar a un Van Gogh, buscan en su catálogo; cuando lo han identificado, exclaman pletóricos de entusiasmo: "Este sí que es bien famoso" y lo marcan con rojo. Luego, sin detenerse, siguen su recorrido, felices.
.
El entusiasmo de aquella pareja no se debe, por supuesto, a la contemplación del lienzo de Van Gogh, ni a la reflexión sobre lo que aquel pintor expresa con su arte, o al estudio cuidadoso de la técnica empleada. Tampoco hay una mirada que busque acaso descubrir, más allá del cuadro mismo, la vivencia del doliente Vincent. Nada de eso. Es un entusiasmo nacido de la presencia de una de aquellas pocas obras y, por mediación de ella, de una de aquellas escasas personas, a quienes la humanidad ha consagrado. Los dos turistas sienten en aquel momento un contacto fugaz con la gloria, con una gloria a la que todos quisiéramos tener acceso, pero que nos resulta demasiado esquiva.
.
Se trata de una actitud que se extiende, más allá del señalado, a todo el campo de la experiencia humana, inclusive al de la literatura. Porque cuando comenzamos a afrontar la lectura y el análisis de quienes han llegado a escalar los peldaños de la gloria literaria no nos queda fácil hacerla con ojos neutrales, con espíritu sereno, para leer, sin más, lo que allí se dice. La gloria y la fama del autor nos predisponen, desde antes, en un sentido o en otro, y es preciso realizar un auténtico esfuerzo para no estar, como los turistas del Palacio, diciendo al leer: "Este sí que es bien fa­moso", mientras señalamos con lápiz rojo, en nuestra mente, que ya pasó por nuestras manos tan famoso autor y podemos, en consecuencia, seguir el camino.
.
Pero hay que hacer una anotación adicional: es tan difícil leer la obra famosa como la desconocida. En el primer caso, por el prejuicio de la gloria y de la fama de su autor, que tienden a darle una valoración que prescinde de su contenido y, en el segundo, por el prejuicio contrario, que tiende a hacemos subvalorar lo que, de pronto, podría resultar lleno de méritos.

Con lo dicho hasta el presente no pretendo otra cosa que destacar, antes de que afrontemos la lectura de El coronel no tiene quien le escriba, que, para quienes hoy leemos, es bien difícil adelantar un trabajo tranquilo, carente de prejuicios literarios, que nos permita encontramos con la desnudez de aquella obra.
No parece posible, en efecto, leer El coronel ... haciendo abstracción de Cien años de soledad, y no lo parece porque el mismo García Márquez nos remite más de una vez a la que suelen considerar su obra cumbre, como cuando el coronel recuerda su juventud en Macondo, o la rendición de Neerlandia, y cuando, en su mente de viejo, sigue presente, con la misma admiración del joven que fue, el coronel Aureliano Buendía. Ni parece posible que nuestra imaginación recree aquel pueblo ribereño, a cuyos muelles llegan las lanchas que traen el correo todos los viernes y cuyas calles están atiborradas de almacenes de sirios que hablan un mal español, sin que se mezclen con esta imagen las que nuestra imaginación creó al leer la Crónica de una muerte anunciada o El amor en los tiempos del cólera; como tampoco parece estar en manos nuestras independizar la imagen del coronel enfermo al llegar el mes de octubre, frustrado cuando el correo no le trae la carta que espera desde hace quince años, leyendo en su hamaca la prensa censurada, renunciando altivo a llevar sombrero, para no tener que quitárselo delante de nadie, y negándose al final a vender el gallo que expresa su última esperanza - de la imagen del Libertador que, después de recorrer ese mismo río Magdalena, solo, enfermo y abandonado, llegaba a Santa Marta; donde esperaba, también contra toda esperanza, y estaba dispuesto, como el coronel, aunque el autor no lo dijera de manera expresa, a comer "mierda" mientras terminaba la espera.
.

Muy diferente debió ser la lectura de quienes, en aquellos tiempos anteriores a la fama y a la gloria, tuvieron entre sus manos esta obra. Y si bien es casi imposible reproducir tal manera de leer, y muchos considerarán inútil y aun absurdo el intento de hacerla, considero que vale la pena el esfuerzo por abstraernos de cuanto no sea la obra misma, para dejar que ella nos hable. Sólo después de haber hecho este intento podremos regresar a la consideración totalizante, que seguramente nos resultará entonces más enriquecedora: habremos llegado en ella a una totalidad que no desconoce los elementos que la conforman, sino que los valora, uno por uno.
.
¿QUÉ CLASE DE LECTURA?
.
SI, HAY que "dejar que la obra nos hable", pero para lograrIo no basta con prescindir de la fama de su autor, ni del afán por ir encontrando referencias a otras obras suyas a medida que leamos, sino que se hace necesario también otro tipo de prescindencia: hay que prescindir, en esta primera aproximación a la obra, de una actitud estrecha en la que nos encasillamos en ciertas perspectivas –llámense cultas, científicas, profesionales o intelectuales- que amenazan con mediatizar en exceso la experiencia literaria, quitándole su mayor encanto, el asombro, y su mayor riqueza, el poder de interrogación.
.
En efecto, yo podría intentar realizar una lectura de El coronel ... en una perspectiva existencialista -tan de moda en los años cincuenta, cuando se escribió la obra- o en una perspectiva política, sicoanalítica, etc., pero ninguna de éstas, por lo menos para aquella primera aproximación, por lo que diremos luego, parece la más correcta.

Ahora bien, una vez que, al menos provisionalmente, hayamos abandonado las perspectivas señaladas, nos encontraremos con dos tipos de lectura que tienen un estrecho parentesco entre sí y parecen las mejores para nuestro propósito. Se trata, en primer lugar, de la que podríamos denominar “lectura poética". En ella, el lector se sumerge en la belleza inmediata del lenguaje, con su expresión, significación y ritmo, y en las imágenes sugestivas que aparecen a cada paso (como la del paraguas que había perdido la tela que antaño lo cubría, dejando sólo un misterioso sistema de varillas metálicas, y que "ahora sólo sirve para contar las estrellas" o las reflexiones sobre la vida, que es "la cosa mejor que se ha inventado" o sobre la ilusión que "no se come, pero alimenta", etc.); y deja que la corriente lenta del relato lo vaya envolviendo y llevando; degusta cada secuencia y cada escena, como aquella inicial de la obra, cuando el coronel le prepara a su esposa enferma una taza de café, raspando el tarro para sacar de él lo último que quedaba, y le miente diciéndole que él ya había bebido, para que ella pueda disfrutar tranquila de aquel último café que la pobreza le otorga; o disfruta la secuencia del regreso a casa un poco más tarde, cuando, después de haber ido una vez más a buscar en vano la carta que no llegaba, conversó con la mujer, amarró el gallo a la pata de la cama, cerró la casa, fumigó, puso la lámpara en el suelo, colgó la hamaca y se acostó a leer. "Llovió después de la media noche. El coronel concilió el sueño pero despertó un momento después ... Descubrió una gotera en algún lugar de la casa. Envuelto en una manta de lana hasta la cabeza trató de localizar la gotera en la oscuridad. Un hilo de sudor helado resbaló por su columna vertebral. Tenía fiebre. Se sintió flotando en círculos concéntricos dentro de un estanque de gelatina. Alguien habló. El coronel respondió desde su catre de revolucionario ... ". Y el lector, sumergido en aquel lenguaje y sus imágenes, bebe en estas aguas, y lo hace con lentitud, con esa misma lentitud con la que un caballo bebe agua en un remanso del río, sobre el trasfondo del silencio del cielo y de las montañas.
.
A esta lectura se la ha de llamar "poética", pues su interés central es la confrontación del lector, no con una escueta información pragmática, transmitida por las palabras, sino con una recepción de la obra en toda su plenitud, en cuanto creadora de un ambiente y portadora de un ritmo de pensamiento, de palabras, frases y oraciones. Y -tal es el presupuesto detrás de la denominación dada- una auténtica obra literaria, a esté en prosa, ya en verso, cuando nos confrontamos con ella del modo señalado pertenece más que todo al género del "poema". En contra de lo que opinan muchos, y siguiendo en esto a Robert Louis Stevenson, la prosa, la auténtica prosa es como poema, tanto o más rica que el verso, pues si éste último crea un ritmo que, una vez formado, se irá repitiendo, aquélla debe crearle su propio ritmo, en permanente movimiento, a cada oración y, dentro de la oración, a cada frase.
-
La segunda clase de lectura, muy cercana a la anterior, podría llamarse una "lectura ingenua". Es la manera como el ama de casa común, o el empleado corriente podrían abordar la obra, sin mayor presunción intelectual, en el supuesto de que lo hicieran con serenidad, sin prisa, degustando cada frase, como un niño degusta el helado. Esta lectura ingenua, o su amiga, la poética, son las que nos ponen en un contacto más directo con el autor y su obra, con lo que quiso decimos y nos dijo en realidad, pues ambas presuponen una mente que, en la medida de lo posible, se encuentra abierta y limpia, como que se ha despojado de las respuestas hechas y ha barrido la casa para que llegue el huésped y la encuentre dispuesta para sí.
.

Estas consideraciones, que tienen pretensión de validez para la lectura de cualquier obra literaria, la tienen tanto mayor cuando nos referimos a los escritos de García Márquez, quien en repetidas ocasiones, desde los comienzos de su vida literaria y hasta épocas bien recientes, ha expresado la misma idea. En efecto, poco después de la aparición de su primera novela, La Hojarasca, en una entrevista que el entonces semi­desconocido autor le concedió a Alonso Angel Restrepo (1), afirmaba, a propósito de su obra, que "cualquier lector está capacitado para comprenderla y captar sus matices", y añadía a renglón seguido que "en la actualidad espero que la lea un mensajero de El Espectador, para conocer sus puntos de vista, y me agradaría mucho saber qué piensan de ella los choferes, los lustrabotas, los vendedores de lotería", pues, está convencido de que su literatura, para ser comprendida y apreciada, no necesita de los refinamientos de las clases intelectuales superiores. Y más de veinte años después, en la columna que escribía entonces en el periódico El Espectador, le dedicó un artículo al tema, bajo el nombre de La poesía al alcance de los niños. (2) Allí se burló expresamente de quienes, leyendo El coronel, buscan simbolismos especiales, como aquel autor de un examen de admisión inglés que les pidió a los candidatos -entre quienes se hallaba Gonzalo, el hijo de García Márquez- que explicaran cuál era el simbolismo del gallo, a lo que el joven, "mamagallista" como su padre, respondió que era “el gallo de los huevos de oro", con una respuesta que, por supuesto, obtuvo una mala nota. Otro alumno más aplicado obtenía mientras tanto la mejor calificación, por haber afirmado que el gallo "era el símbolo de la fuerza popular reprimida", según le había enseñado su maestro, que había hecho un "descubrimiento" que, por supuesto, asombró al autor del libro. Y más adelante en el mismo artículo, después de haber rechazado a los malos maestros de literatura que, con este tipo de afán po hacer interpretaciones, "pervierten a los niños", y de haber afirmado que "la manía interpretativa termina por ser a la larga una nueva forma de ficción que a veces encalla en el disparate", nos dice: "Debo ser un lector muy ingenuo, porque nunca he pensado que los novelistas quieran decir más de lo que dicen. Cuando Franz Kafka dice que Gregario Samsa despertó una mañana convertido en un gigantesco insecto, no me parece que eso sea el símbolo de nada, y lo único que me ha intrigado siempre es qué clase de animal pudo haber sido".
.
Un poco más tarde, en la larga entrevista que le concedió García Márquez a Plinio Apuleyo Mendoza, que apareció en forma de libro en 1982 como El olor de la guayaba, afirmaba que: "Es estupendo que lo lean a uno sin complejos intelectuales, .Que la gente aprenda a perderle el respeto a la literatura. En realidad, todavía quedan demasiados rastros de cuando la cultura era un patrimonio oculto de aristócratas y hechiceros” (3)

¿A qué apunta todo esto, si no es a lo que hemos llamado una "lectura ingenua", donde el gallo es un gallo, y hay que dejado ser un gallo, don Sabas un viejo ricachón, avaro y mala clase, y hay que dejado ser así, el coronel un anciano ex-combatiente, pegado de la esperanza como último recurso, la mujer es eso, una mujer casada con un viejo acabado, y la mierda es mierda y nada más?
.
Defender una lectura como estas no implica desacreditar otras aproximaciones: sólo implica afirmar que las otras no reemplazan: en manera alguna, la lectura directa e inmediata, aquella que busca el puro placer del contacto con el texto y hace abstracción completa de todo lo demás, e implica afirmar además que, si convertimos la obra literaria en un puro instrumento para lograr otros fines, la destruimos , como tal, mientras, en cambio, leyéndola con ingenuidad autentica, para disfrutada y dejamos interrogar por ella, le damos su propio ser, su propia dimensión -la hacemos literatura-.
El comentario debe entonces callar, para que el lector surja.
.
LA TERTULIA AMENA
.
EN EL supuesto de que hayamos hecho ya la lectura ingenua o poética de la que hablábamos, es lo más seguro que nos quedarán deseos de comentar con otros lo que allí vivimos y experimentamos, como se hace en las buenas tertulias, en torno a una mesa y tal vez con una taza de café humeante en la mano. Y es aquí donde resulta ya más justificado intentar aplicar a nuestra reflexión los diversos saberes que cada cual maneja, y que le ayudarán a dar su propia y personal interpretación de la obra y amenizar la conversación, tal vez sin perseguir otro fin distinto al del puro placer de conversar. Podrá entonces venir el filósofo existencialista, ya un tanto envejecido, a decimos con tono autosuficiente que el coronel, como todos, es un ser arrojado en una existencia absurda, que debe ser afrontada en toda su crueldad; un ser para la muerte, de quien habría que preguntar hasta qué punto ha sabido vivir y hasta dónde su actitud ha sido la de quien huye, o hasta dónde ha sabido realizar su proyecto humano, etc. Establecerá entonces el contraste entre este proyecto y el de la esposa, aguantadora y estoica en general, rezandera y beata, pero que sabe rebelarse cuando se le acaba el sustento y muestra un "realismo" enemigo de la esperanza utópica; o él proyecto de Sabas, que sacrifica todos los ideales e incluso la amistad en aras de la obtención de una riqueza inmediata. La dimensión de la espera, comentará tal vez nuestro existencialista, se ver en función del sentido que ésta le da a la vida, y el lector no descuidará detalle alguno referido a ella, como aquél tan diciente según el cual el único viernes en que al coronel se le olvidó seguir al administrador del correo, para ver si había llegado su carta, fue el viernes último del relato, cuando corrió a la gallera a contemplar el entrenamiento del animal: en este momento, concluirá nuestro filósofo, el coronel reemplazó un tipo enajenante de espera -la de la carta- por otro más dinámico el de la lucha por la vida, aquella auténtica vida a la que el gallo le daba acceso -pues llevándolo cargado "pensó que nunca había tenido una cosa tan viva entre las manos".
.
Y podrá el contertulio de inclinación política hablarnos de una lectura política y comprometida del Coronel. Pondrá el énfasis en las puntadas que da el autor para ubicarlo históricamente (donde juegan un papel clave las fechas que se deslizan a lo largo de la obra, como aquel 12 de agosto de 1949; cuando el coronel fue incluido en el escalafón). Buscará luego una interpretación política de la referencia a Macondo y al coronel Aureliano Buendía, lo mismo que a la mezcla de la realidad (fechas y lugares reales) con la leyenda. Don Sabas aparecerá como el símbolo de un capitalismo devo2rador ("El único animal que se alimenta de carne humana es don Sabas", anota el médico); el galIo, que había pertenecido a Agustín -el hijo muerto por las balas del régimen opresor- y ahora se hallaba bajo la custodia del viejo, según lo comprendió por fin el coronel, pertenecía en realidad al pueblo entero, como símbolo que era -pensará nuestro intérprete- de su auténtica riqueza. En un momento don Sabas había querido hacerlo suyo a un precio irrisorio, para negociar con él, pero ahora ya el gallo no estaba para la venta, a pesar de que, mientras llegaba el momento del triunfo del pueblo - expresado para nuestro lector político en el triunfo del animal en la gallera, el 20 de enero próximo- fuera necesario sufrir enormes penurias simbolizadas en lo que, según la palabra final del libro, habría que comer.
.
En ninguna buena tertulia puede faltar el asiduo lector de Freud. No vamos, con todo, a entrar en la consideración detallada de la posible lectura psicoanalítica que nos hará del Coronel, con la necesaria referencia al significado oculto de aquella "sensación de que nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas" y de las otras múltiples referencias coprológicas que recorren la obra, con una extraña y paralela ausencia casi total de lo erótico -fuertemente contrastante con su sobreabundancia en otras obras del autor, y en manera alguna inocente--. Suspicaz, nos señalará que la referencia erótica se reduce en esta obra, en la práctica, a una información que, más que al erotismo mismo, se dirige a la fecundidad pura. En efecto, informa la esposa del coronel que "esta tarde tuve que sacar a los niños con un palo" porque "trajeron una gallina vieja para enrazarla con el gallo", a lo que su marido responde que "no es la primera vez", pues "es lo mismo que hacían en los pueblos con el coronel Aureliano Buendía. Le llevaban muchachitas para enrazar". Nos dirá entonces que es evidente en todo el relato el carácter obsesivo del coronel, que sigue esperando una carta después de quince años, y comenzará de pronto nuestro aficionado a Freud a dificultarle a más de uno de los participantes en la tertulia la ingestión de su café, con largas disquisiciones y descripciones sobre la etapa anal-sádica del desarrollo que, según insistirá, jamás alcanzó a ser superada por el ex-combatiente.
.
Cuando algún contertulio, interesado ante todo por los aspectos formales del discurso, haya podido por fin quitarle el uso de la palabra al psicoanalista, nos hablará tal vez, mientras volvemos a sentir el gusto del aroma del café, sobre el contraste tan marcado entre el estilo del García Márquez del Coronel, hecho de oraciones muy cortas -donde se observa con claridad el influjo reciente de la literatura norteamericana- y el estilo posterior, donde dominan los períodos largos y armónicos. Nos comentará que el modo de escribir de aquel García Márquez se presta a que nos detengamos en cada frase y la rumiemos. Y nos dirá, además, que se destaca la abundancia de diálogos, tan ausentes en el García Márquez posterior, que, más que expresión de conversaciones realistas, constituyen pequeños poemas de enorme concisión. Y, en el momento de exaltación espiritual, llegará tal vez hasta a afirmar que, para él, nos encontramos en El coronel ante la máxima de las obras del autor.
.
Al volver la mirada sobre el sociólogo, el antropólogo o el semiólogo que nos acompañan en la tertulia, debo confesar que, o no alcanzo a vislumbrar lo que podrían decimos, o, impulsado por el deseo irreprimible de hacer mis propias acotaciones a la charla, no los dejaré hablar. Pues siento la necesidad de afirmar que a mí, formado en la lectura de don Miguel de Unamuno y de don Miguel de Cervantes, no me queda posible evitar ver en el coronel, enjuto, incomprendido y altivo, una especie de reaparición de don Quijote de la Mancha, pero de un don Quijote que, aunque acabado y humillado, se niega a dar el paso final del regreso a la llamada "cordura", a diferencia de lo ocurrido en la versión cervantina del Quijote, donde el caballero traiciona la locura del ideal, abandonándola cuando le llega la muerte, y vuelve a ser sin más "Don Alonso Quijano el Bueno"; a no ser que, como podría haberlo dicho Unamuno, Cide Hamete Benengeli hubiera falseado una vez más la historia verdadera de don Quijote, haciéndolo regresar a la cordura, en contra de la auténtica realidad del héroe, que supo serle fiel al ideal hasta el último suspiro. Pero sea lo que fuere lo ocurrido con el Quijote de Cervantes, lo cierto es que este Quijote ribereño no abandona su ideal, pues sabe cambiar la esperanza fallida en las instituciones, por la esperanza cierta y real en lo que el gallo hará aquel 20 de enero futuro, mientras la esposa, una mujer pegada al piso polvoriento de la realidad cotidiana, no alcanza a divisar los horizontes que el coronel otea.
.
Como Sancho Panza, ella preferiría ver en sus manos callosas unos pocos pesos, contantes y sonantes, provenientes de la venta del gallo, o quizás, aún mejor, ver la escasa carne del ave y gustar su sabor en el sancocho de una tarde de domingo, antes que tener que aguantar en su alcoba, amarrada a la pata de la cama, la esperanza que a ella la atormenta: la misma que, por contraste, le da un auténtico sentido a la vida siempre renovada del Quijote.
----
(1) Entrevista reeditada por el periódico El Colombiano de Medellín, el domingo 13 de Febrero de 1972, bajo el título “ Joyas de archivo”. La primera entrevista de García Márquez.
(2) Ver El Espectador, Bogotá, 25 de Enero de 1981.l
(3) Cita tomada del Magazin Dominical de El Espectador, del 23 de octubre de 1982, p. 7.
++++
ENLACES:
* http://docencia.udea.edu.co/postraduccion/JavierEscobar.htm
** http://www.universia.cl/mde/ensayos/clen/el01/clen.pdf PRUEBA DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN, FACSÍMIL N°1. Allí encontramos algo.
++++
COMENTARIOS
De: julián enriquez quintero nathaliainmemoriam@hotmail.com
Para: ntcgra@gmail.com . Fecha: 13 de mayo de 2009
Asunto RE: UNA PROCLAMA EN PRO DE LA INGENUIDAD Por Javier Escobar Isaza. Por Javier Escobar Isaza
Agradecimientos a NTC … , una vez más, por la adquisición de textos tan pertinentes para el Taller y para algunos suscriptores, como el presente.
.
Mis Comentarios:

En el contexto de la crítica a sendas obras de Gabo, el comentarista alude a las múltiples maneras de mirar una obra. Desde quien hace la mirada a partir de su propia especialidad de profesional consumado hasta el hombre ordinario y sin atributos que no descifra interpretaciones más allá de lo que literalmente le señalan las líneas del texto. Escobar Isaza confronta tanto las unas como las otras señalando "los refinamientos de las clases intelectuales superiores..." "...y su manía interpretativa que puede terminar a la larga siendo una nueva forma de ficción que a veces encalla en el disparate" (Muy bueno), y, el 'vulgo' que "lee con complejos intelectuales sin perderle el respeto a la literatura". También propone que todos valen, si se trata de sentarse en franca tertulia acompañada de un espumoso chocolate o una vaporosa taza de café, sentarse digo, al ritual del ameno palabreo.

"No es lo mismo" afirma "leer a un consagrado ya famoso a leer las palabras de un perfecto desconocido" en ambos casos el prejuicio delata inclinaciones a favor o en contra por lo que "vale la pena el esfuerzo de abstraernos de cuanto no sea la obra misma para dejar que ella nos hable". Sugiere entonces que "el comentario debe callar, para que el lector surja" y plantea su Proclama a favor de la Ingenuidad que allana el camino a una poética de la lectura, deteniéndonos en todo lo que nos pueda significar frases bellas y párrafos conmovedores y, cita momentos únicos de "El Coronel no tienes quien le escriba".

¿Cómo no estar de acuerdo con lo que manifiesta Escobar Isaza?, la ingenuidad de la que nos habla entraña limpieza en la mirada, sensibilidad y amor por lo que se lee; capacidad de silencio y escucha para no embeber el texto de mi propia experiencia vital tan cargada, tan contaminada, para que así su esencia se nos revele.

Pero, ubiquémonos y para tal efecto propongo una mirada al texto desde lo que llamaría "El Sentido Común":

Tenemos la fortuna de asistir a un Taller con un escritor-coordinador de muchos kilates que practica la excelencia en todo lo que escribe. De eso no cabe duda. Por tanto, nuestros propios textos deben apuntar a esa misma dirección, no a seguir el modelo repitiéndolo... "escribiendo a la manera de Julio César Londoño" pero si su ejemplo de dedicación, compostura lexicográfica, ortográfica, gramática, etc, sensibilidad e inteligencia. Fue lo que en últimas nos llevó con entusiasmo a desear inscribirnos en este taller y no en otro, donde se nos exija y perfeccione.

No es el Taller un Centro de Confraternidad donde un mal entendido humanismo sentimental y amiguero lleve a pervertir la apreciación que se hace del texto. En cuyo caso no habría crítica y escasearía la calidad en aras del 'todo vale'; flaco servicio que le prestan innumerables talleres a grupos de personas donde los unos se congracían con los otros pero la literatura es la gran ausente.

De otro lado, quienes asistimos a este Taller fuimos decantados a través de un proceso de selección que supone unos estándares de talento, gracia y creatividad en cuanto al manejo de la escritura se refiere. Tampoco es que nos las sepamos todas, para eso estamos en el taller.

El Sentido Común a la hora de mirar un texto nos ayuda al análisis 'desintelectualizado' que evita la majadería academincista donde se confunde la literatura con el pensamiento sistemático propio de las ciencias exactas. He aquí lo que ha echado a perder a muchos potenciales escritores que ven diluirse sus caros ideales en el agua mala de las conceptualizaciones. Jamás, nunca escribe mejor el que más conozca de teoría literaria, Roland Barthes o Michel Foucult. Ese tan cacareado rigor es bueno si se aplica para engrosar las profundidades del pensamiento sistemático. A la literatura le basta y le sobra con la creatividad, el ingenio y la imaginación, no por sí solas claro, añádanse lecturas que nos emocionen y esfuerzos de creación literaria que también nos emocionen.

Una crítica con Sentido Común, acertiva y pertinente que nos muestre hacía dónde iba el texto y hasta dónde realmente logró llegar. Por supuesto que lo que importa es "el texto en si" no "el texto de".

Es entonces, el Sentido Común, el faro que alumbra la lectura, no la ingenuidad (que también delata una postura) y mucho menos la intelligentsia. Sentido Común que es amalgama de contrarios irreconciliables, del que se halla en estado contemplativo en lo alto de la montaña como el que anda a toda carrera a mitad de la urbe. No son sólo blancos y negros y la gama de los grises, es toda la paleta, todos los colores del arcoiris.

Sentido Común es inconsciente colectivo y también individualidad insobornable, sapiencia, ignorancia, rudeza y ternura. Lo que le dice a nuestra mente un relato, a nuestra sensibilidad pero también a nuestras entrañas, esa es la reacción orgánica; propugna por lo totalizante e inequívoco, si, busca la verdad, no sólo la interpretación.
++++

Actualizó: NTC … / gra . Mayo 18, 2009, 6:01 AM