domingo, 3 de febrero de 2008

La imagen poética. Julián Malatesta.

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La Imagen Poética
Julián Malatesta

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Primera edición: diciembre de 2007
154 páginas , 13.5 x 21 x 0.9 cms. 154
ISBN: 978-958-98168-7-5
La Imagen Poética. @ Julián Malatesta
E- mail: julianmalatesta@hotmail.com
Escuela de Estudios Literarios . Facultad de Humanidades
Universidad del Valle, Cali - Colombia
Ilustración de carátula: Pablo Ardjasp Jiménez Tello
Impreso y hecho en Colombia.
Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito,
sin la autorización escrita del autor.
Diseño, diagramación e impresión: Anzuelo Ético, Ediciones
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TODO EL LIBRO, versión digital: Leer ,
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LA IMAGEN POÉTICA. Julián Malatesta. Carátulas y solapas , en pdf
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Texto en la Contracarátula.
Los poetas latinoamericanos buscan situarse en lo que podríamos denominar el campo de operación de la metáfora. Ya no la conciben como traslación, epíphora, en el sentido aristotélico: el nombre de una cosa trasladado a otra, de la especie al género o del género a la especie; ni como un tropo que sucede en la palabra o que es el simple nombre en la propuesta platónica; tampoco les es suficiente la idea según la cual, el hecho metafórico acontece en la oración, al decir de Ricoeur, o que es el resultado de una interacción de un enunciado directo y de uno indirecto cuya significación es simultánea, quizá sea ,esta la acepción de Black, ya presente en la teoría de los actos lingüísticos desarrollada por Austin y Searle. La metáfora es entendida, básicamente en su dimensión plástica, como proceso de construcción de la imagen. Por ello, poco importa si se halla en la palabra o en la oración, pues su eficacia no depende de la emisión de un significado, la imagen es el poema mismo en su proyección extensiva y en sus restricciones formales. Dicho de otra manera, los límites lingüisticos o las funciones lógicas del lenguaje son subsidiarios de un hecho superior: la elaboración de la imagen. Esto hace que el lenguaje se concebido no simplemente como representación sino como constructor de lugar, en una dimensión espacial capaz de crear territorios, volúmenes, colores y texturas cuya condición verosímil es perfectamente aceptada por el episódico lector.
J. M.
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CONTENIDO

Introducción 13
I. De la mimesis primaria a la transformación del objeto 17
II. Lo eterno y lo contingente. 22
III. La ruina del aura. 27
IV. Contra el arte de imitación. 35
V. La escritura como montaje y el culto a la velocidad. 47
VI. El lenguaje de los sueños y la escritura automática. 61
VII. La imagen y la experiencia del límite. 65
VIII. La conspiración de la imagen o la asonada latinoamericana. 77
IX. El poema creado. 84
X. La mesura del Haikú y los andamios estridentistas. 91
XI. La limpieza ultraísta. 100
XII. Sentimiento y razón, la cabriola de la imagen. 108
XIII. Las técnicas de agrupamiento o la prueba hiperbólica. 113
XIV. El poeta es un visionario. 122
XV. La ecología de la imagen y las estructuras icoecotónicas del poema. 136
XVI. A manera de conclusión. 143
Bibliografia. 147
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Texto e imagen en las solapas



JULIÁN MALATESTA
-Juan Julián Jiménez Pimentel-
Nacido en Miranda -Cauca-, 1955. Licenciado en Literatura de la Universidad del Valle. Maestría en Comunicación y Diseño Cultural. Se desempeña como profesor titular de la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, Cali-Colombia.

En 1985 publica su primer libro de poemas Hai Kues titulado Hojas de trébol. La Universidad del Valle le publica en 1995 el libro de poemas Alguien Habita la Memoria, una selección muy personal de su producción poética en esos años.

En 1997 gana el premio Jorge Isaac con el ensayo Presencia de la poesía china y japonesa en algunos poetas latinoamericanos, publicado por la Gerencia Cultural de la Gobernación del departamento del Valle.

En 1998 y en el 2000, participa en el IX y XI Festival Internacional de Poesía que se realiza anualmente en Medellín.

En el 2000 publica el libro Poéticas del Desastre, Aproximación critica a la poesía del Valle del Cauca en el siglo XX, con el auspicio del Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes del Valle del Cauca. En el 2003 edita, corregida y ampliada, la investigación Poéticas del desastre, Aproximación crítica a la poesía del Valle del Cauca en el siglo XX, (1) Edición a cargo del Centro Editorial de la Universidad de Valle.

En el 2002 publica el libro de poemas La cárcel de Babe1, edición a cargo de la Universidad del Valle.
En el 2003 participa en el XIII Festival Internacional de Poesía de Medellín y forma
parte de la organización de la Primera Cumbre Mundial de Poetas por la Paz de Colombia que se realizó en el marco de este evento.

En el 2004 publica el poemario Cenizas en el cielo, editado por la Escuela de Estudios Literarios de la Facultad de Humanidades en la Universidad del Valle. En el 2005 publica el ensayo La ciudad revelada, en el libro de fotografia: Cali ciudad visible, memoria visual de una ciudad.

Una selección de sus poemas fue publicada en la revista de Rotterdam, Poetry Internacional, 2006. Integra la antología de poesía Colombiana, preparada por Fabio Jurado Valencia publicada en el 2006 por la Universidad Nacional Autónoma de México.
En el 2007 publica el poemario El mecanógrafo del parque, en la Colección Tierra Baldía.
Poemas suyos han sido publicados en revistas nacionales y extranjeras y traducidos al Inglés y al francés.
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NoTiCas de NTC ...:
(1) Ver la versión digital completa en el CENTRO VIRTUAL ISSACCS http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/ de la UV :
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Ilustración de carátula: Pablo Ardjasp Jiménez Tello
Dice el autor en: AGRADECIMIENTOS
" ... . Y con mucho júbilo a mi hijo Pablo Ardjasp, quien con su talento y perspicacia estética ilustra la tapa de este libro."
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AGRADECIMIENTOS


Especialmente quiero rendir mi agradecimiento a dos extraordinarios profesores de la Maestría de Comunicación y Diseño Cultural de la Universidad del Valle, quienes supieron promover algunas ideas germinales que se hacen importantes en mi reflexión. Sus clases activaban el conocimiento por la vía de la implicación y no por el sendero dogmático de los significados. Son ellos, Sonia Muñoz y Sergio Ramírez.

También un especial reconocimiento a mis compañeros de estudio Adolfo Albán Achinte y Álvaro Tomas, quienes compartieron conmigo el humor y la búsqueda de senderos críticos en nuestra formación.

A mis estudiantes de la Maestría en Literaturas Colombiana y Latinoamericana, un grupo heterogéneo de jóvenes creadores y críticos estudiosos, quienes con sus audacias y sus precisiones teóricas contribuyeron a enriquecer mi trabajo, les ofrezco mi más sincera gratitud; en ésa relación profesor-estudiante que nunca acaba por constituirse, se halla toda la riqueza de la labor investigativa y la fuerza que llena de vitalidad a la Universidad pública.

A mis amigos José Zuleta , Orlando López Valencia e Ignacio Coral Quintero , compañeros poetas y narradores, quienes con su generosidad, su decidido apoyo intelectual y sus puntuales reflexiones contribuyeron a la presentación final de este ensayo. Y con mucho júbilo a mi hijo Pablo Ardjasp, quien con su talento y perspicacia estética ilustra la tapa de este libro.
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INTRODUCCIÓN


Pensar el devenir de la poesía latinoamericana en el siglo XX, implica por lo menos dos grandes restricciones: Primero reducir el corpus teórico, el campo temático donde debe instalarse el diálogo y ejercitarse el camino de la reflexión. Ello conduce a que en el estudio se seleccione a algunos poetas y autores cuya escogencia está determinada en gran parte, por el gusto y la predilección particular y, por su pertinencia frente a lo que pretendemos exponer. La segunda restricción alude a una obligación: es necesario pensar el hacer poético desde el oficio, es decir, como una escritura particular que se realiza en un tiempo históricamente determinado y por ello posee en alguna medida una historia, un ámbito temporal donde se construyen y deconstruyen sus reglas de ejecución retórica.

La crítica literaria es lo suficientemente copiosa como para que esto haga legítima, la insensata aventura de dar cuenta absoluta de todas las vicisitudes del hacer literario; ella misma ha segmentado su objeto de análisis y ha orientado sus reflexiones hacia asuntos temáticos restringidos, algunas veces desperdiciados en nuestras lecturas individuales y otras caprichosamente ajenos a nuestra preocupación intelectual. Las maneras de abordar los estudios literarios son múltiples y se hacen desde una perspectiva filosófica, histórica, sociológica, psicoanalítica y hasta semiótica, disciplina ésta que ha tenido contemporáneamente más comercio entre nosotros y que se instala como una teoría de la significación, con la pretensión directa de dar cuenta de la naturaleza del discurso literario. La semiótica resuelve el análisis en la diégesis, estratificando el texto y con ello tratando de definir aquello que lo hace único y singular en relación con otro tipo de discursos.

Nos queda también la reflexión retórica que se adhiere a cierta tradición ortodoxa que hunde sus raíces en el pensamiento antiguo y que no es nada despreciable en la crítica contemporánea. Es desde la retÓrica donde aún se hace escandaloso y álgido un debate no concluido sobre figuras e imágenes como la elipsis, la sinécdoque, el tropo, el símil, el retruécano, el palíndrome, la metáfora, la ironía, el símbólo y, finalmente, la alegoría, instrumentos de valor y utilidad en el ejercicio poético.

Estamos pues en el jardín de los senderos que se bifurcan, todos ellos orientados a la construcción de una poética que hoy ya no consulta géneros, pero que detiene su acuciosa mirada en las diversas funciones literarias.

En este sentido, mi reflexión tiene un carácter residual, trata de saber los alcances de esa ruptura tan escandalosamente difundida que la poesía modemista produjo con la poesía anterior, léase romántica, o si la ruptura radical se produce tiempo después, con el surgimiento de las vanguardias europeas y su expresión singular en América Latina. Con qué medios expresivos, concepciones teóricas e influencias estéticas se van a producir tales rupturas y hasta dónde quedan disueltos los hilos de continuidad histórica entre un movimiento y otro. Quizá para darle cabida a una preocupación que me asalta a menudo en mi escritura poética, quiero aventurar la hipótesis según la cual en el centro de la discusión se halla el tratamiento de la imagen, el lugar y la prioridad que se le otorga y su carácter funcional.

Para esto, nada mejor que emprender el camino del ensayo pues, como bien lo dice la palabra, él admite la prueba, la tentativa, legitima de cierta forma la aventura, hace del riesgo y el peligro una tentación, nos devuelve la audacia y cierta inocencia, nos amenaza con la ingenuidad a la vez que nos propone ser malvados. El ensayo permite el tropiezo, el atajo, la invasión, el desalojo o el asalto. En palabras de Clifford Geertz :

Para dar rodeos y avanzar por calles paralelas, nada más conveniente que el modelo de ensayo. Uno puede desplazarse casi en cualquier dirección, aunque si ciertamente la cosa no funciona, puede retroceder y volver a comenzar por alguna otra opción con un coste moderado en tiempo y decepciones. A media carrera, las rectificaciones son bastante fáciles, pues a uno no le preceden cien páginas de argumentos que deba sostener, como. ocurre en una monografía o en un tratado. Los desplazamientos por callejuelas aun más pequeñas, así como los rodeos más amplios, causan poco perjuicio, pues con todo no se confía en que los progresos aumenten inexorablemente, sino que lo hagan de forma tortuosa e improvisada, mostrándose allí donde aparecen. y cuando llegamos al momento en que ya no queda nada que decir sobre un tema, el asunto puede simplemente dejarse de lado. «Las obras no se acaban -decía Valery-, se abandonan» (l).

Este ensayo abunda en tentativas que quieren ser novedosas, está plagado de intuiciones aún no lo suficientemente desarrolladas y quizá adolezca de retornos imprevistos y de una fragilidad causada por el carácter provisional que tiene toda la discusión sobre la noción de modernidad Sin embargo, debo señalar que mi propósito se orientó a rastrear la noción de imagen y con ella de metáfora, sugerida, defendida y abiertamente explícita en las escuelas o movimientos literarios que han sido abordados en mi reflexión. Hay un buen recaudo de documentos que contribuyen a que algunas aseveraciones se encuentren favorecidas por la confimlación en las fuentes y esto es el resultado de un aceptable levantamiento bibliográfico, no sólo pertinente a los movimientos literarios y poetas en particular, sino a una amplia exploración en el material teórico que se ha producido sobre el tema de la poesía, concebido en términos históricos y en ese oscuro vínculo entre lectura y escritura que le da su origen.

Aunque realizo un recorrido orientado a dar cuenta de un debate especialmente agitado sobre la naturaleza del poema o sobre su condición en sí, tengo plena conciencia de sus alcances y limitaciones; mas también percibo su aguda apertura hacia posteriores reflexiones que puedan situarse en el ámbito de lo particular y que por ello gocen de su condición de objeto único de estudio. Me refiero a la metáfora que ocupa seriamente mi interés y cuyo estudio apenas está sugerido en el presente ensayo.

Quizá se cumpla de este modo la condición intrínseca del ensayo: Propiciar un escenario para la divagación intelectual, proponer arriesgadamente ideas que pueden ser polémicas en la comunidad e incluso dudosas para el mismo autor pero que, dado su carácter provocador y provisional, se encuentran ahí cumpliendo su papel de detonante de ideas renovadoras del hacer crítico. Un ensayo está hecho para el examen, es un instrumento para la discusión y su vitalidad depende en gran parte de la recepción crítica de la que sea objeto. Espero que logre su objetivo.
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(1) GEERTZ, Clifford*. Conocimiento Local, Ensayo sobre la interpretación de las culturas, Paidos, Barcelona- España, 1994. P. 15. http://www.paidos.com/lib.asp?COD=32066