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VIENE, y es CONTINUIDAD, DE:
22 de octubre de 2013
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Desde
“El Palabreo” en diálogo con el poeta Armando Romero *
“La pregunta es el signo mediante el cual el
espíritu se anuncia”.
Carlos Gaviria Díaz
A raíz de la polémica generada por el poeta bugueño Harold
Alvarado Tenorio en torno al Premio Nacional de Poesía 2013 otorgado por el
Ministerio de Cultura al también poeta, Horacio Benavides Zúñiga, se escucharon
muchas voces reprobando la actitud desobligante de Alvarado, quién descalifica
los méritos y calidades del poeta ganador.
Ya nos tiene acostumbrado el bugueño de marras a sus
polémicas y comentarios o más bien a sus amores y desamores. Esperemos a ver
quién sigue en la lista. Pero de todo lo que circuló en la red, la voz más
aplomada fue la del poeta Armando Romero, quien ve el lado tenue del prisma
para plantear algunos interrogantes acerca de la poesía que se está haciendo en
el país.
No es mi deseo fastidiar al poeta Romero, pero creo que de
la respuesta que demos a su pregunta: “¿por
qué la dirección actual de la poesía colombiana es tan conservadora?” se verá
la luz al final del túnel.
Él nos dice que nuestros poetas de ayer y de hoy se quedaron
en el poema corto, falto del salto metafórico, sentimental, sin humor, escaso
de múltiples significados en sus palabras, sin música y casi diría yo que vuelven
al uso de la métrica y la rima.
Y también nos da dos posibles respuestas para que se haya
dado este fenómeno:
1. “Que en definitiva no tuvimos un poeta o movimiento de vanguardia
propiamente dicho en Colombia durante el siglo XX; y que
2. “Es producto de nuestra repugnancia
por la violencia que vive el país desde hace tanto tiempo, y que a la vez nos
sirve como amparo contra nuestra propia y personal violencia”.
En principio creo estar de acuerdo con el poeta
Romero, pero yo pondría un mayor énfasis en el carácter ideológico del término
conservador que se convierte en un modelo de pensamiento constante o sea que
nos lleva al conservadurismo.
Tenemos entonces en los
inicios del siglo XX en Colombia: 1) Una poesía conservadora, 2) Carencia de un
movimiento de vanguardia que dialogue con los nuevos acontecimientos que se
están dando en Europa y Latinoamérica y 3) Una violencia partidista que no da
tregua para ver más allá de sus fronteras.
Le tocó a la generación del Centenario y a Los Nuevos dar la cara a la avalancha que trae consigo el mundo moderno. Los poetas premonitorios (Luis Vidales, Luis Tejada y León de Greiff) fueron vistos como bichos raros y avasallados por las élites dominantes.
Le tocó a la generación del Centenario y a Los Nuevos dar la cara a la avalancha que trae consigo el mundo moderno. Los poetas premonitorios (Luis Vidales, Luis Tejada y León de Greiff) fueron vistos como bichos raros y avasallados por las élites dominantes.
La pregunta en este
punto es, si el país se consumía en su propia ínsula, ¿Cuáles fueron las
influencias literarias que tuvieron nuestros poetas de principios del siglo XX?
O mejor ¿Cuál fue la tradición poética con la que dialogaron nuestros poetas al
hacer sus primeros versos?
Al decir del escritor
José María Espinasa “El poeta moderno es ante todo lector, y no para entender
sino para prolongar, mientras que el poder como aparato lo que quiere es que se
desentienda, que se olvide del diálogo con los muertos”.
Esa tradición tenemos
que buscarla en el tipo de educación que se impartía a principios de siglo en
nuestros centros educativos y los intereses que perseguían las clases
dominantes en la formación de los nuevos ciudadanos. Un país disperso,
desmembrado, clerical, con varios centros de poder, no dio sus mejores hijos a
la literatura a finales y principios del siglo XX. Esa tradición tenemos que
buscarla en el exterior, traída acá por esos poetas caminantes que tuvieron la
oportunidad de viajar a Europa principalmente. El conteo es escaso y dispar. Pero
se juntó que no habíamos entrado aún al modernismo, cuando las vanguardias nos
tomaron por asalto.
Esto influyó enormemente
en los poetas que integraron las revistas literarias (más no movimientos) que
se dieron en el país a principio de siglo y el resultado fue la poca recepción que
tuvieron en el contexto latinoamericano, para no ir muy lejos.
Ahora, después de
deambular por esos tiempo nebulosos habría la necesidad de fijarnos en la
generación desencantada, los sin nombre. Y el motivo es simple: La mayoría de
los hijos de las revistas están muertos.
Y la pregunta aquí es:
¿Aplica la pregunta del poeta Romero para explicarnos el momento actual por el
que atraviesa nuestra poesía? El escritor Espinasa nos insiste al referirse a
las influencias de los escritores en su estudio sobre Bloom y nos dice: “Éste entiende la literatura como un crisol en evolución, en donde todo
autor es todo autor anterior, sobre todo si se trata de poetas fuertes, es
decir aquellos que reciben mejor ese pasado, esa influencia”.
Los desencantados han
tenido la oportunidad de beber de los hijos de las revistas y de las
vanguardias e ir más allá, pues la Colombia de hoy es otra que ha logrado su
inserción en un mundo “moderno”.
Lo que nos interesa hoy
es interrogar la poesía que están haciendo nuestros escritores, descifrar las
trincheras desde donde escriben e identificar sus álter egos, para poder
calificarla.
Hoy gozamos con unos
cuantos poetas maduros, desencantados en su momento, que pontifican desde sus
esquinas y su canto gana adeptos donde vayan y con una generación de poetas
recientes que se encuentran dispersos en el territorio nacional y que se están
abriendo camino. El inventario no cabe en una revista y ellos no se dejarían encuadrar
en la foto.
Hay
necesidad de emprender un diálogo con los poetas de las regiones, pues se
multiplicaron las ínsulas. Ese diálogo hay que acompañarlo de estudios críticos
serios, para así poder tener un verdadero panorama de la poesía colombiana, de
su calidad y declarar una veda a las antologías que nacen de cada festival o
concurso de se celebra en el país.
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* De:
Cornelio Zúñiga Azcárate
Fecha:
4 de noviembre de 2013 19:38
Asunto:
Desde El Palabreo
Amigos
de NTC …
Con
el ánimo de continuar el diálogo con el Poeta Armando Romero, adjunto mi
artículo suscitado por las notas del poeta.
Mi preocupación es hacerle
seguimiento al estado actual de la poesía en Colombia e indagarla en un
contexto nacional y fuera de las fronteras.
De otra parte mi invitación a los
escritores y poetas para que se sumen a esta iniciativa cuya intención es
fomentar un diálogo sincero sobre el tema que nos ocupa La Poesía.
Agradecer
al poeta Romero su generosidad y paciencia.
Cornelio
Zúñiga Azcárate
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NTC ... Seguimientos a Noviembre 2 de 2013
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Sí, he dicho que hay una tendencia muy fuerte en la poesía colombiana actual a ser altamente conservadora. Para mí el término conservador no es negativo, y no lo uso para atacar a los poetas colombianos. Hay poetas conservadores excelentes así como innovadores muy malos. Pero lo que pregunto es por qué no hay más innovación, búsqueda formal, temática, dentro de la poesía colombiana. Hay un miedo al riesgo, a las posibilidades que nos brindan el juego de la imaginación, la memoria, los sentimientos, para hacer del poema algo más sugerente, más cercano a las realidades que vivimos. Piensa que si Vallejo se hubiera quedado contento con los poemas modernistas (realmente hermosos) de Los heraldos negros, nunca hubiéramos conseguido tener frente a nuestros ojos esa maravilla única que es Trilce. Hay que cambiar la canción de la vida profunda por la canción del salto profundo. De eso se trata. Pero esta no es una receta para todo el mundo. Los poetas conservadores podrán seguir escribiendo sus versos, lo importante es que no caigan en el vacío.
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NTC ... Seguimientos a Noviembre 2 de 2013
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Ha afirmado que la poesía colombiana es conservadora en sus búsquedas formales y temáticas. ¿Es nuestra lírica refractaria y autista en sus propuestas?
Sí, he dicho que hay una tendencia muy fuerte en la poesía colombiana actual a ser altamente conservadora. Para mí el término conservador no es negativo, y no lo uso para atacar a los poetas colombianos. Hay poetas conservadores excelentes así como innovadores muy malos. Pero lo que pregunto es por qué no hay más innovación, búsqueda formal, temática, dentro de la poesía colombiana. Hay un miedo al riesgo, a las posibilidades que nos brindan el juego de la imaginación, la memoria, los sentimientos, para hacer del poema algo más sugerente, más cercano a las realidades que vivimos. Piensa que si Vallejo se hubiera quedado contento con los poemas modernistas (realmente hermosos) de Los heraldos negros, nunca hubiéramos conseguido tener frente a nuestros ojos esa maravilla única que es Trilce. Hay que cambiar la canción de la vida profunda por la canción del salto profundo. De eso se trata. Pero esta no es una receta para todo el mundo. Los poetas conservadores podrán seguir escribiendo sus versos, lo importante es que no caigan en el vacío.
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FRAGMENTO DE:
Por MARCOS FABIÁN HERRERA
AuroraBoreal , Madrid (Es) SÁBADO 02 DE NOVIEMBRE DE 2013 20:40
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María Fernanda shared
a link.
https://www.facebook.com/larealidadvirtual
Nov. 4, 2013
Bueno,
bueno. Que se abra la arena del debate. El señor Humberto
Jarrín B que considero con una composición poética de muy buen nivel,
hace unos cuestionamientos algunos muy certeros, otros no tanto; con respecto
al quehacer de los grupos de poesía (que parecen salidos de un hervidero, como
lo podría haber expresado él) en la ciudad de Cali. Al respecto creo que hay
razón en cuanto a que la poesía no es una moda y que los grupos de poesía deben
así como organizar actividades, crecer en su formación 'poética'. Así
mismo comparto el hecho de que la idea no es hacer poesía por hacer, como él
mismo dice 'vociferándola' a la luz pública y queriendo que a fuerza la gente
quiera saber y hacer poesía. Sin embargo creo que se equivoca al desconocer el
objetivo y la labor que algunos grupos de poesía de la ciudad han venido
desarrollando. Mirar desde arriba tiene algunas ventajas, pero también puede
quedarse en el subjetivismo de una impresión equivocada. El discurso no puede
quedarse en razonamientos catedráticos ni en 'saberes' sustentados en otro y
otro autor. Sabemos que la poesía es un oficio que implica lectura y no 'calor'
ni 'efervescencia'. De eso creo que varios grupos han comprendido esa crítica,
que aquí hemos invitado a debatir y promover. Lo que yo veo y leo es un
desconocimiento, como siempre; de todos aquellos escritores que tienen logros y
nunca participan ni se interesan a ciencia cierta por conocer los intentos por
una poesía menos colonial, más democrática. Y en ello me refiero explícitamente
a que muy poco se ve a los grandes escritores compartiendo espacios promovidos
por estos grupos. Entonces creo que si existe tal decadencia que usted señala
es también en parte responsabilidad de aquellos escritores - que a mi modo de
ver son egoístas - que se idolatran y vanaglorian en sus premios, reconocimientos
y libros. Yo lo invitaría a usted, como a la Revista Luna Nueva a indagar un
poco más a fondo por lo que se está haciendo y la idea que subyace al menos en
esta intentona por buscar que la poesía sea reconocida, no como un botín de
monedas, sino como un oficio de máximo respeto. Les dejo el escrito para que lo
lean: http://luna-nueva-revista-poesia.blogspot.com/2013/10/luna-nueva-revista-para-nocheros-no-39.html?showComment=1383617886684#c2484758862706499119
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