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Complementación a Febrero 6, 2011
Javier Fernández Riva
Una semblanza del Maestro, del Colega y del Amigo
Una semblanza del Maestro, del Colega y del Amigo
Luis Fernando Rodríguez Naranjo
Vicepresidente, Sociedad Colombiana de Economistas.
En el acto de Homenaje y designación del Auditorio Principal de la SCE
En el acto de Homenaje y designación del Auditorio Principal de la SCE
con el nombre Javier Fernández Riva
Bogotá, 25 de marzo de 2010
Texto al final.
Agradecemos a Leonor Fernández Riva el envío del documento.
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Notica (Julio 25, 2009):
Enseguida del texto publicamos la
RESOLUCION DE DUELO No. 21.2.22. – - 2009 del Concejo de Cali,
mediante la cual se otorga la Medalla Santiago de Cali en el Grado Cruz de Oro
y se rinde homenaje póstumo a la memoria del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA.
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Javier Fernández Riva, mi hermano
Por Leonor Fernández Riva
.Por Leonor Fernández Riva
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Sentados: Álvaro, Javier, Ernesto y Rosastella. De pié: Leonor y Claudio.
Javier Fernández Riva, mi hermano
Revista Épocas
No. 69. Junio 2009. Cali, Colombia Págs. 12 y 13
... el presente rescatando el pasado.
(Los enlaces son de NTC ...)
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Imágenes de las páginas
(Click sobre las imágenes para ampliarlas y hacerlas legibles. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)
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Javier Fernández Riva, mi hermano
Leonor Fernández Riva , almaleonor@gmail.com
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Leonor Fernández Riva , almaleonor@gmail.com
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Parece imposible pensar en Javier Fernández Riva sin pensar también en la Economía, esa gran pasión que colmó su vida. Y no obstante, cuando pienso en mi hermano, no recuerdo al economista ni al brillante conferencista, ni tampoco al reconocido asesor económico. No. Yo recuerdo al hermano incomparable y todas esas vivencias que compartimos a través de la vida. Y sobre todo, esos pasajes deliciosos de nuestra infancia, cuando lo verdaderamente importante era solo jugar, jugar hasta agotarnos. Sí. La mente de Javier Fernández Riva, mi hermano, no siempre estuvo poblada de números, de cálculos, de complicadas operaciones y análisis financieros. No.
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Una vez, hace muchos años, compartimos junto con su hermano mellizo Ernesto y junto con nuestro hermano mayor Claudio, ya fallecido, una maravillosa niñez. Maravillosa por nuestros sueños y por un mundo poblado en nuestra rica imaginación infantil de miles de aventuras y hechos fantásticos. Teníamos increíbles doce, ocho y siete años, y ¡cómo nos divertíamos!
Una vez, hace muchos años, compartimos junto con su hermano mellizo Ernesto y junto con nuestro hermano mayor Claudio, ya fallecido, una maravillosa niñez. Maravillosa por nuestros sueños y por un mundo poblado en nuestra rica imaginación infantil de miles de aventuras y hechos fantásticos. Teníamos increíbles doce, ocho y siete años, y ¡cómo nos divertíamos!
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Era el año 1950. La Casa Diocesana en donde funcionaba la imprenta de la Diócesis de Cali era también nuestro hogar. Allí, José Fernández Morgado ( 1 ), nuestro padre, se ocupaba de editar semanalmente La Voz Católica y otras publicaciones particulares. En el inmenso patio de esa acogedora casona, conformado por más de dos manzanas, disfrutamos los pequeños Fernández Riva una etapa intensamente feliz.
Era el año 1950. La Casa Diocesana en donde funcionaba la imprenta de la Diócesis de Cali era también nuestro hogar. Allí, José Fernández Morgado ( 1 ), nuestro padre, se ocupaba de editar semanalmente La Voz Católica y otras publicaciones particulares. En el inmenso patio de esa acogedora casona, conformado por más de dos manzanas, disfrutamos los pequeños Fernández Riva una etapa intensamente feliz.
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¡Teníamos tantas cosas que hacer! Caminábamos en zancos hechos por nosotros mismos con un palo largo y latas vacías de tinta de imprenta; dábamos unos increíbles saltos en garrocha para caer felices y expectantes sobre grandes montículos de arena; hacíamos casas de ladrillos sobrepuestos, intentábamos enseñar a hablar a nuestra lora y a un guacamayo, y fumar, a un pobre murciélago despistado que un día olvidó levantar temprano el vuelo en la mañana; nos trepábamos a los frondosos árboles de níspero y cogíamos cantidades de fruta que cuando veíamos muy verde poníamos a madurar enterrada entre la arena, para con intenso placer desenterrarlas a los pocos días y saborear el néctar de los nísperos maduros; ayudábamos los fines de semana a nuestro padre a trabajar la huerta casera donde para nuestro asombro iban germinando como por arte de magia rábanos, tomates, lechugas, zanahorias, espigadas matas de choclo y enormes repollos, que nuestra madre convertía después en deliciosos potajes; toreábamos a nuestra pequeña mascota, un chivo juguetón que más de una vez nos dio tremendo revolcón, y en las horas de más calor nos bañábamos felices en una pequeña poceta donde lo que menos importaba era la asepsia pues a ratos compartíamos el baño hasta con los pequeños patos.
¡Teníamos tantas cosas que hacer! Caminábamos en zancos hechos por nosotros mismos con un palo largo y latas vacías de tinta de imprenta; dábamos unos increíbles saltos en garrocha para caer felices y expectantes sobre grandes montículos de arena; hacíamos casas de ladrillos sobrepuestos, intentábamos enseñar a hablar a nuestra lora y a un guacamayo, y fumar, a un pobre murciélago despistado que un día olvidó levantar temprano el vuelo en la mañana; nos trepábamos a los frondosos árboles de níspero y cogíamos cantidades de fruta que cuando veíamos muy verde poníamos a madurar enterrada entre la arena, para con intenso placer desenterrarlas a los pocos días y saborear el néctar de los nísperos maduros; ayudábamos los fines de semana a nuestro padre a trabajar la huerta casera donde para nuestro asombro iban germinando como por arte de magia rábanos, tomates, lechugas, zanahorias, espigadas matas de choclo y enormes repollos, que nuestra madre convertía después en deliciosos potajes; toreábamos a nuestra pequeña mascota, un chivo juguetón que más de una vez nos dio tremendo revolcón, y en las horas de más calor nos bañábamos felices en una pequeña poceta donde lo que menos importaba era la asepsia pues a ratos compartíamos el baño hasta con los pequeños patos.
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Cómo nos divertíamos observando subidos en el muro de ladrillos sobrepuestos que dividía nuestro inmenso patio, los estupendos circos a los que la curia arrendaba durante su estadía en la ciudad la mitad de nuestro patio. Con cuánto placer y expectación veíamos a los payasos, a las bastoneras, a los elefantes, jirafas, caballos, trapecistas… Cuán intenso fue nuestro regocijo al encontrar cierta vez, después de la partida de uno de esos grandes circos, uno de esos garrotes con los que los payasos se daban aparentemente tremendos garrotazos. Cómo gozamos simulando los mismos garrotazos hasta que el pobre implemento terminó su vida útil por físico agotamiento.
Cómo nos divertíamos observando subidos en el muro de ladrillos sobrepuestos que dividía nuestro inmenso patio, los estupendos circos a los que la curia arrendaba durante su estadía en la ciudad la mitad de nuestro patio. Con cuánto placer y expectación veíamos a los payasos, a las bastoneras, a los elefantes, jirafas, caballos, trapecistas… Cuán intenso fue nuestro regocijo al encontrar cierta vez, después de la partida de uno de esos grandes circos, uno de esos garrotes con los que los payasos se daban aparentemente tremendos garrotazos. Cómo gozamos simulando los mismos garrotazos hasta que el pobre implemento terminó su vida útil por físico agotamiento.
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Sí. Éramos felices. En aquellos días era posible la felicidad. Quizá porque también por aquellos días alcanzar ese estado de espíritu no hacía parte de nuestras preocupaciones o anhelos. Ser felices no era algo que nos preocupaba. Lo éramos.
Sí. Éramos felices. En aquellos días era posible la felicidad. Quizá porque también por aquellos días alcanzar ese estado de espíritu no hacía parte de nuestras preocupaciones o anhelos. Ser felices no era algo que nos preocupaba. Lo éramos.
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Y luego vino esa inolvidable estadía en Popayán. La ciudad amable y sanfranciscana de aquellos días fue para nosotros, los pequeños Fernández Riva, fuente inagotable de aventuras y de travesuras. Realizábamos con Claudio, nuestro hermano mayor, unos paseos de kilómetros y kilómetros, siguiendo la bocatoma del acueducto. A nuestro paso cogíamos de los cercos piñas, aguacates, naranjas, limones… Pero el asombro y la alegría más intensa los tuvimos el día en que descubrimos el guayabal más grande que ojos humanos jamás hayan visto. Cientos de árboles de guayaba cargados de guayabas. Era como un paisaje de un cuento de hadas. Ese inmenso guayabal fue desde ese momento nuestra meta de cada paseo. Cargábamos en nuestros sacos decenas de guayabas y con ese peso, grande para nuestra edad, hacíamos el camino de regreso. Nuestra madre transformaba luego ese dulce cargamento en cascos de guayaba, mermelada, jugo… ¡Una delicia! .....
Y luego vino esa inolvidable estadía en Popayán. La ciudad amable y sanfranciscana de aquellos días fue para nosotros, los pequeños Fernández Riva, fuente inagotable de aventuras y de travesuras. Realizábamos con Claudio, nuestro hermano mayor, unos paseos de kilómetros y kilómetros, siguiendo la bocatoma del acueducto. A nuestro paso cogíamos de los cercos piñas, aguacates, naranjas, limones… Pero el asombro y la alegría más intensa los tuvimos el día en que descubrimos el guayabal más grande que ojos humanos jamás hayan visto. Cientos de árboles de guayaba cargados de guayabas. Era como un paisaje de un cuento de hadas. Ese inmenso guayabal fue desde ese momento nuestra meta de cada paseo. Cargábamos en nuestros sacos decenas de guayabas y con ese peso, grande para nuestra edad, hacíamos el camino de regreso. Nuestra madre transformaba luego ese dulce cargamento en cascos de guayaba, mermelada, jugo… ¡Una delicia! .....
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TEXTO EN ESTA PÁGINA
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Sin embargo, creo que ni Javier ni ninguno de nosotros experimentó nunca una emoción tan grande como la que sentimos la vez que descubrimos en una cueva del campo un cargamento asombroso de revistas Peneca y Billiken . ¿Cómo habían llegado allí? ¿Quién las había dejado? No nos detuvimos mucho a saber las respuestas. Partimos raudos con tremendo equipaje literario caído como del cielo; algo infinitamente superior que el hallazgo de un verdadero tesoro pirata para nuestras mentes infantiles ya atrapadas en la dulzura de las letras y la palabra.
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De estos y muchos, muchos otros recuerdos maravillosos se pobló nuestra infancia. Luego, casi sin darnos cuenta, nos convertimos en adolescentes. Crecimos y nos fuimos volviendo serios y responsables. La vida y su indeclinable transcurrir nos fue atrapando entre sus normas. Al terminar su bachillerato, Javier, sin dudar, escogió la carrera de Economía , que cursó en la Universidad del Valle en donde se destacó como estudiante y se graduó con honores en 1971.
De estos y muchos, muchos otros recuerdos maravillosos se pobló nuestra infancia. Luego, casi sin darnos cuenta, nos convertimos en adolescentes. Crecimos y nos fuimos volviendo serios y responsables. La vida y su indeclinable transcurrir nos fue atrapando entre sus normas. Al terminar su bachillerato, Javier, sin dudar, escogió la carrera de Economía , que cursó en la Universidad del Valle en donde se destacó como estudiante y se graduó con honores en 1971.
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Y empezó así esa brillante etapa de su vida que tanto le apasionó. Los cargos y los éxitos se sucedieron: Ingeniero Comercial de la Universidad de Chile y doctor en economía de la Universidad de Minesota; Premio de Economía Banco de la Republica, Presidente de Anif, Catedrático Universitario, Viceministro de Hacienda, Presidente del Fondo Andino de Reservas, Presidente de la Junta Directiva y socio de empresas familiares como Feriva …
Y empezó así esa brillante etapa de su vida que tanto le apasionó. Los cargos y los éxitos se sucedieron: Ingeniero Comercial de la Universidad de Chile y doctor en economía de la Universidad de Minesota; Premio de Economía Banco de la Republica, Presidente de Anif, Catedrático Universitario, Viceministro de Hacienda, Presidente del Fondo Andino de Reservas, Presidente de la Junta Directiva y socio de empresas familiares como Feriva …
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Sin embargo, y a pesar de todos los logros obtenidos en su vida, Javier continuó siendo un hombre sencillo, cálido, generoso, humano, buen hijo, buen hermano, buen padre, buen patrón, buen ciudadano, excelente colombiano. Un hombre que disfrutaba intensamente a sus nietas, a sus hijos. Que participaba feliz en las reuniones familiares, que gozaba con cosas sencillas como la lectura de un buen libro, una obra de teatro, una buena película, una tarde junto a los suyos, una noche de pesca junto a sus pequeños hijos; un hombre transparente que se reía abierta y gozosamente de un buen chiste, de algo gracioso. Estoy segura, no obstante, que en ese incomparable corazón, en esa mente curiosa e inquieta de niño que siempre conservó a pesar de los años, debe haber guardado siempre como un tesoro muy valioso esos recuerdos inolvidables y únicos de nuestra infancia.
Sin embargo, y a pesar de todos los logros obtenidos en su vida, Javier continuó siendo un hombre sencillo, cálido, generoso, humano, buen hijo, buen hermano, buen padre, buen patrón, buen ciudadano, excelente colombiano. Un hombre que disfrutaba intensamente a sus nietas, a sus hijos. Que participaba feliz en las reuniones familiares, que gozaba con cosas sencillas como la lectura de un buen libro, una obra de teatro, una buena película, una tarde junto a los suyos, una noche de pesca junto a sus pequeños hijos; un hombre transparente que se reía abierta y gozosamente de un buen chiste, de algo gracioso. Estoy segura, no obstante, que en ese incomparable corazón, en esa mente curiosa e inquieta de niño que siempre conservó a pesar de los años, debe haber guardado siempre como un tesoro muy valioso esos recuerdos inolvidables y únicos de nuestra infancia.
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Javier Fernández Riva, ese ser incomparable con el que compartí tantas vivencias a través de mi vida; ese hermano que me dio tantos motivos de orgullo a lo largo de su fructífera y brillante carrera; que fue para nuestra familia y para todos quienes le conocieron un ejemplo de honestidad, esfuerzo, inteligencia y dedicación, ya no está con nosotros. La muerte, ese insondable arcano que nos visita tantas veces a través de la existencia llenándonos de ausencias, nos deja ahora este infinito dolor. Como cristiana sé, no obstante, que este adiós no es definitivo. Sé también que la vida de los muertos se encuentra en la memoria de los vivos y por eso estoy segura que mi inolvidable hermano Javier seguirá como tantos otros seres queridos que se marcharon antes, viviendo en mi memoria hasta el fin de mis días.
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Javier Fernández Riva, ese ser incomparable con el que compartí tantas vivencias a través de mi vida; ese hermano que me dio tantos motivos de orgullo a lo largo de su fructífera y brillante carrera; que fue para nuestra familia y para todos quienes le conocieron un ejemplo de honestidad, esfuerzo, inteligencia y dedicación, ya no está con nosotros. La muerte, ese insondable arcano que nos visita tantas veces a través de la existencia llenándonos de ausencias, nos deja ahora este infinito dolor. Como cristiana sé, no obstante, que este adiós no es definitivo. Sé también que la vida de los muertos se encuentra en la memoria de los vivos y por eso estoy segura que mi inolvidable hermano Javier seguirá como tantos otros seres queridos que se marcharon antes, viviendo en mi memoria hasta el fin de mis días.
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FOTOGRAFÍA
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Carátula de la revista
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Revista ÉPOCA. No, 89, Junio 2009. Cali. Colombia
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NoTiCas de NTC … :
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RESOLUCION DE DUELO No. 21.2.22. – - Julio 23, 2009 del CONCEJO DE CALI.
“POR MEDIO DE LA CUAL SE RIDEN HOMENAJE POSTUMO A LA MEMORIA DEL DOCTOR JAVIER FERNANDEZ RIVA DESTACADO ECONOMISTA Y EMPRESARIO”
El Concejo de Santiago de Cali, en uso de sus atribuciones Constitucionales y Legales, en especial las que le confiere el Reglamento Interno del Cabildo, y la Resolución 1923 del año 2000 y,
CONSIDERANDO:
Que La Medalla Santiago de Cali es una distinción de honor creada mediante Resolución del Concejo de Santiago de Cali, que se emplea para premiar con ella a los próceres y ciudadanos del país, a los hijos e instituciones de Santiago de Cali que deben ser considerados como ejemplarizantes ante la sociedad,
Que la ciudad de Santiago de Cali y en su nombre el Concejo Local rinde homenaje al Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA economista caleño, quien falleció el veinticuatro (24) de marzo del año dos mil nueve (2009) en la ciudad de Bogotá,
Que el Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA nació en Cali en 1943 y realizó sus estudios de Economía en la Universidad del Valle; de Ingenieria Comercial en la Universidad de Chile y Doctorado en Economía de la University of Minesota - Estados Unidos,
Que en vida el Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, fue un reconocido Economista, Catedrático y Consultor de las Finanzas Nacionales;
Se desempeño en importantes cargos públicos, entre ellos Presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras ANIF; Viceministro de Hacienda, Presidente del Fondo Andino de Reservas, Presidente de la Junta Directiva de la Empresa FERIVA S.A., localizada en Santiago de Cali; y Presidente de la firma Javier Fernández Riva y Asociados Ltda., con sede en Bogotá,
Que el Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, fue autor de varias publicaciones, así como un filántropo innato, razón por la cual fue objeto de reconocimientos y galardones, entre los cuales se destacan: Mejor Economista del país (Periódico Portafolio), Premio Nacional de Economía del Banco de la República y Medalla Nacional Pedro Fermín de Vargas, de la Sociedad Colombiana Economistas,
Que el Concejo de Santiago de Cali, se pronunció el pasado 28 de marzo a través de Resolución de Duelo para lamentar la perdida del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA,
“POR MEDIO DE LA CUAL SE RIDEN HOMENAJE POSTUMO A LA MEMORIA DEL DOCTOR JAVIER FERNANDEZ RIVA DESTACADO ECONOMISTA Y EMPRESARIO”
El Concejo de Santiago de Cali, en uso de sus atribuciones Constitucionales y Legales, en especial las que le confiere el Reglamento Interno del Cabildo, y la Resolución 1923 del año 2000 y,
Que con motivo de la celebración de los 473 años de Fundación del Municipio de Santiago de Cali, y las festividades de la caleñidad programadas por la Alcaldía de Santiago de Cali, el Concejo Local postuló el nombre del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, para ser homenajeado, y en consecuencia,
RESUELVE:
ARTICULO PRIMERO: Otorgar la Medalla Santiago de Cali en el Grado Cruz de Oro y rendir homenaje póstumo a la memoria del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, ilustre caleño, quien dedicó su vida a la construcción de una política pública nacional a favor de la economía, además de la generación de empresa y la enseñanza a nivel de cátedra universitaria, dejando todo un legado que hoy preserva su familia.
ARTICULO SEGUNDO: La presente Resolución en Nota de Estilo y la Condecoración, será entregada a Marisol y Rodrigo Fernández Chois, hijos del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, durante la colocación de ofrendas florales a la estatua de Don Sebastián de Belalcázar, para celebrar los 473 años de fundación de la municipalidad.
COMUNIQUESE Y CUMPLASE
En Santiago de Cali a los veintitrés (23) días del mes de Julio del año Dos mil nueve (2009).
MILTON CASTRILLON RODRIGUEZ / FABIO ARROYABE BOTERO
Presidente / Primer Vicepresidente
ALBEIRO ECHEVERRI BUSTAMANTE / HERBERT LOBATON CURREA
Segundo Vicepresidente / Secretario General
“POR MEDIO DE LA CUAL SE RIDEN HOMENAJE POSTUMO A LA MEMORIA DEL DOCTOR JAVIER FERNANDEZ RIVA DESTACADO ECONOMISTA Y EMPRESARIO”
El Concejo de Santiago de Cali, en uso de sus atribuciones Constitucionales y Legales, en especial las que le confiere el Reglamento Interno del Cabildo, y la Resolución 1923 del año 2000 y,
CONSIDERANDO:
Que La Medalla Santiago de Cali es una distinción de honor creada mediante Resolución del Concejo de Santiago de Cali, que se emplea para premiar con ella a los próceres y ciudadanos del país, a los hijos e instituciones de Santiago de Cali que deben ser considerados como ejemplarizantes ante la sociedad,
Que la ciudad de Santiago de Cali y en su nombre el Concejo Local rinde homenaje al Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA economista caleño, quien falleció el veinticuatro (24) de marzo del año dos mil nueve (2009) en la ciudad de Bogotá,
Que el Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA nació en Cali en 1943 y realizó sus estudios de Economía en la Universidad del Valle; de Ingenieria Comercial en la Universidad de Chile y Doctorado en Economía de la University of Minesota - Estados Unidos,
Que en vida el Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, fue un reconocido Economista, Catedrático y Consultor de las Finanzas Nacionales;
Se desempeño en importantes cargos públicos, entre ellos Presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras ANIF; Viceministro de Hacienda, Presidente del Fondo Andino de Reservas, Presidente de la Junta Directiva de la Empresa FERIVA S.A., localizada en Santiago de Cali; y Presidente de la firma Javier Fernández Riva y Asociados Ltda., con sede en Bogotá,
Que el Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, fue autor de varias publicaciones, así como un filántropo innato, razón por la cual fue objeto de reconocimientos y galardones, entre los cuales se destacan: Mejor Economista del país (Periódico Portafolio), Premio Nacional de Economía del Banco de la República y Medalla Nacional Pedro Fermín de Vargas, de la Sociedad Colombiana Economistas,
Que el Concejo de Santiago de Cali, se pronunció el pasado 28 de marzo a través de Resolución de Duelo para lamentar la perdida del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA,
“POR MEDIO DE LA CUAL SE RIDEN HOMENAJE POSTUMO A LA MEMORIA DEL DOCTOR JAVIER FERNANDEZ RIVA DESTACADO ECONOMISTA Y EMPRESARIO”
El Concejo de Santiago de Cali, en uso de sus atribuciones Constitucionales y Legales, en especial las que le confiere el Reglamento Interno del Cabildo, y la Resolución 1923 del año 2000 y,
Que con motivo de la celebración de los 473 años de Fundación del Municipio de Santiago de Cali, y las festividades de la caleñidad programadas por la Alcaldía de Santiago de Cali, el Concejo Local postuló el nombre del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, para ser homenajeado, y en consecuencia,
RESUELVE:
ARTICULO PRIMERO: Otorgar la Medalla Santiago de Cali en el Grado Cruz de Oro y rendir homenaje póstumo a la memoria del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, ilustre caleño, quien dedicó su vida a la construcción de una política pública nacional a favor de la economía, además de la generación de empresa y la enseñanza a nivel de cátedra universitaria, dejando todo un legado que hoy preserva su familia.
ARTICULO SEGUNDO: La presente Resolución en Nota de Estilo y la Condecoración, será entregada a Marisol y Rodrigo Fernández Chois, hijos del Doctor JAVIER FERNÁNDEZ RIVA, durante la colocación de ofrendas florales a la estatua de Don Sebastián de Belalcázar, para celebrar los 473 años de fundación de la municipalidad.
COMUNIQUESE Y CUMPLASE
En Santiago de Cali a los veintitrés (23) días del mes de Julio del año Dos mil nueve (2009).
MILTON CASTRILLON RODRIGUEZ / FABIO ARROYABE BOTERO
Presidente / Primer Vicepresidente
ALBEIRO ECHEVERRI BUSTAMANTE / HERBERT LOBATON CURREA
Segundo Vicepresidente / Secretario General
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DISTINCIÓN UV 60 AÑOS
http://egresados.univalle.edu.co/noticias/destacamos3.php
El Programa Institucional de Egresados registra con satisfacción el reconocimiento que otorgó la Dirección Universitaria y el Consejo Académico de la Universidad del Valle en el Encuentro de Egresados del 25 de noviembre de 2005, con motivo de la celebración de los 60 años de la Institución, en el cual se realizó un homenaje a todos sus egresados por dejar en alto el nombre de la Institución y por encontrar en ellos un elevado sentido de pertenencia y compromiso en el proceso de formación académica.
En el evento se entregó a un grupo de egresados seleccionados por las diferentes Facultades e Institutos de la Universidad una distinción por su trayectoria profesional, entre ellos :
Javier Fernández Riva
http://egresados.univalle.edu.co/noticias/destacamos3.php
El Programa Institucional de Egresados registra con satisfacción el reconocimiento que otorgó la Dirección Universitaria y el Consejo Académico de la Universidad del Valle en el Encuentro de Egresados del 25 de noviembre de 2005, con motivo de la celebración de los 60 años de la Institución, en el cual se realizó un homenaje a todos sus egresados por dejar en alto el nombre de la Institución y por encontrar en ellos un elevado sentido de pertenencia y compromiso en el proceso de formación académica.
En el evento se entregó a un grupo de egresados seleccionados por las diferentes Facultades e Institutos de la Universidad una distinción por su trayectoria profesional, entre ellos :
Javier Fernández Riva
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Algunos enlaces sobre Javier Fernández Riva y su fallecimiento
* http://www.eltiempo.com/vidadehoy/gente/fallecen-el-analista-javier-fernandez-riva-y-el-empresario-chaid-neme_4897896-1
* http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo130326-mueren-fernandez-riva-y-chaid-neme
* http://www.portafolio.com.co/negocios/empresas/2009-03-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-4897279.html
* http://www.elespectador.com/noticias/nacional/articulo130326-mueren-fernandez-riva-y-chaid-neme
* http://www.portafolio.com.co/negocios/empresas/2009-03-24/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-4897279.html
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Javier Fernández Riva
Una semblanza del Maestro, del Colega y del Amigo
Luis Fernando Rodríguez Naranjo
Vicepresidente
Sociedad Colombiana de Economistas.
Luis Fernando Rodríguez Naranjo
Vicepresidente
Sociedad Colombiana de Economistas.
En el acto de Homenaje y designación del Auditorio Principal de la SCE con el nombre Javier Fernández Riva.
Bogotá, 25 de marzo de 2010
Conocí a Javier Fernández Riva en la Universidad del Valle a mediados de la década de los años 70. En esa época, Javier era profesor de tiempo completo, luego sería ascendido a Jefe de Departamento de Economía. Había obtenido su título de Ingeniero Comercial en la Universidad Católica de Chile (1968), era economista egresado de la Universidad del Valle y llegaba recién de realizar sus estudios de doctorado en la Universidad de Minnesota (1974).
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Yo era apenas un estudiante de economía, que avanzaba hacia la mitad de la carrera, íbamos a iniciar el curso de Microeconomía y, como una extraña premonición, me impactó de manera especial el primer día en que llegó al salón de clase un maestro muy joven, un poco mayor de 30 años, con un vigor especial y con una actitud muy diferente de la que habíamos percibido en la mayoría de los profesores que habíamos tenido hasta ese momento. A lo largo de esa primera clase de Microeconomía, fue evidente que Javier si era un “reaccionario”. Estaba dictando una clase impecable, con una metodología magnífica y con toda la ortodoxia y la profundidad de la Microeconomía. En ese momento, para el grupo de estudiantes denominado de “izquierda”, resultaba muy incómodo que un profesor hiciera una verdadera clase de Microeconomía y que no se refiriera para nada a El Capital de Carlos Marx, ni a la plusvalía, ni a la lucha de clases, ni a la dictadura del proletariado, ni a la perversión del sistema capitalista. Pero para otro grupo de estudiantes denominado de “derecha” y especialmente para mi, ese profesor, que tenía la edad quizá para ser el hermano mayor de todos nosotros, era la esperanza y era la oportunidad de aprender economía como debía ser. Desde entonces, fue mi maestro y un ejemplo a seguir.
Yo era apenas un estudiante de economía, que avanzaba hacia la mitad de la carrera, íbamos a iniciar el curso de Microeconomía y, como una extraña premonición, me impactó de manera especial el primer día en que llegó al salón de clase un maestro muy joven, un poco mayor de 30 años, con un vigor especial y con una actitud muy diferente de la que habíamos percibido en la mayoría de los profesores que habíamos tenido hasta ese momento. A lo largo de esa primera clase de Microeconomía, fue evidente que Javier si era un “reaccionario”. Estaba dictando una clase impecable, con una metodología magnífica y con toda la ortodoxia y la profundidad de la Microeconomía. En ese momento, para el grupo de estudiantes denominado de “izquierda”, resultaba muy incómodo que un profesor hiciera una verdadera clase de Microeconomía y que no se refiriera para nada a El Capital de Carlos Marx, ni a la plusvalía, ni a la lucha de clases, ni a la dictadura del proletariado, ni a la perversión del sistema capitalista. Pero para otro grupo de estudiantes denominado de “derecha” y especialmente para mi, ese profesor, que tenía la edad quizá para ser el hermano mayor de todos nosotros, era la esperanza y era la oportunidad de aprender economía como debía ser. Desde entonces, fue mi maestro y un ejemplo a seguir.
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Con Javier, en esa época, aprendimos Microeconomía y luego Política Fiscal y Política Monetaria, y con María Teresa Motta, hoy aquí presente y entonces también profesora nuestra, aprendimos Macroeconomía.
Con Javier, en esa época, aprendimos Microeconomía y luego Política Fiscal y Política Monetaria, y con María Teresa Motta, hoy aquí presente y entonces también profesora nuestra, aprendimos Macroeconomía.
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En 1975 Javier decidió participar en la primera convocatoria para el Premio Nacional de Economía “Banco de la República”, apoyado e impulsado por la Sociedad Colombiana de Economistas, nuestra casa de hoy, y lo hizo con su trabajo “ Modelo de Desempleo Estructural para la Economía Colombiana” y se hizo merecedor al premio en marzo de 1976 según el jurado porque su trabajo: “Reunía las condiciones especiales para su aplicación en el país y reflejaba al mismo tiempo la mayor dedicación en cuanto a su composición misma y su contenido”.
En 1975 Javier decidió participar en la primera convocatoria para el Premio Nacional de Economía “Banco de la República”, apoyado e impulsado por la Sociedad Colombiana de Economistas, nuestra casa de hoy, y lo hizo con su trabajo “ Modelo de Desempleo Estructural para la Economía Colombiana” y se hizo merecedor al premio en marzo de 1976 según el jurado porque su trabajo: “Reunía las condiciones especiales para su aplicación en el país y reflejaba al mismo tiempo la mayor dedicación en cuanto a su composición misma y su contenido”.
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Javier me llamó y me pidió que le ayudara como asistente en sus trabajos de investigación y yo, en esa época en que no había internet, me encargaba de ir al DANE, al Banco de la República y a otras instituciones a “bucear” entre enormes tabulados de datos, para traerle a Javier la información que requería. Debo admitir que realmente fue mucho lo que Javier me enseñó con tal trabajo y desde entonces fue mi amigo entrañable.
Javier me llamó y me pidió que le ayudara como asistente en sus trabajos de investigación y yo, en esa época en que no había internet, me encargaba de ir al DANE, al Banco de la República y a otras instituciones a “bucear” entre enormes tabulados de datos, para traerle a Javier la información que requería. Debo admitir que realmente fue mucho lo que Javier me enseñó con tal trabajo y desde entonces fue mi amigo entrañable.
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Aquí, sin embargo, tengo que decir, en honor a la verdad, que el aprendizaje académico que recibí de Javier, si bien fue muy significativo, no fue lo más importante. Lo más importante fue que Javier me enseño a mí, y a muchísimas personas durante su trayectoria, tres cosas que fueron características suyas siempre y que constituyen toda una lección de vida. Primera: si se quiere hacer algo, hay que trabajar muy duro. En sus propias palabras “Hay que romperse el lomo”, principio que practicó intensamente y que repitió siempre. Segunda: piense, estudie y fórmese su propio criterio; lo cual implica en las propias palabras de Javier: “No tragar entero”, y eso fue lo que Javier hizo siempre y lo que lo convirtió en uno de los pensadores, analistas y líderes económicos más importantes de Colombia en toda su historia. Tercera: lo que vaya a decir, dígalo con claridad, fuerza y convicción, tres características que nunca le faltaron a Javier en sus clases, escritos, conferencias y entrevistas.
Aquí, sin embargo, tengo que decir, en honor a la verdad, que el aprendizaje académico que recibí de Javier, si bien fue muy significativo, no fue lo más importante. Lo más importante fue que Javier me enseño a mí, y a muchísimas personas durante su trayectoria, tres cosas que fueron características suyas siempre y que constituyen toda una lección de vida. Primera: si se quiere hacer algo, hay que trabajar muy duro. En sus propias palabras “Hay que romperse el lomo”, principio que practicó intensamente y que repitió siempre. Segunda: piense, estudie y fórmese su propio criterio; lo cual implica en las propias palabras de Javier: “No tragar entero”, y eso fue lo que Javier hizo siempre y lo que lo convirtió en uno de los pensadores, analistas y líderes económicos más importantes de Colombia en toda su historia. Tercera: lo que vaya a decir, dígalo con claridad, fuerza y convicción, tres características que nunca le faltaron a Javier en sus clases, escritos, conferencias y entrevistas.
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Javier viajó a Bogotá en 1976 e inició una carrera profesional envidiable para cualquier economista en esa época. Como sabemos, Javier estuvo en el Departamento Nacional de Planeación entre 1976 y 1980, en donde ocupó los cargos de Jefe de la División de Integración Económica de la Unidad de Industria, Jefe de la Unidad de Programación Global y Sub- Jefe del Departamento.
Javier me llevó a trabajar al DNP y allí y desde entonces tuve la oportunidad, al igual que muchos otros colombianos, de ser beneficiario y testigo de cinco virtudes de Javier, que fueron parte de su personalidad y que lo convirtieron en un gran líder y en un “maestro de maestros”: una, su enorme inteligencia y su gigantesca capacidad de trabajo; dos, su capacidad para entender la realidad del país y para hacer análisis de una manera integral con un enfoque muy riguroso y con elementos que casi nadie veía; tres, su capacidad para realizar estudios con visión de futuro, en un país en donde la mayoría de los analistas se limita a estudiar el pasado y a proyectar el porvenir solo por tendencia histórica; cuatro, su magnánimo espíritu de maestro que lo llevó siempre en medio de la gran carga laboral a oír y a conversar con las personas de su equipo de trabajo y a tomar tiempo para orientar y enseñar a sus colaboradores, y cinco, su extraordinaria calidad humana, con su familia, con su esposa, con sus hijos y con sus amigos con una actitud siempre honesta, sincera y transparente.
Javier viajó a Bogotá en 1976 e inició una carrera profesional envidiable para cualquier economista en esa época. Como sabemos, Javier estuvo en el Departamento Nacional de Planeación entre 1976 y 1980, en donde ocupó los cargos de Jefe de la División de Integración Económica de la Unidad de Industria, Jefe de la Unidad de Programación Global y Sub- Jefe del Departamento.
Javier me llevó a trabajar al DNP y allí y desde entonces tuve la oportunidad, al igual que muchos otros colombianos, de ser beneficiario y testigo de cinco virtudes de Javier, que fueron parte de su personalidad y que lo convirtieron en un gran líder y en un “maestro de maestros”: una, su enorme inteligencia y su gigantesca capacidad de trabajo; dos, su capacidad para entender la realidad del país y para hacer análisis de una manera integral con un enfoque muy riguroso y con elementos que casi nadie veía; tres, su capacidad para realizar estudios con visión de futuro, en un país en donde la mayoría de los analistas se limita a estudiar el pasado y a proyectar el porvenir solo por tendencia histórica; cuatro, su magnánimo espíritu de maestro que lo llevó siempre en medio de la gran carga laboral a oír y a conversar con las personas de su equipo de trabajo y a tomar tiempo para orientar y enseñar a sus colaboradores, y cinco, su extraordinaria calidad humana, con su familia, con su esposa, con sus hijos y con sus amigos con una actitud siempre honesta, sincera y transparente.
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En aquella época, Javier era además un gran aficionado al ajedrez, juego en el que era brillante y que luego abandonó por simple falta de tiempo. En del DNP, en medio del fragor del trabajo, siempre encontrábamos tiempo para algún torneo o para algunas partidas tranquilas, a veces acompañadas con una copa de buen vino.
En aquella época, Javier era además un gran aficionado al ajedrez, juego en el que era brillante y que luego abandonó por simple falta de tiempo. En del DNP, en medio del fragor del trabajo, siempre encontrábamos tiempo para algún torneo o para algunas partidas tranquilas, a veces acompañadas con una copa de buen vino.
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Javier nació en Cali, el 15 de julio de 1943, y estuvo siempre orgulloso de su origen vallecaucano, pues sin dura era un exponente del talento de ese departamento colombiano. Aquí, sin embargo, fue donde Javier tuvo deficiencias, pues como son testigos los compañeros del DNP, que asistimos a las fiestas de integración y a los torneos deportivos, a pesar de su origen caleño, Javier no bailaba bien y como futbolista era un desastre.
Javier nació en Cali, el 15 de julio de 1943, y estuvo siempre orgulloso de su origen vallecaucano, pues sin dura era un exponente del talento de ese departamento colombiano. Aquí, sin embargo, fue donde Javier tuvo deficiencias, pues como son testigos los compañeros del DNP, que asistimos a las fiestas de integración y a los torneos deportivos, a pesar de su origen caleño, Javier no bailaba bien y como futbolista era un desastre.
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Recuerdo con gran admiración, la reunión de despedida que se hizo en el DNP en 1980. En el gobierno del presidente Julio César Turbay Ayala, Eduardo Wiesner, era el jefe del Departamento y había sido nombrado Ministro de Hacienda, y Javier Fernández Riva, sub jefe del Departamento, había sido nombrado Viceministro de Hacienda. Eduardo Wiesner pronunció en ese momento las palabras que fueron el mejor homenaje que se podía hacer a Javier como economista: "Javier es el mejor y más brillante economista que he conocido en mi vida y por eso no puedo hacer otra cosa que llevarlo al Ministerio de Hacienda”.
Recuerdo con gran admiración, la reunión de despedida que se hizo en el DNP en 1980. En el gobierno del presidente Julio César Turbay Ayala, Eduardo Wiesner, era el jefe del Departamento y había sido nombrado Ministro de Hacienda, y Javier Fernández Riva, sub jefe del Departamento, había sido nombrado Viceministro de Hacienda. Eduardo Wiesner pronunció en ese momento las palabras que fueron el mejor homenaje que se podía hacer a Javier como economista: "Javier es el mejor y más brillante economista que he conocido en mi vida y por eso no puedo hacer otra cosa que llevarlo al Ministerio de Hacienda”.
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Posteriormente a su desempeño como Viceministro de Hacienda y Ministro encargado en varias oportunidades, Javier fue Secretario General del Fondo Latinoamericano de Reservas (1982-1985), Presidente de Prospectiva Limitada (1985-1988), Asesor de la Junta Monetaria (1988-1990), Presidente de la Asociación Nacional de Entidades Financieras-ANIF (1990-1996), Presidente de la Asociación de Entidades de Financiamiento Comercial ( 1997- 1998) y Fundador y Presidente de la firma Javier Fernández Riva y Asociados. Estas labores fueron combinadas con una intensa actividad académica como profesor de las Universidades del Valle, de los Andes y Javeriana y una muy importante actividad editorial como fundador, director y escritor en las revistas y publicaciones más importantes de Colombia.
Posteriormente a su desempeño como Viceministro de Hacienda y Ministro encargado en varias oportunidades, Javier fue Secretario General del Fondo Latinoamericano de Reservas (1982-1985), Presidente de Prospectiva Limitada (1985-1988), Asesor de la Junta Monetaria (1988-1990), Presidente de la Asociación Nacional de Entidades Financieras-ANIF (1990-1996), Presidente de la Asociación de Entidades de Financiamiento Comercial ( 1997- 1998) y Fundador y Presidente de la firma Javier Fernández Riva y Asociados. Estas labores fueron combinadas con una intensa actividad académica como profesor de las Universidades del Valle, de los Andes y Javeriana y una muy importante actividad editorial como fundador, director y escritor en las revistas y publicaciones más importantes de Colombia.
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Javier hizo en todas estas instituciones una transformación positiva excepcional y dejó en ellas una huella indeleble. Aun hoy, muchos años después, se siente en tales instituciones la obra de Javier, como ocurre en ANIF y en la Universidad de los Andes, en donde las ideas y logros de Javier tienen todavía plena vigencia. Así se manifiesta en la Revista Carta Financiera de ANIF de diciembre de 2007, en un artículo escrito por Nohora Isabel Vargas, en el cual, sin ninguna exageración y con toda justicia, hace un análisis de Javier Fernández Riva, a quien considera como líder visionario, líder estratégico, líder innovador y creativo, líder comunicador e influyente, líder empresario, líder inspirador y apasionado, maestro generoso y modelo a seguir.
Javier hizo en todas estas instituciones una transformación positiva excepcional y dejó en ellas una huella indeleble. Aun hoy, muchos años después, se siente en tales instituciones la obra de Javier, como ocurre en ANIF y en la Universidad de los Andes, en donde las ideas y logros de Javier tienen todavía plena vigencia. Así se manifiesta en la Revista Carta Financiera de ANIF de diciembre de 2007, en un artículo escrito por Nohora Isabel Vargas, en el cual, sin ninguna exageración y con toda justicia, hace un análisis de Javier Fernández Riva, a quien considera como líder visionario, líder estratégico, líder innovador y creativo, líder comunicador e influyente, líder empresario, líder inspirador y apasionado, maestro generoso y modelo a seguir.
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Sin duda, la contribución de Javier Fernández Riva, que es su gran legado para Colombia lo constituyen su modelo de hacer los estudios y análisis de la economía y su visión prospectiva, con sus implicaciones para la política económica y para los negocios.
Sin duda, la contribución de Javier Fernández Riva, que es su gran legado para Colombia lo constituyen su modelo de hacer los estudios y análisis de la economía y su visión prospectiva, con sus implicaciones para la política económica y para los negocios.
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Javier Fernández Riva, tenía, como pocos, una visión integral de la economía. María Teresa, su esposa, me comentaba que Javier le decía; “Una paradójica ventaja que tengo contra los poderosos equipos económicos de Planeación Nacional y del Banco de la República, es que yo estoy en todo y logro una visión integral. Siempre encuentro ridículo, cuando hablo con funcionarios, que su dominio de los problemas sea muy parcial, pues el que sabe de precios sabe poco o nada de balanza de pagos, o del asunto fiscal, o de la economía real, a pesar de que todo está relacionado”. Pero él reconocía que para lograr una visión integral, sin descuidar los detalles “ Tenía que trabajar como un burro”.
Javier Fernández Riva, tenía, como pocos, una visión integral de la economía. María Teresa, su esposa, me comentaba que Javier le decía; “Una paradójica ventaja que tengo contra los poderosos equipos económicos de Planeación Nacional y del Banco de la República, es que yo estoy en todo y logro una visión integral. Siempre encuentro ridículo, cuando hablo con funcionarios, que su dominio de los problemas sea muy parcial, pues el que sabe de precios sabe poco o nada de balanza de pagos, o del asunto fiscal, o de la economía real, a pesar de que todo está relacionado”. Pero él reconocía que para lograr una visión integral, sin descuidar los detalles “ Tenía que trabajar como un burro”.
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María Teresa igualmente me ha confesado que Javier, en sus famosos seminarios de Prospectiva Económica, buscaba siempre trasmitir el mensaje de que “la economía no es una caja negra, y señalar los riesgos económicos de corto y mediano plazo, a través de sus proyecciones económicas, con base en el análisis profesional más cuidadosos, honesto y sistemático del país”. Y, por supuesto, su mayor interés era poder influenciar en quienes participaban en los procesos de decisión de las políticas económicas.
María Teresa igualmente me ha confesado que Javier, en sus famosos seminarios de Prospectiva Económica, buscaba siempre trasmitir el mensaje de que “la economía no es una caja negra, y señalar los riesgos económicos de corto y mediano plazo, a través de sus proyecciones económicas, con base en el análisis profesional más cuidadosos, honesto y sistemático del país”. Y, por supuesto, su mayor interés era poder influenciar en quienes participaban en los procesos de decisión de las políticas económicas.
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En la última etapa de su vida, que inició en 1996, Javier creó su propia empresa y desarrolló productos que fueron altamente demandados por las más importantes entidades públicas y privadas y de consulta permanente por los medios de comunicación. Con la partida de Javier, en marzo de 2009, nos queda su legado, pero sin duda, Colombia queda también con un gran vació en materia de comprensión integral de la economía y de la capacidad de proyección económica seria. Este es el reto que deja para todos nosotros.
En la última etapa de su vida, que inició en 1996, Javier creó su propia empresa y desarrolló productos que fueron altamente demandados por las más importantes entidades públicas y privadas y de consulta permanente por los medios de comunicación. Con la partida de Javier, en marzo de 2009, nos queda su legado, pero sin duda, Colombia queda también con un gran vació en materia de comprensión integral de la economía y de la capacidad de proyección económica seria. Este es el reto que deja para todos nosotros.
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Por toda esta labor, Javier fue objeto de varias distinciones. La Sociedad Colombiana de Economistas le otorgó la medalla Pedro Fermín de Vargas en 1981, se le designó como Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas en 1984 y, de acuerdo con las encuestas realizada por las más importantes publicaciones del país, en la última década del siglo pasado y en lo que va de este siglo, Javier Fernández Riva está considerado entre los 15 mejores economistas de la historia de Colombia, entre los 100 colombianos más influyentes de nuestra sociedad, entre los 500 líderes de Colombia y entre los 50 protagonistas de la economía colombiana.
Por toda esta labor, Javier fue objeto de varias distinciones. La Sociedad Colombiana de Economistas le otorgó la medalla Pedro Fermín de Vargas en 1981, se le designó como Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas en 1984 y, de acuerdo con las encuestas realizada por las más importantes publicaciones del país, en la última década del siglo pasado y en lo que va de este siglo, Javier Fernández Riva está considerado entre los 15 mejores economistas de la historia de Colombia, entre los 100 colombianos más influyentes de nuestra sociedad, entre los 500 líderes de Colombia y entre los 50 protagonistas de la economía colombiana.
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Hoy, en este acto de homenaje a Javier Fernández Riva, cuando la Sociedad Colombiana de Economistas bautiza con su nombre el Auditorio principal, allá en la dimensión muy cerca de Dios, debe estarnos mirando y con su tradicional sonrisa debe estar pensando que ojala seamos capaces de mantener los principios que él nos enseñó.
Hoy, en este acto de homenaje a Javier Fernández Riva, cuando la Sociedad Colombiana de Economistas bautiza con su nombre el Auditorio principal, allá en la dimensión muy cerca de Dios, debe estarnos mirando y con su tradicional sonrisa debe estar pensando que ojala seamos capaces de mantener los principios que él nos enseñó.
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Solo podemos decir, gracias Javier, nos has dejado un gran vacío en el alma, pero igual nos has dejado tu legado como Maestro, como Colega y como Amigo.
Solo podemos decir, gracias Javier, nos has dejado un gran vacío en el alma, pero igual nos has dejado tu legado como Maestro, como Colega y como Amigo.
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Que Dios te tenga en su reino. Muchas gracias.
Que Dios te tenga en su reino. Muchas gracias.
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EN RECUERDO DE JAVIER FERNANDEZ RIVA
Por: Mauricio Nieto Pote.
Docente Investigador - Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas. UNIVERSIDAD EAN. http://www.ean.edu.co/
http://www.ean.edu.co/index.php?option=com_content&task=view&id=2156&Itemid=1388
Conocí a Javier hace 31 años, en 1976, cuando fue mi jefe en la Unidad de Estudios macroeconómicos del Departamento Nacional de Planeación y posteriormente pude mantener con él y María Teresa, una relación de amistad que combinó para mi agrado, desde reuniones de charla y “tocata” de guitarra, hasta largas pero muy fructíferas trasnochadas, escribiendo sobre economía.
En la época del DNP, quienes tuvimos la fortuna de trabajar a su lado aprendimos de él, siendo jóvenes economistas, la actitud crítica, imparcial y objetiva que fue la constante de la vida de Javier, quien tenía claro que mantener esa actitud implicaba el riesgo, como a sabiendas lo corrió muchas veces, de incomodar a algunas personas que sólo querían oír argumentos de respaldo a sus desempeños. En una ocasión Javier se caracterizó asimismo como: “un economista independiente de todo interés político, gremial y sectorial, que he venido señalando, semana tras semana, muchas de las deficiencias de las políticas económicas de los últimos cuatro gobiernos”.
El primer trabajo en el que colaboré con Javier fue la elaboración de un libro sobre el desempeño de la economía colombiana durante el período 1950–1975. En esa primera experiencia intelectual -que posteriormente tuve la fortuna de revivir en varias ocasiones- aprendí de él, a mis 26 años, que los análisis econométricos son una muy buena herramienta para el economista pero que si no se tienen las bases y el rigor que exige la teoría económica, pueden convertirse en un ejercicio parecido a “jugar ajedrez”. Una frase de Javier que nunca olvidé fue: “Si usted le mete basura al modelo, los resultados que obtiene serán eso: basura”. Javier siempre le inculcó a sus “pupilos” un profundo respeto por la teoría y el análisis crítico.
Después de ser Jefe de Unidad, Subjefe y Jefe del Departamento Nacional de Planeación, ocupó cargos de gran importancia como Viceministro de Hacienda y Director de ANIF, pero finalmente tuvo que aceptar que para mantener su independencia tenía que dedicarse a actividades académicas y a crear espacios propios de reflexión. Para no depender de la contratación pública o privada, creó la firma “Javier Fernández Riva Asociados” desde la cual realizó numerosos estudios cuya financiación la hacía el mismo público que asistía a los seminarios, que él y María Teresa organizaban y en los que se vendían los documentos y bases de datos resultantes de la reflexión. Tuve también la fortuna de trabajar con Javier en uno de esos “documentos-seminario” en el que analizamos el “Futuro del sector de las telecomunicaciones”. En ese estudio analizamos los servicios de telecomunicaciones y utilizando modelos econométricos, hicimos proyecciones para cinco años por servicio, señalando desde la introducción la importancia que tenía para los interesados en ese sector “contar con un análisis independiente que incorporara una visión integral de las perspectivas macroeconómicas”.
Por: Mauricio Nieto Pote.
Docente Investigador - Facultad de Administración, Finanzas y Ciencias Económicas. UNIVERSIDAD EAN. http://www.ean.edu.co/
http://www.ean.edu.co/index.php?option=com_content&task=view&id=2156&Itemid=1388
Conocí a Javier hace 31 años, en 1976, cuando fue mi jefe en la Unidad de Estudios macroeconómicos del Departamento Nacional de Planeación y posteriormente pude mantener con él y María Teresa, una relación de amistad que combinó para mi agrado, desde reuniones de charla y “tocata” de guitarra, hasta largas pero muy fructíferas trasnochadas, escribiendo sobre economía.
En la época del DNP, quienes tuvimos la fortuna de trabajar a su lado aprendimos de él, siendo jóvenes economistas, la actitud crítica, imparcial y objetiva que fue la constante de la vida de Javier, quien tenía claro que mantener esa actitud implicaba el riesgo, como a sabiendas lo corrió muchas veces, de incomodar a algunas personas que sólo querían oír argumentos de respaldo a sus desempeños. En una ocasión Javier se caracterizó asimismo como: “un economista independiente de todo interés político, gremial y sectorial, que he venido señalando, semana tras semana, muchas de las deficiencias de las políticas económicas de los últimos cuatro gobiernos”.
El primer trabajo en el que colaboré con Javier fue la elaboración de un libro sobre el desempeño de la economía colombiana durante el período 1950–1975. En esa primera experiencia intelectual -que posteriormente tuve la fortuna de revivir en varias ocasiones- aprendí de él, a mis 26 años, que los análisis econométricos son una muy buena herramienta para el economista pero que si no se tienen las bases y el rigor que exige la teoría económica, pueden convertirse en un ejercicio parecido a “jugar ajedrez”. Una frase de Javier que nunca olvidé fue: “Si usted le mete basura al modelo, los resultados que obtiene serán eso: basura”. Javier siempre le inculcó a sus “pupilos” un profundo respeto por la teoría y el análisis crítico.
Después de ser Jefe de Unidad, Subjefe y Jefe del Departamento Nacional de Planeación, ocupó cargos de gran importancia como Viceministro de Hacienda y Director de ANIF, pero finalmente tuvo que aceptar que para mantener su independencia tenía que dedicarse a actividades académicas y a crear espacios propios de reflexión. Para no depender de la contratación pública o privada, creó la firma “Javier Fernández Riva Asociados” desde la cual realizó numerosos estudios cuya financiación la hacía el mismo público que asistía a los seminarios, que él y María Teresa organizaban y en los que se vendían los documentos y bases de datos resultantes de la reflexión. Tuve también la fortuna de trabajar con Javier en uno de esos “documentos-seminario” en el que analizamos el “Futuro del sector de las telecomunicaciones”. En ese estudio analizamos los servicios de telecomunicaciones y utilizando modelos econométricos, hicimos proyecciones para cinco años por servicio, señalando desde la introducción la importancia que tenía para los interesados en ese sector “contar con un análisis independiente que incorporara una visión integral de las perspectivas macroeconómicas”.
Uno de las muchas intervenciones brillantes que realizó Javier y que quisiera destacar por la renovada importancia que ha adquirido nuevamente hoy que nos enfrentamos a otra dura crisis, es la que realizó durante el seminario que tuvo lugar con ocasión de la visita al país del Premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz. Señaló en aquella ocasión que se había enterado de que existía “cierta crispación y nerviosismo en el establecimiento colombiano por la visita del profesor Stiglitz”. Dijo: “En Colombia, como en todo el mundo, su libro ´El malestar de la globalización´ fue un “best seller” y no resulta placentero, para quienes dirigen la política económica y siguen desde hace años las directrices del FMI, saber que un académico con las máximas credenciales mundiales, y con la experiencia excepcional de haber sido vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial, expone las insuficiencias y deficiencias de ese tipo de acuerdos y, en general, de las visiones económicas simplistas que hacen parte de la ´sabiduría convencional´ neoliberal. Por supuesto, muchas de las observaciones que el profesor Stiglitz hace sobre los errores de las políticas impuestas por el FMI en Asia y en Rusia, y de la sabiduría convencional, que a menudo implica burdos errores conceptuales, se aplican a Colombia”.
Que enorme falta le hace hoy Javier -no solo a su familia y a sus amigos- sino a nuestro país, con sus ponencias, libros y artículos críticos de perspectiva postkeynesiana, que serían mucho más importantes hoy que la crisis vuelve a tocar a nuestras puertas, hoy que se observa tanto desconcierto frente a las políticas económicas que se deben aplicar y hoy que en forma tardía y apresurada los economistas ortodoxos están tratando de entender la doctrina Keynesiana, a sabiendas de que algunos de ellos le hicieron fuertes criticas a este famoso economista inglés sin haber tocado siquiera la pasta de la “Teoría General….”.
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