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http://ntcblog.blogspot.com/ , ntcgra@gmail.com Cali, Colombia.
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Rin Rin Renacuajo
El elogio de la locura. Por: Carlos Lleras de la Fuente.
El País, Cali, Enero 11 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/ene112009/OPN/opi3.html
Mucho me ha llamado la atención que varios columnistas de este diario, personas cultas y ‘leídas’, se hayan sorprendido escandalosamente de que los cuentos de Rafael Pombo sean traducciones del inglés, lo que ciertamente no puede predicarse de todos.
En efecto, en la obra ‘Biografía y bibliografía de Rafael Pombo’, de Héctor H. Orjuela, publicada por el Instituto Caro y Cuervo en 1965, se lee (pág. 63): “Entre los años de 1865 y 1866 Pombo colaboraba con Luis F. Mantilla… Posteriormente escribe y adapta al español algunas fábulas y cuentos que publica la casa Appleton de Nueva York; cuentos pintados para niños (1867) y cuentos morales para niños formales”. (Appleton, Nueva York, 1869).
No he podido descifrar que quiere decir “escribe y adapta” y el hecho de que el poeta haya escrito numerosas fábulas para los niños y de que ‘Rin Rin Renacuajo’ lleve la aclaración de cuento suramericano de Rafael Pombo (Biblioteca Chapulín, México, 1942) me hace pensar que existen traducciones y también versos originales.
Los cuentos pintados ‘Son doce cuadernos […] de cuentos ilustrados para niños; siete en verso: El renacuajo paseador, Simón el bobito, Pastorcita y Juan Chunguero, Los tres gatitos, La pobre viejecita, El pardillo, El gato bandido; tres en prosa: Aladino, La Venus dormida, Los tres osos; y dos en prosa y verso: La cenicienta y Nené Pulgada’ (op. ct pág. 63).
A simple vista descubrimos varios que sin duda son traducciones, a las que era muy dado Pombo, tal como podemos apreciarlo en los dos volúmenes de ‘Poesía inédita y olvidada’, publicada por Héctor H. Orjuela en el Instituto Caro y Cuervo, en 1970.
Hay poesía inglesa de William Shakespeare, versos de Franklyn, de Longfellow, H.G. Summer y otros no identificados. Francesa, de Beranger, Napoleón I (Jesucristo es Dios) y Madame de Pressensi. Italiana, sin autor identificado. Latina de Virgilio y Horacio.
Volvamos a los cuentos. Pombo recibió cien dólares por los ‘Pintados’, en cuanto a los ‘Morales’ tenemos a Tía Pasitrote, Mirringa Mirronga, El paseo, El ramillete de Celia, El álbum de Angelina, El rey borrico, Un banquete de chupete, Un sarao pericante, Chanchito, El conejo aventurero, El rey Chumbipe y doña Pánfaga.
La mayor parte de ambas series nos fueron enseñadas en primaria, cuando en Colombia se estudiaba literatura y todos las sabíamos de memoria, con excepción de tres o cuatro de los cuentos morales que, al menos para mí, son desconocidos.
En Bogotá se publicaron los ‘Cuentos para niños’ en 1933, Ediciones Guandarama publica ‘Cuentos pintados en 1955; Ediciones Triángulo, ‘Cuentos pintados’ en 1961 y Editorial Minerva lo hace en año no determinado. En 1916 Antonio Gómez Restrepo publica ‘Cuentos morales’; la Biblioteca Aldeana lo hace en 1935; la Revista Bolívar en año indeterminado y Aguilar en 1967, en ‘Obras completas’.
+++.
MAZAZO A POMBO y a Rin rin renacuajo!El elogio de la locura. Por: Carlos Lleras de la Fuente.
El País, Cali, Enero 11 de 2009 http://www.elpais.com.co/historico/ene112009/OPN/opi3.html
Mucho me ha llamado la atención que varios columnistas de este diario, personas cultas y ‘leídas’, se hayan sorprendido escandalosamente de que los cuentos de Rafael Pombo sean traducciones del inglés, lo que ciertamente no puede predicarse de todos.
En efecto, en la obra ‘Biografía y bibliografía de Rafael Pombo’, de Héctor H. Orjuela, publicada por el Instituto Caro y Cuervo en 1965, se lee (pág. 63): “Entre los años de 1865 y 1866 Pombo colaboraba con Luis F. Mantilla… Posteriormente escribe y adapta al español algunas fábulas y cuentos que publica la casa Appleton de Nueva York; cuentos pintados para niños (1867) y cuentos morales para niños formales”. (Appleton, Nueva York, 1869).
No he podido descifrar que quiere decir “escribe y adapta” y el hecho de que el poeta haya escrito numerosas fábulas para los niños y de que ‘Rin Rin Renacuajo’ lleve la aclaración de cuento suramericano de Rafael Pombo (Biblioteca Chapulín, México, 1942) me hace pensar que existen traducciones y también versos originales.
Los cuentos pintados ‘Son doce cuadernos […] de cuentos ilustrados para niños; siete en verso: El renacuajo paseador, Simón el bobito, Pastorcita y Juan Chunguero, Los tres gatitos, La pobre viejecita, El pardillo, El gato bandido; tres en prosa: Aladino, La Venus dormida, Los tres osos; y dos en prosa y verso: La cenicienta y Nené Pulgada’ (op. ct pág. 63).
A simple vista descubrimos varios que sin duda son traducciones, a las que era muy dado Pombo, tal como podemos apreciarlo en los dos volúmenes de ‘Poesía inédita y olvidada’, publicada por Héctor H. Orjuela en el Instituto Caro y Cuervo, en 1970.
Hay poesía inglesa de William Shakespeare, versos de Franklyn, de Longfellow, H.G. Summer y otros no identificados. Francesa, de Beranger, Napoleón I (Jesucristo es Dios) y Madame de Pressensi. Italiana, sin autor identificado. Latina de Virgilio y Horacio.
Volvamos a los cuentos. Pombo recibió cien dólares por los ‘Pintados’, en cuanto a los ‘Morales’ tenemos a Tía Pasitrote, Mirringa Mirronga, El paseo, El ramillete de Celia, El álbum de Angelina, El rey borrico, Un banquete de chupete, Un sarao pericante, Chanchito, El conejo aventurero, El rey Chumbipe y doña Pánfaga.
La mayor parte de ambas series nos fueron enseñadas en primaria, cuando en Colombia se estudiaba literatura y todos las sabíamos de memoria, con excepción de tres o cuatro de los cuentos morales que, al menos para mí, son desconocidos.
En Bogotá se publicaron los ‘Cuentos para niños’ en 1933, Ediciones Guandarama publica ‘Cuentos pintados en 1955; Ediciones Triángulo, ‘Cuentos pintados’ en 1961 y Editorial Minerva lo hace en año no determinado. En 1916 Antonio Gómez Restrepo publica ‘Cuentos morales’; la Biblioteca Aldeana lo hace en 1935; la Revista Bolívar en año indeterminado y Aguilar en 1967, en ‘Obras completas’.
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de NTC <ntcgra@gmail.com>
para julio cesar londoño
CC Daniel Samper Pizano: cccambalache@mail.ddnet.es
fecha 18 de noviembre de 2008 6:55
asunto: Mazazo a Pombo ... . Planazo a GR (NTC...) . ¡Pombo!
Maestro JC:
Cordial y solidario saludo. Lo primero: Mi solidaridad por el golpe que recibiste "al corazón de tu infancia" que por haber trascurrido en Palmira debió ser más infancia. Y segundo, gracias por ese maravilloso y flamante bien acompañado Planazo para Gabriel Ruiz (NTC … - ¡con los tres puntos y todo!- ) de ayer en El País ( http://www.elpais.com.co/historico/nov172008/OPN/london.html ).
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Por la categoría y jerarquía de los nombrados que me acompañan en tu alarmado reclamo por el silencio, creo que debo esperar a que alguno o varios de ellos, públicamente, se pronuncien. Esto aunque el asunto, según nuestros modestos google-aléphicos conocimientos y "descubrimientos", podría haber sido tratado por ambos columnistas con un poco de menos "mala leche" y contundencia para nuestro amado Pombo.
´.
Queda como sonando en el ambiente que él fue un vulgar "plagiador" que ocultó la fuente y los procesos de los escritos a los cuales se refieren los columnistas. Y lo mismo muchos de los editores de sus obras y los pueblerimos maestros y maestras - no omnisapientes - que en nuestra infancia nos los mostraron u obligaron a aprendérnoslos de memoria.
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El origen, los procesos y los métodos de Pombo, incluso escrito por él mismo, parece - están algo bien documentados en internet y más en otros estudios y ensayos sobre sus obras. Mira no más:
1867 - La casa Appleton & Co. de Nueva York hace la primera edición de "Cuentos pintados para niños".
1869 - La misma editorial publica la primera edición de "Cuentos morales para niños formales". Gómez Restrepo atribuye a Pombo un texto de presentación de estos libros, donde dice que estos libros son "colecciones de cuentos que [Pombo] adaptó al español transformándolos a su manera".
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** Pombo Fabulista . Por Gabriel Pabón martes 16 de octubre de 2007 http://gruposlecturamaestros.blogspot.com/2007/10/pombo-fabulista-por-gabriel-pabn-rafael.html (Nota respetuosa: De aquí parece que sí "copió" el Dr Arismendi buena parte de su columna del 15 Oct. 2008 http://www.elpais.com.co/historico/oct152008/OPN/opi5.html .
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Rafael Pombo, definitivamente ha pasado a la historia de la literatura continental como el poeta de los niños. En sentido estricto, sus creaciones en este campo no son tan originales como se cree popularmente; en efecto, el nombre de Pombo se asocia con personajes que tradicionalmente han poblado profusamente las cartillas escolares: Simón el bobito, Rin Rin Renacuajo, la pobre viejecita, Cucufato y su gato, etc. Pero sin restarle méritos al poeta colombiano, y tal como lo ha demostrado Héctor Orjuela[1] (en cuyo estupendo estudio nos apoyamos) la gran mayoría de los poemas infantiles que se le atribuyen a Pombo, son en realidad traducciones o adaptaciones del inglés; el gran mérito consiste en haber hecho adaptaciones en realidad magistrales, con gran sentido del ritmo y la melodía, así como de la idiosincrasia del niño latinoamericano.
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.... Notas:[1] ORJUELA, Héctor. La obra poética de Rafael Pombo. Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, XXXIV, Bogotá, 1975. (ojo 1975!)
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*** http://www.comunidadandina.org/bda/docs/CO-OC-0002.pdf Pero a pesar de estas diferencias de épocas, de sensibilidad. de gustos, Rafael Pombo continúa vivo, permanece, por su poesía infantil. Y de ésta, en especial, por Los Cuentos pintados. Se sabe que Pombo retomó temas que "pertenecen a todas las literaturas", como dice Sanín Cano. También se sabe que poemas como "Simón el bobito" o "Rin Rin renacuajo" son recreaciones en español vertidas del inglés por encargo de una editorial norteamericana. Pero lo esencial aquí no es la originalidad en los temas, después de todo, parte de una herencia común de la humanidad, sino la singular maestría para convertir la poesía en un juego y para hacerles conocer con sus versos la embriaguez de la poesía a los niños colombianos de todas las generaciones posteriores a él.
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**** http://en.wikipedia.org/wiki/Rafael_Pombo (y hasta en Wikiédia!!!)
After the termination of this diplomatic position, he was hired by D. Appleton & Company in New York to translate into Spanish nursery rhymes from the Anglo-Saxon oral tradition. The product of this work, more than a translation, was a transformative adaptation published in two books under the titles Cuentos pintados para niños and Cuentos morales para niños formales.
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6* http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/pombo/pombo0.htm La de la BLAA citada por Arismendi.
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7* Y hay miles de presentaciones web bellísimas de los libros (en inglés) que leyó y "utilizo" Pombo. (Un ej. Mother Goose Melodies http://www.archive.org/stream/mothergoosesmelo00boweiala algo similra )
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Por lo anterior creo, entonces, que el "descubrimiento" del académico y columnista inteligente Arizmendi, no es tal. Y quizás buena parte del contenido y la forma de ambas columnas tiene una buena proporción de "mala leche". Y esto talvez por desconocimiento (todo no lo puede saber un ser humano, así sea palmirano o "eneteceano") y no por ganas eruditas concientes de darle un duro e inclemente mazazo al gran Pombo y a la infancia de millones de niños colombianos o hispano parlantes.
Los niños que fuimos y somos solicitamos a ambos columnistas "rectificar" en el mismo espacio y con la misma intensidad sus ligeros comentarios sobre el Gran Pombo.
Cordialmente, Gabriel Ruiz ( NTC … )
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LAS COLUMNAS:
¡Rin Rin Renacuajo es gringo!
La plana. Por: Julio César Londoño
EL PAIS, Cali, Noviembre 17 de 2008
http://www.elpais.com.co/historico/nov172008/OPN/london.html
El 17 de octubre José Vicente Arizmendi, director del Departamento de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana de Cali, cometió en estas mismas páginas * el mayor sacrilegio de nuestros anales literarios: dijo sin titubeos que los poemas infantiles de Rafael Pombo eran ajenos. Yo me quedé de una pieza. Leer que El renacuajo paseador, La pobre viejecita, Michín, el gato bandido y Simón el bobito eran viejas tonadas estadounidenses infantiles que Rafael Pombo había traducido del inglés al español por cien dólares por encargo de la editorial Apleton en 1854, fue un mazaso en el corazón de mi infancia.
Revisé la firma. Sí, José Vicente Arizmendi, el super-nerd, uno de los columnistas más inteligentes del país, uno de los académicos más rigurosos y aplicados de Latinoamérica… pero ¿le iba a creer más a Arizmendi que a Pombo? Esa noche soñé con el poeta, con su fea cabecita pequeña, como de ratón, con sus ojos miopes y saltones que parecían desbordar las gafitas doradas, con la perilla y el bigote rubios y sus labios gruesos que me gritaban ¡Traidor! ¡Traidor!
Llamé a Arizmendi. Me dijo que una nota de la web de la Biblioteca Luis Ángel Arango y un comentario de Vladdo lo habían puesto sobre la pista, y que otras pesquizas suyas lo habían confirmado: los poemas más famosos “de Pombo” son ajenos.
Casi tan alarmante como el descubrimiento de Arizmendi, es el hecho de que hoy, un mes después de publicada su columna, nadie se ha pronunciado, ni la Academia Estadounidense de Letras, ni la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, en cabeza del apuesto Alejandro José López Cáceres, ni Germán Patiño, que lo sabe todo, ni Gabriel Ruiz (NTC … ), que sabe cosas que Patiño ignora, ni la Academia Colombiana de la Lengua, que tiene miembros tan acuciosos como Juan Gustavo Cobo Borda, Daniel Samper y Juan Gossaín, ni los herederos del vate, que han vivido un siglo a cuerpo de rey sin escribir una línea. Tampoco ha dicho nada Jacobo Ghitis, conocedor de “la obra profunda de Pombo” (Hora de tinieblas, etc.). Los únicos comentarios que he visto fueron los del chat del periódico, donde unos patriotas le decían al columnista Arizmendi ápatrida, pretencioso, hijo-de-madre-rijosa, etc., y otros señores, muy pillines, aseguraban estar informados del asunto desde tiempo atrás. Pos-profetas, pues.
Yo aún no me recupero del golpe. Si me hubieran dicho que el manjarblanco es una gel plástica, que el tejo es un deporte escandinavo, que el sancocho es un plato francés, que Cien años de soledad la escribió en realidad Walter Mercado o que mi mamá es un travesti, el impacto habría sido menor. Acabo de releer la columna. Sí, había leído bien, los encantadores poemas de Pombo, los que arrullaron mi infancia, los únicos que me sé de memoria, no son de Pombo sino de unos gringos anónimos. Qué dolor, qué dolor, qué pena. Qué ignominia. Hasta Pombo resultó ser un falso positivo.
Con todo, yo creo que La pobre viejecita seguirá siendo de Pombo, que Instantes seguirá siendo de Borges y el istmo de Panamá permanecerá en nuestro escudo. Hay cosas que no tienen reversa, profesor Arizmendi.
+++
· *Traductor
Catalejo. Por: José Vicente Arizmendi.
EL PAIS CALI, Octubre 15 de 2008
La plana. Por: Julio César Londoño
EL PAIS, Cali, Noviembre 17 de 2008
http://www.elpais.com.co/historico/nov172008/OPN/london.html
El 17 de octubre José Vicente Arizmendi, director del Departamento de Comunicación y Lenguaje de la Universidad Javeriana de Cali, cometió en estas mismas páginas * el mayor sacrilegio de nuestros anales literarios: dijo sin titubeos que los poemas infantiles de Rafael Pombo eran ajenos. Yo me quedé de una pieza. Leer que El renacuajo paseador, La pobre viejecita, Michín, el gato bandido y Simón el bobito eran viejas tonadas estadounidenses infantiles que Rafael Pombo había traducido del inglés al español por cien dólares por encargo de la editorial Apleton en 1854, fue un mazaso en el corazón de mi infancia.
Revisé la firma. Sí, José Vicente Arizmendi, el super-nerd, uno de los columnistas más inteligentes del país, uno de los académicos más rigurosos y aplicados de Latinoamérica… pero ¿le iba a creer más a Arizmendi que a Pombo? Esa noche soñé con el poeta, con su fea cabecita pequeña, como de ratón, con sus ojos miopes y saltones que parecían desbordar las gafitas doradas, con la perilla y el bigote rubios y sus labios gruesos que me gritaban ¡Traidor! ¡Traidor!
Llamé a Arizmendi. Me dijo que una nota de la web de la Biblioteca Luis Ángel Arango y un comentario de Vladdo lo habían puesto sobre la pista, y que otras pesquizas suyas lo habían confirmado: los poemas más famosos “de Pombo” son ajenos.
Casi tan alarmante como el descubrimiento de Arizmendi, es el hecho de que hoy, un mes después de publicada su columna, nadie se ha pronunciado, ni la Academia Estadounidense de Letras, ni la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle, en cabeza del apuesto Alejandro José López Cáceres, ni Germán Patiño, que lo sabe todo, ni Gabriel Ruiz (NTC … ), que sabe cosas que Patiño ignora, ni la Academia Colombiana de la Lengua, que tiene miembros tan acuciosos como Juan Gustavo Cobo Borda, Daniel Samper y Juan Gossaín, ni los herederos del vate, que han vivido un siglo a cuerpo de rey sin escribir una línea. Tampoco ha dicho nada Jacobo Ghitis, conocedor de “la obra profunda de Pombo” (Hora de tinieblas, etc.). Los únicos comentarios que he visto fueron los del chat del periódico, donde unos patriotas le decían al columnista Arizmendi ápatrida, pretencioso, hijo-de-madre-rijosa, etc., y otros señores, muy pillines, aseguraban estar informados del asunto desde tiempo atrás. Pos-profetas, pues.
Yo aún no me recupero del golpe. Si me hubieran dicho que el manjarblanco es una gel plástica, que el tejo es un deporte escandinavo, que el sancocho es un plato francés, que Cien años de soledad la escribió en realidad Walter Mercado o que mi mamá es un travesti, el impacto habría sido menor. Acabo de releer la columna. Sí, había leído bien, los encantadores poemas de Pombo, los que arrullaron mi infancia, los únicos que me sé de memoria, no son de Pombo sino de unos gringos anónimos. Qué dolor, qué dolor, qué pena. Qué ignominia. Hasta Pombo resultó ser un falso positivo.
Con todo, yo creo que La pobre viejecita seguirá siendo de Pombo, que Instantes seguirá siendo de Borges y el istmo de Panamá permanecerá en nuestro escudo. Hay cosas que no tienen reversa, profesor Arizmendi.
+++
· *Traductor
Catalejo. Por: José Vicente Arizmendi.
EL PAIS CALI, Octubre 15 de 2008
http://www.elpais.com.co/historico/oct152008/OPN/opi5.html
Cuando a uno le dicen Rafael Pombo le vienen a la mente el ‘Renacuajo Paseador’, ‘La Pobre Viejecita’ y ‘Michín, el Gato Bandido’, entre otros. Y es habitual pensar que estos personajes pertenecen a la más profunda fibra del ser colombiano. Tanto así, que un grupo de cantantes, liderado por Carlos Vives, estrenó hace un mes un disco inspirado en estas y otras piezas, convencidos seguramente de contribuir al engrandecimiento de la identidad nacional.
Se les pasó por alto a estos cantantes, como a muchísimos editores de la extensa obra escrita de Pombo, mencionar que los más famosos cuentos del poeta, periodista y traductor bogotano, son versiones al español de viejas tonadas infantiles estadounidenses, por cuya traducción recibió 100 dólares.
‘Simón el bobito’, por ejemplo, se llama originalmente ‘Simple Simon’ y empieza diciendo “Simple Simon met a pieman/ Going to the fair;/ Says Simple Simon to the pieman,/ “Let me taste your ware”/ Says the pieman to Simple Simon,/ “Show me first your penny””. En la tercera estrofa Simoncito hace un pastel de nieve “y a asar en las brasas hambriento lo echó,/ pero el pastelito se deshizo en breve/ y apagó las brasas y nada comió”. Y más adelante el poema explica cómo “empezando apenas a cuajarse el hielo/ Simón el bobito se fue a patinar,/ cuando de repente se le rompe el suelo/ y grita: ¡Me ahogo! ¡Vénganme a sacar!”.
El nombre en inglés de ‘El renacuajo paseador’ es A Frog He Would A-Wooing Go * , un cuento que, dicho sea de paso, les cuesta trabajo asimilar a los niños más pequeños, porque después de salir de la casa y desobedecer a la mamá, el protagonista pide cerveza para su amigo, el de verde. ‘El gato bandido’ era en inglés ‘The Robber Kitten’ (“A kitten once to its mother said,/ "I'll never more be good;/ But I'll go and be a robber fierce,/ And live in a dreary wood").
Todos ellos forman parte de la serie de traducciones que la editorial Appleton, de Nueva York, le encargó a Rafael Pombo y se publicó en 1854 bajo el título ‘Cuentos pintados’ y más tarde como ‘Cuentos morales para niños formales’. Importante será decir que la traducción es excelente, como corresponde a un hombre de letras de quien los biógrafos se expresan con un reguero impresionante de elogios. De hecho, lamentan con frecuencia que Pombo haya pasado a la historia por estos poemas infantiles y no por sus logros en otros campos de las letras.
Descendiente de payaneses, Pombo tradujo 80 poesías de autores universales como Shakespeare, Virgilio, Byron, Víctor Hugo, Goethe y Lamartine, entre otros. Según uno de sus compiladores, escribió 222 fábulas, 334 poemas y una ópera, aunque otra versión habla de 1.400 poemas. Al decir de sus contemporáneos, y también de sus biógrafos recientes, sus escritos eran de tal calidad que tenía méritos más que suficientes para ocupar un lugar importante en la literatura colombiana.
Por muchos años, sin embargo, los niños y adultos de distintas generaciones estuvimos convencidos (por culpa de las empresas editoriales) de que el renacuajo, la viejecita, el gato y otros personajes habían nacido de su imaginación. Ante las evidencias de una búsqueda en internet, no cabe menos que recordar la expresión con la que en algunos ambientes (des) califican el ingrato trabajo de los traductores: “Traduttore, tradittore”.
Cuando a uno le dicen Rafael Pombo le vienen a la mente el ‘Renacuajo Paseador’, ‘La Pobre Viejecita’ y ‘Michín, el Gato Bandido’, entre otros. Y es habitual pensar que estos personajes pertenecen a la más profunda fibra del ser colombiano. Tanto así, que un grupo de cantantes, liderado por Carlos Vives, estrenó hace un mes un disco inspirado en estas y otras piezas, convencidos seguramente de contribuir al engrandecimiento de la identidad nacional.
Se les pasó por alto a estos cantantes, como a muchísimos editores de la extensa obra escrita de Pombo, mencionar que los más famosos cuentos del poeta, periodista y traductor bogotano, son versiones al español de viejas tonadas infantiles estadounidenses, por cuya traducción recibió 100 dólares.
‘Simón el bobito’, por ejemplo, se llama originalmente ‘Simple Simon’ y empieza diciendo “Simple Simon met a pieman/ Going to the fair;/ Says Simple Simon to the pieman,/ “Let me taste your ware”/ Says the pieman to Simple Simon,/ “Show me first your penny””. En la tercera estrofa Simoncito hace un pastel de nieve “y a asar en las brasas hambriento lo echó,/ pero el pastelito se deshizo en breve/ y apagó las brasas y nada comió”. Y más adelante el poema explica cómo “empezando apenas a cuajarse el hielo/ Simón el bobito se fue a patinar,/ cuando de repente se le rompe el suelo/ y grita: ¡Me ahogo! ¡Vénganme a sacar!”.
El nombre en inglés de ‘El renacuajo paseador’ es A Frog He Would A-Wooing Go * , un cuento que, dicho sea de paso, les cuesta trabajo asimilar a los niños más pequeños, porque después de salir de la casa y desobedecer a la mamá, el protagonista pide cerveza para su amigo, el de verde. ‘El gato bandido’ era en inglés ‘The Robber Kitten’ (“A kitten once to its mother said,/ "I'll never more be good;/ But I'll go and be a robber fierce,/ And live in a dreary wood").
Todos ellos forman parte de la serie de traducciones que la editorial Appleton, de Nueva York, le encargó a Rafael Pombo y se publicó en 1854 bajo el título ‘Cuentos pintados’ y más tarde como ‘Cuentos morales para niños formales’. Importante será decir que la traducción es excelente, como corresponde a un hombre de letras de quien los biógrafos se expresan con un reguero impresionante de elogios. De hecho, lamentan con frecuencia que Pombo haya pasado a la historia por estos poemas infantiles y no por sus logros en otros campos de las letras.
Descendiente de payaneses, Pombo tradujo 80 poesías de autores universales como Shakespeare, Virgilio, Byron, Víctor Hugo, Goethe y Lamartine, entre otros. Según uno de sus compiladores, escribió 222 fábulas, 334 poemas y una ópera, aunque otra versión habla de 1.400 poemas. Al decir de sus contemporáneos, y también de sus biógrafos recientes, sus escritos eran de tal calidad que tenía méritos más que suficientes para ocupar un lugar importante en la literatura colombiana.
Por muchos años, sin embargo, los niños y adultos de distintas generaciones estuvimos convencidos (por culpa de las empresas editoriales) de que el renacuajo, la viejecita, el gato y otros personajes habían nacido de su imaginación. Ante las evidencias de una búsqueda en internet, no cabe menos que recordar la expresión con la que en algunos ambientes (des) califican el ingrato trabajo de los traductores: “Traduttore, tradittore”.
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