Publica y difunde NTC … Nos Topamos Con …
UN LIBRO ADMIRABLE :
Bogotá, Diciembre 9, 2013
NTC ... agradece al autor el aporte de su texto y la autorización para publicarlo.
Celebramos su designación. Felicitaciones
1. UNA GRATITUD Y UNA EVOCACION
Ante todo quiero
agradecer a los Miembros de Número que me eligieron el pasado octubre para
ocupar como Numerario la silla K, ocupada desde su creación por insignes
Académicos (como Felipe Zapata, Rafael Uribe Uribe, Laureano García Ortiz,
Germán Arciniegas), el último de los cuales, Don Fernando Hinestrosa Forero, fue una de las grandes figuras de las leyes y
las letras de Colombia. Con Fernando tuve una amistad de más de 65 años, que se
inició en los claustros amables del Colegio de San Bartolomé-La Merced, donde
su congénita disposición por la ley y el orden y su suaviter in modo me defendía de los ataques oratorios de mis
compañeros de la Academia Literaria Jorge Isaacs, futuros abogados. Después
seguí con atención su carrera universitaria y su especialización en el
extranjero y luego su vitalicia y
admirable Rectoría del Externado de Colombia, departiendo su amistad con
Consuelo, su esposa y sus hijos. Con frecuencia le oí citas de sus traducciones
de notables autores italianos-que denominaba “mis maestros”- y en la casa
abierta de Enrique Uribe White –cuya biografía yo escribí en 1999, con prólogo
del Presidente Belisario Betancur- oíamos embelesados a Enrique y a mi colega Juan Di Doménico
recitar de memoria los sonetos del Dante o del Petrarca. Ante estos amigos
desaparecidos sólo puedo repetir el verso incesante de Carranza : “Todo cae, se esfuma, se despide—y yo mismo
me estoy diciendo adiós”.
2. UNA
VIDA DEDICADA A PROMOVER LA INVESTIGACION
A los extensos y merecidos elogios que
se han escrito y se escribirán sobre la obra del Académico Jaime Posada y a su
labor como profesor, periodista, político excelso, Rector universitario y
Director de Academias hay una de sus facetas que no quisiera dejar pasar
desapercibida y es la de su vocación y denuedo por la investigación
universitaria. Tema este que hay que agitar frente a las crisis científico- educativas
que de continuo nos amenazan y a las débiles soluciones que se plantean frente
a un problema esencial como es la orientación y formación de investigadores que
nos permitan llegar siquiera al 1.5% del P.I.B. como financiación dedicada a la
ciencia y la tecnología nacionales.
Efectivamente su libro “Utopía de la
Universidad” [1]
arranca, desde el primer capítulo con el llamado al Presidente Alberto Lleras,
hace 56 años, por que se financie ampliamente la educación y dentro de ella la
investigación como componente primordial, con fondos estatales y privados. Trae
para ello el ejemplo de los Estados Unidos “donde
esos capitales cumplen una función social, abriendo grandes laboratorios,
ofreciendo bibliotecas completísimas, creando becas de especialización,
destinando sumas para toda clase de organizaciones encaminadas a fortalecer en
los ciudadanos, desde la primera, edad, la conciencia de sus deberes y sus
derechos”.[2]
Esa función social de la investigación
recorre las 5 secciones y 34 capítulos en que se divide el libro. Como anota en
su preámbulo el exPresidente Belisario Betancur, Miembro Honorario de esta
Academia, congratulando al Rector Posada por su iniciativa de haber creado la
Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN) en 1958, “la búsqueda desinteresada de la verdad, el método riguroso de esa
búsqueda y la certidumbre de integridad de quien la emprende han tenido, además
de su conflictividad con el poder y con la tradición que la cobija, la
connotación del respeto a las categorías que cautelan a la persona humana”. [3]
Esas ideas supo transmitirlas nuestro
Ministro y Embajador a la UNESCO ya desde finales de los 50s, cuando apenas se
balbucían los programas de ciencia y tecnología para la que fue fundada dicha
agencia. Apenas 4 países latinoamericanos : Argentina, Brasil, Colombia y
México comenzaban a preocuparse por ese embrión incipiente. Y sobre todo se dejó
sentada una premisa, que años después los intereses económicos trataron
infructuosamente de romper : que la ciencia y la tecnología son un continuo
permanente, pues sólo donde se haga buena ciencia podrá surgir una auténtica e
innovadora tecnología, teniendo como base el recurso humano que, a su vez, debe
originarse en una óptima educación. Y que, como vimos arriba, el aporte
financiero del sector privado, bien orientado y bien medido, debe ayudar a
avivar esa fragua. De ese grupo latinoamericano, pero principalmente de Argentina
(con Jorge Sábato, primo del insigne escritor y también científico Ernesto) y
de México, surgió lo que en los 70s vino a conocerse como el “triángulo
sabatiano” de las necesarias interacciones entre gobierno, universidad e
industria, imprescindibles en nuestros países y que en Colombia apenas a medias
estamos alcanzando.[4]
Esas ideas fueron permeando el ambiente
educativo latinoamericano, mucho antes de que comenzaran a crearse los consejos
u organismos nacionales de tecnología y que, miradas retrospectivamente,
trataban de responder esencialmente los interrogantes que después hemos venido
planteando quienes nos sumergimos de lleno en esas redes, a saber : 1. Qué se
investiga. 2. Para qué se investiga. 3. Quién investiga- 4. Dónde se investiga
y 5. Con qué se investiga.[5]
Mi primer contacto con el Rector y
Embajador Posada, además del paisanaje y del conocimiento recíproco de nuestras
familias, lo tuve a través de un colaborador y amigo suyo en la Universidad de
América, Gustavo Hitzig Berggrun, médico formado en investigación oncológica en
Estados Unidos y clínico y docente en el Instituto Nacional de Cancerología, a
quien conocí cuando yo ensayaba mis primeros pinitos en esa institución, como
lo he descrito en mi libro de gran formato sobre esa historia[6].
Por mi amistad con el Director de ese entonces, José Antonio Jácome Valderrama
–cuya biografía[7]
constituyó mi trabajo de ingreso como Miembro Honorario de la Academia de
Historia de Santander- y la amistad ya existente de tiempo atrás entre mis dos
paisanos, pude conocerlo más de cerca y asistir a reuniones donde esas ideas ya
se debatían ampliamente. Como prueba de ello, en su discurso de 1961 “Una
Política Educativa para Colombia” Posada afirmaba : “A la trilogía clásica de los fines universitarios consistente en
conservar la ciencia, acrecentarla y difundirla con miras a la formación moral
del hombre, hemos de agregar otros objetivos propios del medio americano en el
que nos corresponde actuar”.[8]
Años más tarde, dirigiendo yo ya el
Departamento de Investigación de Cancerología a mediados de los años 60s,
mientras dictaba-como consultor de la Comisión de Energía Atómica de los
Estados Unidos- uno de mis cursos de Medicina Nuclear en Ciudad de ´Guatemala,[9]
me encontré por casualidad con el
inolvidable exMinistro Gabriel Betancourt Mejía, hoy desaparecido, quien
viajaba en misión de la UNESCO dando conferencias sobre crédito educativo.
Asistí a algunas de ellas y lo oí predicar, a nombre de esa Organización,
los mismos planteamientos que su amigo, el Embajador Posada, había impreso y
diseminado en ella y que apenas estaban comenzando a dar fuerza y vigor
operativos a la letra S (“Science”) de
su conocido acrónimo. No nos olvidemos que Betancourt Mejía, como Ministro de
Educación del Presidente Lleras Restrepo, fue el gran impulsador, junto con
Octavio Arismendi Posada, de la Reforma Educativa de 1968, que llevó a la
creación de COLCIENCIAS, ICFES e ICETEX, tres de las agencias que han sido
vertebrales en el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación en las
últimas cuatro décadas.
En esos primeros años y quizás estimulados por la Alianza
para el Progreso del Presidente Kennedy, por vía de las Naciones Unidas y de
los diversos gobiernos, llegaron esos planteamientos a las Conferencias
Internacionales de Presidentes Latinoamericanos, la más memorable de las cuales
fue la de Montevideo en 1962. De ella surgió la firme decisión de crear los
organismos o consejos de ciencia y tecnología en los distintos países uno de
los cuales fue COLCIENCIAS, que comenzó a funcionar en 1969 y del cual tuve yo
la fortuna de ser su segundo Director.[10]
Siguiendo esas normas, una de las primeras cuestiones que
tuvimos que enfrentar fue la de identificar cuidadosamente entre los variados
renglones del presupuesto nacional, cuáles de ellos correspondían realmente a
la función “ciencia y tecnología”, para poder saber la magnitud del monto que
se estaba destinando como porcentaje del PIB a dicha función. Esa labor se ha proseguido como una de las actividades
pivotales de la institución (hoy Departamento Administrativo) o de sus “observatorios
de ciencia y tecnología” a través de los años. Con ello se intenta responder a
uno de los desafíos planteados más adelante en el libro, a saber: “El papel de la investigación en la universidad colombiana es
claramente definitivo….El gobierno debe apoyar los esfuerzos de las
universidades encaminados a dotarse de planes específicos de gestión de
investigación, ciencia y tecnología”.[11]
3. UNA
CONFERENCIA Y UNA POLITICA.
Debo anotar aquí que una de las experiencias más
interesantes, acaecida a la mitad de mis 11 años como Director de COLCIENCIAS,
fue mi asistencia como Presidente de la Delegación colombiana que participó en
la magna Conferencia de Naciones Unidas para el Desarrollo que se celebró en
Viena en septiembre de 1978. Desde su gestación tuvimos la fortuna de que Jaime
Posada, Embajador Plenipotenciario ante el Gobierno de Austria (presidido
entonces por el Sr. Kreisky), se ocupara intensamente de los preparativos.
Ellos debían responder a las metas y propósitos planteados por la ONU ante los
países en extenso documento[12],
a saber : a. Fortalecimiento de la capacidad científica y tecnológica de los
países en desarrollo. b. Reestructuración del sistema actual de relaciones
científicas y tecnológicas internacionales y c. Fortalecimiento del papel de
las Naciones Unidas en la esfera de la ciencia y la tecnología. Para ello
contribuyó eficazmente la presentación de los cancilleres del Grupo Andino ante
la Unión Europea en cuya representación asistió el Presidente Turbay Ayala ese
mismo verano y a la Reunión de Cancilleres del Grupo de los 77, preparatoria de
la misma, que se reunió en Bucarest 2 semanas antes de la Conferencia ; ambas
contaron con la presencia de nuestro activo y ubicuo Embajador en Viena. En esta última,
insistía Posada, se llamó la atención sobre los siguientes aspectos : “Una proporción abrumadora de las
actividades y de los recursos empleados en el campo de la ciencia y la
tecnología está concentrada en los países desarrollados y una buena parte de
ellos se destina a fines militares. Los países en desarrollo se encuentran
inquietos porque los recursos se utilicen de esa manera, hasta el punto de
poner en peligro la existencia misma de la humanidad”.[13]
¡Acordémosnos que esto se decía en medio del clímax de la Guerra Fría!
Cuando llegamos a Viena
los 4 Delegatarios (los demás 6 políticos designados se habían
dispersado en verdadera diáspora cuando el jet de Avianca tocó los aeropuertos de
Madrid y de Frankfurt) éramos, además del suscrito, Fernando Chaparro Osorio,
Sub-Director de COLCIENCIAS, quien después pasaría a Director después de
brillante carrera como Director del Centro Internacional de Desarrollo e
Investigación del Canadá y acaba de ser designado ViceRector Académico de la
Universidad Central; Mariano Ospina Hernández, por entonces Embajador en
Alemania Federal y actualmnte Presidente de la Fundación Mariano Ospina Pérez;
y el nunca bien lamentado Alfonso Patiño
Roselli, Senador de la República, ExEmbajador en la ONU y ExPresidente de su
Consejo de Seguridad, años más tarde sacrificado vilmente por la narco-guerrilla
en el Palacio de Justicia. Fuimos recibidos y atendidos como príncipes por el
Embajador Posada, quien no sólo puso a nuestra disposición todo el personal y
los recursos de sus elegantes oficinas en la Stadiongasse, sino las atenciones
que, en su bella y acogedora residencia cercana a los legendarios Bosques de
Viena, nos brindaron él y su dignísima esposa Mariluz durante esa agitada
semana.
Cuando los delegados nos bajábamos del tranvía (que era el
transporte oficial dispuesto por la Conferencia) frente al Stadthalle o Palacio
Nacional a las 8 am, ya el Mercedes negro había depositado a nuestro Embajador
quien se encargaba, previo a las sesiones, de presentarnos a la mayoría de los
Jefes de Delegación que él había conocido personalmente en sus viajes por
América y por el mundo. Esto, por supuesto, facilitaba enormemente nuestras
tareas. Desde un comienzo pudo notarse que ellas estarían divididas en dos
aspectos principales tratados en salones diferentes, rara vez en plenarios : el
de ciencias, un poco anodino a pesar de la importancia del tema, y el de
tecnología, movido por los intereses económicos, que pronto se convertiría en
el asunto principal de la Conferencia y en el motivo de nuestras principales
frustraciones.
Por eso mismo decidimos dividirnos en dos grupos que asistíamos
a distintos salones pero nos integrábamos nuevamente en las plenarias, los
almuerzos o los intermedios para comentar lo expuesto : en el de Ciencias,
Fernando Chaparro y Efraim Otero; y en el de Tecnología Patiño Roselli y los
Embajadores Posada y Ospina aunque este último, por sus
ocupaciones en Bonn, tuvo que abandonarnos muy pronto y sólo pudo asistir a las sesiones iniciales y a las
finales. Mientras Chaparro, Patiño y yo tomábamos notas, Posada no sólo lo
hacía sino se movilizaba ágilmente de mesa en mesa tratando de transmitir,
especialmente entre los latinoamericanos, las posiciones que los colombianos
habíamos preparado de antemano y que gracias a sus esfuerzos tuvieron amplia
acogida.
Ellas se pudieron resumir así, según el documento publicado
por el mismo Embajador Posada en la Revista de COLCIENCIAS en 1979 :
1. Colombia aspira –y lo ha venido
repitiendo en los diversos foros preparativos de esta Conferencia en los
últimos años-a que el conocimiento científico y tecnológico, entendido como un
patrimonio acumulativo del género humano, sea incorporado como método y como
herramienta para resolver los problemas de su desarrollo. En la medida en que
cada país genere su propia capacidad científica y tecnológica será capaz de
buscar soluciones apropiadas dentro y fuera del mismo y de intercambiar sus
experiencias con la comunidad internacional.
2. Colombia ha procurado orientar
durante varias décadas el manejo de la ciencia y la tecnología con finalidades
de desarrollarse y capacitarse consecuentemente. En ese sentido ha estructurado
políticas que se ubican en un dominio sectorial en la medida en que impulsaron,
v.gr. la investigación agrícola, la investigación industrial, la capacitación a
nivel de postgrado en el exterior o la formación técnica de la mano de obra,
creando instituciones aptas para desarrollar tales funciones.
3. La política científica y
tecnológica se está orientando prioritariamente a crear las condiciones
favorables y a suministrar el apoyo necesario para estimular un amplio proceso
de innovación tecnológica en Colombia a través de la acción conjunta del
Gobierno, el sector productivo y el sector científico y tecnológico,
predominantemente universitario. Las
líneas de acción específica se refieren a los siguientes aspectos : A.
Identificar las necesidades científico tecnológicos que se derivan de los
problemas socioeconómicos del país y orientar dicha demanda hacia la infraestructura
nacional existente en este campo. B. Fortalecer la capacidad de las empresas
nacionales para crear, evaluar, seleccionar y asimilar la tecnología. C.
Regular y orientar la importación de tecnología de acuerdo con los objetivos
del desarrollo social y económico social. Y D. Fortalecer selectivamente la
capacidad científico tecnológica del país con base en programas nacionales de
desarrollo científico y tecnológico en áreas de interés prioritario. [14]
Como podemos ver, era
una anticipación de 35 años a los derroteros que todavía persigue el país.
Desafortunadamente al final la conferencia se polarizó entre los países
desarrollados, poseedores y negociadores de la tecnología y el know how, y aquellos en vía de
desarrollo que demandábamos (como seguimos demandando infructuosamente) la
cesión gratuita de esas tecnologías y de los derechos de patente ya vencidos y
prolongados. Y no se logró ni siquiera que un mínimo de estas posibles
concesiones quedaran en el documento final. Por eso la frustración que
mencionábamos arriba, la cual hizo que uno de sus más agudos críticos la
calificara como “una de las últimas conferencias desechables de Naciones
Unidas”.
Confiábamos que las hoy
ya remotas recomendaciones de este grupo encabezado por nuestro Embajador en
Viena, se hubieran tenido y se tengan en cuenta al firmar o reglamentar los
Tratados de Libre Comercio, hoy tan en boga, pero al parecer no ha sido
posible.
4.
COLOFON : UNIVERSIDAD NUEVA, UNIVERSIDAD DE INVESTIGACION
Lo que sí quiero destacar,
con estos asertos y estas remembranzas, es el haber vivido una época en que los encauzadores y promotores de la ciencia
trabajábamos en unión armoniosa con quienes hacían la buena política y la buena diplomacia en el
buen sentido de la palabra, como en el verso de Machado. Reformando y pensando no en el pasado sino
siempre en el futuro. Repitiendo lo que el autor dice en el párrafo final de su
discurso de clausura :
“Universidad
Nueva, pues, frente a Universidad Arcaica. Reforma con el alma en tensión hacia
el futuro y no al amparo de signos anacrónicos. Reforma científica y
progresista que, para estudiantes y profesores, quiere decir transformación en
los métodos de enseñanza, actualización de técnicas y programas, orientación
profesional, facilidades de enseñanza e investigación mediante unidades
docentes adecuadas, número competente de
catedráticos de tiempo completo, carrera del profesorado, reconocimiento de
méritos y consagración, becas, bolsas de trabajo, residencias, libros y útiles
de estudio más baratos. Y orientando todo ello, la libertad de enseñanza y de
investigación”. [15]
El libro cumple además
lo que Guillermo Hoyos Vásquez, el eticista, sociólogo y filósofo de la
Javeriana y la Nacional, hace poco fallecido, señalara recordando al alemán Walter Benjamin : Esta historia significa comprometerse con un sentido de cultura y de
progreso más complejo que el de los funcionalistas modernizadores. Es
cuestionar radicalmente propuestas de desarrollo científico, técnico y
tecnológico en las que el criterio para la innovación y las políticas de
investigación se reducen a la producción y a la competitividad. Se ha olvidado
el componente social del cual el historiador debe saber mucho, si se compromete
sin pusilanimidad y sin cobardía, con la memoria.[16]
Por eso mismo creo que
este libro constituye el afianzamiento y la consagración de una vida meritoria
destinada por entero al servicio de la investigación universitaria y por sí
solo es el mejor homenaje que pudiera hacerse a un educador Director de la
Academia Colombiana de la Lengua.
(Bogotá,
Diciembre 9, 2013)
[1] Posada, Jaime : Utopía de la Universidad. Ed. Universidad de
América, Bogotá, 2012.
[2] Posada, Jaime : Ibid. Pág. 22
[3] Betancur, Belisario: Preámbulo-La idea de la Universidad. En
Posada, J. Ibid. Pág. 4
[4] Otero-Ruiz, E.: Prólogo al libro : COLCIENCIAS. Proyectos de
investigación en salud 1974-1975. Ed. Colciencias-Ascofame, 1976.
[5] Otero-Ruiz, E.: La Universidad frente a las grandes urgencias
nacionales. En: La Universidad Nacional de Colombia y la Política Nacional de
Ciencia y Tecnología. Empresa Editorial, Univ. Nacional, Bogotá, 1989- Pp.
166-170.
[6] Otero-Ruiz, E.: 70 años del Cáncer en Colombia-Historia del
Instituto Nacional de Cancerología. Ed. Géminis, Bogotá, 1999.
[7] Otero-Ruiz, E.: José Antonio Jácome Valderrama- Luminaria de
Santander y de Colomia. Revista Estudio, AHS, Bucaramanga Año LXXX No. 338, pp.
184-194, 2009.
[8] Posada, Jaime, Ibid. Pag. 18
[9] Otero-Ruiz, E.: La Medicina Nuclear-Temprana historia y
reiminiscencias personales. Ed- Kimprres, Bogotá, 2002-
[10] Otero-Ruiz, E.: COLCIENCIAS-Una infatigable labor de consolidación.
Colombia, Ciencia y Tecnología 7:7-10, 1989. V. también Ospina, M.L.:
Colciencias-30 años. Ed. S&O, 1998,
[11] Posada, Jaime : Ibid. Pág. 65
[12] United Nations A/CONF. 81/PC/CRP.2, April 1978.
[13] Posada, Jaime: La Conferencia en Viena. Ciencia, Tecnol. Y
Desarrollo 3(4):657-665, 1979.
[14] Posada, Jaime: Ibid. Ciencia, Tecnol. y desarrollo Pág.660
[15] Posada, Jaime : Utopía de la Universidad. Ed. Universidad de
América, Bogotá, Pag. 663
[16] Hoyos, G.: Inauguración Seminario Archivos, Memoria y Derecho a la
Verdad, Bogotá, Publ. Alcaldía Mayor, Clara López O.- 2008. Pág. 28
.
NTC ... ENLACES:
9 de julio de 2008
Enrique Uribe White y Efraim Otero Ruiz, AMIGOS. “Santa Eulalia. Memorias de una casa abierta.”
Enrique Uribe White y Efraim Otero Ruiz,
AMIGOS ...
Enrique Uribe White (1898 - 1983) y Efraim Otero Ruiz (1932)
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30 de diciembre de 2009
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