jueves, 21 de junio de 2012

Del Centro Cultural de Cali y del Coronel Vicente Bustamante - Prócer Caleño. Aportes de Javier Tafur Gónzalez

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Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con
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De: Javier Tafur González*  ( 1 , 2 ). (En la foto, dMIC de NTC …)
Fecha: 15 de junio de 2012 , 11:33
Asunto: Del Centro Cultural de Cali y del Coronel Vicente Bustamante - Prócer Caleño
Para: NTC … Nos Topamos Con … http://ntcblog.blogspot.com  , ntcgra@gmail.com
Amigos de  NTC … :
A propósito de los valores históricos ligados al Centro Cultural de Cali, les cuento que desde niño escuché a mi padre, Leonardo Tafur Garcés hablar de la vida y obra del Coronel Vicente Bustamante y Hurtado, cuya casa quedaba justamente en la esquina de la carrera 5 con calle 6A, que hoy forma parte de este importante centro cultural.
Les remito algunos documentos relacionados. 
Cordial saludo.
Javier.
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VICENTE  BUSTAMANTE  ( 1 )
Por Leonardo Tafur Garcés 
Cali, abril de 1937.
Click derecho sobre la imagen para ampliarla en una nueva ventana. 
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VICENTE  BUSTAMANTE ( 1 ) 
Por Leonardo Tafur Garcés
Cali, la ciudad procera e hidalga. La ciudad cosmopolita de todos los colombianos y para todos los ciudadanos, debe agradecer a Alfonso Llorente Arroyo, el haber exhumando del olvido, el recuerdo de uno de sus próceres valientes.
De su hijo epónimo: del Coronel Vicente Bustamante.
En carta que don Alfonso ---- noble espíritu ---- también él desciende de raza de próceres, dirige a Jorge Zawadzky, y que publica Relator, dice así: “he leído en alguna parte que la venerable junta del centenario de Cali, piensa hacer una galería de héroes caleños. Y creo que el Coronel Vicente Bustamante tiene más derecho de que lo pinten, que muchos de los señores nombrados que han ascendido a la categoría de héroes...”
Nos asociamos a la idea de don Alfonso. Y para hacer lo hemos abierto libros de historia de Colombia y Venezuela, libros de historia del Ecuador, libros de biografías. A Gustavo Arboleda; a los Restrepos, a González Suárez a Pedro Fermín Cevallos etc.
Bustamante no fue sólo héroe en la Campaña emancipadora, fue donde quiera que se encendió un vivac y donde hubo necesidad de izar una bandera; de contener una rebelión; o de establecer un gobierno legítimamente constituido. Su alma de gesta, opresa sólo por una gran voluntad, se desbordó desde la edad de impúber en cauces de osadía. Como que era él de esos centauros de este Valle, que envidiando la inmensidad de los horizontes se fueron del Cauca hacia el Apure; del Orinoco al Rimac; del alto de Málaga al Cundurcunca y, del Juanambú y de Buesaco a las Alturas de Pichincha.
Su pecho fue condecorado en Bomboná, en Ayacucho en Barinas, en Caracas, en Popayán, en Carabobo, en Junín, en Calibío, en el Apure: defendió a los gobiernos legítimos de la Nueva Granada y militó también en fuerzas revolucionarias para restablecerlos, cuando lo juzgó oportuno. Fue Jefe Civil y Militar en Cali en Popayán. Y cuando la patria se vio invadida por los libertos del Perú, a quienes su espada había protegido en Ayacucho, hubo de castigarlos en el Portete de Tarquí, a la cabeza con Sucre, el Magnánimo, de quien fue derecho brazo en la memorable jornada.
En la amistad fue noble. Su testimonio fue una verdadera reevaluación de historia en el proceso sobre la inmolación de Sucre.
Si a nosotros nos fuera dable pintar un oleo del Coronel Bustamante o plasmarle un bronce, no lo pintaríamos, como don César Conto describió a su hermano, “El Ciro Bustamante”, en actitudes de Centauro; ni como un Cíclope, a quien elogió don Diego Fallón. No lo demostraríamos con la estrella de los libertadores al Pecho, el mostacho viril y la charretera alborotada, con la mano insolente sobre la empuñadura del acero, como lo demuestran algunos de los cuadros de su época, que reposan en moradas de sus familiares.
No lo pintaríamos en sus arrestos de caballero, yendo como teniente de Bolívar a unirse en matrimonio en Popayán con doña Ascensión Cajiao Alonso de Velasco, después de célebre batalla en que recogió como premio su ascenso militar, que él ofrendó como tributo de amor para su dama;
Ni combatiendo a Paéz, el León del Apure, por instrucciones del mismo Libertador Simón Bolívar; ni en Compañía de Baraya, el legendario: ni de Obando, el héroe desafortunado: ni con Piñango, el valeroso de coro en Venezuela; ni con Urdaneta, el dictador; ni de Santander “organizando la victoria” en la Aldea de Setenta, fraguando sobre una calavera el plan de la campaña que precedió a Boyacá.....
Pediríamos que uno de los mejores escultores del mundo, plasmara en bronce su esbeltez de adolescente, arrebatando a su padre el español don Antonio de Bustamante, el fusil, cuando éste fue llamado, para servir al Rey en las milicias de Cali en el año de 1810, encontrándose enfermo.
Cuando se presentaron los alguaciles del Rey, a la casa de Don Vicente de Bustamante en Cali, para llamarlo al servicio militar en el movimiento revolucionario de la Independencia en los batallones del Rey, su hijo Vicente, de 16 años, arrebató el rifle a su padre y, ante el asombro estupefacto de los suyos y de las tropas realistas, marchó con el fusil en alto, cantando un canto de combate a ocupar el puesto de su padre.
Esta debería ser la actitud en que se modelara el héroe que se contó luego en la falange de Centauros que, de ribera en ribera, y de picacho con picacho, alto al estandarte, sobre las serranías de los Andes tropicales, al calor y al frío, con una voluntad de hierro, dieron la Independencia a Venezuela, a Colombia al Ecuador y al Perú, habiendo guerreado en estas cuatro naciones.
Una ley de los Estados Unidos de Colombia y otra de la Nueva Granada, a la usanza de las costumbres de los caballeros antiguos, dieron al Coronel Bustamante, extensiones del territorio patrio.
El aguerrido coronel falleció paralítico, pero ceñido al cuerpo su uniforme militar, en Cali, en el año del 62, después de la Batalla de los “Cristales”.
Don Julio Arboleda, después de la Victoria, buscó al héroe para darle un abrazo. Era por la atracción de las cimas. Era la sublimación de “aquellas dos grandezas”.
Y cuentan las crónicas que el soldado poeta de don Gonzalo de Oyon”, fue pretendiente de una de sus hijas.
L. Tafur Garcés
Cali abril de 1937.
[1]  4 de abril de 1763.¾ Nace en Santiago de Cali el prócer Coronel Vicente Bustamante, hijo de don Antonio Bustamante y doña Rosa Hurtado, caleños. Siendo jefe Civil y Militar de Popayán, contrajo matrimonio católico con doña Asunción Cajiao  Alonso de Velasco, y fueron sus hijos: Julio, esposo de doña Julia Velásquez; Ernesto, esposo de doña Magdalena Guerrero Calero, padres de Vicente, político conservador; Mercedes, esposa del médico Ignacio Palau Valenzuela; Dalia esposa del doctor Policarpo Garcés Velasco, abuelos del abogado Leonardo Tafur Garcés, presidente de la Academia de Historia del Valle del Cauca; Amelia, esposa del abogado Vicente Molina Navia; Dolores, esposa del  abogado Jesús Escobar. El prócer Bustamante empezó su carrera militar como soldado raso, a la edad de 17 años, y a los 25 años de servicios a la Patria, obtuvo el ascenso a coronel. Tomó parte activa en las campañas de la Nueva Granada, en 1813 y 1832, y durante la república hasta 1882, en cuyo año murió en su tierra natal el 8 de diciembre. Por la acción de Cajibío, en 1814, obtuvo la condecoración del escudo de este nombre por el Congreso de Colombia a los vencedores en esa memorable jornada; y por las campañas de Venezuela, le fue concedida la Estrella de los Libertadores. Fuente :  (Calendario biográfico y genealógico de Santiago de Cali, p. 65). Cobo Velasco, Alfonso. (1962). Calendario biográfico y genealógico de Santiago de Cali.

8 de diciembre de 1862. ¾ El prócer caleño coronel Vicente Bustamante muere en la ciudad, en una casona que existió en la carrera 10, entre calles 8ª y 9ª, de su propiedad (Calendario biográfico y genealógico de Santiago de Cali, p. 187).

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EL PACTO HISTÓRICO
DE 
LAS CIUDADES CONFEDERADAS

DEL ACTA FUNDACIONAL DEL PAIS VALLECAUCANO Y DE LAS LUCHAS POR CONFORMARLO

(Cinco sonetos y una lista memorable)

Por Javier Tafur González*

De la Academia de Historia del Valle del Cauca
                                              
Cali, 3 de Julio de 2011





                            I

H
ay hechos importantes que la memoria
del pueblo debe celosa preservar;
los acontecimientos de su historia
que orgulloso debe siempre conservar,

pues en ellos se constituye y funda
la esencia sagrada de la nación;
luchas donde entregaron el corazón,
cuya fuerza permanece fecunda.

Mas no se trata de palabras hueras,
ni tergiversaciones del vencedor,
vanidades de imaginadas glorias;

se exaltan, las acciones meritorias
que no ahorraron sufrimientos, dolor,
enarbolando altivos las banderas.


                                      II

S
on muy destacados hechos y acciones
los que hoy venimos leales a recordar,
con emocionados poemas, canciones;
lucha que los mayores supieron dar.

Cuando en aquellos días turbulentos,
de principios del siglo diez y nueve,
aquel francés imperioso se atreve
con proyectos invasores, violentos,

las debilidades, contradicciones
españolas, reclaman actitudes
de visibilización y derechos,

La Corona considera insurrectos
a criollos, indígenas, negritudes,
y muy pronto comienzan las acciones.



                            III

P
ero antes es necesario destacar,
cómo éste nuevo ideario comenzara;
es aquí donde se debe mencionar
al gran Ignacio de Herrera y Vergara,

que visionario, un año antes firmara
“Reflexiones sobre Nueva Granada”;
de la discriminación despiadada,
pidiendo la preferencia acabara,

la represión, el descuartizamiento;
reafirma la democracia en el poder,
y pide la apertura de caminos.

Planteamientos para nuevos destinos;
y la historia le ha sabido conceder,
su merecido reconocimiento.



                            IV

¿Q
ué se celebra, pues, en esta fecha;
qué ocurrió aquel tres de julio glorioso
que vino a encender rápido la mecha
del movimiento altivo y victorioso?

La unión de ciudades vallecaucanas
-ciudades amigas, confederadas-,
pedía soluciones aplazadas,
para las provincias americanas.

Del reclamo y de la representación,
se pasó a proponer la autonomía,
aun dentro del sistema monárquico;

pero aquel poder resultó errático,
injusto y oprobioso en su lejanía,
y la comarca tomó otra decisión.



                            V

E
l Cabildo de Cali desconoció
la autoridad a la Junta de Regencia:
con determinación y diligencia,
y el pacto de las ciudades se selló.

Con él quedó declarada la guerra.
Viene la Gesta de la Independencia;
y fue aquí, en esta querida tierra,
donde se combatió con contundencia:

Bajo Palacé, primera batalla,
en marzo de mil ochocientos once;
y, la última, también, en San Juanito.

El horizonte se tornó infinito…
En Buga fue, como hoy se reconoce.
La verdadera historia no se calla.



                            VI

         LA LISTA MEMORABLE

A
quel ayuntamiento con esta acta,
dio ejemplo de actitud liberadora;
determinación emancipadora,
como Cayzedo lo plasma en su carta.

Lo reconoció don José Miguel Pey.
Cali se rebeló contra Popayán,
pues esa capital tenía otro afán;
con Pasto decidieron servir al Rey.

Página luminosa nos indica
la fecha fundacional de la Patria,
momento original de nuestra Región,

y que al tiempo que constituye Nación,
revalúa con justicia a la historia
y esta hazaña celebra y reivindica.

Debemos cantar a nuestras ciudades:
a Cartago, a Cali, Buga y Palmira;
a Caloto, Toro y Anserma, que admira
el gran provecho de estas hermandades,

destacar a sus hijos valerosos,
humildes o ilustres, debiendo empezar
por el fraile José Joaquín Escobar,
y criollos, negros, pardos y mestizos.

Joaquín de Cayzedo y Cuero,
Cayetano de Molina Rendón,
Vicente, Antonio y Josef Borrero,
y Fray Ypolito Garzón;

el guardián, Fray Pedro de Herrera,
y Fray Manuel Palacio -Prior;
Fray Jacinto Ortíz –Comendador,
y Martín Guerra, y Luis de Vergara.

Sigue Fray Eusebio Hernández,
y Fray José Blanco;
con Ignacio Mateus Polanco,
y Francisco Antonio Hernández.

Citar a Josef Fernández de Córdova,
Francisco Paulino de Espinoza,
Josef Christoval Vernaza,
y Domingo Pérez de Montoya.


Con ellos, igualmente, es del caso,
a José María de Cuero y Cayzedo,
Francisco Antonio, también Cayzedo,
y Antonio Alonso de Velasco.

Sigue la lista. Debemos llamar
a Francisco Vallecilla, a Josef Ramón Cobo;
a Josef Joaquín Vallecilla, Antonio Nieva,
y a Juan Ignacio Montalvo.

A Joaquín Micolta, a Antonio Camacho,
y siguiendo el mismo destino,
a Fray Ygnacio Monroy,
y a Josef María Mallarino.

En esta emérita lista se llama
a Fray Joaquín del Sacramento
-exguardian de su convento-,
y a Joaquín Roberto Varona;

a José Nicolás Silva,
y a Juan Antonio Dorronsoro,
a Josef Joaquín Vélez
y a Nicolás del Campo.


Estos hombres honramos en el Altar
de la Patria; la claridad de sus mentes,
hoy agradecidos tenemos presentes,
y por su ofrenda venimos a exaltar.
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 * JAVIER TAFUR GONZÁLEZ ( 1 , 2 ). (En la foto, dMIC de NTC …)
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NTC ... ENLACES:

Historia del Valle del Cauca

Ilustración:  "Historia de Cali".   Por Hernando Tejada (Tejadita). 
Mural en la Estación  del Ferrocarril. Frag.   

Publica y difunde: NTC …Nos Topamos Con 
* Se actualiza periódicamente. Junio 21,  2012
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