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* Se actualiza periódicamente. Abril 26, 2012
....
Por Marcelino Valencia *
* https://docs.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbNjh3XzJLNTlrUXc/edit
BARCELONA, Febrero 25 de 1932
INTRODUCCIÓN. Por: Jorge Enrique Valencia M., su sobrino.
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* https://docs.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbNjh3XzJLNTlrUXc/edit
INTRODUCCIÓN. Por: Jorge Enrique Valencia M., su sobrino.
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EN PDF:
Entrevista final a Vargas Vila. Por Marcelino Valencia, 1932.pdf
https://docs.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbZHRJNUhnUFQyNjA/edit
Entrevista final a Vargas Vila. Por Marcelino Valencia, 1932.pdf
https://docs.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbZHRJNUhnUFQyNjA/edit
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Magazín Dominical
Cali, 4 de junio de 1989
Magistrado del Tribunal Superior de Cali
"Cuando yo muera, poned mi cuerpo desnudo,
(como la tierra vino;
en una caja de madera de pino;
sin barniz, sin forros, sin adornos vanos
de necia ostentación;
poned mi pluma entre mis manos;
y el retrato de mi madre sobre mi corazón;
y como epitafio, grabad únicamente esto:
VARGAS VILA
Creyendo que en la inteligencia reside la satisfacción verdadera, con
el escepticismo de su equilibrio vital y actuando según su propio estilo y la
idea de sí mismo, vive Marcelino Valencia -nuestro-tío- en Madrid. Anda con el
siglo lo que equivale a decir que tiene 88 años. Apenas pasados los 19 años
publicó su primera obra: Defensa Social. A ella se sumaron, Columna Rota
(1930), Rastros (1932) y Resplandores (1935), entre las más notorias.
Muchos ensayos y artículos lo llevaron a ser Miembro de Honor de la Sociedad Académica de Historia de París y correspondiente de la Academia I- hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz. El ejercicio de la abogacía primero y la política después (Senador y Presidente del Congreso) lo absorbieron por completo. Por conocer a los hombres -demasiado quizás- se apartó voluntariamente el doctor Valencia del comercio de ideas y sentimientos que caracterizan nuestro conglomerado y su idiosincrasia. No cuesta imaginar el acierto de su conducta echando de ver el medio y los hombres. Antes de viajar a España -dicho sea de pasada- se desprendió bondadosamente de un raro ejemplar de su libro "Rastros", único que poseía, recomendándome, como un acto de fe, la lectura de la entrevista que él hiciera a Vargas Vila, seis meses antes de su óbito. Por razones que no son de este instante postergué su lectura -una más de las equivocaciones que con tanta frecuencia cometo- y apenas ahora, libre ya de ataduras, he logrado meditar finalmente en las calidades superiores de la filosofía personal de este ser inmenso como escritor y como hombre. Cuántas cosas pudieran decirse en derredor de su figura original y sorprendente ¡Y es natural! El vigor de su espíritu y de sus ideas en defensa siempre de la libertad que nunca periclitaron; su coraje para defenderla a costa incluso de su misma vida; su rechazo a todo aquello que simbolizara tiranía, autocracia, opresión y absolutismo, y su marcado desdén hacia la oscura medianía de quienes viven de prestado y sin más destino que una vida opaca y servil amén de un estilo literario penetrante, original ágil, deleitable y ameno, lo colocan, altivamente, en la escena de los grandes de Colombia. No hace falta decir más.
Vengan, pues, como un eco de aquella época, las altas verdades consignadas en la memorable entrevista del 25 de febrero de 1932:
Muchos ensayos y artículos lo llevaron a ser Miembro de Honor de la Sociedad Académica de Historia de París y correspondiente de la Academia I- hispanoamericana de Ciencias y Artes de Cádiz. El ejercicio de la abogacía primero y la política después (Senador y Presidente del Congreso) lo absorbieron por completo. Por conocer a los hombres -demasiado quizás- se apartó voluntariamente el doctor Valencia del comercio de ideas y sentimientos que caracterizan nuestro conglomerado y su idiosincrasia. No cuesta imaginar el acierto de su conducta echando de ver el medio y los hombres. Antes de viajar a España -dicho sea de pasada- se desprendió bondadosamente de un raro ejemplar de su libro "Rastros", único que poseía, recomendándome, como un acto de fe, la lectura de la entrevista que él hiciera a Vargas Vila, seis meses antes de su óbito. Por razones que no son de este instante postergué su lectura -una más de las equivocaciones que con tanta frecuencia cometo- y apenas ahora, libre ya de ataduras, he logrado meditar finalmente en las calidades superiores de la filosofía personal de este ser inmenso como escritor y como hombre. Cuántas cosas pudieran decirse en derredor de su figura original y sorprendente ¡Y es natural! El vigor de su espíritu y de sus ideas en defensa siempre de la libertad que nunca periclitaron; su coraje para defenderla a costa incluso de su misma vida; su rechazo a todo aquello que simbolizara tiranía, autocracia, opresión y absolutismo, y su marcado desdén hacia la oscura medianía de quienes viven de prestado y sin más destino que una vida opaca y servil amén de un estilo literario penetrante, original ágil, deleitable y ameno, lo colocan, altivamente, en la escena de los grandes de Colombia. No hace falta decir más.
Vengan, pues, como un eco de aquella época, las altas verdades consignadas en la memorable entrevista del 25 de febrero de 1932:
VARGAS VILA, EN BARCELONA
Le conocíamos por sus libros. ¿Sería necesario que le conociésemos por
su persona? Un viejo anhelo nos impulsó a ello. Y lo realizamos.
Francamente, el Vargas Vila que todos hemos leído es el mismísimo que
acabamos de ver, aunque casi vencido por una enfermedad cardíaca, allá en su
lujoso apartamento de la calle de Salmerón. El mismo sarcástico, rebelde,
satírico, irónico, espontáneo. Nada de inmodestia en su hablar. La modestia
excesiva en un hombre superior que tiene conciencia de su obrar, es mera
hipocresía. Mas tiene expresiones tan propias que, al mismo tiempo que se
refieren a su "genio", caen como un sello caliente sobre un cutis
delicado: queda la cicatriz o la impresión. Algunas podrían ser grabadas con el
cincel de un artista. Parece que su cerebro, al permitir la manifestación de su
pensar proyectara los adjetivos "como un arcabuz las balas".
Quiérase o no, gústele a la censura (no hay que confundir la censura
con la crítica), Vargas Vila tiene un estilo muy suyo, no igualado por otro en
América. Períodos que son un libro, frases que valen un capítulo, imprecaciones
cortas que son todo un panfleto. Sonoro, grave, sólido, luminoso, extenso, su
pensamiento ha volado muy alto, su pluma ha combatido mucha iniquidad, su
estilo ha provocado serias inquietudes, todo ello marcado por una sinceridad
sin límites, producto de energía interna y de exceso en el vivir. Vargas Vila
es gran bienhechor del espíritu liberal en todo un Continente.
Alguno de los biógrafos de ese pesimista que se formula a sí mismo,
dijo que los rayos de la corona de sus éxitos son de aclamaciones, y que su
pedestal está hecho de insultos. ¿Qué mayor elogio para quien ha luchado en
medio de los hombres?
Copiamos en seguida la esquela que nos mandó el compatriota solitario,
desde su retiro:
"Barcelona, 25 de febrero de 1932" Muy agradecido a su
deseo, tengo mucho placer en recibir a usted, en esta su casa, calle de
Salmerón, No. 183, mañana viernes, de 4 a 6 p.m. "De usted atto. s.s, J.M
Vargas Vila"
Y fuimos exactos en la cita.
Y las manos de un anciano nos saludaron con calor de amigo.
¿Es usted Vargas Vila?, preguntamos cómo desconfiados ante quien
físicamente parece agotado por los años.
—SI, yo soy. Me ve usted viejo. Pero no gastado Trabajo siempre desde
las 9 de la mañana hasta 1 de la tarde. Tengo 72 años de edad, y coincidencia
rara, 75 son' mis libros. Tal vez no publique ya más. Pero ahí quedan —nos dijo
señalándonos un rincón de su biblioteca— quince volúmenes de mi diario intimo
que usted conocerá dentro de quince o veinte años cuando se publiquen, esto es,
después de mi muerte. Y a propósito, ¿cómo vino usted aquí? Es preciso que los
colombianos viajen por Europa para que me descubran...No saben que yo vivo.
Ustedes no me conocen. Cuando se produce tanto, no es posible que se lea...Los
perdono. Además, siendo mi vida una línea de rectitud, nadie me ha seguido
porque siempre he dicho la verdad. Los colombianos me han colocado entre el
novelista y el Panfletario, olvidando cuanto he escrito sobre Historia,
Política, Sociología, etcétera.
Usted exagera maestro—le dijimos a Vargas Vila —.En Colombia nunca se
le olvida. ¿No piensa usted volver a la patria?
—No lo pienso—contestó—. ¿Qué voy a hacer allá? Además, Colombia nada
tiene que darme y yo nada tengo que pedirle.
—Pero al menos podría ser usted orientador... de juventudes...de masas...
—Todo lo he dicho en mis libros. Sin embargo quisiera que cada Aurora
los encontrara a ustedes más adelante de la Aurora misma. Que no tuviesen miedo
a las palabras. Que todos los días viviesen con esperanza de construir obras nuevas.
Es usted aún el mismo revolucionario ideológico de otrora—le
observamos.
—Sí. Pero a la juventud de hoy no puedo ni debo hablarle de ideas
modernas. Nada hay más fecundo que las ruinas. ¿No estuvo usted en Egipto? ¿Ha
encontrado usted en la modernidad algo que valga lo que es antigüedad, que
otros desprecian? ¿No encontró usted en la madurez de esas estatuas mucha más
elocuencia que lo que ha encontrado en las palabras de los hombres más elocuentes
en la Europa Occidental?
—Pero,
¿y Lenin?—hubimos de preguntarle.
—Es demasiado grande para ser juzgado todavía y para saber si su obra ha hecho más bien o más mal al mundo, porque siempre quedará el derecho a preguntar si este mundo estaba preparado en su cobardía para el mantenimiento de esas ideas . Ya en Lenin he dividido siempre el traidor y el pensador; el hombre que abrió la brecha para que pasaran por ella los alemanes y el que-abrió la brecha en Rusia para que pasaran sus ideas.
—Es demasiado grande para ser juzgado todavía y para saber si su obra ha hecho más bien o más mal al mundo, porque siempre quedará el derecho a preguntar si este mundo estaba preparado en su cobardía para el mantenimiento de esas ideas . Ya en Lenin he dividido siempre el traidor y el pensador; el hombre que abrió la brecha para que pasaran por ella los alemanes y el que-abrió la brecha en Rusia para que pasaran sus ideas.
Luego hablamos un poco de literatura.
—La
literatura de post-guerra es una literatura, no de decadencia, sino de
decaimiento. Un mundo de almas que se derrumba. Fuera de hombres como Barbusse
que usted me ha citado, no hay sino un tipo que puede indicarse, pero éste sólo
como el espécimen del ridículo marcado en el crimen: Mussolini. Son los dos
extremos.
—No olvida usted a D'Annunzio?
—Estamos hablando de hombres. No de Genios. Gabriel D'Annunzio es hoy
la única gloria auténtica existente sobre la Tierra. Eso no lo negaría nunca.
Negar la gloria de los otros, es el triste consuelo de aquellos que no tienen
ninguna.
— ¿Qué opina usted de Bernardo Shaw—le replicamos.
—Desprecio tanto el teatro—dijo —que confundo en él autor y a los
auditores: son un mismo ejemplo de inanidad, desde Bernardo Shaw que hace reír
a sus auditores, hasta sus auditores que ríen de Bernardo Shaw. Hoy no hay
teatro, sino farsa. Y a mí la farsa no me interesa. Ni siquiera la farsa
política, que es la más divertida de todas.
—Pero usted no puede renegar de su primera juventud, cuando movido por
un ideal político a los veinticinco años fue usted un guerrillero...
—Sí. FI único sport que he ejercido yo: guerrillero. Y fue entre
guerrilleros que yo encontré el anuncio de mi talento (digo talento por
modestia). Y fue un guerrillero muy fuerte (y perdone el pleonasmo) que se
llamaba Enrique Meza, quien, persiguiéndome hasta la frontera y poniendo precio
a mi cabeza, quizá alcanzó a presentir lo que valía.
—Pero usted ha visto cómo sus esfuerzos y los de quienes lucharon por
la Libertad no fueron vanos. en Colombia manda el Partido Liberal, ilustre
Vargas Vila.
—Repase usted, amigo mío, la colección de Némesis y verá que nunca he
creído en ese triunfo. O al menos estoy seguro de no verlo.
—No podemos entonces comprenderlo—le
objetamos
—. Usted envió un mensaje congratulatorio a la patria a raíz del triunfo de Olaya Herrera, el actual presidente liberal.
—. Usted envió un mensaje congratulatorio a la patria a raíz del triunfo de Olaya Herrera, el actual presidente liberal.
—Es verdad, y lo explico. Con motivo de dicho triunfo electoral recibí
de todos los países de América muchas cartas de felicitación (menos de
Colombia). Mi respuesta fue dicho mensaje. Porque yo creí entonces que si no
llegaba hasta la Humareda, al menos se podía llegar hasta Peralonso.
Y nuestra charla continuó sobre múltiples sujetos Charla amena y larga,
amargada en veces por el lúgubre pesimismo de este "contemplativo
amargado”, de este autor de Aura o las violetas. Naturalmente, hablamos del
feminismo y de las mujeres. Y así exclamó el anciano:
—Las fatigué como ente físico, las he despreciado como ente
ideológico. Por eso el voto de las mujeres no me agrada. De todos los animales,
el más peligroso para ser dejado en libertad es la mujer. La mujer podrá llegar
a ser libertina, no llegará nunca a ser libre. La mujer no debe tener derecho
sino a un voto: el del macho con el cual va a propagar la especie.
—No estamos de acuerdo con su pensar, maestro En ese concepto nadie lo
acompaña.
— Realmente, así es. También estoy solo o casi solo en mi campaña contra
el imperialismo yanqui...
— ¿No se da cuenta usted de que ese desprecio por la mujer, esas
audacias de su pluma, le han creado y le crean enemigos?
—Tanto mejor. La crítica es necesaria porque a la estatua le es
necesario el pedestal. Si es de espinosos encorvados ¿cómo me alcanzaría yo a
ver?
Yo he triunfado no diciendo sino mi pensamiento, sin saber lo que
pensaran los demás. Y diciendo en mi estilo. Por eso afirmo también que
mientras en el mundo existan gramáticos, el talento tendrá censores, cuando el
talento pasa los límites académicos...
—Pero dicen, ilustre señor, que el pedestal lo
levantan en algunas ocasiones los propios enemigos. Luego éstos siempre sirven
para algo le anotamos en seguida.
—Esto es
verdad. Pero es que uno no siente la voluptuosidad en los pies—contestó
irónicamente—.
Si el
Dante llegó a la vejez coronado de vívidas aureolas, no fue en brazos de sus
amigos, sino ante los puños cerrados y amenazantes de sus enemigos.
"Siempre he dicho mi verdad libremente, activamente, y no como
esos cortesanos amanerados y cobardes que ensayan todas las formas de la
genuflexión, sin fracasar en ninguna".
Y vino
después una serie de apreciaciones del pensador colombiano respecto de
distinguidos hombres de nuestro país. Recordó a "Morroquín", que
llegó a la Presidencia de Colombia porque corrió detrás de una
"perrilla”...”
—Sanín Cano es un personaje continental. No me
explico cómo ha vuelto a Colombia. Es el mejor que ésta ha dado en los últimos
tiempos. Que ésta ha dado en los últimos tiempos.
"Antonio José Restrepo tiene un talento inmenso
y es más grande aún su ilustración. Vale muchísimo Y dígame esto, amigo mío:
¿al fin le dieron empleo al pobrecito?
" A Eduardo Santos lo conocí en París en una
comida que nos dió mí sobrino, José de la Vega. Usted comprende que una mesa es
el lugar más impropio para apreciar a los hombres. Pero Santos me dejó la
impresión de ser hombre capaz, de los pocos que están al tanto de los problemas
del país.
"Carlos E. Restrepo, sigue mamando. Ahora dizque está en Roma...
"A Marco Fidel Suárez lo siguen teniendo
ustedes como un filósofo. Parece que toda su obra quedó reunida en tomitos de
sueños. Y aun creen en él.
"A José Vicente Concha, como que piensan
levantarle estatua.
¡Qué ironía! , Y no tiene siquiera un busto ese pensador enorme que
fue Carlos Arturo Torres!
"Qué hay de Guillermo Valencia? Colombia no da
dado después de él otro poeta, como la América no produjo ningún otro después
de Rubén Darío. Hay versificadores profesionales, bordadores de tapicerías
finas, asiduos pintores de biombos, laborantes en cera laca, fabricantes de
dioses de celuloide, nada más. Valencia político ha muerto, no por sus ideas
(que nunca ha tenido), sino por su poesía, como si los grandes idealistas
fuesen inhábiles para los negocios del Estado. La ciencia del manejo de los
pueblos, que dijo Platón, es un espacio vacío, desierto de toda idea. No existe
mejor vehículo para la propagación de un ideal que la poesía. Como inspiradora
de heroísmo, nada hay igual a la poesía, desde los tiempos de Homero. Los
poetas y los artistas crearon a los dioses y han inspirado todas las artes...
"¿Y Luis Cano? ¿Sigue siendo periodista? Si,
como usted dice, es de lo mejor que en Colombia sabe manejar una pluma, me lo
explico. Por algo se es hijo de Catón.
"Pero casi ninguno de ellos ha publicado la obra, obras. Ninguno
ha dejado de ser ensayista. No quieren producir. Porque escribir artículos es
algo muy distinto de escribir obras... Yo desde hace mucho tiempo tengo las
manos así, mírelas bien, muy abiertas, listas para aplaudir... mas parece que
no las cerraré nunca."
—Yo le agradezco mucho esta visita—nos dijo con
profunda simpatía el panfletario colombiano—. Hace como diez años no leo un
periódico del terruño. Es que no me queda tiempo sino para leer cosas grandes.
Y hace mucho que no conversaba con un compatriota. Quizá el último a quien me
fue dado tratar, fue al señor Vicente Arboleda, cónsul entonces en esta ciudad.
Me dejó admirable impresión porque era ilustrado. Y recuerdo siempre este caso:
en la puerta de entrada a su oficina, a su Consulado, tenía, como lo tienen
casi todos los portones de las casas colombianas , una gran imagen del Corazón
de Jesús, con esta leyenda:
“¡Detente! ¡No sigas! El Corazón de Jesús está conmigo". Un
inglés que deseaba visar su pasaporte llegó al despacho del señor Arboleda.
Pero al ver tal anuncio, después de largo esperar y observando que no lo
quitaban, resolvió marchar...Creo que fue a París o en busca del más próximo cónsul
colombiano, para ver si por allá no duraba tanto el maridaje del Corazón de
Jesús con el empleado público de mi país...Tal vez logró la visa...
Luego, con permiso de Vargas Vila, nos pusimos a curiosear su
biblioteca.
—Cómo tiene usted de buenos libros!, exclamamos entusiasmados.
—Sí. Los he tenido siempre. Y hoy los quiero más que nunca. En esta
tarde occidua que es ya el riñón de la noche misericordiosa, que ha de
devorarme no tengo más amigos que mis libros. Mendrugos de pan que quito a mi
boca, para darlos a mi cerebro. Los míos ahí están. Los otros...A mi edad ya no
se emprende nada, se ha sabido todo. Yo no tengo otros amigos con quiénes
dialogar en mi ancianidad, en esta ancianidad que va a ser el fin de todos mis
dolores. Me preparo a morir en la soledad más absoluta que haya rodeado a un
hombre sobre la Tierra, a un hombre que fue Ministro Plenipotenciario de dos
países, ninguno de los cuales fue su patria...Yo amo aún mucho esos libros.
Creo que son mi último amor. Desde ellos, ventanas abiertas sobre el
mundo y veo la feria que el mundo nos ofrece: el rebaño humano pastando en las
llanuras silentes, creyendo conmover con sus balidos y el corazón de las
estrellas lejanas. En los libros pasan los hombres, se ven actuar, se oyen
gritar, se escuchan llorar. Sus gritos llenan mi soledad...
—Quédale, además, a su ancianidad solitaria, el consuelo de la
religión—dijimos conmovidos al escéptico con quien conversábamos.
—"No diga usted eso; veo bien que usted no me conoce —respondió—
Mis consuelos son de mejor calidad. MM l musa no ha bogado en la barca de Jesús
sobre el lago de Genezaret, sino en la barca de Neptuno, sobre las aguas del
Helesponto; mis rosas son crecidas en los jardines de Aspasia; no conocieron el
silencio campesino de los senderos galileos. Mi, consuelo está en mi obra, pero
entristecido, porque no ha tenido sucesores, continuadores. Mi consuelo está en
mi orgullo, en el orgullo de no haber doblado nunca la frente.
Aspiro a morir de pie, sin otra fe que la fe en libertad teniendo como
lema de mi dignidad este imperativo mandamiento: ¡Ni Dios, ni Amo! "
El reloj dio las seis
Febrero 25 de 1932
-----------
Gracias al aporte de Jorge Enrique Valencia
Cali,
Colombia.
* Se
actualiza periódicamente. Abril 26, 2012
++++
++++
-
De:
Gustavo Álvarez Gardeazábal*
Fecha: Tuluá, El Porce, 26 de abril de 2012, 15:33
Asunto: marcelino valencia
Me ha emocionado leer de nuevo
la entrevista de Marcelino con VV.
Conocí la prosa de Vargas Vila
y tuve pretensiones de entenderla en su galimatías constante y sus revoluciones
de oropel por la amistad y el aprecio
que me brindó Marcelino Valencia cuando yo era apenas un estudiante de Letras y
su hija Inés compartía algunos cursos conmigo y con mi hermana, de quien era
gran amiga.
Cuando Marcelino Valencia me
narraba como era y como había conocido a Vargas Vila y miraba a su rededor en
su casa del barrio Versalles, me sentía frente a un Vargas Vila revivido. Esa
entrevista que tuve a bien conocer por su generosidad en el original, me
pareció fundamental para entender al
panfletario polemista agresivo pero no al pésimo novelista que fue. Ahora que he
leído las reediciones que están sacando en Caldas de su cuasi contemporáneo Bernardo Arias
Trujillo, tan panfletario como polemista y ese si buen novelista ,veo que el
embrujo mediático se tragó al autor de Risaralda y encumbró a Vargas Vila para que por estas
calendas nadie sea capaz de leerlo de corrido y Arias, en cambio, se siga
leyendo.
Mil gracias por republicar esa
entrevista y por hacernos añorar al buen Marcelino.
cordial saludo, gardeazabal
....
* http://gardeazabal.co/
.
* NTC ... publicación reciente: LAS MUJERES DE LA MUERTE. Gustavo Álvarez Gardeazábal. Marzo 2012. Edición: PAS COMUNICACIONES S.D.H. , http://ntc-narrativa.blogspot.com/2012_04_22_archive.html
....
* http://gardeazabal.co/
* NTC ... publicación reciente: LAS MUJERES DE LA MUERTE. Gustavo Álvarez Gardeazábal. Marzo 2012. Edición: PAS COMUNICACIONES S.D.H. , http://ntc-narrativa.blogspot.com/2012_04_22_archive.html
++++
.
De: Carlos Vidales
Fecha: ESTOCOLMO, 27 de abril de 2012 , 04:04
Asunto: Re: Entrevista final a Vargas Vila. Por Marcelino Valencia, Bracelona, 1932.
Para: NTC …* Nos Topamos Con …http://ntcblog.blogspot.com * , ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia.
Gracias por esa interesantísima entrevista, que no conocía.
De: Carlos Vidales
Fecha: ESTOCOLMO, 27 de abril de 2012 , 04:04
Asunto: Re: Entrevista final a Vargas Vila. Por Marcelino Valencia, Bracelona, 1932.
Para:
Gracias por esa interesantísima entrevista, que no conocía.
Siempre he sido un entusiasta lector del Vargas Vila antiimperialista, antioligárquico, anticlerical, libertario y librepensador (no tanto del Vargas Vila novelista). Fue amigo de José Martí, quien le dedicó un encendido elogio. Muchos creen, todavía hoy, que sus diatribas eran dardos venenosos contra "todos sus contemporáneos", como se ha dicho en algún texto. No. Cada una de sus diatribas tenía un contenido ideológico y cumplía un propósito de lucha por una causa, no por un capricho de megalomanía. Siempre estuvo al servicio de una idea superior: la libertad. Hizo del exilio su patria. Nunca claudicó.
Escribí un ensayo biográfico sobre Vargas Vila en 1997, que ha sido plagiado innumerables veces y que se publica con otras firmas, o sin firma, aquí y allá (por ejemplo, en la página de la Alcaldía Mayor de Bogotá, según constaté hace algunos años) sin que se respete mi exigencia de que se me otorguen los créditos de autoría. No importa, Eso confirma lo que Vargas Vila dijo sobre los sinvergüenzas de todas las latitudes. Aquí el enlace de mi ensayo:
http://hem.bredband.net/ rivvid/carlos/VVILA.HTM
Otra cosa, más complicada, es la bibliografía del "panfletario". Nadie ha podido nunca hacer la lista completa, porque de cada una de sus obras se hicieron diversas reediciones revisadas por el propio autor y con diferentes editores. En esto de vender varias veces una misma obra, actualizada y modificada, Vargas Vila parece haber sido un genio. Su quemante denuncia de las tropelías cometidas por el imperio norteamericano ("Ante los bárbaros"), por ejemplo, fue actualizada dos veces y hay quienes conocen solamente la primera edición, muy incompleta.
Imitadores no le han faltado. Pero imitadores que escriben diatribas por el gusto de la diatriba, sin tener una causa superior, son solamente malabaristas del improperio, no profetas.
Saludos.
Carlos Vidales
http://losimportunos. wordpress.com/
http://luisvidales.blogspot. com/
http://hem.bredband.net/ rivvid/
Escribí un ensayo biográfico sobre Vargas Vila en 1997, que ha sido plagiado innumerables veces y que se publica con otras firmas, o sin firma, aquí y allá (por ejemplo, en la página de la Alcaldía Mayor de Bogotá, según constaté hace algunos años) sin que se respete mi exigencia de que se me otorguen los créditos de autoría. No importa, Eso confirma lo que Vargas Vila dijo sobre los sinvergüenzas de todas las latitudes. Aquí el enlace de mi ensayo:
http://hem.bredband.net/
Otra cosa, más complicada, es la bibliografía del "panfletario". Nadie ha podido nunca hacer la lista completa, porque de cada una de sus obras se hicieron diversas reediciones revisadas por el propio autor y con diferentes editores. En esto de vender varias veces una misma obra, actualizada y modificada, Vargas Vila parece haber sido un genio. Su quemante denuncia de las tropelías cometidas por el imperio norteamericano ("Ante los bárbaros"), por ejemplo, fue actualizada dos veces y hay quienes conocen solamente la primera edición, muy incompleta.
Imitadores no le han faltado. Pero imitadores que escriben diatribas por el gusto de la diatriba, sin tener una causa superior, son solamente malabaristas del improperio, no profetas.
Saludos.
Carlos Vidales
http://losimportunos.
http://luisvidales.blogspot.
http://hem.bredband.net/
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